BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ESTUDIO ETNOHISTÓRICO SOBRE UNA UNIVERSIDAD NEW AGE, SUS PROCESOS DE EDUCACIÓN, SEDUCCIÓN, CONFUSIÓN E INICIACIÓN Y SU RELACIÓN CON EL CONTEXTO

José Luis Montero Badillo



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Campo religioso

Para la descripción del campo religioso, salvo en el caso de la ciudad de Nicolás Romero, los datos que presenta el Censo General de Población y Vivienda 2000 del INEGI, aunque hace falta pulirlos debido a que algunos de éstos son cualitativamente poco precisos, brindan un acercamiento cuantitativo que, para los fines de la investigación, resultan útiles. En este aspecto, el análisis está enfocado solamente a los municipios de Nicolás Romero, Isidro Fabela y Jilotzingo, que tienen que ver con la cercanía al plantel escolar y porque son los municipios que nutren la mayor parte de la población escolar de la universidad, aunque en el caso del municipio de Nicolás Romero se profundizará un poco más.

Lo primero que hace falta tener presente es la cantidad de personas que practican las diferentes religiones que se profesan en el Estado de México. De un total de 11.692.897 habitantes , 10.122.231 son católicos, 423.068 protestantes, 19.987 de religiones históricas, 72.223 pentecostales y neopentecostales, 4.292 de la Iglesia del Dios Vivo, columna y apoyo de la verdad, la Luz del Mundo, 25.491 Mormones, 12.354 Adventistas del Séptimo Día, 134.468 Testigos de Jehová, 681.090 que están entre otras congregaciones evangélicas, bíblicas, judaicas y no especificadas y 197.693 personas “sin religión”.

En el caso de los municipios mencionados, sólo se citan los datos del número total de habitantes, creyentes católicos y el resto de las iglesias quedarán englobados en una sola cifra, excepto en el caso de Nicolás Romero, que merecerá un poco más de atención posterior:

En el trabajo de campo, los datos encontrados son que en el cuadro central de la ciudad de Nicolás Romero, un aproximado de doce cuadras (aunque no precisamente “cuadradas”, sino de formas irregulares debido a la accidentada traza urbana) en donde se ubican la presidencia municipal, la parroquia principal, el mercado y la zona comercial ya descripta, también hay, a dos cuadras de la parroquia, un templo de cristianos y, a una cuadra más, al lado de un cine que presenta películas sólo para adultos en una sala y en la otra ésta un recinto de los “Pare de sufrir” o Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD).

En conversación personal con el padre Roberto , comenta que a él no le preocupa eso de la Nueva Era porque por esos rumbos no hay nada de esas cosas. “Esos grupillos operan por allá (señalando hacia la Ciudad de México), pero por acá la gente está ‘re-amolada’. Ya parece que se van a estar tomando la molestia de venir para acá.” También comenta sobre las denominaciones que se han establecido muy cerca de su parroquia: acerca de los cristianos, dice que el pastor es un muchacho “buena gente”, que cuando era niño, él mismo lo bautizó, pero que después se volvió cristiano, quién sabe por qué. Y acerca de los “Pare de sufrir”, dice que él les ha dicho a sus feligreses que “tengan cuidado con esas gentes que nomás les quieren quitar sus centavos”, pero que no puede obligarlos a no ir. Comenta que se siente preocupado por eso, pero que mejor le deja su preocupación al párroco que lo suceda porque él ya va “de salida”.

Es decir, en términos generales, la opinión del padre Roberto refleja ligeramente la opinión de la feligresía católica, un tanto indiferente al florecimiento de los NMR por considerar que esas cosas no pasan por Nicolás Romero.

Conclusiones

En una charla informal con uno de los encargados de la mercadotecnia de la universidad, preguntándole por qué es que no iban a hacer publicidad a la zona de Ciudad Satélite, si se trataba, evidentemente, de una demarcación con mayores posibilidades económicas que la zona de Nicolás Romero. La respuesta recibida dejó claro que, quienes dirigen la misma universidad, están haciendo uso de estrategias de mercado.

Lo que no quedó del todo claro en ese momento fue si las estrategias de mercado tienen como objetivo la captación de alumnos para la universidad o la de feligreses para el sistema religioso. La primera respuesta fue que “de aquel lado ya hay muchas escuelas, mucha competencia”, y después, que el municipio de Isidro Fabela los ayudaba en la publicidad porque éste les decía a sus habitantes que ya había una escuela para los jóvenes que quisieran seguir estudiando, que incluso el municipio la llamaba “la universidad del municipio”.

Una de las razones de llamarlo así, radica en que, cuando se solicitaron los permisos para la instalación de la universidad, la condición del municipio fue que ofreciera becas del veinticinco por ciento de descuento a los habitantes del lugar. Hoy día son muchos los alumnos que disfrutan de esta beca, pero la universidad lo maneja como si fuera ésta misma la que apoya a sus estudiantes con dicha “oportunidad”, omitiendo por completo el acuerdo con el municipio. Incluso se maneja el condicionamiento de la misma beca a cuestiones de aprovechamiento escolar, es decir, que si el alumno baja de calificaciones, se retira la beca, siendo que se trata de una obligación social con el municipio.

Pero también parece que la organización de la cual forma parte la universidad tiene bien claro qué producto es para qué sector. Otra de las ramas de esta organización, aparte de la universidad pero vinculado a éste, es una cadena de Institutos de Desarrollo Humano, lugares en donde se ofrecen cursos y talleres de disciplinas de origen oriental, como yoga, taichi, etcétera, y uno de éstos se encuentra en Ciudad Satélite. Pero antes de desarrollar esta premisa, es necesario conocer la institución y es en el siguiente capítulo en donde se amplía este tema.

En cuanto a los aspectos de densidad de población y situación económica, están los datos del INEGI, que muestran la mayor concentración humana del lado de Nicolás Romero. Puede tratarse de una población no con el nivel socioeconómico de Ciudad Satélite, aunque no necesariamente es así. Hay alumnos, aunque son los menos, claro, cuyas familias son poseedoras de ranchos, ganado o grandes extensiones de tierras para el cultivo y con alto poder adquisitivo, pero que viven en los municipios de Nicolás Romero, Isidro Fabela o Jilotzingo porque se identifican con esta tierra y no porque no tengan los recursos para vivir en otro lado. Pero insisto en que estos casos son los menos. La estrategia de la universidad, tomando en cuenta la situación demográfica y económica, es decir, pensando en que no hay mucho dinero pero sí mucha gente, es que los costos de colegiaturas son accesibles para los habitantes de esta región, aunque han ido en aumento.

Luego, para la gente con una identidad adscriptiva de tipo regional, los que viven y han vivido ahí desde hace varias generaciones y consideran que Nicolás Romero es una ciudad independiente a la de México, el hecho de que la universidad se ubique en una de las partes más altas, literalmente incrustado en la montaña, en una zona que es parte de la reserva ecológica del Estado de México y que, por ende, está rodeado de bosque, les representa algo más cercano a aquello con lo que se identifican, algo simbólicamente ubicado en el terreno de lo sagrado, lo natural. Porque la otra opción sería ir a estudiar a la gran ciudad y entonces pasarían a ser personas con identidad adscriptiva del tipo periférica, de los que satisfacen sus necesidades en la Ciudad de México.

Con lo anterior, se responde a la pregunta que se plantea al comienzo del capítulo acerca de a qué contexto es al que está impactando la universidad. También queda clara la ubicación espacial del plantel escolar. Se trata de un área comprendida dentro de la triangulación de carreteras formada por la Ciudad de México, la ciudad de Toluca y la de Atlacomulco, cuya zona principal de influencia son los municipios de Jilotzingo, Isidro Fabela y sobre todo Nicolás Romero.

La cantidad de escuelas de educación superior que hay en la región es mínima en proporción a la densidad de población y esto la hace más atractiva para la universidad porque no hay competencia.

También es necesario deducir, a partir de las cifras del INEGI, que, obviamente, la mayor parte de las personas que estudian o trabajan en la universidad son, creen que son o fueron creyentes de la religión católica y que entonces pareciera que son ellos los más susceptibles de engrosar las filas de la New Age.

Y por todo lo anterior, resulta obvio por qué la mercadotecnia de la universidad se enfoca a la ciudad de Nicolás Romero, sin perder de vista el resto de la región.


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