BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

NOTAS SOBRE TEORÍA GENERAL DEL ESTADO

Carlos J. Bruzón Viltres




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4. La tipología del Estado. Estados esclavistas y feudales. El Estado burgués: distintas fases en su evolución. La concepción del Estado socialista: experiencia histórica. Los rasgos y elementos del Estado. Sistema de funciones, formas y métodos de ejercicio.

En las conferencias anteriores se brindaron algunos elementos relacionados con el origen, naturaleza y esencia del fenómeno estatal, tanto desde posiciones no marxistas como desde la perspectiva científica que ofrece la doctrina de la cual tomamos el método dialéctico-materialista para la explicación del complejo concepto que es, sin dudas, el Estado. En esta ocasión pretende revisarse la evolución del Estado como categoría y sus más singulares expresiones históricas, ofreciendo una visión general sobre los rasgos y elementos que lo configuran y sobre las funciones, sus formas y métodos de ejercicio, aspectos que tributan a la concreción práctica de este fenómeno.

En el primero de los casos debemos hacer referencia a un concepto fundamental para nuestra Teoría del Estado: el de tipo histórico de Estado. FERNÁNDEZ BULTÉ en el texto de referencia realza el papel de esta categoría en la definición de la esencia clasista del Estado y, por ende, puede concluirse que se trata de un concepto emanado de la teoría socialista . De tal forma, siguiendo a CAÑIZARES ABELEDO, debe entenderse por tipo histórico de Estado “la organización de la sociedad dividida en clases, erigida sobre una estructura económica determinada con el objeto de mantener el orden social existente producto de la voluntad de la clase dominante. Así el tipo de Estado vendrá determinado por la clase social a que sirve y por la estructura por la cual es condicionado”

Aunque este concepto es susceptible de ser superado, brinda algunos elementos de indiscutible importancia en la formulación teórica del tipo de Estado, entre ellos, la idea de organización de la sociedad clasista que preside el devenir histórico del fenómeno estatal a lo largo de la evolución social misma. No escapa la propia teoría socialista de las confusiones terminológicas asociadas a la noción de tipología estatal. Por ello, el profesor FERNÁNDEZ BULTÉ advierte que una correcta caracterización del tipo de Estado debe hacer referencia a las relaciones sociales de producción que deben ser protegidas y desarrolladas por ese Estado, como instrumento de dominación económica y política de la sociedad. Por mi parte, considero que un análisis riguroso de esta categoría no podría realizarse al margen de los siguientes puntos:

1. Su tratamiento desde la perspectiva histórica .

2. El sentido de evolución, sujeto a las leyes de la dialéctica y del desarrollo de la sociedad.

3. El fundamento económico, político y social que se deduce de las distintas formaciones económico-sociales que ha conocido la humanidad y los modos de producción impuestos en las distintas fases de su desarrollo histórico .

4. El mencionado enfoque clasista.

Para la Teoría General del Estado burguesa no se precisa al tratamiento de esta figura teórica. La idea de la formación del Estado es de manera general consustancial a la aparición del Estado moderno por lo que, si tipológicamente hablando, se hace mención a las manifestaciones del Estado, lo es en el sentido de abordar las “formas preestatales” por una parte y el Estado moderno con sus periodizaciones en otro momento. Por tanto, suelen desglosarse las manifestaciones históricas del Estado bajo esa perspectiva y no a partir de la concepción clasista que hemos expuesto con anterioridad . De ahí deviene otra importante confusión terminológica respecto al concepto forma de Estado, dado que no aparece delimitado tampoco el estudio de esta categoría de la manera que metodológicamente lo ha organizado la teoría socialista, previendo al menos evitar los acercamientos conceptuales entre esta y el tipo histórico de Estado aquí debatido.

Puede resumirse entonces, que en concordancia con los puntos atendibles para la culminar la idea del concepto tipo histórico de Estado, se analice el fenómeno estatal en las siguientes formaciones históricas:

1. Esclavismo

2. Feudalismo

3. Capitalismo

4. Socialismo

Denominaríamos en cada caso los tipos históricos como sigue: Estado esclavista, Estado feudal, Estado burgués o capitalista y Estado socialista. Siguiendo la argumentación científica del marxismo, debe igualmente incluirse a los Estados despóticos orientales, toda vez que sirvieron de base para la explicación del origen del fenómeno estatal desde las vías no clásicas y que constituyeron formas de explotación, sin dudas.

En tal sentido, el estudiante deberá dominar siempre los atributos más significativos de cada tipo histórico de Estado, planteándolos en el sentido de su evolución histórica, y cuando se adentre en los rasgos y elementos de la compleja maquinaria estatal, así como en sus funciones, debe ser capaz de identificarlos en cada momento histórico-concreto. Como punto de partida puede seguirse este intento de periodización:

1. Estados despóticos orientales: basados en la concepción de esclavitud generalizada que predominó bajo rasgos de explotación bien singulares en las sociedades del Oriente Antiguo, especialmente Egipto, Mesopotamia y China. El Estado profundamente centralizado y teocrático y el papel de las comunas campesinas, así como los elementos espirituales, intelectuales e ideológicos de las formas de dominación empleadas son elementos de gran interés en su caracterización. Todo ello estrechamente vinculado a las condiciones geográficas y el falso papel teleológico de la dominación impuesta. Valorar la importancia de la legitimación del poder desde fuentes consuetudinarias.

2. Estados esclavistas clásicos: que tiene como referencia fundamental las sociedades esclavistas de Grecia y Roma. Advierte las formas clásicas de dominación con la interacción de dos clases bien definidas: esclavistas y esclavos, explotadores y explotados. Las relaciones de producción y el modo de producción establecidos definen claramente el choque de dos clases antagónicas, el esclavista propietario de estos medios y el esclavo desposeído, del cual se obtiene fuerza de trabajo y es tratado como objeto y no sujeto de Derecho. Valorar las funciones específicas de este Estado, que tienden a la preservación del status quo, la protección de la propiedad individual, y la legitimación de las relaciones de explotación. La diversidad del Estado esclavista permite hablar de Estados con un profundo carácter teocrático, o “democráticos”, militarmente cerrados, monárquicos o convertidos en vastos imperios, como lo fue Roma. En cada caso debe precisarse cómo evolucionan estos tipos históricos.

3. Estados feudales: con características muy peculiares, entre ellas el sostén teológico y el papel de la Iglesia en la concepción de este tipo histórico de Estado, la profunda atomización y dispersión del poder feudal, que puede verificarse a través de la evolución de las formas monárquicas que se manifiestan, hasta la posterior absolutización del poder, y los cambios que en su formación se producen en la pugna de la naciente burguesía por alcanzar la dominación política. Existe diversidad incluso en las formas de organización política asociadas al concepto forma de gobierno que se estudiará más adelante, como sucedió por ejemplo con la formación de las Repúblicas italianas. Las relaciones establecidas entre señores feudales y vasallos a partir de la figura del contrato de vasallaje es una demostración práctica de los vínculos políticos y jurídicos en una sociedad de profundas escisiones clasistas. Etapa de oscuridad no solo para la economía, la cultura y las ciencias, sino también para el Estado mismo. La Iglesia y el feudo como Estados dentro del Estado puede brindarnos una idea sobre esto. Precisar las funciones y los mecanismos de los cuales dispuso el Estado, tendientes a conservar las relaciones de explotación profundamente agudizadas en esta etapa histórica.

4. Estado burgués : es el tipo histórico de Estado más complejo y sobre el cual la Teoría General del Estado ha vertido sus principales fuentes teóricas. La formación de los Estados nacionales en el proceso de ruptura con el feudalismo, las revoluciones europeas y americanas que sirvieron de parteras de la modernidad y las consecutivas formaciones estatales que ha devenido hasta nuestros días ocuparán un importante especio de estudio, del que deberá deslindarse oportunamente la posición y las relaciones entre las dos clases fundamentales: burguesía y proletariado. Deben observarse las principales manifestaciones de la organización política de la burguesía, caracterizando las funciones que en cada momento asume el Estado burgués y la carga teórica que acompaña la evolución de sus rasgos y elementos. Para facilitar el estudio pormenorizado de este tipo histórico de Estado suelen hacerse distintas periodizaciones. En este caso sugiero analizar las siguientes etapas y fases, caracterizándolas:

a) Estado Liberal

b) Estado de Bienestar Social

c) Estado fascista

d) Estado neoliberal

e) Las nuevas tendencias del Estado social y democrático de Derecho

5. Estado socialista: superación práctica de la sociedad divida en clases antagónicas. Valorar las condiciones en que se produce el tránsito hacia este tipo histórico de Estado no pueden ser en este tiempo objeto de tratamiento como en la antigua Teoría Socialista del Estado y del Derecho. Con una mirada crítica deben atenderse los factores tanto de su origen como el proceso de destrucción del campo socialista. La teoría que heredamos y continuamos desarrollando en torno al Estado, su organización, papel y función social, tuvieron su expresión concreta en los Estados socialistas formados y consolidados, primero tras el triunfo de la Revolución de Octubre y después como sistema socialista mundial al término de la II Guerra Mundial. De ella no pueden menospreciarse los instrumentos de conocimiento y práctica que han debido actualizarse y seguimos aplicando bajo la concepción de irreversibilidad de nuestro sistema político, económico y social socialista. El estudio de las causas y factores del derrumbe esteuropeo y particularmente la desintegración de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas continúa siendo objetivo de primer orden. La reformulación de algunos conceptos generados por el pensamiento marxista-leninista que afectan notablemente la Teoría del Estado se hace necesaria, pero también es importante no perder la perspectiva ante otras teorías con una vigencia extraordinaria y que en determinadas circunstancias no se aplican consecuente y creativamente. Oponer con un fundamento científico los conceptos de democracia socialista y de revolución social, de Estado socialista mismo a las nuevas tendencias que claman por una redefinición del socialismo contribuye a la convicción que, con un profundo sentido revolucionario, expresa FERNÁNDEZ BULTÉ: “de cualquier manera habrá que seguir enfrentando la dinámica de esta contemporaneidad peligrosa con las armas científicas del socialismo y desde la perspectiva ética del pensamiento martiano. Esa fidelidad a la esencia del socialismo (…) nos asegura una alternativa válida en estos tiempos de angustia” . Cuidémonos de las sutilezas teóricas de estos tiempos.

El análisis de los rasgos y elementos del Estado no puede desprenderse de la óptica de la teoría marxista. Volviendo sobre nuestros manuales de estudio, debe entenderse que al hablar de rasgos del Estado se alude a los elementos fundamentales, esenciales que lo componen, o sea, aquellos que lo tipifican y permiten distinguirlo de otras formaciones sociales anteriores al fenómeno estatal. Existe diversidad de criterios sobre este particular, pero en la intención de poner de manifiesto aquellos caracteres permanentes, generales capaces de identificar al Estado en cualquier época y circunstancia, propongo realizar un estudio más amplio sobre los siguientes:

1. Poder político público

2. Territorialidad

3. Cobro de impuestos

4. Derecho

No podrían asumirse de forma pacífica estos rasgos, pero permiten objetivamente determinar los aspectos esenciales en todo aparato estatal. Nótese que ya se había indicado que se complementaría el estudio del poder con el atributo principal del Estado, el poder político público, expresión de voluntad de la clase dominante que reserva la actuación coactiva de los representantes del Estado a través de un complejo entramado de instituciones públicas conformadoras del aparato burocrático y de mecanismos de control y represión como los tribunales, cárceles, policías y ejércitos, de forma tal que se garantice la obediencia y el respeto a la legalidad e institucionalidad en una sociedad determinada. La territorialidad ofrece también sus confusiones, toda vez que suele confundirse con el elemento territorio, y como volveremos sobre ella en el estudio del concepto forma de Estado y de la estructura estatal territorial, solo precisaremos que estamos hablando de la organización y distribución territorial del poder, la división del territorio a los fines de garantizar la ejecución y control de las actividades estatales, muchas veces comprendida bajo la denominación división político-administrativa.

Por la naturaleza esencialmente improductiva del aparato estatal está claro que su forma de reproducción y sostenimiento debe encontrarse en lo que genialmente MARX determina como el cobro de impuestos, una categoría cuyo desarrollo histórico se dio desde los momentos mismos del surgimiento del Estado, y que con su incorporación como rasgo del Estado completa la noción teórica marxista. En cuanto al Derecho es discutida su inclusión como rasgo teniendo en cuenta la superación de la noción de monopolio estatal sobre la producción de normas jurídicas, impulsada entre otros factores por la aparición de la llamada alternatividad del Derecho , ensayada en espacios protagónicos de la sociedad civil y otros entes económicos de peso en el sector capitalista privado contemporáneo. Sin embargo, como elemento distintivo respecto a las formas prepolíticas, es ineludible. De tal manera, con una clara orientación marxista se configuran estos rasgos del Estado.

En el caso de los elementos del Estado también se alude a una tradicional discusión teórica. En parte por aglutinar entre ellos a los mencionados rasgos del Estado, en otros casos, por el hecho de confundir esta categoría con la de contenido del Estado, que desde la década de los ochenta ha venido refiriéndose a la identificación de qué clases sociales, segmentos o sectores de esas clases ejercen el poder a través del Estado, recurriendo a los componentes histórico-concretos de este y sus determinaciones, que contribuyen al ejercicio de este poder clasista.

Lo que primero salta a la vista dentro del criterio de insostenibildad de la caracterización esencial del Estado a partir de sus elementos es, precisamente, la diversidad en que estos pueden expresarse, lo que no marcha a tono con la intención de definir los aspectos más relevantes y permanentes del Estado, cualesquiera sea el momento histórico en que se analice, a lo que responde la categoría de rasgos del Estado.

Caben dentro de esta formulación tanto los elementos particulares de acuerdo a un tipo históricamente determinado de Estado, como algunos elementos también de naturaleza general. Si de los primeros se trata, tómense como ejemplo los Estados despóticos orientales, que comparten un elemento singular en su configuración estatal, a decir, la teocratización de su vida política, o en el caso de varios Estados musulmanes durante el feudalismo, con una carga aún presente del elemento religioso y espiritual, aspecto inseparable en el desarrollo de sus relaciones políticas.

Al abordar la existencia de elementos bastante comunes a la generalidad de los tipos históricos de Estado hacemos referencia, verbi gratia, al territorio como espacio físico donde se asienta una organización política sobre una sociedad determinada, la población como elemento humano, distinguible de otros conceptos políticos como el de pueblo, y la soberanía, un atributo de especial interés para el Estado moderno, que actualmente tiende a modificarse o flexibilizarse. En este último caso puede hallarse la soberanía como expresión del poder político público, ya que como concepto representa la más alta autoridad del Estado en el plano interno y su independencia en el plano internacional, aunque no se duda que su carácter hoy día no es tan ilimitado, y supera, como en su momento lo hiciere la categoría competencia exclusiva del Estado, esta pretendida exclusividad y aislamiento. Recuérdese que tan diversos son los posibles elementos del Estado como las posiciones doctrinales que los sostienen, por ello es probable encontrar entre estos al pueblo, no obstante su naturaleza política, o incluso la nación, concepto mucho más delicado en su tratamiento teórico. Para el Derecho Internacional Público, al cual se remiten nuestros manuales, resulta tanto o más complicada la determinación de los elementos esenciales del Estado como sujeto, dado que suele hablarse de tipos aislados de Estados sin territorios o del establecimiento de poderes sin una base territorial o una población efectiva sobre la que gobernar, como sucede con los “gobiernos en el exilio”. Tampoco debemos confundir las categorías Estado y Gobierno, a pesar de que este último es en ocasiones incorporado entre los elementos del Estado.

La literatura es rica en explicaciones de esta naturaleza, sobre todo en cuanto a la soberanía. Por ello también recomendamos algunos textos y materiales de interés que tenemos a mano.

Cuando nos cuestionábamos acerca de la presencia del Estado en las múltiples relaciones sociales, en la vida social en definitiva, se arribaba a la conclusión de que física o materialmente era imposible distinguir los trazos del Estado; no nos lo imaginábamos sino a través de la presencia de un complejo articulado de instituciones públicas o de una serie de funcionarios que conforman el aparato burocrático, que es una de las manifestaciones de la presencia de una organización estatal. Pues, al abordar el tema de las funciones del Estado , estamos en condiciones de determinar con más precisión cómo este alcanza a cada individuo en la sociedad y como sus decisiones, aparentemente intocables e invisibles, por estar situado “por encima” de esta sociedad, en un sitio ya explotado teóricamente por el marxismo, la superestructura social, son puestas en función de intereses políticos y sociales determinados, que en la mayoría de los casos no son coincidentes con la satisfacción de “las necesidades siempre crecientes” de la sociedad que también previeran MARX y ENGELS y que destinaran el carácter teleológico de una de las manifestaciones del aparato estatal, sistematizada bajo la concepción de Administración Pública.

Brindaremos entonces el criterio funcional del Estado sostenido por la Teoría del Estado desde posiciones socialistas. Pero debe tenerse en cuenta que la posición burguesa tomó por mucho tiempo como referencia la idea reduccionista de la función del Estado a los tres marcos de poderes enarbolados por el pensamiento liberal burgués de los siglos XVII-XVIII, es decir, reducía las funciones del Estado a los marcos legislativo, ejecutivo y judicial. Se incorporaban en otros casos, para complementar la línea teórica de MONTESQUIEU, las funciones administrativas, políticas y hasta constituyentes, a pesar del pretendido carácter originario de este último poder. No hemos de reparar en las distinciones entre fines y funciones que, de alguna manera, ayudan a solucionar los textos de consultas, por lo que debemos detenernos definitivamente en lo que nuestra Teoría del Derecho admite como funciones, líneas funcionales y las formas y métodos de ejercicio de las funciones estatales. El siguiente esquema resume algunas de sus manifestaciones:

FUNCIONES

Internas

Externas

LÍNEAS FUNCIONALES Políticas

Económicas

Sociales

Ideológicas

Culturales

Las funciones externas, más allá de cualquier provocación en torno a la discutida relación entre monismo o dualismo existente entre los ordenamientos internos y el ordenamiento internacional, son expresión de la proyección que a lo interno efectúa el Estado. Esta posición sostenida por la teoría socialista, tanto sobre el Estado como los iusinternacionalistas me parece coherente y metodológicamente justificada.

Respecto a las formas de ejercicio de dichas funciones debe sobreponerse a la tradicional teoría burguesa de la tripartición no solo del poder sino de la función estatal misma, una noción más amplia, que incluya además de las formas de iure también las de facto, que permiten, más allá de la acción legislativa, la función ejecutiva y la actividad judicial, la toma de decisiones estatales concretas que encaucen el control, la organización y el desarrollo de las funciones estatales en la sociedad mediante acciones concretas y justificadas en determinado memento histórico-concreto. Respecto a los métodos remito al texto citado de FERNÁNDEZ BULTÉ y la literatura complementaria, para determinar hasta qué punto los métodos coactivos y represivos y los persuasivos intervienen para lograr el funcionamiento del aparato estatal en la sociedad.

Este sistema de funciones debe ser comprendido además en cada tipo histórico de Estado, para tener una idea más acabada sobre la caracterización de cada uno, ejercicio indicado al analizar las manifestaciones históricas del fenómeno estatal en el decursar del desarrollo social.

Con estos elementos puede, preliminarmente, identificarse al Estado en el complicado entramado de relaciones sociopolíticas. La próxima clase nos conducirá a las formas estructurales que asume este. Por el momento precisemos algunos puntos de obligada sistematización:

1. El carácter histórico de las tipologías en torno al Estado y la necesidad de su análisis desde una perspectiva dialéctica y clasista.

2. La importancia metodológica de la periodización de los tipos históricos de Estado y su comprensión desde la formulación marxista del desarrollo de las formas económico-sociales y el modo de producción.

3. La distinción entre rasgos y elementos del Estado y la postura de nuestra Teoría del Estado en la identificación de unos y otros. La relevancia del concepto de soberanía y la necesidad de distinguir categorías como población/pueblo, territorialidad/territorio, Estado/Gobierno, entre otras, que serán abordadas con más profundidad a lo largo del curso.

4. El papel de la Teoría General del Estado sustentada en una visión marxista para comprender el papel del Estado en la sociedad a través de sus fines y funciones, eliminando los criterios reduccionistas empleados en la identificación de las funciones desde la óptica burguesa, y analizando estas con un carácter sistémico, que abarca además las líneas funcionales y las formas y métodos de ejercicio de estas funciones estatales.

El estudiante deberá indagar mucho más en la bibliografía de consulta, como medio para completar los contenidos aquí expuestos y para alcanzar el pretendido rigor científico y la abstracción característica de esta disciplina, que no puede detenerse en nuestra teoría socialista sino que debe comparar y buscar en las tesis no marxistas sobre el fenómeno estatal, para alcanzar el grado de generalidad deseado.


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