BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

FUNDAMENTOS DEL SERVICIO COMUNITARIO PRIVADO

Nelson de Vida Martincorena




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (162 páginas, 779 kb) pulsando aquí

 


Voluntarios

¿ A qué obedece la existencia de los voluntarios?.

En este mundo moderno dominado por el afán de lucro y el consumismo, en este reino de la «strugle for life» ¿cómo es posible que exista un ejército tan poderoso que sólo se mueve bajo las banderas del beneficio al prójimo y a la comunidad?.

Se trata de una pregunta que admite múltiples respuestas. En toda acción humana es dable detectar:

Las motivaciones personales, los factores internos que justifican esa conducta y los externos, situaciones que propician que los impulsos se pongan en obra.

Las causas que orientan al sujeto a participar como voluntario poseen una gran complejidad; a manera de hipótesis explicativa, puede decirse que quien participa de una actividad de servicio puede sentirse convocado desde varias vertientes.

La que afinca en los valores religiosos o morales, que hallan fundamento en la caridad, en el amor fraterno, conceptos que ya hemos desarrollado.

Una personal vivencia de la corriente humanista, que entronca en los conceptos anteriores y reconoce la existencia de derechos humanos fundamentales, con la correlativa obligación de la sociedad y de todos sus integrantes para asegurar su efectiva vigencia.

La acendrada convicción sobre las bondades de la forma democrática de gobierno y del estado de derecho, en cuyo régimen los ciudadanos tienen el deber de participar activamente en solución de los problemas colectivos, ya sea interviniendo en la actividad política, ya aportando su esfuerzo en las instituciones que tienden desinteresadamente a aquel fin.

Un reconocimiento de la deuda que tenemos con la sociedad, que nos hace partícipes y responsables de la solución de las dificultades que la afectan.

No es conducente intentar dilucidar cuáles de la enunciada motivaciones juegan un rol más trascendente, dentro del espíritu del voluntario que trabaja en gestiones humanitarias y en especial en el servicio.

Si bien es teóricamente factible que la persona se determine por sólo alguna de las razones expuestas (u otras que escapan al análisis) lo más probable es que lo haga por una conjunción de factores.

Y ello es tanto más posible, si apreciamos que los conceptos reseñados no se contraponen; por el contrario, puede señalarse una beneficiosa concatenación de los mismos, que permite un reforzamiento recíproco; cual piezas de un delicado mecanismo, que se subordinan a un fin superior.

Es decir que a los deberes morales y religiosos, que se imponen al hombre como miembro de la especie, se agregan los deberes cívicos como integrante de una colectividad política que reconoce derechos a todos los seres humanos y que exige, a los que están más capacitados, una participación activa en el gobierno y en la solución de los problemas.

Según Nathan Cohen: «Es un problema complejo determinar qué mueve a cada uno a ser voluntario. Sin embargo, el sentimiento humanitario siempre ha estado presente en el escenario norteamericano, aun cuando su motivación no haya sido nunca clara. A veces se ha basado sobre un potente motivo religioso; en otros casos, sobre el temor de que ‘no quiera Dios que yo me encuentre en esa situación’; a veces, hay un afán de reconocimiento y consideración social; tampoco falta la aceptación racional de su importancia para nuestra sociedad democrática. En la mayor parte de los casos, sin duda representa una combinación de estos factores». (13)

La puesta en práctica de los impulsos anotados cuando encuentran adecuados canales para su desenvolvimiento, aspecto que mucho depende de la situación de la sociedad en cada momento histórico, producen a nivel individual una serie de satisfacciones muy estimulantes.

Alguien ha dicho con particular acierto: «...en el trabajo comunitario, la satisfacción de sentirse partícipe del esfuerzo común, con otras personas con conciencia cívica, trae aparejadas vinculaciones y amistades que enriquecen la propia vida, el establecer contacto con personas de ideales elevados y una devoción desinteresada por el mejoramiento de la comunidad y de sus ciudadanos...».

Violet Sieder ha señalado: «El trabajo voluntario depara varias satisfacciones al individuo que presta servicios. Primero, un sentimiento del propio valer, adquirido por desempeñar un papel trascendente atendiendo a las necesidades de personas situadas fuera del círculo familiar, o de amigos personales; segundo, la sensación de estar identificado con la comunidad mediante su contribución directa y la conformación del programa de la entidad y de ver el papel de ésta con una perspectiva más amplia; tercero el importante subproducto de un desarrollo personal, intelectual y emotivo, obtenido por intermedio del adiestramiento voluntario y de la nueva experiencia». (14).

Si tales recompensas a nivel individual posibilitan el desarrollo del voluntariado, debe afirmarse que desde el punto de vista social, otras ventajas lo auspician, indubitablemente.

Puede preconizarse que la participación voluntaria en actividades comunitarias es una forma responsable de asumir la calidad de hombre consciente de sus obligaciones morales y ejercitar adecuadamente los derechos y deberes que le asisten como ciudadano.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles