BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

FUNDAMENTOS DEL SERVICIO COMUNITARIO PRIVADO

Nelson de Vida Martincorena




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Contenido

Corresponde ahora precisar el contenido de la actividad, la verdadera sustancia en que se concreta el servicio.

La noción refiere tanto a los objetivos propuestos, como a las tareas que se cumplen para alcanzarlos. Estas últimas son variables, ya sea que se repitan o no; aquellos en virtud de su generalidad, permanecen.

Es propio de las entidades exponer sus propósitos, los cuales constituyen el nexo que aglutina los esfuerzos individuales.

Se trata de cometidos, de encargos que asume el sujeto colectivo, verdadera síntesis de su razón de ser.

Lógicamente, hay diferencias entre los fines y las realizaciones, es decir el resultado concreto de las tareas.

A nuestros efectos, los consideraremos globalmente, como indicativos del contenido de la acción, el «qué se debe hacer» y el «qué se hace» efectivamente.

El «cómo se hace» o «cómo se debe hacer» refiere a las pautas organizativas que veremos más adelante.

Obviamente, las distinciones tienen un valor relativo; la actividad de estudio e investigación que consideraremos «contenido» del servicio, podría estimarse una forma de cumplir el trabajo.

Le hemos asignado un carácter sustancial, en atención a su importancia intrínseca, dado que posibilita múltiples actuaciones, algunas de las cuales pueden exceder la órbita de la entidad que la ha practicado.

Procede establecer inicialmente si hay características inmanentes, definitorias del contenido del servicio, que lo hacen diferente de gestiones similares.

Por lo pronto, sabemos que la asistencia no es un rasgo propio del servicio, puesto que puede estar presente en las tareas de beneficencia.

Acaso, puede serlo desde el punto de vista negativo, es decir: si hay asistencia, ¿no hay servicio?

La experiencia indica que no es así; muchas veces el servicio brinda asistencia. Lo que sucede es que aquél excede la mera actitud asistencial, posee un contenido mucho más rico.

Tan es así, que nos aventuramos a decir que la consecuencia lógica de un perfeccionamiento del servicio, tiende como ideal, a la eliminación de la asistencia. (*)

Y ello ocurre, porque el servicio tiene como contenido prioritario la promoción del bienestar social, en su más amplia acepción.

No se trata solamente de atender las necesidades sociales acuciantes, ni de procurar solamente erradicar las causas que auspician su acaecimiento y extensión; el servicio tiende a la superación humana, mejorando la calidad de vida de los hombres y por tanto de la sociedad en su conjunto.

Debe reconocerse que el impulso del bienestar es una meta muy ambiciosa cuando nos debatimos ante tantas carencias y limitaciones, que consagran hoy día el reino del «malestar social».

No obstante, la brecha que separa el ideal de la realidad, más que propiciar el desánimo, debe operar como un saludable acicate, sobre todo porque las positivas particularidades operativas que distinguen al servicio permiten aceptar el desafío con razonable optimismo.

Entonces, para lograr una efectiva promoción del bienestar social, es imprescindible poner en juego arbitrios novedosos, que colocan al servicio en un terreno cargado de promesas y desafíos. (**)

Es así que la primera actividad característica del servicio comunitario es el estudio, la investigación y el diagnóstico de los problemas que afectan la convivencia.

El servicio no se conforma con eliminar los efectos nocivos de una situación social determinada, la toma como motivo de una actividad ulterior; no se atiende exclusivamente a lo adjetivo, a las consecuencias, sino que se procura remontar el curso, descubriendo las causas y avizorando entonces, las posibles soluciones de fondo.

Corresponde señalar que ese esfuerzo cognoscitivo no se limita a trabajar en el área de las necesidades evidentes que se imponen en el seno de una comunidad; también procura detectar y definir otras cuya percepción es a veces nebulosa o errada. (***)

Obviamente, la investigación no está guiada por un mero deseo de saber científico. Se trata de un presupuesto para la acción y ésta habitualmente debe encararse a la mayor brevedad, ingresándose al terreno de las soluciones, donde se reflejará la adquisición de un arsenal teórico y práctico que permitirá un eficaz tratamiento del problema.

(*) En alguna medida se puede decir que la asistencia, ha servido como punto de contacto, como una especie de «puente» evolutivo, entre las instituciones de beneficencia y las de servicio comunitario.

(**) Es evidente que los propósitos varían de una institución a otra, y ya vimos que pueden existir las que se dedican a finalidades particulares, sin dejar por ello de practicar servicio. En tal caso la promoción del bienestar, se busca desde un ángulo particular. En otras entidades, el propósito será explícito y las tareas que se aborden tenderán directamente a su consagración.

(***) «Esta determinación de carencias encubiertas no es un proceso fácil, pues involucra una investigación sobre los tipos de necesidades, los grupos que las tienen y sus propias percepciones, así como sobre la frecuencia, severidad e impacto de aquellas», como lo ha señalado acertadamente Ronald C. Federico. (3)

Obtenido el conocimiento, se abre la etapa de las intervenciones concretas, de los aportes a la comunidad, que pueden referirse como ya vimos, a la asistencia, a la rehabilitación de los destinatarios, así como a la prevención de los males sociales.

Esta última materia, por sus especiales características, es un campo de inagotable fertilidad, donde el servicio ha cumplido y seguramente seguirá cumpliendo una tarea de invalorables perfiles positivos.

Procede asimismo destacar que las actividades que procuran incrementar el bienestar comunitario, pueden asumir como contenido, aspectos promocionales, grupales e individuales, entre los cuales destaca la «educación para el desarrollo» que «permite crear, reforzar y reproducir aptitudes, competencias y capacidades individuales y colectivas para enfrentar sobre la base de los propios esfuerzos situaciones de injusticia y desbalance en el marco social...» (4)

En todos los indicados enfoques del servicio, puede anotarse una exigencia esencial de excelencia.

Cuando la actividad comunitaria se ha desarrollado a plenitud, aparece un aspecto creativo de singularísimo relieve:

El servicio produce un bien que antes no existía y así, la acción solidaria acrecienta el patrimonio social. No se trata de un mero traslado generoso de la propiedad de un bien, que pasa de una mano a otra, que lo necesita; por el contrario se obtiene un producto novedoso, una conquista estimable, ante la cual es fácil pensar que siempre debería haber existido...

Si bien es propio de la esencia del servicio su actitud ante los problemas y si es acorde a su naturaleza el resultado creativo de la acción, es forzoso resaltar que ambos aspectos aparecen como reflejos de su objetivo sustancial: la búsqueda del bienestar social en su más amplia acepción.

Ese propósito cardinal abre para el servicio una latitud de horizontes, que propicia una rica diversidad de actuaciones y desenvolvimientos.

No obstante, ya vimos que esa generalidad de objetivos no es imprescindible, pues el servicio puede estar presente en enfoques particularizados, que tienden a la solución de problemas vinculados a determinados grupos de la sociedad.

No se deberá pretender que las características que venimos de exponer se virtualicen, in totum, en las diversas actividades que despliegan las entidades de servicio a lo largo del orbe. No obstante, en mayor o menor grado, estarán inspirando su curso de acción.

Por otra parte, una somera consideración de las gestiones que las mismas desempeñan, nos demuestra que no existe una materia específica que les sea propia, que no pueda ser abordada por otras entidades sean privadas o públicas (beneficencia, servicios públicos, etc.).

Si bien no hay área privativa, la originalidad del servicio viene dada por su aspiración al bienestar y la forma de encarar los problemas; por su pretensión de profundizar en las raíces de los males, aunada a su orientación preventiva y promocional.

Veremos a continuación que en la organización operativa de las acciones, también se encuentran rasgos definitorios.


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