BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




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4.3. El TCP promueve una visión indígena del desarrollo

Para el TCP, los tratados comerciales diseñados en el Norte facilitan el desarrollo y la expansión del sistema capitalista a escala global que se fundamenta en la explotación ilimitada de los recursos naturales y humanos en la búsqueda constante del beneficio y la acumulación individual de riqueza, una visión que inevitablemente deriva en la degradación del medioambiente. La contaminación y depredación con el solo fin de obtener beneficios pone en riesgo la vida de los grupos humanos que conviven más estrechamente con la naturaleza, es decir las comunidades indígenas.

Los TLCs inducen a la fragmentación y posterior desaparición de las comunidades indígenas, no sólo porque contribuyen a la destrucción de su hábitat sino también porque les empujan a una competencia descarnada y en igualdad de condiciones con las grandes corporaciones del norte.

El TCP cuestiona la sostenibilidad de la teoría del "crecimiento económico" y la cultura del derroche occidentales que miden el desarrollo económico de una nación según la capacidad de consumo de sus habitantes. Por ello plantea otra lógica de relacionamiento entre los seres humanos, es decir un modelo de convivencia distinto que no se asiente en la competencia y el afán de acumulación que aprovecha/explota al máximo la mano de obra y los recursos naturales.

Rescatando las premisas de la cultura indígena, el TCP postula la complementariedad frente a la competencia; la convivencia con la naturaleza en contraposición con la explotación irracional de recursos; la defensa de la propiedad social frente a la privatización extrema; el fomento de la diversidad cultural frente a la monocultura y la uniformización del mercado que homogeneiza los patrones de consumo.

Independientemente de los acuerdos, la propuesta boliviana considera listas de proveedores prioritarios, especialmente grupos étnicos, cooperativistas y empresas comunitarias, para evitar la competencia ruinosa e imposible con las poderosas transnacionales. Con la propuesta de un Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), Bolivia se propone alcanzar una verdadera integración que trascienda los campos comercial y económico - cuya filosofía es alcanzar el desarrollo endógeno justo y sustentable en base a principios comunitarios - que tenga en cuenta las diferencias nacionales respecto a población, superficie, producción, acceso a infraestructura y recursos e historia, en la línea de las dos propuestas de integración más avanzadas en este sentido como son la Alianza Social Continental (ASC) y la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA.

4.4. Evaluación General

El denominado Tratado de Comercio entre los Pueblos (TCP), como se vio se fundamenta como una reacción al modelo neoliberal vigente en nuestros países durante las dos última décadas, pero constituye básicamente una proclama con un alto contenido ideológico que rescata muchos principios de reivindicación de los países en desarrollo en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado. Sin cuestionar la certeza de algunas de sus argumentaciones, como el derecho de los pueblos pobres a mejores condiciones de vida y a un mejor destino, no toma en cuenta que es precisamente mediante la integración y sus mecanismos que se busca superar esta injusta realidad. Al contradecir todo esquema de libre comercio, por ejemplo, impugna una de las bases de los modernos procesos de integración para un fortalecimiento conjunto de sus capacidades productivas.

Su visión es una visión pastoril del mundo, de la economía y de la sociedad, llena de añoranzas de un socialismo indígena - que jamás existió - que se puede comprender únicamente por el entusiasmo que acompaño, el año 2006, la asunción al gobierno de Bolivia de un Presidente indígena, lo que enamoró, en una primera etapa, a buena parte de la comunidad internacional, pero que a muy corto plazo se reveló como parte de una estrategia digitada por los países que propugnan el llamado “socialismo del siglo XXI”, que lamentablemente están determinando el aislamiento de Bolivia de los procesos de integración comercial, así como la anulación de nuevas posibilidades como las de un tratado de asociación con la U.E., que negocian actualmente los otros países andinos.

En cuanto al intercambio comercial con los países del ALBA, al margen del comercio con Ecuador en el marco del proceso andino y con Venezuela, que proviene todavía de los compromisos asumidos en la CAN, el intercambio con el resto de estos países (Cuba, Nicaragua y los pequeños países del Caribe) es nulo. Bolivia, incluso ha sufrido restricciones en el mercado de Venezuela, especialmente para sus exportaciones de soya, al haber este país - ya fuera de la CAN – concedido preferencias arancelarias a favor de la soya de los Estados Unidos, con la cual Bolivia no puede competir.

En resumen, el TCP, como instrumento del ALBA, no tiene hasta ahora ningún efecto positivo para Bolivia, habiéndole creado, por el contrario, una imagen y condiciones negativas para la inversión, la producción y el comercio con la región. En cuanto a relaciones de comercio “entre los pueblos”, fuera de constituir un enunciado populista, se enfrenta a la realidad cruda de la capacidad de mercado de los países integrantes del ALBA, que es probadamente insuficiente e incompatible con la oferta exportable de Bolivia.


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