BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (344 páginas, 955 kb) pulsando aquí

 

3. FACTORES PRODUCTIVOS

En este marco de deficiencias estructurales, los obstáculos para una eficiente base productiva son muchos, las estructuras insdustriales, como ya se mencionó, son precarias, con una orientación principal a la industria ligera de consumo, limitada por el tamaño reducido del mercado nacional. El sector productivo más importantes es el sector primario (minerales, agropecuaria, recursos forestales y gas).

Los minerales, que han sido el tradicional recurso de explotación y exportación, se hallan supeditados a los bruscos cambios del mercado internacional, con precios siempre oscilantes que le determinan a este sector una inestabilidad crónica.

En materia de agricultura, en el occidente del país existen niveles todavía rudimentarios de cultivo agravados por la fragmentación del recurso tierra derivada de la densidad poblacional y caracterizada por un nivel de subsistencia; en cambio en la zona oriental se ha desarrollado una moderna agroindustria, con capacidad exportadora, pero sometida a limitaciones energéticas y de facilidades de transporte.

En materia de recursos forestales, la explotación de los bosques se la realiza de manera extintiva, sin políticas decididas de repoblamiento forestal. Constituye uno de los principales rubros de exportación no tradicional, pero a niveles primarios sin transformación (simplemente aserrada), su vinculación al sector secundario es decir a la producción y exportación de productos procesados es todavía escasa.

En cuanto a los hidrocarburos, como se sabe Bolivia es un país esencialmente gasifero, recurso que constituye actualmente el principal rubro de exportación. En la década de los años 90, mediante una política de privatización de la empresa estatal del petróleo y una exagerada apertura a la inversión extranjera, se lograron identificar grandes yacimientos de gas en la zona oriental y en el sur del territorio, cuyo potencial prometía convertir a Bolivia en una de las potencias gasiferas de la región, una especie de centro distribuidor a los países vecinos, tanto es así que hasta hace poco el gas boliviano era el principal recurso energético para la industria de Sao Paulo, mediante un contrato de venta al Brasil de largo plazo, así como se vendía una importante cantidad de gas a la Argentina que le alcanzaba, incluso, para recomercializarlo a Chile, merced a precios políticos, menores a los vigentes en el mercado internacional.

Surgió, no obstante otro problema, la completa transnacionalización del sector, en cuyo marco los beneficios se concentraban, en forma legal o encubierta, en poder de las empresas petroleras internacionales, provocando una legítima aspiración nacional para modificar esta situación y lograr un mayor equilibrio de participación, lo que se logró en parte a través de una nueva legislación de hidrocarburos el año 2005.

Con el advenimiento del populismo y las influencias radicales del socialismo del Siglo XXI (no obstante que Venezuela alberga a todas las empresas transnacionales del petróleo), a partir del año 2006 se procedió en Bolivia a una denominada “nacionalización” de los hidrocarburos, que no pasó sin embargo de una modificación de contratos y un alza temporal de tributos, respecto a los niveles ya establecidos por la Ley de Hidrocarburos del 2005. Esta medida y la excesiva publicidad sobre la recuperación nacional de los recursos hidrocarburíficos de manos de las empresas internacionales, dañó sin duda la imagen de Bolivia respecto a la inversión extranjera, creando inseguridad jurídica y la automática suspensión de inversiones por las empresas explotadoras, lo que ha determinado la caida de producción, el incumplimiento de los compromisos de exportación al Brasil y la Argentina y el desabastecimiento interno, con la necesidad incluso de importar algunos derivados de hidrocarburos (diesel, gasolina y GLP).

Al final, la tan proclamada recuperación de los recursos del gas a partir del 2006, que se presentó como un proceso de nacionalización, terminó en la realidad como simples procedimientos de compras hostiles de los paquetes accionarios de las empresas internacionales, incluso con indicios importantes de corrupción por sobreprecio en los pagos compensatorios a las empresas.

Abundan criterios en sentido de que la abundancia de recursos naturales han limitado antes que favorecido el desarrollo de Bolivia, se habla incluso de la maldición de los recursos naturales. Sin embargo, se tiene también la conciencia que todos estos problemas nacen básicamente de una concepción que privilegia el rentismo con base en los recursos naturales y no su explotación eficiente e integrada, que dinamice todo el potencial de producción diversificada que tiene Bolivia y que permita niveles crecientes de transformación y de una industrialización autosostenida.

Además del potencial gasifero y minero, se perfila actualmente un nuevo recurso natural: el litio. Bolivia tiene una de las mayores reservas del mundo de este material altamente estratégico, se abre así una nueva oportunidad para el desarrollo boliviano, si se pueden optimizar y superar las experiencias que dejaron todas las explotaciones de recursos primarios anteriores.

Para que esto sea posible se hace imprescindible superar el actual perfil de la economía, cuyo crecimiento depende de los recursos naturales, y sustituirlo por una economía de base ancha, en la que tengan cabida múltiples actores productivos, de manera tal que se diversifique el aparato productivo, se califiquen las exportaciones, se genere mayor empleo y, en definitiva, se ingrese en una senda de progreso y bienestar social.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles