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INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




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CAPÍTULO II. TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN

Concepción del fenómeno integracionista.- La Integración en las relaciones internacionales.- Clasificaciones o modalidades.- Concepto Económico.- Base Jurídica.- Grados de Integración Económica: Sistema de Preferencias Arancelarias; Zona de Libre Comercio; Unión Aduanera; Mercado Común; Unión Económica; Comunidad Económica.- Elementos constitutivos de la Integración.-

1. CONCEPCIÓN DEL FENÓMENO INTEGRACIONISTA

Dentro de la acepción idiomática más corriente se puede entender como integración a la concurrencia de las partes en el todo, a la conjunción de elementos o entidades dispersas para la formación de una estructura de conjunto. Esta acepción semántica y general puede ser aplicada a diferentes conceptos, situaciones o materias, se puede hablar de esta forma de la integración de un territorio, de la integración de una sociedad, de la integración de un capital, etc., es decir que el término es representativo de la idea de la unidad frente a la diversidad.

Pero, cuando se aplica el concepto de integración al moderno fenómeno en las relaciones económicas internacionales que se manifiesta después de la II Guerra Mundial, es cuando recién nos encontramos con el actual concepto de integración, que es el objeto de nuestro estudio.

La integración como representativa de la idea de unidad y complementariedad entre naciones no es nueva, tiene antecedentes remotos, por ejemplo en la Grecia antigua la Liga Anfictiónica como asociación entre varias ciudades estados; más cerca de nosotros la organización económica de la América Colonial bajo el gobierno de España se asemeja a una figura de integración, también la conformación de la unión federal entre las colonias americanas que dio surgimiento a los Estados Unidos de América, constituye el más significativo ejemplo de la dimensión política de la integración, así como diversos proyectos de formación de uniones aduaneras que se dan en el siglo XIX, entre las cuales destaca la Zollverein entre los estados alemanes, procesos que dieron lugar a un importante desarrollo doctrinal que llega hasta nuestros días.

Durante la Segunda Guerra Mundial, no es difícil constatar que uno de los proyectos del Tercer Reich fue el de lograr un espacio económico común en la Europa ocupada, intentos que quizá influyeron en las primeras manifestaciones europeistas de la postguerra y que, ya bajo las reglas del GATT a finales de la década de los años 40, fueron aprovechadas para conformar los primeros intentos de uniones aduaneras entre los países de Europa Occidental como FRANCITEL y FINEBEL - de muy corta vigencia – y el BENELUX, que fue una de las bases para el surgimiento posterior del proceso de integración europeo.

Lo evidente, es que hoy, pese a las crisis políticas que han dado lugar a la disgregación de países que conformaban unidades políticas, algunas muy importantes y estructuradas, las tendencias hacia la integración se han valorizado, especialmente como estrategias de seguridad común, de desarrollo compartido o de una mejor inserción en un sistema económico mundial complejo y muchas veces adverso.

Es innegable, en consecuencia, la trascendencia y vigencia de los modernos procesos de integración. Incluso desde una perspectiva filosófica, es todavía patrocinadora del fenómeno integracionista la tesis de Teilhard de Chardín, cuando afirma que la humanidad siempre se ha movido y se mueve hacia objetivos de cooperación y solidaridad que en algún momento, quizá todavía lejano, es seguro que apuntará a la conformación de una sociedad y un gobierno mundial, es decir una globalización con solidaridad y con un destino universalmente compartido.


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