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LA INVERSIÓN Y SU COMPORTAMIENTO EN MÉXICO: 1940-2009

Samuel Ortiz Velasquez




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CAPÍTULO III. PATRONES DE ACUMULACIÓN EN AMÉRICA LATINA

El comportamiento de la inversión tiene lugar en un determinado contexto. Este tiene que ver con el marco económico estructural vigente y, asimismo, con el ordenamiento político y cultural que enmarca las actividades económicas. Por consiguiente, una correcta comprensión de la conducta de la inversión debe efectuarse considerando este marco estructural.

En el plano más económico, este marco estructural se puede ordenar con cargo a la categoría “patrón de acumulación”. En el período de análisis que se ha elegido, encontramos la vigencia de dos patrones de acumulación: el denominado “industrialización basada en la sustitución de importaciones” (ISI) y el neoliberal (NL). Se trata de ordenamientos estructurales bastante diferentes y que deben afectar, de una u otra manera, al comportamiento de la inversión. Dada su importancia, en este capítulo pasamos a examinar los rasgos básicos de tales patrones o modelos de desarrollo. Asimismo, recordaremos muy brevemente lo medular del patrón previo a la ISI: el patrón “primario-exportador. Esto, para mejor situar la emergencia y razón de ser de la industrialización sustitutiva. Asimismo, porque el patrón neoliberal, en algún grado, muestra ciertas semejanzas con el primario-exportador.

Para el tratamiento del apartado y principalmente para la exposición de la ISI, nos basamos en lo esencial en el análisis de CEPAL (y/o de autores a ella ligados). Ello en virtud de que en sus escritos se observa: i) en general una adecuada identificación y descripción de los fenómenos más relevantes del desarrollo latinoamericano y, ii) un intento de articulación interpretativa. Aunque tal articulación opera en un plano más bien descriptivo.

Valga agregar, no es propósito del presente trabajo desplegar de manera minuciosa las características y dinámicas de ambos patrones, de los cuales existe una vasta literatura. Solo nos limitaremos a una enumeración de los rasgos sobresalientes de cada etapa, los cuales nos servirán para situar en perspectiva el fenómeno que estamos estudiando, a saber, el comportamiento de la inversión en México. Y ensayar algunas hipótesis sobre el comportamiento de la variable en ambas fases.

Siguiendo a Aníbal Pinto y atendiendo a los propósitos expuestos en el párrafo anterior, situaremos las distintas fases con relación a factores que consideramos medulares, los cuales guiarán nuestra exposición. Estos son: a) El sector clave; b) La fuente del dinamismo económico; c) La contradicción estructural fundamental [Pinto, 1973].

3.1 Breve esbozo del Modelo Primario Exportador.

Para bien entender el contexto del surgimiento del patrón ISI, antes revisaremos brevemente el contenido esencial de su predecesor: el Modelo Primario Exportador (MPE). La periodización de CEPAL sugiere que aquella fase se extendió en América Latina desde aproximadamente la segunda mitad del siglo XIX hasta la gran crisis de los años 1929-1933.

La fuente principal del dinamismo se sustenta en la demanda exterior de productos primarios, i.e. la tasa de crecimiento de la economía estará en función de una variable determinada exógenamente: las exportaciones. Dicha demanda dinamizará al sector exportador de esos bienes, el cual se convertirá en el sector clave.

Desde el punto de vista de la capacidad productiva, la irradiación del sector exportador sobre el resto del sistema es pequeña. No obstante, se desarrolla una economía urbana comercial e industrial en cuyo marco se fueron estableciendo ciertas industrias “ligeras”, v. gr. tejidos, calzado, vestido y muebles. Caracterizadas en general por presentar bajos niveles de productividad.

El sector exportador, al contrario, opera con una elevada productividad. Aunque, en muchos casos, la productividad elevada obedece más a una explotación más intensiva de recursos naturales y fuerza de trabajo que a absorción de progreso técnico -entendida como asimilación de instrumentos y procesos productivos más eficaces- [Pinto, 1973]. Como sea, el punto a remarcar es que los aumentos visibles de la productividad no solo se concentraron en el sector exportador y actividades conexas, si no que por diversas razones, no consiguieron irradiarse hacia el resto del sistema, dejándolo más o menos intacto. Manteniéndose así la estructura dual típica de las economías latinoamericanas.

Por otro lado, la concentración del progreso técnico y de sus frutos, tiene su contrapartida en la distribución desigual de la renta. En efecto, dada la concentración de la propiedad de los recursos naturales, capital y la abundante mano de obra, el ingreso generado tenía que repartirse muy desigualmente.

Con estos rasgos, emerge, de acuerdo a Pinto, la contradicción estructural básica del modelo: la disociación entre la estructura de producción y la estructura de demanda. La primera, dominada por el sector primario, es muy poco diversificada: es “mono-productora”. La segunda, debido al incremento del ingreso y de su concentración en pocas manos, es muy diversificada. La contradicción se resuelve por la vía de las importaciones, financiadas con los ingresos de las exportaciones de productos primarios [Pinto, 1973].

En este marco, para que entre en crisis el patrón, basta solo una situación de desequilibrio externo duradero que rompa con el ajuste entre estructura de demanda y estructura de producción internas.

El desajuste externo duradero se encuentra durante el periodo 1914-1945, cuando: “… las economías latinoamericanas fueron sacudidas por crisis sucesivas en el transcurso de veinte años de guerra, de depresión o de ambas. Mientras tanto, la prolongada crisis de los años treinta puede considerarse como el punto crítico de ruptura del funcionamiento del modelo primario-exportador” [Tavares, 1980; 30].

En efecto, las contracciones del comercio internacional, se tradujeron en reducciones severas de los ingresos por exportaciones de productos primarios, lo que tuvo su contrapartida en la reducción de la capacidad para importar, con el consiguiente impacto deprimente sobre la tasa de crecimiento del producto.

Pero la gran crisis y el consiguiente estrangulamiento externo que le siguió, no desembocaron en general en una depresión prolongada de las economías latinoamericanas pues los gobiernos de los países latinoamericanos instrumentaron una serie de medidas conducentes a defender el nivel de ingreso y de ocupación, ante los embates del exterior. Lo cual, terminó por impulsar un nuevo patrón de acumulación. Pero, sobre este punto regresaremos mas tarde.

En síntesis, tenemos que la emergencia del nuevo patrón de acumulación obedeció a la conjugación de dos factores centrales: i) la gran crisis y el estrangulamiento exterior que se genera y ii) las medidas de los gobiernos latinoamericanos conducentes a defender los niveles de ingreso y ocupación. Ellas perfilan el viraje hacia dentro de las economías y el consiguiente tránsito al patrón ISI.


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