BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y SALUD

Ma. Guadalupe Ojeda Vargas y otras




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La educación problematizadora de Paulo Freire

El interés por el tema de educación continuada para las enfermeras cuya función en el desempeño de su trabajo es el cuidado de los adultos mayores moribundos ha llevado a la identificación de modelos de referencia que favorezcan la profundización en el objeto de investigación. Por lo que, se presentan el referente teórico de la educación problematizadora, de la obra de Paulo Freire ya que la educación liberadora del oprimido es un intento de respuesta práctica y culturalmente situada que busca reconocer al hombre su propia dignidad y la fuerza que ella contiene una vez que la descubre, coincidiendo esta realidad para las enfermeras que cuidan adulto mayor terminal, para la profesión se requiere rescatar desde la práctica la conciencia crítica que permita generar una fuerza transformadora de la realidad, a partir de ellas mismas.

Paulo Freire en su obra Pedagogía de oprimido editada en 1985, propone que la educación es un acto cognoscente en el cual el objeto cognoscible en lugar de ser el término del acto cognoscente de un sujeto, es el mediatizador de sujetos cognoscentes.

Este tipo de educación antepone la exigencia de la superación de la contradicción educador-educandos, pues sin esta no es posible la relación dialógica, indispensable a la cognoscibilidad de los sujetos cognoscentes, en torno del mismo objeto cognoscible.

La educación problematizadora situación gnoseológica a fin de realizar la superación afirma la dialogicidad y se hace dialógica. Rompe con los esquemas verticales característicos de la educación tradicional y se convierte en la práctica de libertad superando la relación educador y educando, a través del dialogo donde no hay educando y educador sino que cada uno se vuelven educando-educador y educador-educando.

De esta manera el educador ya no es solo el que educa, sino aquel que en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien al ser educado también educa. Así ambos se transforman en sujetos del proceso en el que crecen juntos y en el cual ya no existe la figura de autoridad, ahora ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en comunión y el mundo es el mediador.

La práctica problematizadora lleva al educador a ser siempre un sujeto cognoscente, tanto cuando se prepara como cuando se encuentra dialógicamente con los educandos. Donde el objeto cognoscible, es la incidencia de su reflexión y de la de los educandos.

Así pues el educador problematizador rehace constantemente su acto cognoscente en la cognoscibilidad de los educandos, donde son investigadores críticos en dialogo con el educador, quién a su vez es también un investigador crítico.

El educador presenta a los educandos el contenido, cualquiera que sea, como objeto de su admiración, del estudio que debe realizarse. “readmira”, “la admiración” que hiciera con anterioridad en la “admiración” que de él hacen los educandos.

Dado que esta práctica educativa es gnoseológica, el papel del educador problematizador es el de proporcionar, conjuntamente con los educandos, las condiciones para que se dé la superación del conocimiento al nivel de “doxa” por el conocimiento verdadero, el de “logos”.

La educación problematizadora, de carácter auténticamente reflexivo, conlleva un acto permanente de descubrimiento de la realidad donde se busca la emersión de la conciencia crítica.

Cuando más se problematizan los educandos como seres en el mundo y con el mundo, se sentirán mayormente desafiados y más obligados a responder al desafío; desafiados comprenden el desafío en la propia acción de captarlo porque captan a este como un problema en sus conexiones con otros, en un plano de totalidad donde la comprensión resultante tiende a tornarse crecientemente crítica y por tanto más desalienada.

La reflexión que se propone es autentica por ser sobre los hombres en relación con el mundo, relaciones en las que conciencia y mundo se dan de manera simultánea, o sea que el mundo constituyente de la conciencia se transforma en mundo de la conciencia, de allí la afirmación de Sartre” Conciencia y mundo se dan al mismo tiempo”.

Siendo este un proceso permanente donde los hombres van percibiendo críticamente, como están siendo en el mundo, en el que y con el que están, convirtiendo a la educación problematizadora en una práctica de la libertad, donde el hombre responde a su verdadera vocación una transformación creadora, con carácter histórico y la historicidad de los hombres.

Así pues se asienta en el acto creador y estimula la reflexión y la acción verdadera de los hombres sobre la realidad, reafirmando su vocación como ser que no puede autenticarse al margen de la búsqueda y de la transformación creadora.

Y se puede identificar entonces la raíz de la educación como manifestación exclusivamente humana, en la inconclusión de los hombres, tornándose entonces en un quehacer permanente, en razón de la inconclusión de los hombres y del devenir de la realidad, donde la educación se rehace constantemente en la praxis “para Ser tiene que estar siendo”.

Así pues los hombres como seres históricos y su historicidad se identifican con ellos como seres más allá de sí mismos como proyectos; como seres que caminan hacia delante, que miran al frente, como a seres a quienes la inmovilidad amenaza de muerte, para quienes el mirar hacia atrás no es una nostalgia de querer volver sino una mejor manera de conocer lo que esta siendo, para construir mejor el futuro partiendo de su sujeto y su objetivo.

Esa búsqueda ese movimiento del ser más, sólo se puede dar en la comunión, en la solidaridad de los que existen, donde se busca la humanización de los hombres.

Así pues se puede decir que la educación desde la óptica de Freire, es aquella donde los educadores y los educandos se hacen sujetos de su proceso, superando el intelectualismo alienante, donde el mundo ahora, ya no es algo sobre lo que se habla con falsas palabras, sino el mediatizador de los sujetos de la educación, la incidencia de la acción transformadora de los hombres, de la cual resulta su humanización.


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