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MÉTODOS PARA GESTIONAR LA LIQUIDEZ EN UN CONJUNTO DE EMPRESAS COMERCIALES CUBANAS

Marta Gisela Santander Suástegui




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III.2 - Procedimiento para gestionar la liquidez en la empresa

La situación actual de las finanzas empresariales, la propia necesidad de incrementar el dinero y elevar con ello el bienestar social y personal tanto en bienes tangibles como en servicios, obliga al establecimiento de un procedimiento que permita usar métodos para optimizar las finanzas de la empresa.

De la misma forma que el Sistema Nacional de Contabilidad Cubano dejó de existir en el año 1993 para convertirse en las Normas Cubanas de Contabilidad por la necesidad de Cuba de poderse insertar en el mercado mundial y lograr adaptarse a los estándares internacionales, la concepción financiera empresarial de hoy debe ser desplazada por las finanzas en su concepción moderna para todas las empresas del país. Y este propósito no puede materializarse sin la introducción y aplicación de los métodos y técnicas modernos de administración, utilizando la optimización financiera.

A lo anterior también lo precede y condiciona decisiones de Gobierno y medidas operativas que convierten en líquido activos considerados de lenta rotación, que pueden incluso manifestar cambios en la exposición de los activos que se reflejan en los Estados Financieros en el orden de los más líquidos a los menos líquidos.

En su libro “Economía y reforma económica en Cuba”, su autor Diezmar Dirmoser plantea: “Si bien es cierto que, conceptualmente, todo intento de iniciar un proceso de reestructuración del sector monetario – financiero, sin antes modificar o definir el esquema de funcionamiento de la economía real, podría resultar prematuro al estar erigiendo una superestructura sin contar con la necesaria infraestructura, no es menos cierto que para la realidad nacional actual es preciso realizar algunas reconsideraciones…”

Y aquí este autor reflexiona sobre un proceso de descentralización y desregularización que, despuntaba a partir del año 1994 y que, esto había posibilitado unas finanzas más equilibradas “pero su materialización requerirá necesariamente el rescate de los puntos de referencia de la eficiencia económica, cuya viabilidad se vincula con un adecuado entorno financiero que, paulatinamente, genere condiciones de <<restricciones financieras (presupuestarias) fuertes>> en el funcionamiento de la microeconomía..”

Y más adelante plantea: “En Cuba, el sistema financiero, en su sentido más amplio, se caracteriza por ser notablemente rudimentario cuando no <<primitivo>>….”

Por otra parte Diezmar expresa: “…un funcionamiento cada vez más descentralizado puede fomentar nuevos desequilibrios o agudizar los ya existentes e incluso dar lugar a nuevos <<desbordamientos de liquidez>>.

Claro que él no se estaba refiriendo exactamente a la liquidez empresarial, sino hacia el exceso de circulación monetaria, pero el precio en las ventas minoristas dependen de la demanda solvente y esta misma variable condiciona a su vez los ingresos reales de los trabajadores: salario real y el cobro para la actividad empresarial.

La mayor fuente de financiamiento para el Estado Cubano como dueño, antes de la existencia del Sistema Tributario en Cuba, era el aporte en efectivo de la empresa desde su ganancia y para dar continuidad a esto debe conservar su necesaria liquidez.

Cada inversionista que compra acciones “está adquiriendo una proporción directa de los riesgos de la empresa”, según los planteamientos de los autores Brealey y Myers. Por tanto, el Estado Cubano como inversionista también adquiere una parte del riesgo de la empresa pública en la que invierte.

La experiencia práctica laboral de la autora, reconoce que todavía no existe conciencia sobre los métodos y técnicas modernos de administración financiera en la mayoría de los empresarios cubanos, lamentablemente tampoco en los que dirigen el área económica.

Muchas son las entidades que a simple vista tienen una solvencia que supera los resultados aceptables para su buen funcionamiento, mas su capacidad de pago es poca, incluso en su flujo financiero pudiera hasta encontrarse un déficit monetario, resultando aparente el exceso de liquidez determinado con anterioridad.

Un análisis superficial de los Estados Financieros para comparar un período con otro, en ocasiones, resulta evidente para muchos dirigentes quienes piensan que con ello se puede llegar a conclusiones definitorias sobre la evolución de su negocio. Con todo, la experiencia de algunos economistas ha demostrado que, un conjunto de índices no es la única forma de medir la eficiencia de la administración financiera.

Además de encontrarnos muchas veces ante errores en la clasificación de activos y pasivos corrientes que, hacen que se distorsionen los resultados de estos cálculos.

Conocemos de las condiciones que enmarcan a la empresa cubana por existir un bloqueo económico de medio siglo que, implica restricciones para nuestra participación en el mercado mundial. Sin embargo, no podemos desechar las ventajas que ofrece Internet y la radicación de entidades cubanas en el extranjero, para llevar a cabo métodos que propician la optimización de las finanzas empresariales.

Para cumplir con el objetivo de este libro, pensamos en un procedimiento que aúne una serie de conceptos y métodos que, coadyuvan a lograr un nivel de liquidez empresarial aceptable.

Primero es necesario partir del cálculo de la capacidad inmediata de pago y comprobar luego si la empresa está funcionando cerca de su efectivo medio ya que, si existiera exceso de liquidez con un nivel de efectivo superior al máximo aceptable, la medida a tomar sería reducir el costo de oportunidad por la tenencia de efectivo, minimizando el mismo. En el caso de haber déficit monetario, el método a aplicar sería optimizar financieramente todo activo que encierra inmovilidad de recursos monetarios.

Al estudiar el Nomenclador de Cuentas de una empresa cubana, observamos distintas partidas con contenidos económicos diferentes a los de las cuentas por cobrar y la casi inexistencia de valores negociables. De ahí que, para conocer una razón inmediata de liquidez, la autora sugiere descontar del Activo Circulante, otras partidas además de los inventarios, que no son tan líquidas o no hay posibilidad real de convertirlos en activos líquidos en el período de un año, por ejemplo: pagos anticipados a proveedores y reclamaciones o adeudos al Presupuesto del Estado.

No existe un modelo internacional único de índices financieros. Cuenta mucho más un poco de lógica y sentido común que una aplicación ciega de fórmulas.

Sin embargo, para Brealey el resultado del índice de liquidez puede interpretarse como la facilidad que tiene la empresa para apoyarse sobre su tesorería. En este sentido, cabe la interrogante sobre si aplicásemos esto a empresas cubanas donde hay escasez en los niveles de tesorería, ¿ante qué liquidez estamos?: ante aquella que está justo en manos de los clientes y no de la empresa.

Si se aplicara un tipo de prueba ácida como liquidez inmediata en los análisis financieros, la empresa pudiera prevenir cualquier insolvencia y tomar las decisiones pertinentes, actuando sobre las partidas que se requieren con el objetivo de lograr y mantener una adecuada administración financiera de su activo.

En correspondencia con las Normas Cubanas de Contabilidad, entendemos como activo circulante más líquido el que se detalla en el numerador del siguiente cociente.

Efectivo y equivalentes + Valores negociables + Cuentas y Indice = efectos por cobrar + Anticipos a justificar + Préstamos por cobrar de liquidez Pasivo Circulante

El resultado de este índice se considera aceptable, de acuerdo con las características de cada entidad. En el caso del conjunto de las empresas analizadas, si el resultado era igual o mayor a 0.7, la empresa presenta buena liquidez para responder a los pactos de pago con los proveedores, según orientaciones del Ministerio de Finanzas y Precios.

De cualquier forma, el resultado que pueden ofrecer los índices financieros, no es exacto ni oportuno, como tampoco constituye un fin en sí mismo, por lo cual puede existir discrepancia entre un índice y otro.

De igual forma, más que un resultado investigativo, este libro invita a una nueva metodología, dejamos este camino para otra investigación sobre el análisis de la liquidez real de una empresa.

No obstante y a juicio de la autora, si este índice se aplicara a la cifra planificada para realizar el aporte al Estado, el cálculo sería el siguiente:

Indice ∗ Aporte = Cifra planificada de Aporte considerando la liquidez de liquidez Planificado realmente disponible en la empresa

Es decir, tomando en consideración el índice para el cálculo del Aporte se obtiene un importe menor al que actualmente se fija como compromiso con el Estado.

Por consiguiente, la cifra planificada de Aporte que se obtiene varía en dependencia del resultado del índice de liquidez calculado. Si el índice muestra un valor menor que 1, evidentemente disminuyen las posibilidades de cumplir con el aporte planificado al Estado. Si por el contrario, el nuevo índice de liquidez calculado muestra un valor mayor que 1, la empresa se encuentra en condiciones de aportar más al Estado conforme a su liquidez.

Se toma la unidad como medida de comparación por ser el límite reconocido por la literatura para asegurar la capacidad de la empresa para cumplir con todas sus obligaciones a corto plazo, lo que por supuesto implica el pago a los proveedores.

En ningún momento se ha sustituido la obligación del aporte al Estado, solo que se ha calculado el mismo en correlación con la liquidez empresarial.

La intención tampoco ha sido reducir la participación del Estado sino promover una organización en cuanto el aporte en efectivo que realiza la empresa por ser este su principal objetivo y establecer proporciones que deben analizarse antes de efectuar dicho aporte, custodiando la conservación de la liquidez en los niveles aceptables, contribuyendo a la elevación de la rentabilidad económica y financiera de la empresa.

En el Capítulo primero se habla del excedente económico. La autora comparte el criterio del reconocido economista Raúl Prebisch en cuanto a que es mejor socializar este “excedente” a través del “establecimiento de una disciplina de acumulación” pero solamente tendrían responsabilidades redistributivas aquellas empresas que derivan la mayor parte del excedente, por concentrar una fuerte proporción de los medios productivos.

Sin embargo, el Artículo 596 del Capítulo XIV del Decreto 281 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros sobre el nuevo Sistema de Dirección y Gestión Empresarial prohíbe la redistribución por la organización superior de dirección del resultado económico negativo de una de sus unidades empresariales hacia el resto que la integra, sino que debe aportarse al Estado en su calidad de Fisco el total del resultado económico positivo obtenido en el resto de sus entidades, sea cual fuera la liquidez de la misma.

La solución también debe estar encauzada hacia la confección del Estado de Flujo de Efectivo que, pese a su establecimiento por las Normas Cubanas de Contabilidad, como un Estado Financiero más de uso obligatorio, la empresa cubana aún no lo ha introducido como tal dentro de la información financiera que rinde a las instancias superiores, ni para usanza misma en el análisis futuro de sus decisiones financieras.

Mejor aún es, confeccionar por parte de la empresa un Presupuesto Financiero para varios escenarios, lo cual tampoco se hace.

Nunca ha sido el objetivo de todo lo aquí escrito, desacreditar la liquidez como indicador financiero básico, sino señalar que su aplicación es más estrecha de lo que popularmente se conoce como “Activo Circulante – Inventarios”.

Además la liquidez empresarial medida tradicionalmente como tal, es más útil para las instituciones bancarias que para la propia empresa, incluso para los proveedores, quienes necesitan la garantía de cobrar el crédito comercial concedido.

La liquidez empresarial como se expresó en el Capítulo II, es considerada como un fin en sí misma por algunos empresarios, cuando en realidad hay que buscarla en todas las partidas desagregadas del Estado de Situación de la empresa y hacer un estudio profundo de cada parte.

En eso precisamente consiste el análisis financiero, en la separación de todo el conjunto de cifras que, se concentra en el Estado de Situación.

Este análisis debe estar siempre presente en cada decisión que se tome por la administración, como así fue señalado ya en el capítulo anterior.

Por otra parte, toda Norma Financiera plantea que, ningún acuerdo internacional debe menoscabar la capacidad de cada Estado para diseñar sus políticas monetaria y financiera, para el desarrollo y bienestar de su pueblo.

Sobre este derecho, a cada Estado le corresponde entonces tomar un conjunto de medidas de carácter fiscal, monetario y en ocasiones, inversionista, como guía para impulsar actitudes adecuadas en pos del desarrollo económico de su país.

El Estado debe hacer orientaciones indicativas, interesado en el bienestar de la sociedad en general en el orden de lograr una redistribución equitativa del ingreso nacional.

El decremento de liquidez en la empresa cubana y la desestimulación del empresario, sin una visión futurista de su reproducción ampliada ocasionan los siguientes efectos a nivel nacional:

-
Debilita el incentivo de la actividad económica.

-
Determina un empleo ineficaz de los recursos económicos.

-
Trae como consecuencia el crecimiento de los recursos monetarios inmovilizados y la disminución de las fuentes de financiamiento.

Todo lo anterior implica disminución de los ingresos reales.

Desde el punto de vista de la empresa, la falta de liquidez significa desaprovechar las oportunidades ventajosas que pudieran presentarse e implica una limitación de la libertad de acción y de elección por parte de la dirección de la entidad.

La cadena de impago en Cuba provocada por la ausencia de liquidez en la empresa, se recrudece a partir de la utilización de las letras de cambio que no están avaladas por el Banco y que esta institución a su vez, no se responsabiliza en avalarlas, para no correr con la penalización e insolvencia actual de la misma.

Sin embargo, tomando en consideración el uso obligatorio por parte de todas las entidades del país, del Flujo de Efectivo, como un Estado Financiero obligatorio más según las Normas Cubanas de Contabilidad, podemos conocer la liquidez real a partir de sus propios resultados tomando como denominador las utilidades y las ventas.

Por otra parte, hoy existe otra desventaja para el cálculo de la liquidez, la exclusión del activo fijo que de acuerdo con la aplicación de métodos como el arrendamiento y la retroversión financiera, se puede hacer incluso, más líquido que el conjunto de las propias cuentas por cobrar.

Asimismo, el índice de endeudamiento es único para cada empresa, de acuerdo con la actividad que esta realice. En este sentido, la empresa puede decidir su estructura financiera en cuanto a la participación de los acreedores y su proporción con el capital propio, de forma tal de lograrse la optimización financiera puesto que, hasta ahora, no se ha conseguido definir en teoría cuál es exactamente la estructura financiera óptima de una empresa.

Además de existir otros factores para la empresa cubana como la estructura y riesgo económico, la insolvencia generalizada, la composición de sus activos, la situación fiscal y el aporte al Estado como dueño, así como otras decisiones gubernamentales que inciden en la administración de las finanzas empresariales.

En este nuevo siglo se ha desarrollado otros trabajos investigativos que, confirman las particularidades del sistema empresarial cubano.

Hasta el año 2001 predominaba en la empresa cubana el financiamiento a corto plazo, notándose la hegemonía de las cuentas por pagar, seguidos por los impuestos y otras obligaciones con el Estado, por ser el medio menos costoso para obtener recursos pero por otro lado, esta opción de financiamiento es igualmente la de mayor riesgo financiero.

La empresa cubana utiliza más el crédito comercial que el bancario, como un modo de agilizar sus operaciones, pues el segundo obstaculiza las transacciones y afecta el resultado económico de la empresa.

Sin embargo, la disminución de la rentabilidad económica por el gasto en que se incurre por el pago de los intereses, si se solicitara un préstamo bancario, sería un gasto deducible para el cálculo del impuesto sobre utilidades, lo cual coadyuva a incrementar la liquidez empresarial.

En las empresas que se estudiaron cuyo resultado motivó este trabajo, observamos el bajo índice de endeudamiento que existe en las mismas y la gran acumulación de capital.

Partiendo de este enfoque, cabe entonces la pregunta, de si la optimización del activo precede a la optimización de la estructura financiera de la empresa.

La respuesta sería afirmativa, sí se puede minimizar el Activo de la empresa y consecuentemente, reducir la participación de los dueños en este financiamiento, a través del uso de diferentes métodos que aplicamos en el período de la investigación.

El nuevo Sistema de Dirección y Gestión Empresarial a través del Decreto 281, Capítulo XIV Sistema de Relaciones Financieras, plantea en su artículo 593 como uno de sus objetivos: “asimilar la técnica internacional, aceptada en materia de administración financiera empresarial.”

Aplicar estos métodos es una forma de desacumular el capital gerencial visto en las empresas estudiadas.

Ninguna teoría es perfecta. En nuestro caso procedimos al cálculo de la liquidez, observando que, si se estableciera una relación para el aporte al Estado tomando en cuenta el nivel de tesorería, disminuiría el riesgo de insolvencia.

Luego de obtener estos resultados, procedimos a esbozar el ahorro o incremento de efectivo, por la optimización financiera de la empresa a partir de sus activos.

La primera partida a estudiar es lógicamente el Efectivo que, para nosotros constituye la partida más importante del Activo y su incremento es consecuencia a su vez de la optimización del resto de las partidas que conforman este grupo, tal como fue anunciado en el primer Capítulo.

La primera técnica aplicada en este sentido fue el cálculo del Saldo Promedio de Efectivo, ya que, ninguna de las empresas estudiadas tiene inversión en valores negociables, haciéndose nula la fórmula del modelo Miller – Orr.

El resultado de este cálculo determinó un déficit monetario con relación al efectivo medio, con que debe operar cada una de estas empresas y esto reveló la necesidad de optimizar financieramente los activos de la empresa e incrementar los niveles de tesorería. Esta combinación de técnicas contribuye a elevar la liquidez deprimida en el conjunto de empresas.

La segunda acción consiste en verificar el importe de las Cuentas por Cobrar según las edades y verificar su variación respecto a las ventas.

Se observa es una variación positiva. Este incremento de las cuentas por cobrar evidencia que se ha dejado de cobrar mucho más de lo que se ha vendido, lo que también puede verificarse a través del siguiente cociente:

Flujo de Efectivo en operaciones Ventas netas

Si este cociente es superior a la unidad, nos informa la medida en que los ingresos contables han sido cobrados. Sin embargo, cuando lo aplicamos en cada una de las empresas consultadas, el denominador era superior y por tanto, el resultado siempre fue un número entre 0 y 1.

Asimismo, se pudo constatar cuando seguimos esta misma línea de cálculo para las utilidades.

Utilidad del período Flujo neto de Efectivo

Indice que resultó menor que la unidad, acreditando que, no se cobra el 100% de las utilidades obtenidas en el período, importe por el cual se determina el compromiso de aporte al Estado, en su doble cualidad de dueño y fisco.

Dado esta situación y la disminución de la liquidez que haría peligrar el cumplimiento del aporte de la empresa, se sugiere a la administración realizar el factoraje de un por ciento de las partidas pendientes de cobro.

En este sentido se recomienda recurrir al factoring a través del Banco Metropolitano, vendiendo las cuentas por cobrar vigentes hasta un 30%. En todo caso se aconseja acogerse al factoraje sin recurso, aunque la prima por comisión sea mayor que si se aplicase factoring con recurso.

El factoring además de ser un financiamiento ágil y sencillo, representa una gran oportunidad para desarrollar una empresa y como servicio financiero que es, permite a la empresa cubrir sus necesidades de liquidez y de capital operacional a partir de la venta de sus cuentas por cobrar vigentes.

Esto a nuestro criterio, resuelve gran parte de la cadena de impagos actual en el país, pues si bien la empresa no puede obtener el 100% de sus cobros con los clientes, al menos puede recuperar el 80% aplicando esta técnica de factoraje.

En vista de que el estudio de las corrientes de fondo, no solo detectó recursos monetarios inmovilizados en estas partidas, sino también en los inventarios, se sugiere buscar en Internet empresas abastecedoras dedicadas a estos fines.

En este otro sentido, sustituir las nuevas mercancías que se compren, por contratos de suministro justo a tiempo con empresas abastecedoras, asegurando los contratos con empresas de seguro. Se debe reducir hasta un 10% los inventarios por ser la primera vez que se aplica esta técnica en la empresa, no se recomienda sustituir desde el inicio un 30% de los inventarios. Por tanto, este método debe irse aplicando paulatinamente en dependencia de los resultados que se obtengan.

Esta técnica resulta más eficaz para lograr el incremento del efectivo y en el caso de la empresa cubana, la optimización del inventario reduce los faltantes en el inventario, con el correspondiente aseguramiento en el abastecimiento de las mercancías a través de otras empresas de servicios como Empresa Nacional de Seguros (ESEN) y Empresa Internacional de Seguros (ESICUBA).

Por esta razón, el uso de esta técnica financiera traerá también un ahorro significativo en el pago del Impuesto sobre Utilidades por considerarse no deducibles los gastos por faltantes y pérdidas de bienes.

Aunque cada empresa calcula también el Punto de Equilibrio en unidades físicas por surtido, la aplicación de otras técnicas además de esta, no se recomienda por su complejidad y por los requerimientos de un nivel de aseguramiento técnico superior.

Con la optimización financiera de las principales partidas del capital de trabajo ya se logra un incremento notable del efectivo, sin embargo las exigencias de los proveedores y la obligación del aporte al Estado como primer renglón medible, hace que se vaya más allá del Activo Circulante en la búsqueda de lograr el incremento de la liquidez empresarial.

Por último y tratándose de una cifra importante en Cuba, se puede sustituir cientos de millones de pesos en inversiones materiales y activos fijos ya comprados, optando por el alquiler y no la compra de los mismos o aplicando el método de retroversión financiera en un 30%.

Para la adquisición de los nuevos activos fijos solicitados, puede sustituirse la compra por el contrato de arrendamiento con opción de compra y para los activos fijos obsoletos de la empresa puede realizarse su venta con un contrato de arrendamiento simultáneo.

Para esto último, se recomienda un contrato de arrendamiento con la nueva tecnología para los equipos electrónicos de computación y sus accesorios, por ser susceptibles de obsolescencia entre 12 y 18 meses y cuya baja por daños físicos cuando no está totalmente depreciado el activo fijo tampoco es deducible por el fisco, teniéndose que pagar un gravamen cuando procediese.

Para alcanzar este objetivo, se analizó el activo fijo en cada entidad muestreada y el resultado derivado fue alrededor de un 40 - 45 % con relación al activo total y cerca del 75 - 80% del total de recursos monetarios inmovilizados.

Se analizó la situación de cada entidad donde la mayoría, como ya hemos dicho, tenía más del 50% del plan destinado a la inversión en esta partida del Activo y sugerimos entonces aplicar el procedimiento de la retroversión financiera para un por ciento de aquellos activos fijos en desuso u obsoletos, recuperando al mismo tiempo la propiedad económica sobre el bien optimizado.

Tal como pensaba el gran filósofo Aristóteles: “la riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión”. De acuerdo con este pensamiento, mediante la retroversión financiera, se puede recuperar gran parte del importe inicial de la inversión financiera en el activo fijo y ahorrar otra parte en el pago del Impuesto sobre Utilidades por ser un gasto deducible el pago del alquiler por dicho activo.

Finalmente, se recomienda continuar con la solicitud de préstamos bancarios, puesto que el gasto por el interés a pagar es igualmente deducible del pago del Impuesto sobre Utilidades, lo que de la misma manera lo convierte en un ahorro fiscal.

Se logra también que, con estos resultados, la gerencia comprenda la importancia del estudio financiero en cada decisión y valorar mejor la alternativa entre comprar o alquilar para los planes perspectivos.


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