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GOLPES, TRASPIÉS Y DEMORAS. LOS PERFILES DE MARX, Tomo IV

Edgardo Adrián López




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A. Prólogo: criterios empleados en el semanálisis de los tomo I y II de los Grundrisse

En principio, lo que se anuncia en calidad de “introducción” era una explicitación de los parámetros que se habían utilizado en el enfoque semiológico del libro I y de hecho, así aflora en Los perfiles de Marx, vol. I, recientemente editado (López, 2010 c). Luego se decidió, no sin incontables vacilaciones, que en esta parte, denunciaríamos* los horizontes que nos guiaron para convertir lo dado(1) en los datos que analizamos bajo el aspecto de enunciados numerados de forma correlativa, en las dos obras anticipadas en el exordio. [por el enfoque, nos amurallamos en la fatuidad de la ciencia]

Tal cual lo advierte Saltalamacchia, los datos no son con lo que “simplemente” nos topamos ya allí sino que deben ser producidos(2) (1997 a: 1, 17), lo que supone una intensa faena de la cual es impostergable dejar registro con el horizonte de que otros puedan acordar o no con lo efectuado. Al mismo tiempo, ello se imbrica con una práctica de análisis que no procura borrar la “presencia” de quien investiga (op. cit.: 4).

Por lo demás, la observación de lo dado, la elaboración** de los datos, la construcción del objeto, la distinción entre tema y problema(3), la elección de las técnicas y métodos, la apuesta por determinado paradigma(4), la preferencia por una teoría en lugar de otra, etc. son encrucijadas*** en las que el investigador se revela como un sujeto que busca ser reconocido(5) por los pares (loc. cit.: 34). Las socializaciones pasadas actúan en las socializaciones del presente y ambas influyen en las expectativas sobre el futuro (op. cit.: 44). Por ende, los nexos entre sujeto y objeto**** no son transparentes(6) sino que se encuentran encandilados por la interferencia ineludible de las socializaciones en escena.

Pero la dinámica de estudio(7) que quisimos impulsar se aleja del Paradigma Positivista o de la epistemología de las certezas, acercándose al “Paradigma” Comprensivo o “epistemología” de la incertidumbre. En el primero (que abarca al Positivismo en sí, desde el idiota de Comte en adelante), el mundo “exterior” es concebido en tanto algo estable, ordenado, objetivo y regido por leyes a descubrir.

En la explicitación de leyes y regularidades, se abandonan las dimensiones múltiples del espacio y del tiempo.

En cambio, en la “epistemología” de la incertidumbre (donde situamos a Marx, aun cuando se oigan los abucheos de retóricos al estilo de Habermas o Gouldner) no hay una realidad “sencillamente” exterior, sino que debemos añadir una esfera social. Los dos multiversos****** son sistemas infinitos, abiertos, fluidos, difíciles de captar, atravesados por el azar, el caos y el desorden, etc. Si hasta cierto punto es viable idear regularidades y leyes, el investigador se pregunta por los factores que condujeron a que emergieran automatismos.

Sin embargo, una de tales condiciones es que los individuos naturalizan, internalizan, legitiman y le dan consenso a relaciones de violencia, jerarquía, poder, dominio, explotación, hegemonía, desigualdad, etc. que de ninguna manera van de suyo. Id est, no se deben únicamente a estructuras estructuradas u objetivas sino a la acción central de estructuras estructurantes o subjetivas.

La paradoja propia del semanálisis en curso es en consecuencia, que en virtud de la “liminal” toma de partido por una “epistemología” flexible, el enorme esfuerzo que supone hacer aflorar en el segmento de lo denotado procedimientos que permanecen en lo connotado (y por ende, en lo ideológico y no racional), no agota las ambigüedades, las imprecisiones, etc., en suma, aquello que, robando con amabilidad el lenguaje de la estadística, se llama “margen de error”. Los enunciados reconstruidos son paráfrasis; por ende, no supone que “habla” por sí misma la rúbrica/Marx, sin mediación de Interpretantes. Pero eso tampoco hace impugnable el trabajo de lectura, dado que no es viable una “hermenéutica” de “grado cero”.

Incluso, si se citaran fragmentos del alemán o si fueran transcritos segmentos a partir de los cuales mostrásemos por qué y cómo confeccionamos las paráfrasis que hemos numerado, esos gestos ya implicarían una selección que no sería menos arbitraria que nuestras paráfrasis, aunque lo “ocultase” convincente y convenientemente. Borges sugirió que si alguien escribiera/“plagiara” El Quijote de un modo “literal”, el espaciamiento temporal que respira entre el siglo XVII y mediados del siglo XX, haría de la obra copiada un palimpsesto distinto, tal como si no respondiera a Cervantes.

De allí que la “imagen” de un textum acorde a los procedimientos y técnicas inventados y usados, es como sigue (Figura 1):

En consecuencia, si la obra que desgranamos fuese un “plano” la práctica de lectura que sugerimos la torna con “mesetas” de diversa “altitud” y “hondura”.

Ahora bien, la “traducción” de las oraciones y sintagmas de la obra del amigo de Engels que es objeto de análisis, a enunciados clasificados por isotopías, se ubica en el nivel del ordenamiento(8) nominal de los datos (Beranger, 1992: 11). Las oraciones, sintagmas, lexemas, sememas o Interpretantes, etc. que fuimos construyendo para luego convertirlos en un conjunto de palabras acotadas(9), se extrajeron de diferentes lugares del texto (cabe aclarar que al menos una de las páginas citadas entre paréntesis, se enlaza con un sintagma explícito del corpus). E. g., de las notas editoriales o de las atribuidas a la firma que glosamos, de las aclaraciones efectuadas entre paréntesis, de los títulos y subtítulos de los pequeños apartados, fraccionando una oración en sintagmas menores, de las enumeraciones, entre otros espacios.

Ahora bien, el empleo de algunas corrientes de la Semiótica y de determinados elementos de estudio de ciertas teorías del área, no supone de ninguna forma que vayamos a “descuartizar” el pensamiento del suegro de Aveling con el objetivo de reconstruir su “gramática profunda”, de idéntico modo que apelar al Psicoanálisis no conllevó efectuarle una “terapia” al “auctor” arrinconado por el capitalismo. Las mencionadas corrientes están aplicadas cuando en el decurso del estudio, relevamos los condicionamientos históricos que contribuyeron a linealizar las teorías del acosado por y en las instituciones, trayendo a colación la idea de “condiciones de recepción” del sentido (Verón), o en los instantes en que explicitamos cómo fue alucinada la metáfora del “edificio” por los desiguales marxismos, a los fines de tematizar la dialéctica infra/supraestructura, lo que implica colocar en juego las ricas hipótesis de una teoría de la enunciación, incluso con los agregados que nos pertenecen.

Por añadidura, las tradiciones semióticas a las que adherimos se emplearon para “educar” nuestra interpretación, con el horizonte de controlar lo que podamos afirmar con alguna legitimidad acerca de los textos, mas esa función de las corrientes nombradas no tiene necesariamente que estar explícitamente detallada en el cuerpo de la tarea.

Empero, lo anterior no borra la perplejidad en relación con que 60 (sesenta) páginas, que es la extensión de las “Formas que preceden ...” (Marx, 1971 e), den origen a 798 (setecientos noventa y ocho) enunciados(10). Cuatro motivos generales:

1) se procede a la conversión de los sintagmas en enunciados casi renglón por renglón;

2) un sintagma o un par de lexemas pueden dar lugar a varias clases de enunciados, que se ubican en des–iguales isotopías. Múltiples enunciados se repiten o son más o menos equivalentes.

3) En muchos casos, esos enunciados casi idénticos tienen una misma paginación; en otros no, y ello se debe a los sememas intervinientes.

4) Algunos enunciados reiterados, al formar parte de isotopías o “subisotopías” diferentes pueden tener características distintas. Por ejemplo, en la subisotopía “componentes” del apartado “base”, enunciados calificados como “descriptivos” son también “definiciones” en la subisotopía “tipos de basis”.

En un estrato disímil de opiniones, conviene explicitar qué entendemos por “hipótesis”: es un enunciado que cuenta de dos sub/enunciados (tema + rema). Los nexos entre ellos se entablan por los conectores lógicos. Resulta que los enunciados calificados de tales en el semanálisis, no cumplen con ese requisito formal porque nos veríamos forzados a alterar de modo extremo lo elaborado por el admirador de Wolff, al añadirle el rema. La categoría aludida implica que el enunciado tiene un grado de abstracción que se corresponde con un plano hipotético.

Existen enunciados que son calificados de paradójicos y son también definiciones. Ello podría suscitar la impresión de que hay una “anomalía”. La solución dialéctica es que la definición en el seno de una paradoja no deja de ser una definición.

Finalmente, las “apreciaciones críticas ...” no son opiniones mitometafísicas (Bourdieu, 1975), sino enunciados tan abstractos y de tan largo alcance que no pueden catalogarse de “hipótesis”(11). Entran en el lodo de la crítica y de la metateoría; por el contrario, las hipótesis pertenecen al ámbito de lo científico.

* (A) El epígrafe de telón que se levanta, fue esculpido en la noche fría de una incipiente nevada, de 15 de julio de 2010, a las 22, 55 hs., en un cyber cuyo dueño se ofreció gentilmente, a revisar mi vieja máquina, que dejó de funcionar “redepente”, sin previo aviso, como suelen ocurrir las cosas inciertas.

(B) A Isabel la escuché en una reunión kirchnerista en el frecuentado Boching Club (Adolfo Güemes 72), el día 08 de julio de 2010 a las 21, 45 hs.

De Manuel supe por mi amigo, Rodolfo Elbirt, en una charla camino a La Caldera, en su auto, en un frío y lluvioso otoño, luego de un jueves de Semiótica Audiovisual (a cargo de la genial Prof. Amalia Carrique, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta –UNSa.–, Salta capital, provincia de Salta, Argentina –22 de abril, 17, 40 hs.).

(C) El aspirante a poema fue tallado sangrante, en el local del trotskista Partido Obrero de calle Ituzaingó esquina San Luis, a las 20, 30 hs. de 10 de julio de 2010.

(D) Compartimos no obstante, que la argumentación tediosa, paciente, detallista, etc. no únicamente bloquea la imaginación y la formulación de ideas osadas, sino que es un obstáculo hasta para el razonamiento mismo y of course, para las intuiciones que rompan el statu quo académico (Feyerabend, 1994: 15).

La lógica en sí, puede ser una increíble barrera puesto que en determinadas ocasiones es necesario adoptar puntos de vista inconsistentes, con el propósito de resolver asuntos que de otra forma, tardarían o no se solucionarían (1994: 15, nota 21, p. 136, nota 35, p. 145).

Lo llamativo es que el autor no pondere que las éticas, las morales son también “cepas” que “eunucan” la creatividad... (hace una defensa bastante desafortunada de la “crisis ética” que se trasunta en la prostitución –Feyerabend, 1994: 15).

** Incluso, en la elaboración de lo dado en datos, puede haber componentes “irracionales” como el deseo inexplicable de que, de entre dos teorías rivales (Ptolomeo y Copérnico), se privilegie una (Copérnico) a pesar que cuando las dos visiones del mundo se encontraban en disputa, las evidencias empíricas y los cálculos, parecían beneficiar más a Ptolomeo (1994: nota 156, p. 174, notas 163 y 169, p. 176).

*** Las posiciones epistemológicas, las reglas metodológicas, son más bien guías que como tales, pueden violarse, ignorarse, olvidarse, etc. en pos del descubrimiento, precisamente (Feyerabend, 1994: 14, nota 21, p. 136, nota 25, p. 137).

**** El racconto de cómo se abordó el tema, el problema y el objeto a enfocar, la historia de lo que se llevó a cabo, que es bastante castradora, administrativa, tediosa, aburrida, estéril, etc., puede efectuarse con el horizonte de aprender de los errores ajenos y para visualizar lo que no se pudo antes (1994: 10).

Aun cuando hemos adoptado mucho del autor indicado, no podemos dejar de señalar que posee una concepción tradicional del nacimiento y evolución de las ciencias (Feyerabend, 1994: nota 184, p. 178), en contraste con las hipótesis estrambóticas de Foucault.

En desmedro del genealogista nietzscheano, habría que decir que el acontecimiento de que las ciencias se diferencien no por los golpes del Progreso, ni por la claridad de la Razón, sino por las discontinuidades que configuran los juegos y redes de poder, no niega la cientificidad de las ciencias, sino que la historiza*****. Nada más, nada menos (2000).

***** En una sana polémica con la Prof. Amalia Carrique, a la par que disfrutábamos de Los Mann. Una saga del siglo XX, el sábado 10 de julio de 2010, de 22 a 23 por Europa, Europa, donde me expresó su perspectiva respecto a que entre mi poética y mis escritos académicos, ella optaba por mis tenues versos..., discutíamos acerca de si el amigo de Deleuze, podía o no sentenciar que las ciencias eran meras ficciones de poder, sin guardar ninguna efectividad.

Le confesé que para mí, ésa era una de sus debilidades, puesto que entendía que Foucault homologaba la problematicidad de determinados objetos, al estilo de la “locura” y de lo “anormal”, con la imposibilidad de constituir saber alguno en relación con ellos. La polémica continuó a la hora del desayuno, sosteniendo ella, que el enojado con Derrida era brillante como para negar la efectividad de las ciencias, sin poderse zanjar la duda.

****** Siendo púber, me interesé por las investigaciones de Einstein, lo cual principió por distraerme de lo que era mi otra obsesión: el dibujo y la pintura.

El apasionamiento fue de tal magnitud, que comencé a ponderar la alternativa de seguir Física Nuclear en el prestigioso Instituto Balseiro, pasión que continuaba una temprana elección vocacional, que era la de aspirar a ser astronauta, al haber quedado profundamente impresionado por el alunizaje de 1969, casi a un año de haber nacido. Recuperando entonces, nuestras pesquisas en torno a Física de partículas de alta energía, podemos concretar una síntesis de la historia del cosmos:

******* Aunque no detectamos in stricto sensu, corpúsculos “nodales”, podría definirse una partícula “elemental” como el “paquete” de campo (energía y materia) que no se desintegra durante un período de eones.

Se mantienen en su estado corpuscular por la ley de conservación de la energía, que estipula que si una partícula interactuase fuertemente con otro corpúsculo (que puede ser una onda...), no puede destilar de sí ninguna otra partícula con una masa menor a la onda “madre” (los electrones, neutrones, fotones, protones, neutrinos, etc., son “elementales” en ese aspecto, aunque todos –excepto los fotones– acaben por desaparecer).

Un corpúsculonda, cuenta con una vida media que es su estabilidad.

Las partículas que poseen una vida media de 10-28 segs., son corpúsculos muy inestables. Casi siempre, las partículas de esa índole, participan de la Fuerza Fuerte, a causa de su escaso tiempo medio de existencia.

La masa es a su vez, una propiedad que vuelve ponderables las partículas bajo la relación E = mc2 y por  = fħ, donde “f” es la frecuencia con que “vibra” la ondacorpúsculo y “ħ” es la constante de Planck, / m = (fħ) / c2 ó m =  / c2.

Las partículas “rotan”; por ello, detentan un spin, que es el giro sobre su eje en múltiplos, fraccionarios o no, con respecto a una velocidad “ideal” de rotación. El protón gira a ½ o tiene spin ½ porque rota a la mitad de su velocidad de giro “ideal”.

A partir de esas nociones nucleares, los corpúsculosonda se clasifican por (Cuadro 2):

Su spin:

Los hay fermiones, que son las partículas de spin semientero;

Los bosones son corpúsculos de spin entero (fotones, gravitrones, bosón “vectorial” y gluones).

Su estabilidad:

Existen mesones, que son los productos de la desintegración de partículas. No incluyen protones ni anti protones.

Los bariones, que son los resultados de la descomposición radiactiva y que abarcan a protones y anti protones.

La clase de interacción:

Partiendo del hecho constatado de que la Fuerza Fuerte dura aproximadamente, 10-23 segs. luz********, tenemos:

Los leptones, los que no intervienen en reacciones en que participa la Fuerza Fuerte (electrones, muones, taones, neutrinos –épsilon (ε), mu (µ), tau (τ)).

Los hadrones intervienen en reacciones de la Fuerza Fuerte.

Los fotones, los cuales no son hadrones ni participan en los procesos convencionalmente radiactivos, excepto en calidad de emisión de energía.

Lo último que cabría añadir es que las teorías de las “cuerdas” (que se bambolean entre cinco y 2...), honran la concepción pitagórica de que el caosmos era una continua “vibración” en determinadas escalas y “notas””: las “cuerdas” son los “hilos” micro micro que “musicalizan” a los quarks y al resto de las partículas que no sean fotones, serpenteando en once dimensiones o más (las nueve dimensiones espaciotemporales son “invisibles” porque son menores al espacio que tarda la luz en recorrer 10-43 segs., que es una distancia menor al del tamaño de un protón********* –las cuerdas se hallan enroscadas, enmadejadas en ese espacio********** infinitesimal...).

Sin que se sepa por qué, las “cuerdas” son propias de los corpúsculos que tienen quarks, excluyéndose a los fotones, que no se componen de quarks.

******** Tanto el brillante Prof. Maximiliano Paesani cuanto el no menos genial Dr. Roberto Rubio, objetaban que pudiera legítimamente pretender comprender las Matemáticas de la Relatividad, tal como en su momento, me lo enrostraron mis tíos ingenieros, celosos y temerosos de que realmente, pudiera entender la Relatividad en sus aspectos cuantitativos (la esposa de uno, con los años, se burlaba de mí por no haber conseguido ni ser astronauta ni físico nuclear, como si hubiera elegido ser doctor en Historia para subsanar frustraciones, lo que no es verdad –por su lado, el ingeniero más joven, acostumbrado a humillarme, arrojó a la calle mis escritos de la época, en torno a Física teórica y de partículas de alta energía, para que se lo llevara el servicio de recolección de residuos en 1990).

Haya acontecido lo que sucedió, podemos enunciar que la Relatividad en sentido restringido estipula la validez de leyes físicas sustanciales para los sistemas con movimiento uniforme relativo a sistemas inerciales, donde c es una constante (Einstein, 2010 h: 245, 252). Las ecuaciones que se infieren de las normas físicas, no se alteran si pasamos de un sistema de coordenadas con movimiento rectilíneo uniforme, a un sistema relativamente inercial y viceversa (2010 h: 314/315). Con la idea se impugna la noción de “simultaneidad absoluta”, se fija c como velocidad límite, se establece que los cuerpos se contraen o no de acuerdo a si v se aproxima a c y se estipula la equivalencia entre masa y energía, de acuerdo a E = mc2.

La Relatividad general amplía los asertos, incluyendo distintos tipos de movimiento, donde son homologables la masa inercial y la gravitatoria, en un espaciotiempo no euclidiano y en el cual la gravedad es un efecto dinámico y “mecánico” de la deformación del espaciotiempo cuatridimensional (2010 h: 246, 254), por objetos masivos.

Se unifica el espaciotiempo en un continuum y se describe la gravedad con el tensor de Riemann, tal que la gravedad cambia con las coordenadas y however, las ecuaciones y las leyes físicas no se modifican (la ecuación para la constancia de c es δσ2 = Σµν ωμν δxμ δχν –Einstein, 2010 h: 311, en la que “ω” es la gravedad y donde δσ2 = c2δt, estableciéndose una conexión entre ω, haz luminoso y tiempo…).

Al contrario de lo que casi siempre se imagina, interpretamos que la Relatividad general es prescindente respecto a la constancia de la velocidad de la luz o de c, estableciendo que es un límite que no puede superarse para partículas y cuerpos que deben aumentar su velocidad, cuando ésta se encuentra por debajo de c. O sea, la barrera de la luz es válida para partículas y cuerpos que son “tradicionalmente” más lentos que c o tardiones, pero nada dice de partículas y cuerpos que “desde siempre” pudieran haberse movido a velocidades mayores que la luz y que no requiriesen acelerarse a esa velocidad (de ahí la hypotheses de los taquiones o de objetos que pudieran tener longitudes de onda que viajasen a velocidades mayores que c –que era la idea de De Broglie; Hoffmann, 1985: 160).

Asimismo, la velocidad de la luz no es en sí misma constante, como en la Relatividad en sentido restringido, dado que como la gravedad deforma la luz, un rayo cercano a un cuerpo masivo en el espaciotiempo tetradimensional, se curva y al curvarse, disminuye infinitesimalmente, su velocidad c (Hoffmann, 1985: 105). Lo que continúa siendo válido y general es que ningún tardión puede convertirse en taquión (porque los gravitrones fueron indetectables, imaginamos que no son tardiones y que viajan a + c, por lo que los experimentos debieran enfocarse en los efectos que dejarían tras sí, al ser muy rápidos para atraparlos con la tecnología actual…).

Ahora, el concepto de taquión es necesario porque de lo contrario, los fotones, que son una de las tantas partículas cuya v es c, serían sistemas de coordenadas privilegiados, al ser los que representan la v límite. Ningún no taquión puede ser un sistema destacado por ningún motivo, dado que las leyes físicas son indiferentes a lo que pueda privilegiar un sistema o lo que es lo mismo, las reglas físicas no dependen de la v de desplazamiento relativo de un sistema.

Sea como fuere, Einstein se abocó desde 1907 a 1953 y mediante sucesivas correcciones, matices, ampliaciones al imponente edificio matemático y teórico de la Relatividad universalizada.

En 1907, esculpió que era necesaria una generalización de la Relatividad restringida con base en la igualdad entre masa inercial y gravitatoria, “imitando” la intuición de la equivalencia entre masa y energía (E = mc2 –Bargmann, 2010 g: 239).

En 1911, se dan las primeras formulaciones de Relatividad extendida respecto de las consecuencias de la gravedad en la luz (2010 g: 240; Einstein, 2010 h: 315).

En 1916, Einstein publica oficialmente, la teoría completa. Regresa a ella sucesivamente, hasta percatarse que la hipótesis del campo gravitatorio exigía integrar y deducir en términos de campo, las otras Fuerzas del cosmos, lo que se conoce con el nombre de teoría del campo unificado (1923). Por las sucesivas y continuas modificaciones de la hipótesis, la teoría general tuvo su forma parcialmente definitiva hacia 1953..., luego de casi ¡40 años de intenso laburo! (Bargmann, 2010 g: 241).

Mas, uno de los defectos de ambas fracciones de la Relatividad es que no definen patrones de medida por las que las distancias en espacio o en tiempo sean equivalentes, que es lo que subsanaron Robert F. Marzke y John A. Wheeler (Feyerabend, 1994: nota 200, p. 180, nota 201, p. 180, nota 205, pp. 181/183).

Otro de los defectos, ya estructurales y de consideración, es que por su obsesión de mostrar que las partículas y cuerpos son el campo de espaciotiempo “condensado”, “arrugado” puntualmente en unas coordenadas del campo, Einstein no concebía la posibilidad de un espaciotiempo vacío***********, sin materia, que es lo que propuso de De Sitter (Hoffmann, 1985: 187) y que es lo que por mi lado, concluí a mis 18 años, meditando acerca del particular por cuenta propia (son tales elucubraciones las que formaban parte de mis investigaciones sobre Física teórica y que fueron a la basura, por mano de uno de mis ingenieros tíos idiotas...).

Un defecto más es el de que aun cuando la Relatividad sea hilvanada por un aparato matemático arduo, su articulador es partidario del Paradigma de la Simplicidad o del Positivismo y del principio epistemológico ockhamita de la sencillez en la “mejor” explicación:

“... El hombre (sea o no de ciencia), intenta crear ... del modo que ... le convenga una imagen del mundo simplificada ...” (Einstein, 2010 h: 247; ir también a 2010 h: 258, 293, entre otros sitios de dios). Y re/mata lo dicho con la oración filistea: “... Pureza suprema, claridad y certeza a expensas del conjunto ... (Se) deja de lado ... todo lo que implique sutileza y complejidad ” (Einstein, 2010 h: 248).

Con un pensamiento tan engastado, era “natural” que la teoría del campo unificado (que debe partir de la Física para coronar con la desmitificación de la “esencia” de la vida y de lo vivo –ibid.) fracasara, puesto que una hipótesis de semejante presunción tiene que arrancar del Paradigma de lo Complejo.

********* Lo que significa que un protón “no existe” hasta tanto la luz no haya recorrido una distancia mayor a los 10-43 segs. luz.

********** Au fond, es nuestra opinión que si las dimensiones son once (nueve indetectables y 3 visibles), el universo en su totalidad cuenta con catorce, dado que las 11 dimensiones se curvan hacia la 12, gestando un hiperespacio en 13, “más” la dimensión “tiempo”************.

*********** Desde hace meses, me hallo incubando la noción de que la energía “oscura” que parece intervenir en la expansión del universo*************, proviene de la energía “inercial” del Big Bang que se trasladó al tejido del espaciotiempo y que al igual que el “ruido de fondo” de esa gigantesca explosión, se tradujo en una radiación omnipresente, la energía negra es el resultado de la expansión del espaciotiempo por su nacimiento desde una singularidad. La energía oscura es también un “fósil”, nada más que a escala de espaciotiempo.

************ El lexema no implica que no haya pluralidades temporales; de hecho, es factible que cada tres dimensiones espaciales, se añada una como “representante” del tiempo, por lo que habría tiempoS...

************* Si la luz no llega desde un punto a otro del cosmos, la información referida a ese punto A no arriba a B. Tampoco existe influencia causal de A en torno a B ni se establece una temporalidad entre A y B. Si la luz es lo que “traslada” consigo información, causación y tiempo, el universo debe hacer posible que esa información, causación y temporalidad, puedan arribar a disímiles zonas de sus “rincones”, sin importar las distancias interestelares, lo que supone en sí, la alternativa de encontrar medios para captar y recibir información a velocidades mayores que c.


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