BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PLURICULTURALIDAD Y EDUCACIÓN. Tomo III

Gunther Dietz y otros




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Antecedentes

En el siglo pasado las políticas educativas del Estado mexicano se orientaron a la búsqueda de la unidad nacional mediante la integración o asimilación de la población, las que se caracterizaron por múltiples acciones orientadas a evitar la expresión de la diversidad cultural . Kimilcka (1996), plantea la necesidad de entender la diversidad cultural a partir de dos modelos: el primero, parte de ubicar el origen e incorporación de culturas a las que denomina “minorías nacionales” y su deseo de seguir siendo distintas respecto a la cultura mayoritaria de la que forman parte, exigiendo diversas formas de autogobierno para asegurar su existencia. El segundo, escribe, surge de la inmigración individual y familiar que denomina grupos étnicos, quienes desean integrarse y luchan por que se reconozcan sus derechos.

En el caso de las “minorías nacionales” estas pretenden (a largo o corto plazo) instaurar una sociedad paralela, cosa que no sucede con los grupos étnicos que pretenden conservar su particularidad cultural dentro de las instituciones públicas. La aplicación de uno estos dos modelos plantea al Estado moderno la necesidad de replantearse su idea de nación y a tener que definirse como multinacional o poliétnico, o ambos a la vez.

En nuestro país, como mencionamos antes, hasta hace algunos unos años las políticas educativas se orientaban a buscar la unidad nacional para lograr la integración del Estado censurando toda expresión de la diversidad, paradójicamente, en una nación históricamente multicultural. Recientemente esta perspectiva ha empezado a cambiar, siendo necesario preguntarnos: ¿Quién fue educado para reconocer en la diversidad un recurso pedagógico y no como un problema? ¿A cuántos de nosotros se nos educó en la escuela a respetar las diferencias culturales? ¿Cuántos maestros han sido formados para atender a la diversidad, así como para garantizar la equidad y pertinencia de los servicios educativos?

No obstante, a más de nueve años de la reforma constitucional en importantes sectores de la población, niños y adolescentes que asisten a la escuela básica, continúa siendo objeto de discriminación y marginación social, producto de una educación que no reconoce la diversidad cultural existente en las aulas.

Esta realidad nos obliga a repensar en el diseño de una educación abierta donde autoridades, profesores, alumnos y padres de familia reconozcan la existencia de las diferencias de cada uno, como un elemento más de la realidad social; en la que podamos interactuar con los demás para incluirnos y no para marginarnos .


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