BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PLURICULTURALIDAD Y EDUCACIÓN. Tomo III

Gunther Dietz y otros




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La educación superior intercultural en México

En México, en el campo educativo se han registrado numerosas experiencias dirigidas a los pueblos originarios en el intento de adaptar las propuestas de diversidad cultural. Después de la aparente superación de los proyectos integradores y de aculturación, que se conformaron con las políticas indigenistas de primera generación (décadas de los 40´s, 50´s, 60´s y 70´s del siglo XX), el Proyecto de Educación Indígena Bilingüe Bicultural se concibió como la panacea en la enseñanza en pueblos indígenas. Tuvo dos objetivos: 1) utilizar la lengua indígena como lengua de instrucción y 2) recuperar los contenidos étnicos en el proceso escolar (Mena, Muñoz y Ruiz, 1999: 28). Estos objetivos tuvieron vigencia hasta mediados de los años ochenta; pero fueron poco conocidos por los maestros y no fueron aplicados; además de que no se conocieron sus resultados porque no se les dio seguimiento (Mena, Muñoz y Ruiz, 1999: 29). Sin embargo, dicho proyecto no trato de crear procesos de concientización de la diferencia cultural como una riqueza y alternativa; sólo se limitó a una mera traducción de conocimientos y a la utilización de la lengua materna como auxiliar en la enseñanza. Esto obligo a buscar otras alternativas.

La propuesta de educación bilingüe intercultural resultó más consistente al proponerse como objetivo el reconocimiento y respeto de la diversidad cultural, la valorización de las características de las culturas interrelacionadas y la familiarización de cada grupo cultural con las características culturales de otros grupos (Burbano, 1994: 31). En esta línea, la educación intercultural promueve la

afirmación del educando en su propio universo social y conceptual y en tanto propugna la apropiación selectiva, crítica y reflexiva de elementos culturales de otras sociedades, que permitan un enriquecimiento de la propia cultura y el mejoramiento de las actuales condiciones de vida del pueblo indígena, para lo cual también motiva la apropiación de elementos culturales indígenas por parte de los demás sectores de la sociedad nacional (Burbano, 1994: 14).

Esto supondría un diálogo entre personas y grupos de diferentes culturas en igualdad de condiciones económicas y sociales. En el caso de México, es necesario que además de los reconocimientos en el plano legal (primero artículo 4o y más recientemente las modificaciones hechas al artículo 2º de la Constitución mexicana), en el plano económico y social de la vida cotidiana la composición pluricultural no implique desigualdad. Es indispensable que las condiciones de vida de los grupos provenientes de culturas distintas superen las condiciones de pobreza y marginación en las que históricamente han vivido.

La educación interculturalidad bilingüe se convirtió en un enfoque en boga hacia mediados de la década de los noventa del siglo XX (Muñoz, 2006). Este nuevo redireccionamiento representó el inicio de una serie de reconocimientos y posibles transformaciones en las políticas gubernamentales; por ejemplo, en 2001 se creó la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB), y en 2003 se decretó la Ley General de derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas.

En este marco se crearon las Universidades Interculturales; la primera se ubica en San Felipe de Progreso, Estado de México e inició labores en 2004. En la actualidad suman nueve instituciones de educación superior pública (en Puebla, Guerrero, Michoacán, Tabasco, Quintana Roo, Sinaloa, Veracruz, Chiapas) que han adoptado un enfoque intercultural, entendido éste como

una serie de principios filosóficos y valores que se proponen modificar las formas de abordar y atender la diversidad de las relaciones sociales que, particularmente en la sociedad mexicana, se han visto afectadas por las condiciones históricas que determinaron la desigualdad estructural, polarizando intereses y dividiendo a los diferentes sectores que la integran (Casillas y Santini, 2006: 34).

Las instituciones con este nombre conforman una red en el país, y son regidas, en lo general, por la CGEIB de la Secretaría de Educación Pública, a excepción de la Universidad Autónoma Indígena de México y la Universidad Veracruzana Intercultural.

Estas instituciones se han ubicado en regiones cercanas a concentraciones de población indígena, y por tanto, en regiones de marcada marginación. En esta línea, uno de los propósitos de este modelo de educación es acercar y proveer del nivel superior de educación a población históricamente discriminada y con pocos recursos, debido a sus condiciones de vida.

No obstante que estas Universidades se localizan en contextos de pobreza y marginación, desde la Coordinación no existe una propuesta integral que permita que la misma región en la que se ubican estas instituciones mejore sus condiciones de vida. Ya que, como mencioné anteriormente, para que las relaciones de interacción y mutuo respeto entre culturas sean posibles, la desigualdad debe desaparecer o por menos disminuir. De otra forma se seguirán estableciendo relaciones en las que la cultura occidental se identifica automática con niveles de vida superiores al de otras culturas.


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