BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PLAN DE ACCIONES DE RELACIONES PÚBLICAS PARA LA DIRECCIÓN MUNICIPAL DE CULTURA EN AMANCIO

Rafaela Justina Maso Sierra




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2.2- DIAGNÓSTICO DE LA COMUNICACIÓN

Cuando se hace referencia a la programación como proceso, es porque dentro de este amplio plan de actividades, deben tenerse en cuenta una serie de elementos que incluye todas las formas de expresión: simbolismo, comunicación y comportamiento. Por medio de la programación la Dirección Municipal de Cultura en Amancio revela su personalidad. Su esencia se denota en la suma total de todos las formas de expresión que la entidad utiliza para ofrecer una perspectiva de su naturaleza:”lo que es”,” lo que se hace” y “lo que dice”.

La imagen del sector depende de la programación cultural; de la calidad y el cumplimiento de las actividades diseñadas depende la reputación de la dirección y las relaciones que establece con su red de instituciones, empresas y la sociedad en su conjunto; es de vital importancia en aras del desarrollo social y del mejoramiento humano y pueden constituir importantes fortalezas en el campo de la gestión y la imagen en sectores diversos como es el cumplimiento de los convenios colectivos de trabajo, con diversas acciones, permiten el aseguramiento de las actividades culturales.

Este aspecto ha confrontado serias dificultades ya que una de las principales deficiencias detectadas en el diagnóstico está relacionada con la no participación de estos organismos en el Taller Municipal de Programación, restándole calidad y dificultando la comunicación externa e interna de este proceso, pues actividades en las que estas entidades tienen incidencia o responsabilidades, no se aseguran adecuadamente.

De tal modo que el mensaje les llega con mucho ruido y en la mayoría de los casos cuando responden a la tarea es porque se ha hecho cumplir por directiva por las instancias superiores, como es el Partido o el gobierno, asignándoles obligaciones en el cumplimiento de determinadas acciones.

Estas deficiencias se han hecho evidentes en la realización de eventos como la Jornada Cucalambeana, Solyarte, Improvisur y otras actividades culturales programadas para los fines de semana, conllevando dificultades en el traslado del talento artístico y equipos de audio, lo que trae consigo que el público convocado a participar se irrite y haga concesiones erradas de la Dirección de Cultura.

La Dirección de Cultura en el municipio Amancio ha convocado en reiteradas ocasiones a una actividad, en la que los diferentes organismos hacen solicitudes de otras que requieren un nivel de aseguramiento de talento, audio y escenografía, un día antes de la fecha prevista, sin tener en cuenta que cada actividad tiene un diseño donde se elabora el discurso en correspondencia con el hecho artístico y cultural. Esto da la ingenua sensación de que los trabajadores y directivos del sector tienen en sus manos una suerte de “varita mágica” para resolver estos problemas con urgencia, dificultando así la comunicación organizacional del sector.

De modo general, se observa que es importante perfeccionar los nexos con organismos, organizaciones, grupos poblacionales y personalidades a través de su incorporación al Taller Municipal de Programación, para el análisis y toma de decisiones sobre actividades que les concierne, alejándose de trabas organizativas que obstaculizan el desarrollo del trabajo cultural e interfieren en el proceso de la comunicación con el público interno y externo, aunque se hace necesario, a propuesta de la autora, que los talleres de programación partan de la base, es decir, de los propios Consejos Populares donde existe una dinámica estructura formada por los consejos comunitarios a ese nivel, encabezados por el presidente del Consejo, los delegados de circunscripción, coordinadores de los CDR, la FMC, miembros de la familia, la Asociación de Combatientes, promotores culturales y todos los que de una forma u otra tienen que ver con la elevación de la calidad de vida de nuestras comunidades.

A partir de esta realidad sería mucho más factible que se discutieran con un mes de antelación las actividades culturales, artísticas y recreativas a desarrollar en cada zona; esto permite que se tenga en cuenta los intereses de la población, pero a su vez garantizar por medio del trabajo comunitario una serie de aseguramientos, que en muchos casos la Dirección de Cultura no puede resolver, contribuyendo a que la comunidad crezca en forma de espiral, es decir, dejaría de ser unidireccional, además la comunidad se verá reconocida, motivada.

Las propuestas y acuerdos que emanen de este taller a nivel de Consejo, se llevan al Taller Municipal mediante el promotor cultural o del especialista de la entidad que participe en el mismo.

Estos mecanismos devienen en sistema efectivo para canalizar las iniciativas de los vecinos en comunidades pequeñas, al producirse casi simultáneamente las demandas colectivas y la acción conjunta.

Abre nuevos horizontes en cuanto a las investigaciones e introduce los resultados de los mismos en la práctica, traza estrategias de desarrollo en diferentes campos de la cultura mediante la participación de creadores, el talento del barrio, promotores, especialistas y dirigentes de instituciones culturales, a través de los cuales se establecen relaciones directas con los gobiernos y organismos sociales involucrados en su radio de acción.

Propicia el desarrollo de múltiples proyectos de barrio auspiciados por los creadores, médicos de la familia e instituciones docentes que promueven diversas formas de animación dirigidas a la población en general o a sectores específicos como niños, jóvenes y personas de la tercera edad, los cuales en muchos casos, se pronuncian por una acción donde lo social tiene un peso fundamental.

Las concepciones del trabajo cultural de hoy en Cuba, el contenido de la promoción no ha variado, ya que se mantiene como líneas básicas de la política en ese campo el estímulo a la creación artística y literaria, y a la creatividad y participación del pueblo en la cultura, la que se asume desde una postura renovadora que legitima la capacidad protagónica de las mayorías en la construcción de su proyecto cultural desde el nivel local o comunitario.

La animación sociocultural permite canalizar esta posibilidad por medios de los Consejos Populares y en cada circunscripción y otros fórmulas asociativas que la realidad demanda, valiéndose de métodos específicos, con los cuales cambia la independencia como acción social que complementa y renueva la labor de promoción y establece los canales correspondientes en el proceso de la comunicación.

La Dirección de Cultura en Amancio tiene disímiles características pues comercializa productos variados, es decir, desde el talento artístico que lo conforman todas las manifestaciones del arte y la literatura, hasta las producciones de libros que se ofertan en las librerías, el arte cinematográfico con las proyecciones de películas en las dos salas del municipio, productos artesanales en las tiendas del Fondo Cubano de Bienes Culturales, pero a su vez, compra producciones artísticas que provienen de los centros provinciales de la música, Artes Escénicas, Centro del Libro y Arte Circense. Todo con el marcado propósito de materializar una programación cultural variada que responda a los necesidades espirituales del pueblo y contribuye al desarrollo de una cultura general integral.

Cuando nos referimos al proceso de la programación cultural como herramienta fundamental en la comunicación con los diferentes públicos y al diseño de un plan de acción de relaciones públicas, no podemos dejar de mencionar algunos aspectos que si bien se corresponden con la comunicación organizacional, interfieren de forma directa en la eficaz materialización de la programación. Algunos de ellos quedarán aquí simplemente apuntados, como incitaciones para futuras investigaciones.

Nos limitaremos, por tanto, a aquello que creemos más importante y posible de abarcar, pero que en realidad, debe ser resuelto para lograr mayores resultados en la comunicación interna de la entidad, ya que no es posible la regulación externa sin una autorregulación interna, pero que también quedará enumerado.

Partiendo de que la comunicación organizacional, como disciplina del campo de las Ciencias Sociales centra su atención en el análisis, diagnóstico, organización y perfeccionamiento de las complejas variables que conforman los procesos comunicativos en la organización a fin de mejorar la interrelación entre sus miembros y entre éstos y el público externo en su misión de fortalecer la identidad y mejorar el desempeño de la entidad, se deben tener en cuenta algunos elementos que no logran una correcta aplicación de la comunicación en el sector de la Cultura.

Insuficiente preparación y dominio del trabajo que debe desarrollar el equipo técnico responsabilizado con el asesoramiento técnico-metodológico, dado por la inestabilidad de especialistas claves en la conducción del trabajo cultural, entre los que se encuentran los cargos de director municipal, especialistas de programación cultural, divulgación e investigación, directores de la Casa de Cultura, técnicos de recursos humanos, subdirectores técnicos artísticos, los que en la mayoría de los casos no conocen o no llegan a conocer y dominar el trabajo por medio del Programa de Desarrollo Cultural, que es materializado mediante la programación y a su vez obstaculizan el proceso de comunicación de la entidad con ambos públicos.

A esto se agrega la carencia de conocimiento en la elaboración de diagnóstico, evaluación, estudio de públicos e insuficiente labor de promoción, difusión e información de la actividad cultural (las informaciones son escuetas, y en ocasiones no llega el mensaje con la calidad requerida).

En el decursar de la investigación se pudo constatar que en las áreas de resultados claves de la programación y comercialización se encuentran enumerados criterios de medidas y acciones en pos de promover la participación del público en las diferentes actividades, tienen diseñadas campañas promocionales con objetivos claros y precisos que les permiten darle tratamiento a estas acciones antes, durante y después de cada evento; es decir, cobertura informativa, de divulgación, pero las mismas descansan sólo en los eventos más importantes. Quiere decir que el accionar sistemático de actividades los fines de semana, las visitas dirigidas a la Galería de Artes, el Museo y otras exposiciones, así como actividades que se realizan en las comunidades carecen del mismo tratamiento que las que se ejecutan en los propios eventos, donde se elaboran programas, catálogos, sueltos, menciones, spots radiales, propaganda gráfica e invitaciones directas, entre otras.

Es necesario llevar a cabo dentro de la entidad un plan de acciones de comunicación para introducirse plenamente en la organización de la programación cultural, ya que esta funciona como el patrón de decisiones dentro de esta empresa que determina sus objetivos, fines y métodos.

Además, existen las condiciones para lograr una mayor descentralización de las acciones culturales con el fin de favorecer la gestión de las instituciones culturales teniendo en cuenta el presupuesto asignado y proporcionan un funcionamiento basado en las necesidades detectadas en cada comunidad y realizar los resultados de las evaluaciones por los impactos sociales en su entorno inmediato.

Formar técnicamente los recursos humanos para el nuevo estilo de gestión en la cultura e involucrar en esto no sólo aquellas personas vinculadas directamente al sector cultural, sino a todos los que contribuyan desde diversos escenarios y esferas de desarrollo.

Se deben seguir intensificando las investigaciones del público interno (trabajadores, directivos, especialistas del equipo técnico-artístico) para relacionarlos con temas, explorar sus necesidades de aprendizaje de la comunicación, y junto a sus colectivos pueden realizar una estrategia de comunicación que les permita aplicar técnicas y métodos más efectivos en el estudio del público externo y conocer criterios del producto y los servicios que presta la entidad. Además estos conocimientos les permiten interiorizar a los directivos que las Relaciones Públicas son de vital importancia ya que tienen como finalidad principal la gestión de la imagen institucional mediante el desempeño de las siguientes funciones:

• Gestión de las comunicaciones internas: permite conocer los recursos humanos de la entidad y que éstos a su vez conozcan las políticas institucionales, ya que no se puede comunicar aquello que se desconoce.

• Gestión de las comunicaciones externas: toda entidad debe darse a conocer a sí misma y a su público externo; esto se logra con la vinculación con otros organismos, organizaciones e instituciones financieras, gubernamentales y medios de comunicación.

• Funciones humanísticas: resulta fundamental que la información que se transmita sea veraz, ya que la confianza del público es la que permite el crecimiento institucional.

• Trabajo con otras disciplinas y áreas: el trabajo de todas las Relaciones Públicas debe tener una sólida base humanista, con formación en psicología (psicología y relaciones humanas). Se trabaja con personas y, por ende, es necesario comprenderlas.


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