BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LA ESFERA AFECTIVO-MOTIVACIONAL COMO PREMISA PSICOLÓGICA EN LA REHABILITACIÓN DE JÓVENES ALCOHÓLICOS

Diosveni García Viamonte




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III.I.III. CASOS ANALIZADOS: CASO “WHV”

Presentación:

• Edad: 21 años

• Sexo: masculino

• Nivel de escolaridad: 9º grado.

• Ocupación: trabajador por cuenta propia.

• Estado conyugal: casado.

• Edad de inicio del consumo: 17 años.

• Tiempo de abstinencia: 7 meses.

• APP: no refiere.

• APF: no refiere.

Este sujeto se inició en el consumo del tóxico por la vía sociocultural. A partir de la compañía de compañeros de trabajo y amigos se acostumbró al consumo del tóxico y aumentó la frecuencia y las dosis alcohólicas hasta que llegó a la dependencia. En el momento de iniciarse en el consumo sus principales necesidades y motivos giraban en torno al logro de la felicidad de su familia y ser un buen trabajador; pero a medida que avanzó la enfermedad estas necesidades y motivos fueron aplazados por las necesidades de consumo y de relacionarse con otros bebedores.

Evaluación del Caso:

Convive con sus padres, su esposa y su hijo. Las relaciones que se establecen en el hogar han mejorado pero todavía existe cierta distancia afectiva entre el sujeto y su primogénito.

Durante la aplicación de la técnica de los “diez deseos”, mantuvo una buena disposición y fue capaz de completar la técnica de manera rápida y segura.

En uno de sus deseos expresa “cambiar mi vida para siempre”, lo que manifiesta una necesidad de afecto y afiliación vinculada al propósito de mejorar las relaciones con las demás personas. Esta necesidad ocupa un lugar jerárquicamente significativo porque fue el primer deseo expresado en la técnica de los “diez deseos” y se reitera en ella. Su potencial movilizador es alto porque se sometió al tratamiento con este objetivo y está consciente que para lograrlo tiene que dejar de beber. Esta necesidad encarna en un motivo orientador de la actividad y las relaciones del hombre porque expresa la calidad de las relaciones que el sujeto pretende establecer con las personas que lo rodean.

En otro de sus deseos formula “que mis familiares y amigos me apoyen”, lo que expresa una necesidad de afecto y afiliación vinculada con el apoyo que precisa para mantener la abstinencia. El lugar que ocupa en la jerarquía motivacional es alto porque fue el quinto deseo expresado en la técnica de los “diez deseos”. Su potencial movilizador es alto porque el individuo se acerca constantemente a estas personas, les pide que conversen con él y precisa que le den ánimo para soportar sus ansias de beber. Esta necesidad encarna en un motivo orientador de la actividad y de las relaciones del hombre pues regula su comportamiento en relación con las personas de las cuales precisa apoyo y comprensión.

En otro de sus deseos afirma “que no me recuerden al alcoholismo”, lo que expresa una necesidad de seguridad y protección asociada a la intención de olvidar todas las cosas que hizo cuando bebía y que le producen una gran vergüenza. Aunque fue el octavo deseo manifestado en la técnica de los “diez deseos”, su relación con otras necesidades y el alto vínculo afectivo con que fue expresada permite llegar a la conclusión de que ocupa un lugar alto en la jerarquía motivacional. Su potencial movilizador es alto porque el sujeto rechaza todo lo que le resulta cercano al alcoholismo y a las conductas que mantenía cuando bebía. Esta necesidad encarna en un motivo orientador de la actividad y de las relaciones del hombre pues regula las acciones del individuo en relación con lo que se espera de su persona en la sociedad (aunque no llega ser un motivo orientador de sentido pues todavía está vinculado con las relaciones que aspira a establecer con las demás personas y no con una imagen propia sobre cómo debe ser una persona).

En otro de sus deseos declara “volver a ser un buen padre”, lo que manifiesta una necesidad de afecto y afiliación vinculada con el propósito de mejorar las relaciones con su hijo. El lugar que ocupa en la jerarquía motivacional es bajo porque fue el último deseo expresado en la técnica de los “diez deseos” y además el sujeto todavía está demasiado centrado en las consecuencias negativas del alcoholismo y el temor a recaer para que esta necesidad ocupe el lugar que merece en la jerarquía motivacional. Su potencial movilizador es bajo debido a las causas expresadas con anterioridad. Esta necesidad forma parte de la tendencia orientadora de la personalidad porque expresa planes y proyectos futuros del sujeto con respecto a sus relaciones familiares.

En la técnica Dembo-Rubinstein, se ubicó en el nivel bajo en seis de los ocho indicadores, en el nivel medio en dos de los indicadores y en el nivel superior en ninguna ocasión. Lo que permite concluir que su autovaloración es inadecuada por defecto.

En la composición “Sobre mí yo pienso…”, se mostró inseguro en relación con las características personales que cree poseer, pues demoró en elaborar, completar la técnica y fue breve en la exposición. En la adecuación de la autovaloración se expresa su necesidad de afecto y afiliación vinculada con el propósito de mejorar sus relaciones con su hijo. Esta necesidad forma parte de la tendencia orientadora de la personalidad. Se expresa en un pobre autoconocimiento pues solo se centra en las cosas malas que hacía cuando bebía y no reconoce sus virtudes y el esfuerzo que realiza por superar su enfermedad; su vínculo afectivo es negativo porque expresa sentimientos de culpa y vergüenza; y la elaboración personal es pobre porque se califica a sí mismo con expresiones como: “que es un mal padre”, “que no merece el hijo que tiene”, evidentemente copiadas de otras personas.

En este caso se presentan como regularidades psicológicas las siguientes: el sujeto está consciente de su enfermedad; las necesidades de mayor potencial movilizador son necesidades de afecto y afiliación, seguridad y protección que encarnan en motivos orientadores de la actividad y las relaciones del hombre; las necesidades vinculadas a la tendencia orientadora de la personalidad no ocupan un lugar jerárquicamente significativo y su potencial movilizador es pobre; la autovaloración es inadecuada por defecto; las necesidades y motivos se expresan en la adecuación de la autovaloración con pobre autoconocimiento, vínculo afectivo negativo y escasa elaboración personal.


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