BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LA ESFERA AFECTIVO-MOTIVACIONAL COMO PREMISA PSICOLÓGICA EN LA REHABILITACIÓN DE JÓVENES ALCOHÓLICOS

Diosveni García Viamonte




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III.I.II. CASOS ANALIZADOS: CASO “MCG”

Presentación:

• Edad: 25 años

• Sexo: masculino

• Nivel de escolaridad: 12º grado.

• Ocupación: bodeguero.

• Estado conyugal: casado.

• Edad de inicio del consumo: 17 años.

• Tiempo de abstinencia: 2 meses y medio.

• APP: no refiere.

• APF: padre diabético.

Este sujeto se inició en el consumo de alcohol asociado a la vía sociocultural. Se acostumbró a beber todos los fines de semana en compañía del padre. Pero luego, buscó la compañía de compañeros de trabajo y amigos e incrementó la frecuencia y las dosis alcohólicas hasta que llegó a la dependencia de la sustancia. Acontecimiento que se produjo alrededor de los veinte años.

Cuando se inició en el consumo sus principales necesidades y motivos eran hacer feliz a su familia, construir su casa y ser un buen trabajador. A medida que se adentró en el alcoholismo estas necesidades y motivos fueron aplazados por la necesidad del tóxico, de compartir con otros bebedores y de involucrarse con otras mujeres (pero siempre vinculado a la necesidad de alcohol).

Evaluación del Caso:

El paciente convive con su esposa e hija. Se revela la presencia de conflictos en el hogar relacionados con el rechazo de la esposa por los comportamientos que el sujeto mantiene cuando bebe y su resistencia a cambiar su comportamiento hacia el tóxico.

En la técnica de los “diez deseos”, manifestó inseguridad pues demoró bastante en elaborar cada deseo, borraba con frecuencia y su expresión facial y movimientos corporales evidenciaron el esfuerzo que realizaba por efectuar la tarea.

Expresa en uno de sus deseos “que la gente comprenda que cuando bebo no le hago mal a nadie”, lo que manifiesta una necesidad de afecto y afiliación relacionada con el rechazo que percibe en las personas cuando bebe. El lugar que ocupa en la jerarquía motivacional es alto porque fue el primer deseo expresado en la técnica de los “diez deseos” y se reitera en esta. Su potencial movilizador es alto porque él trata de demostrar que el tóxico no afecta sus aptitudes y potencialidades en las diversas áreas de la vida. Esta necesidad encarna en un motivo orientador de la actividad y de las relaciones del hombre porque regula las acciones del individuo en su intención de mantener buenas relaciones con las demás personas.

Formula en otro de sus deseos “tener un carro”, lo que expresa un motivo de carácter objetal. Este motivo se vincula a una necesidad de afecto y afiliación que se explica en la intención del individuo de ser popular y de resaltar en el grupo de bebedores en que se desenvuelve. El lugar que ocupa en la jerarquía motivacional es elevado porque fue el segundo deseo expresado en la técnica de los “diez deseos” y se reitera en esta. Su potencial movilizador es elevado porque el individuo se involucra, incluso, en actividades ilícitas para obtener una mayor cantidad de dinero y así poder adquirirlo.

Precisa en otro de sus deseos “hacer feliz a mi familia”, lo que expresa una necesidad de afecto y afiliación. El lugar que ocupa en la jerarquía motivacional es bajo porque fue el octavo deseo expresado en la técnica de los “diez deseos”. Su potencial movilizador es bajo porque el individuo, aunque aceptó someterse a proceso de desintoxicación, no pretende cambiar sus actitudes con respecto al consumo de la sustancia y continuamente tiene discusiones en el hogar por esta razón. Esta necesidad forma parte de la tendencia orientadora de la personalidad porque expresa planes y proyectos conscientes del individuo, aunque están pobremente elaborados y su potencial movilizador del comportamiento es débil.

En otro de sus deseos declara “desarrollar al máximo mis potencialidades”, lo que expresa una necesidad de autorrealización asociada al interés de explotar sus potencialidades en el trabajo. El lugar que ocupa en la jerarquía motivacional es bajo porque fue el séptimo deseo expresado en la técnica de los “diez deseos”. Su potencial movilizador es bajo porque el sujeto se ausenta del trabajo, llega tarde, no cumple con las normas de seguridad en el puesto de trabajo y tiene constantes discusiones con sus compañeros y superiores. Esta necesidad forma parte de la tendencia orientadora de la personalidad pues expresa intenciones conscientes con respecto a la explotación de sus potencialidades.

En la técnica Dembo-Rubinstein, se ubicó en el nivel bajo en cuatro de los ocho indicadores, en el nivel medio en dos de los indicadores y en el nivel superior en dos ocasiones. Lo que permite concluir que su autovaloración es inadecuada por defecto.

En la composición “Sobre mí yo pienso…”, mostró su inconformidad con el hecho de hablar sobre su persona evidenciado en la expresión facial y movimientos corporales expresados. En la adecuación de la autovaloración, manifestó una necesidad de afecto y afiliación vinculada a la intención de mejorar las relaciones familiares y que forma parte de la tendencia orientadora de la personalidad. Esta necesidad y su motivo se expresan con pobre autoconocimiento pues no reconoce los defectos propios y culpa a los demás por los problemas. El vínculo afectivo negativo se encuentra evidenciado en frases como: “ellos son los culpables” y “por qué no me comprenden”. La elaboración personal es pobre pues no existe una elaboración consciente y profunda sobre los contenidos expresados.

En este caso se manifiestan como regularidades psicológicas las siguientes: el sujeto no tiene conciencia de su enfermedad; las necesidades que ocupan un lugar más alto en la jerarquía motivacional y cuyo potencial movilizador del comportamiento es mayor son necesidades de afecto y afiliación que encarnan en motivos orientadores de la actividad y las relaciones del hombre y se manifiesta la presencia de un motivo de carácter objetal con alto potencial movilizador; las necesidades que forman parte de la tendencia orientadora de la personalidad no ocupan un lugar jerárquicamente significativo y su potencial movilizador del comportamiento es bajo; la autovaloración es inadecuada por defecto; las necesidades y motivos que se expresan en la adecuación de la autovaloración se expresan con pobre autoconocimiento, vínculo afectivo negativo y escasa elaboración personal. Además, se observan sentimientos de agresividad y resentimiento en relación con las personas que lo rodean.


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