Capítulo 2. Metodología.

2.1-Enfoque de la investigación.

La investigación se realiza sobre la base del enfoque socio-histórico-cultural de L. S. Vigotski (1896-1934)

Partimos de este enfoque considerando algunos de sus aportes fundamentales que plantean el carácter interactivo del desarrollo psíquico, haciendo hincapié en la interrelación entre los factores biológicos y sociales, considerando los factores sociales como los determinantes, como fuente del desarrollo de la persona, mientras que considera que los factores biológicos resultan la base, la premisa para que pueda ocurrir ese desarrollo, y la “situación social de desarrollo” como punto de partida de todos los cambios dinámicos que se producen en el desarrollo durante el período. Se define como aquella relación única, especial e irrepetible entre el sujeto y su entorno que va a determinar las líneas de desarrollo; la forma y trayectoria que permiten al individuo adquirir nuevas propiedades de la personalidad, considerando a la realidad social como la primera fuente de desarrollo; la posibilidad de que lo social se transforme en individual.

El estudio se realiza apoyándonos en el método de triangulación teórico-metodológica, el cual propicia el uso de varios métodos utilizando perspectivas diferentes para interpretar toda la información que permita llegar a las conclusiones más exhaustivas u objetivas posibles.

Se trata de una investigación descriptiva pues se señalan los principales rasgos de la personalidad, motivaciones, áreas de conflicto de la personalidad de estos adolescentes, así como los conocimientos y autopercepción de la sexualidad, expresados en los indicadores evaluados y su relación con las ITS.

2.1.1-Fundamentación del problema.

En el período que va de los 10 a los 20 años se desarrollan procesos de suma importancia para el individuo, tales como la afirmación de la personalidad, el ejercicio pleno de la sexualidad y la función reproductiva, el alcance del potencial de bienestar y desarrollo social, el desarrollo espiritual, la concreción de proyectos de vida y el logro de la independencia y autoestima. La normalidad de estos procesos depende en gran medida, de lo que las políticas de salud y desarrollo y la sociedad en su totalidad le ofrezcan al adolescente de ambos sexos.

Organizaciones mundiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) han reconocido reiteradamente la singular importancia de la salud y el bienestar de los adolescentes, y han señalado la necesidad de asignar alta prioridad a los programas dirigidos a su fomento y restablecimiento, así como a la prevención de las enfermedades que los afectan.

En la actualidad, a nivel mundial, cada día más de 6.800 personas contraen infecciones por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y más de 5.700 fallecen a causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), en la mayoría de los casos debido a un acceso inadecuado a los servicios de prevención y tratamiento. La pandemia del VIH sigue constituyendo uno de los desafíos más importantes en el campo de las enfermedades infecciosas. Para finales del 2007 se estimó que de 33.2 millones de personas que vivían con el VIH, 11.8 millones son adolescentes entre 15 y 24 años, y solo una parte es conciente de ello.

En Cuba los demógrafos han identificado un proceso de rejuvenecimiento de la fecundidad, y señalan que las mujeres están pariendo en edades cada vez más tempranas. En nuestro país el 50% de los adolescentes de entre 15 y 19 años tienen vida sexual activa. Algunos autores plantean que hay un incremento del 10% anual de mujeres con relaciones sexuales a partir de los 12 años hasta los

19 años, el 25% de las adolescentes con experiencias sexuales se embarazan, y el 60% de los embarazos ocurren dentro de los 6 meses iniciales de las primeras relaciones sexuales.

En nuestro municipio no existe un comportamiento muy diferente respecto a lo que sucede en el resto del país. En cuanto a las cifras de personas con Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) (Blenorragia, Sífilis, Condiloma, etc.), brindadas por la Policlínica Rolando Monterrey a donde pertenecen los adolescentes objeto de estudio, con la colaboración brindada por la especialista en Infecciones de Transmisión Sexual, del Departamento de ITS de dicha entidad, Digna Toirack González, quien extrajo los datos del registro de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO). En el pasado año, de un total de 29 personas registradas portadoras de alguna ITS, 18 fueron adolescentes, aunque aquí no se incluyen las personas que se dirigen a algún centro médico y son evaluados por el método de Manejo Sindrómico, el cual después que el paciente es evaluado por el médico clínicamente se le proporciona tratamiento, y estos no continúan en consulta de seguimiento. En lo que va del 2009, de un total de 9 personas registradas por el Departamento de ITS de la Policlínica del reparto Rolando Monterrey, solo uno de ellos es adolescente.

Al adentrarnos en la problemática del porqué de este comportamiento sexual inadecuado en nuestros adolescentes, la especialista en Infecciones de Transmisión Sexual Digna Toirack González del Departamento de ITS, en su opinión como experta plantea: “Se ha mejorado la comunicación sobre la temática sexual pero debe seguirse trabajando, pues se explica por la radio, la televisión, se imparten charlas educativas en las escuelas, existe aquí en la Policlínica una consulta que se llama Consejería, a donde las personas pueden venir, e incluso llamar si desea mantenerse en el anonimato, y son atendidos brindándoles las informaciones que necesiten, pero ellos no son receptivos, la población aún no se protege.” Continúa expresando, “lo más grave es que el paciente oculta la verdad, cuando viene a consulta se le realiza una entrevista para conocer las personas con las que este mantuvo relaciones sexuales durante un período determinado y que pudieron haberse infectado, pero en muchos casos el paciente esconde información, no se sincera y esto dificulta romper la cadena de la enfermedad, no siendo consciente del daño que se hace a sí mismo, pues al final él se cura pero vuelve a tener relaciones sexuales con aquella persona que no se trató debidamente y se reinfecta.” Cuando se indagó acerca del uso de los medios de protección, esta expresó: “Cuando se les regalan los preservativos en la consulta se les explica la importancia de su uso… que es para que se protejan, no solo de las ITS y el VIH/SIDA, sino también de los riesgos asociados a un embarazo precoz, pero ellos no los usan… expresan “yo así no me siento bien”, “así no se siente igual” y cosas por el estilo.”

Debido a que no existe una investigación previa en nuestro municipio desde la perspectiva psicológica sobre la conformación de un perfil sociopsicológico y sexual de los adolescentes con baja percepción del riesgo a las ITS, este estudio sienta las bases para una nueva comprensión del problema en el territorio, tanto desde el punto de vista teórico como metodológico.

Es relevante el tema pues, al acercarnos al conocimiento de las características personológicas de estos adolescentes con baja percepción del riesgo a las ITS, a través de la conformación de un perfil psicológico, se podrá elaborar estrategias de intervención a través de las cuales estos se sientan identificados, pues se ha evidenciado que a pesar del aumento de las informaciones ofrecidas sobre la temática sexual, por los diferentes medios de difusión, aún no se logra el efecto deseado, ya que los especialistas, al elaborar las estrategias interventivas y de prevención, no tienen en cuenta las características personológicas de las personas a quienes van dirigidas, por lo que estas no se sienten identificadas, convirtiéndose en receptores pasivos de la información; y, de igual forma este perfil nos permitirá reconocer y/o identificar a aquellas personas con baja percepción del riesgo a las ITS, dentro de un contexto social determinado.