BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CIUDAD Y GLOBALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA: ESTADO DEL ARTE

Luis Mauricio Cuervo González




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I. Argentina: Buenos Aires

A partir de la lectura de los trabajos de Ciccolella (1998 y 1999), Mignaqui (1998), Etulain y López (1999), Berger (2001) y Russo (2001), se analizarán los siguientes aspectos:

El concepto o los conceptos de globalización utilizados

El tipo de relaciones establecidas entre globalización y territorio y globalización y ciudad

La caracterización general y particular de los cambios experimentados por la ciudad y el territorio

Evidencias empíricas interesantes de recoger para establecer algunos análisis comparativos con otras ciudades latinoamericanas o del resto del mundo

A. Los conceptos de globalización utilizados

La aproximación teórica adoptada por la casi totalidad de los autores argentinos revisados es, en sus definiciones más fundamentales, muy semejante. En otras palabras, es difícil discernir diferencias de orientación de fondo por parte de los autores mencionados y se encuentra una gran convergencia en torno de las definiciones teóricas fundamentales.

Una primera gran coincidencia tiene que ver con la categoría central del análisis que, en contra de lo esperado, no es el concepto de globalización sino el de reestructuración. Se entiende que el capitalismo experimentó cambios de fondo en su organización, funcionamiento y estructura, dando lugar a una reestructuración que estaría a la base de la explicación de las transformaciones metropolitanas y territoriales analizadas por los distintos autores.

Ciccolella (1998, p.1. Los subrayados son nuestros) es muy explícito en este sentido: “El proceso de reestructuración económica ha dado lugar, en los últimos años, al rediseño de la relación entre sociedad, economía y espacio. Entre otros fenómenos, dicho proceso está generando nuevas estructuras territoriales de producción, circulación, distribución y consumo, así como nuevas formas de fragmentación socioterritorial”. Mignaqui (1998, p.1; los subrayados son nuestros) coincide en el enfoque: “Los procesos de reestructuración han provocado impactos en la organización territorial alterando los patrones de metropolización característicos hasta los setenta”. De manera muy sucinta, Russo (2002) enmarca su trabajo en un enfoque semejante cuando afirma: “En el presente trabajo presentaremos algunos avances realizados en el estudio de la reestructuración industrial de algunos partidos de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), (Russo, 2001, p.1; los subrayados son nuestros).

Con algunos matices, que hacen insistencia en el papel de la política económica, Etulain y López (1999, p.3; los subrayados son nuestros), coinciden en el enfoque: “La puesta en vigencia a escala mundial —desde mediados de la década del setenta— y nacional —desde 1989—, de la estrategia macroeconómica de corte neoliberal caracterizada por Noam Chomsky como ‘neoliberalismo de doble filo’, reemplazó a la sustentada en los fundamentos teóricos de la vertiente Keynesiana, la cual propugnaba, un Estado interventor y benefactor. Esta situación sustentada mediante el repliegue del Estado como unidad de control y gestión del capitalismo, ha generado una reestructuración económica global que provocó una reestructuración social y en consecuencia territorial”.

Berger (2001, p.1; los subrayados son nuestros), coincide en la orientación aunque utiliza una categoría diferente de la reestructuración: “Estos cambios en la importancia relativa de los distintos componentes del Gran Buenos Aires y de este respecto al conjunto del país son resultado de los efectos económicos, sociales y espaciales de los distintos regímenes de acumulación que atravesó el país”.

Pasando por alto los matices y las pequeñas diferencias encontradas, todos los trabajos convergen en señalar que el fondo y la causa mayor de los cambios territoriales es el advenimiento de una nueva época económica, llámesele, reestructuración o régimen de acumulación: la diferencia entre una y otra radicaría en que la primera sugiere una transición hacia un Estado aún no completamente definido, mientras que la segunda habla de dos épocas o momentos económicos claramente diferenciados.

Una segunda coincidencia se da en la forma de empleo del término de globalización que, en algunos casos apenas si se menciona, mientras en otras se le utiliza de forma muy peculiar y convergente. En el primer caso están los trabajos de Berger (2001) y Russo (2001) quienes no hacen mención explícita del término de globalización, acudiendo como referencia o categoría solamente al régimen de acumulación en el primer caso y a la reestructuración en el segundo. Los otros autores examinados hacen mención a la globalización, aunque más como referencia indirecta, adjetiva más que sustantiva: procesos globalizantes, modos globalizados.

En primer lugar, aunque es difícil establecer con precisión, este uso adjetivo del término significa que una de las características del nuevo período es el de extra-nacionalizar, supra-nacionalizar o mejor “extranjerizar” las formas de gobierno de la actividad económica.

Por ejemplo, Ciccolella (1998, p.1; los subrayados son nuestros), propone: “La hipótesis central plantea que durante los años noventa se han producido mutaciones en el patrón de metropolización de la RMBA, vinculadas a las trasformaciones económicas y en particular al incremento y al sesgo de las inversiones, que parecen motorizar en la Argentina las tendencias globalizantes del capitalismo flexible”. En este caso específico, las mencionadas tendencias globalizantes del capitalismo flexible estarían aludiendo a una mayor vinculación entre economías nacionales o entre ellas y la economía mundial, específicamente por la vía de la Inversión Extranjera Directa. Etulain y López (1999, p.2), se acercan a esta misma visión cuando afirman que la RMBA y especialmente el área sur, es un territorio sensible que atraviesa un período inestable de transformaciones. Transformaciones que son fruto tanto de procesos supranacionales tales como la globalización de la economía y el nuevo orden político mundial, cuanto de procesos interregionales…”.

La vinculación con el carácter “extranjerizante” de la globalización aparece de forma explícita en otras afirmaciones: “Estos fenómenos significan una creciente extranjerización del proceso de producción, gestión y organización del territorio metropolitano. Más allá del origen del capital y del control global de la economía metropolitana, el diseño y acondicionamiento del espacio metropolitano se vuelve cada vez más externo a la ciudad misma y al país en que ésta se asienta. En otros términos, las lógicas, mecanismos, factores y actores que operan sobre el crecimiento y/o la transformación de la RMBA pertenecen cada vez más a la esfera de las decisiones y estrategias globales del capital” (Ciccolella, 1999, p.8). En este mismo sentido también es utilizado por Etulain y López (1999, p.4; los subrayados son nuestros): “Esta transformación ha llevado a intensificar el grado de extranjerización de la economía argentina, especialmente en los últimos años, planteando algunos interrogantes con respecto no sólo al grado de autonomía en la gestión y control del Estado en ciertos ámbitos que aún le competen, sino también sobre la vulnerabilidad de una economía asentada crecientemente en centros de decisión que están fuera de su órbita. En este contexto de la tendencia globalizante y tras las trasformaciones mencionadas, los procesos de integración están poniendo de relieve las consecuencias territoriales del proceso de cambio estructural”.

Una posible segunda acepción del término entiende la globalización, como una manera específica de proceder y de hacer, que no necesariamente alude a las interrelaciones económicas explícitas internacionales o mundiales (aunque, por supuesto, tampoco las excluye): “Las modalidades globalizadas o globalizantes de la producción del espacio han llegado a la Argentina y su principal laboratorio es la Región Metropolitana de Buenos Aires…” (Ciccolella, 1998, p.23; los subrayados son nuestros). Aún más claramente formulado en esta afirmación: “Una parte importante de estos cambios están íntimamente vinculados a los flujos de capital extranjero y a la producción de nuevos objetos urbanos, amaterial (sic) y simbólicamente, vinculados al proceso de globalización económica y al paradigma sociocultural posmodernista” (Ciccolella, 1999, p.16; los subrayados son nuestros).

En síntesis, la globalización es una característica, entre otras, de la nueva época del capitalismo, llámesele reestructuración o nuevo régimen de acumulación. Esta característica parecería estar asociada a la mayor intensidad de las vinculaciones económicas entre países, materializada a través de procesos como la Inversión Extranjera Directa. Una de sus implicaciones más importantes sería la llamada “extranjerización” de las formas de gobierno económico y la mayor vulnerabilidad que le es asociada. Finalmente, la globalización también se puede asociar a un estilo, a una determinada forma de hacer las cosas, en donde las vinculaciones con “lo externo” son simbólicas e inmateriales, no necesariamente interacciones económicas concretas.


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