BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EVALUACIÓN TÉCNICA Y JURÍDICA DE LA APERTURA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO DEL CARIBE

Julio Mario Orozco Africano




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5.3.2. Evaluación del modelo organizacional

El modelo organizacional que se plantea es el de tercerización. Vale la pena incursionar un poco en este tema para evaluar sus ventajas y desventajas.

Se dice que existe un proceso de tercerización cuando una determinada actividad deja de ser desarrollada por los trabajadores de una empresa y es transferida a otra empresa. Esta otra empresa es una "tercera", de ahí el nombre de "tercerización" al proceso mediante el cual se le transfieren actividades. Dada la naturaleza de lo que ocurre en tales casos podríamos encontrar otro nombre para bautizar este proceso: externalización (del término en inglés out sourcing). La actividad que antes se desarrollaba internamente, dentro de la empresa (y que por tanto estaba "internalizada"), pasa a "externalizarse", o sea a desenvolverse en el exterior de la empresa o a través de un externo.

Una pregunta lógica ante el modelo planteado en el Decreto ordenanzal de creación del la Empresa Social del Estado Hospital Universitario del Caribe es: ¿Puede tercerizarse todo?

La externalización de actividades productivas no siempre es posible. Deben existir condiciones técnicas que hagan factible la fragmentación del proceso productivo en distintas fases, cada una de las cuales pueda realizarse independientemente, en localizaciones diferentes.

Debe ser el caso, por ejemplo, de la industria automovilística. En el montaje de un automóvil intervienen miles de piezas. La fabricación de cada una de ellas la puede realizar la empresa ensambladora o la puede confiar a terceras empresas subcontratadas. La Toyota de Japón, por ejemplo, manda fabricar fuera de la empresa matriz un 70% del valor total de los vehículos vendidos.

Fenómenos similares se dan, o se pueden dar, en industrias de construcción de aparatos eléctricos, de maquinaria, en confección de zapatos y prendas de vestir, en fabricación de muebles, en la construcción, etc. En cambio, resulta difícil o sencillamente imposible fragmentar la producción y externalizarla, en el caso de industrias de proceso continuo. En estos casos la materia prima ingresa al proceso de producción, pasa internamente por diversas procesos físicos y químicos, hasta salir el producto terminado o semi-terminado. Es el caso de las industrias químicas, del cemento, azúcar, aceite y otras. O sea, no siempre se puede tercerizar la producción.

Para el caso de los hospitales, considerando que se tratan de empresas de carácter social cuyos productos no son bienes, sino servicios, el tema es aún más delicado.

La producción de servicios de salud tiene unas connotaciones muy especiales que la hacen difícil de enmarcar en las tendencias del mercado globalizado, por cuanto se trata de un mercado con profundas imperfecciones, entre las cuales podemos resaltar las siguientes:

1 Los servicios sanitarios se produce a la medida del demandante en el momento en que se demanda, no puede almacenarse su producción.

2 Existe una profunda asimetría de la información entre el proveedor del servicio y el demandante. El médico determina los servicios que el paciente va a consumir.

3 Existen grandes externalidades no controlables tales como la transición demográfica, la transición epidemiológica, el incremento de los costes por el avance tecnológico y los factores culturales que influyen en el mercado de la salud

4 Incertidumbre o falta de información para estimar el consumo de servicios

5 La salud es un bien público

6 La salud es un bien meritorio

7 Riesgo moral (selección de riesgos y selección adversa)

8 Incertidumbre acerca de la eficacia de los tratamientos

Los servicios de salud forman parte de los llamados " mercados imperfectos", dado que presentan una serie de fallas que afectan negativamente la soberanía del consumidor y que derivan en deseconomías limitando seriamente su eficiencia. Se trata pues de un mercado de competencia imperfecta que no logra un equilibrio, o máximo beneficio social, a partir de la simple interacción de las fuerzas del mercado, y cuyos efectos finales no llevan al bienestar de la población.

Si unimos los conceptos que hemos visto acerca de la salud como un bien meritorio o tutelar a la presencia de estas fallas en el mercado, ya podemos hacer referencia a lo que indica la teoría y práctica económica en un caso como el que nos ocupa: que existe la necesidad de la intervención del Estado, que interviene dentro de sus funciones económico sociales, principalmente como regulador, proveedor y financiador. Esto da origen al debate sobre la dosis necesaria de intervención pública en los mercados sanitarios, pero sin lugar a duda es menester que el estado intervenga para corregir las imperfecciones.

Dado que el estado interviene en el mercado de la salud a través de proveedores públicos de servicios (Empresas Sociales del Estado) vale la pena cuestionarnos si un modelo de tercerización absoluta de los servicios por parte de los hospitales públicos no implica la renuncia del Estado a participar en la regulación de las imperfecciones antes citadas para dejar la suerte de este servicio público a merced de las impredecibles fuerzas del mercado.

Es por todo esto que muchos hospitales públicos sí aprovechan las ventajas de tercerizar aquellos centros de costo que representan desde el punto de vista contable un “gasto de funcionamiento” (servicios generales) pero examinan con mucho cuidado las decisiones de entregar a un tercero la operación directa del negocio y el objeto social mismo de la institución al tercerizar la producción misma de los servicios sanitarios.

No se trata de cuestionar la viabilidad jurídica, pues es muy claro que el decreto 536 de 2004 permite la tercerización de todos los servicios. De lo que se trata es de reflexionar sobre las razones subyacentes para la decisión política expresada en el decreto ordenanzal de creación de la Empresa Social del Estado Hospital Universitario del Caribe, de tercerizar por completo la institución.

Es claro que tal decisión obedece a razones de tipo político que ya hemos mencionado pero que queremos enfatizar:

1 La incapacidad financiera del departamento de Bolívar para financiar las adecuaciones locativas y a la vez la dotación de todo el edificio

2 La proximidad de los Juegos Centroamericanos y del Caribe exigen un mecanismo expedito de reapertura del hospital público de de mayor complejidad del departamento.

3 Al parecer existe el temor de incurrir nuevamente en la burocratización del hospital, por lo que esta modalidad permite generar más eficiencia (buenos resultados con poca inversión inicial de recursos en poco tiempo).


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