BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PLURICULTURALIDAD Y EDUCACIÓN. Tomo II

Gunther Dietz y otros




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Educar para construir una sociedad multicultural. La problemática de los pueblos indígenas de Michoacán

Rosalía López Paniagua*

Rogelio Raya Morales**

*- Doctora en Sociología por la FCPyS de la UNAM. Investigadora titular en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM <rosalial@servidor.unam.mx>

**- Doctor en Educación por la UDG, Miembro del SNI, Docente-Investigador en la Coordinación Estatal para la Plantación de la Educación Superior <posgrado_2000_1999@yahoo.com.mx>

Resumen

El patrón hegemónico actual, de globalización, caracterizado por el predominio de una cultura racista, homofóbica, discriminatoria y altamente intolerante hacia lo reconocido como diferente, debe ser sustituido por la cultura del reconocimiento de la diversidad cultural.

En esta ponencia se plantea la educación y una pedagogía del diálogo intercultural, desde la perspectiva de Paulo Freire, como la vía para construir una sociedad multicultural, a partir de la situación de la educación con la problemática del desarrollo regional que vive la población originaria de Michoacán. La multiculturalidad, es entendida como resultado de un proceso consciente de diálogo entre culturas (interculturalidad), que ocurrirá como resultado de una construcción deseada política, cultural e históricamente, mismo que se caracterizara como invención de la unidad en la diversidad y que hará posible el enriquecimiento de las distintas culturas.

Desde la educación se puede hacer frente a las expresiones excluyentes, se puede reivindicar el pleno derecho de todas y todos, de grupos e individuos. Las políticas públicas, en especial la educativa, deberán ser en este sentido. Una población que haya sido educada en el respeto y reconocimiento de su cultura y de las otras, contará con mayores elementos en la aproximación a una sociedad más justa, libre y democrática.

Palabras clave: Educación, pedagogía intercultural, pueblos indígenas,

Introducción

Adentrarse en el tema del indigenismo, como plantean algunos autores que lo han estudiado de manera profunda, es poner de manifiesto una visión sobre el futuro desarrollo de nuestro país. Es decir, es partir del reconocimiento de que es indispensable asumir la presencia de “culturas”, no de una sola “cultura”, al momento de plantearnos un tipo de país que, en medio de la inclusión, y a través de la misma, busque la superación de los grandes rezagos políticos, sociales y culturales y que, además, contenga la frenética embestida en contra del medio ambiente.

López y Rivas, incluso lo propone de una forma más tajante: la cuestión indigenista es un elemento importante porque “significa la llave para procesos de transición democrática de carácter integral dentro de los cuales la autonomía se constituye en la estrategia de articulación de los indios a esos procesos.”

Esto así, porque en la búsqueda de una nueva sociedad, el debate en torno a la importancia de la diversidad, del reconocimiento del otro, adquiere un sentido no sólo teórico, sino histórico. El patrón hegemónico actual, de globalización, caracterizado por el predominio de una cultura racista, homofóbica, discriminatoria y altamente intolerante hacia lo reconocido como diferente, debe ser sustituido por la cultura del reconocimiento de la diversidad cultural en un sentido amplio.

La realidad actual, es decir, el sistema hegemónico excluyente, no deseable en muchos aspectos, pero en la que vivimos nuestras cotidianeidades, acusa permanentemente a las comunidades indígenas de propiciar el atraso y de provocar la desintegración social y, a la demanda de que sean reconocidos sus derechos y su cultura, el sistema hegemónico responde con acusaciones de destrucción de la “unidad nacional”.

La preocupación y debate sobre la educación de los pueblos indígenas en México ha estado centrado fundamentalmente en la educación básica, ya que a pesar de muchos esfuerzos de grupos de la sociedad civil y de instituciones bien intencionadas, la política educativa no ha sido capaz de incluirlos plenamente en este nivel, sin embargo la problemática de su exclusión a nivel superior o universitario es aún mayor y por tanto constituye un tema que requiere de muchos esfuerzos de investigación y difusión, con el fin de avanzar hacia su superación. Las universidades interculturales que recientemente se han creado en el país, están avanzando en diversas perspectivas y al parecen todas coinciden en el reconocimiento de la cultura propia como un fin muy importante, sin embargo, en los enfoques de la educación intercultural persiste el énfasis en su propia superación mediante la educación, ya que se parte de la idea de que se trata de culturas atrasadas y olvida que gran parte del problema está en los grupos sociales “no indígenas”, quienes opinan, de acuerdo con la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación 2005, en un 34%, que para que los indígenas salgan de la pobreza “lo único que tienen que hacer…es no comportarse como indígena”. Y el 43%, dice que “los indígenas tendrán siempre una limitación social por sus características raciales” Y hasta un 40% de mexicanos estarían dispuestos a organizarse para impedir que un grupo de indígenas se establezca a vivir cerca de su casa. Estos datos muestran que no basta con insistir en el autoreconocimiento de los pueblos indígenas, sino se avanza en la construcción de una sociedad multicultural, en un proceso consciente, intencionado de diálogo entre culturas, es decir en un proceso educativo.

Desde la educación se puede hacer frente a las expresiones culturales excluyentes, se puede reivindicar el pleno derecho de todas y todos, de grupos e individuos a la diversidad. Sí las políticas públicas, en especial la educativa, van en el sentido de formar una población educada en el respeto y reconocimiento de su cultura, tendrán un mayor impacto en la aproximación a una sociedad más justa, más libre y más democrática.

En esta ponencia se propone a la educación como la vía para construir una sociedad multicultural, a partir de la situación que guarda la relación de la educación con la problemática del desarrollo regional que vive la población originaria de Michoacán. Se divide en dos partes. Es la primera se plantean algunos elementos del debate sobre las posibilidades de la multiculturalidad desde la perspectiva de Paulo Freire y en la segunda se hace referencia a la problemática socioeducativa de los pueblos originarios de Michoacán. En las conclusiones se insiste en que la educación universitaria, con los grupos originarios del estado de Michoacán, sólo tendrá sentido si logra formar profesionistas con un alto orgullo por su patrimonio cultural, social y natural y capaces de entablar un diálogo con otras culturas en el marco de la interculturalidad propiciada por la globalización que caracteriza este principio del siglo XXI, que nos ha tocado vivir.


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