BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PLURICULTURALIDAD Y EDUCACIÓN. Tomo I

Gunther Dietz y otros




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Interculturalidad como el intercambio que existe entre las culturas

Esta pantalla se relaciona con la anterior y con aquella que considera a la interculturalidad como interacción. La interculturalidad aquí hace referencia al intercambio, a la interacción, a la relación entre culturas, individuos o grupos (lesbianas, gays, “darketos”, entre otros). Los intercambios que se establecen deben darse, según los entrevistados, dentro de un mismo contexto y en igualdad de condiciones. Tienen la particularidad de desarrollarse en un ambiente de respeto, tolerancia y armonía.

Interculturalidad como diálogo

La interculturalidad en esta pantalla se considera “un diálogo entre culturas”, que se genera si los dialogantes establecen relaciones horizontales y de igualdad. Sin embargo, los actores apuntan que en nuestro país no existen las condiciones necesarias para efectuar dicho diálogo.

La desigualdad hace imposible la horizontalidad, debido a esto proponen trabajar por el fortalecimiento de las culturas “minoritarias”, desarrollar su autonomía obteniendo así igualdad de condiciones. Nuestra tarea debe ser, según ellos, “reconstituir a los pueblos indígenas, transformar las estructuras en espacios de diálogo, para que aquellos puedan dialogar con la nación” (E-B, 2006) . En cambio, sugieren que los pertenecientes a las culturas “dominantes” desarrollen su capacidad de diálogo, esto es, que sean capaces de escuchar, dejarse decir, encontrar en los “otros” aspectos que no han experimentado, descubrir al otro y así mismos en ellos. Estos actores vinculan al diálogo con la interculturalidad porque consideran que en ambos debemos de ser capaces de buscar el acercamiento, de comprender y de escuchar.

Interculturalidad como el espacio en el que se comparten y dialogan saberes

Un aspecto que sobresale en esta pantalla lingüística es que en la interculturalidad se comparten y/o dialogan saberes. Aunque a primera vista la idea resulte simple, porque el término refiere a una constante interacción entre culturas, y al interactuar se llegan a intercambiar diferentes aspectos, los entrevistados insisten en señalarlo, debido a que todavía persiste una descalificación de los saberes denominados locales, regionales, populares o tradicionales.

Al relacionarse con distintos actores de la región, se percatan de que en las comunidades existe una riqueza de saberes, pero que no se tiene conciencia de ello debido a la sobrevaloración de los saberes denominados “científicos”. Como consecuencia afirman que si queremos llegar a la interculturalidad, tenemos que estar dispuestos a dialogar con estos otros saberes. En esta pantalla lingüística, la interculturalidad se genera en el momento en que las culturas interactúan o dejan que otras interactúen con ellas, desarrollando aceptación, apertura y fascinación por lo “otro”.

Interculturalidad como enriquecimiento

El hecho de mantener una apertura al otro, de dialogar y compartir con él genera un enriquecimiento tanto de los individuos como de las culturas, manifiestan algunos de los actores que integran esta pantalla lingüística. Sugieren que si practicamos la tolerancia, la paciencia, la convivencia, el respeto y la escucha, nos desarrollamos mejor como sujetos, pero sobre todo practicamos la interculturalidad.

Para estos actores, es importante que cuando las culturas entren en contacto se vuelvan no sólo “complementarias”, sino receptivas. Consideran que dentro de nuestras relaciones sociales constantemente nos adscribimos a determinados grupos, y a la vez nos percatamos de nuestras diferencias. Sin embargo, adoptamos determinados patrones de ellos, nos complementamos y enriquecemos.

El carácter armónico y pacífico que se le atribuye a la interculturalidad aquí deja de lado la idea de que ella se genera, de igual forma, en espacios de conflicto. La interculturalidad es un enfoque que parte de “vivencias felices”, “relaciones armónicas”, no cuestiona la existencia de estructuras hegemónicas, grupos marginados o estructuras de poder.

Interculturalidad como empoderamiento

A diferencia de la anterior, en esta pantalla los maestros coinciden en que la interacción que describe la interculturalidad no siempre es armónica. Y que para hablar de ella es necesario tener claro que entre las culturas, grupos e individuos existen diferencias, sobre todo en la distribución del poder.

Los actores aseguran que no todas las interacciones son armónicas y que hasta en los espacios de conflicto se genera la interculturalidad. No es un concepto que describa simplemente la convivencia de las culturas o grupos, sino que va más allá de ellas. Indican que para lograrla, los sujetos debemos de ser dinámicos, activos, capaces de tomar decisiones, desarrollar nuestro liderazgo y autonomía; pasar necesariamente por un proceso de empoderamiento y desempoderamiento.

El proceso consiste en trabajar a título individual en el fortalecimiento, el reconocimiento y la valoración de nuestra propia cultura, logrando elevar nuestras capacidades y competencias; implica trabajar de forma colectiva y participativa en la reivindicación de nuestros derechos reduciendo así nuestra vulnerabilidad al conquistar espacios en las estructuras de poder dominantes.

Interculturalidad como proceso en construcción

Estos sujetos consideran la interculturalidad como un proceso en construcción debido a que no existen las condiciones necesarias para efectuarla. Señalan que la mayoría de las propuestas hasta ahora elaboradas por las organizaciones, las instituciones, los grupos sociales y el estado se encuentran encaminadas a establecer un reconocimiento de nuestra diversidad y que esto es sólo un primer paso hacia la interculturalidad.

La interculturalidad aquí no es un concepto que describa únicamente la convivencia e interacción entre las culturas, se refiere también a determinadas praxis entre ellas. Para su realización es primordial el establecimiento de acuerdos y espacios de diálogo. Al ser un concepto en construcción, desconocemos los alcances y la vigencia del enfoque. Hay quienes lo describen como una “falacia” o “engaño”, debido a la forma en que es utilizado por sus autores y reproductores.

En esta pantalla, la interculturalidad “es un escenario por construir” que implica voltear la mirada no a los grupos rezagados o minoritarios, sino a los que se encuentran en las esferas de poder.


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