BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y SEXUALIDAD

Coordinadores: Luis Fernando Macías y Ricardo Contreras Soto




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El goce

Francisco Pantoja García

Instituto Tecnológico de Celaya

pk_br@hotmail.com

El nombre mítico del goce (libido, deseo o instinto sexual). Goce, es tener o poseer algo, es un placer.

El goce de la mujer y del hombre.

El hombre lo único que le importa es gozar, se envuelve en un estado de placer y se cree conquistador, de esos que entre más mujeres tenga, se siente más que los demás.

Su forma de “gozar” es de una manera egoísta, lo cual provoca que la mujer lo aborrezca. Su modo de compartir en el momento del sexo se encierra de tal manera que su placer no se ve exteriorizado. Aquí es donde se confunde, pues, creyendo que su conquista se basa en argumentar algo que lleve a convencer a la mujer para que se acueste con él u obtener lo que busca.

La mujer goza más que el hombre en orden sexual, puede disfrutar de un abrazo apasionado, donde se complace complaciendo, de esas palabras que pueden penetrar en su sentimiento y la hagan sentir única. Su goce puede basarse al poseer al hombre indicado, disfrutar de su compañía sin que llegue al sexo, pasarla bien sin que tenga que hacer algo más. Su goce es reversible, donde puede tener una intensidad superior en su ausencia o su negación, como puede no ser más que pretexto de otro juego más apasionante, más pasional donde lo que está en juego, por medio del goce, es sobre todo ir hasta el final y más allá del goce desafío que gana a la operación del deseo, ya que es una pasión, aunque este vértigo puede jugar también en rechazo del mismo goce.

Por el contrario el hombre, por muy conquistador que parezca no hace gozar a más de una, su goce no tiene estrategia, no es más que una energía en busca de un fin.

La mujer es más reservada aún este tiempo, sigue retando al hombre desde su no- goce, desafiándola a que la mida, a ser sólo lo que es.

En este juego de estrategias no se puede decir quién ha ganado, pues, si le pregunta al hombre, simplemente contestará que él. Si se le pregunta a la mujer, dejará abierto ese espacio, pensando que no tiene significado quien gane.

De este modo el hombre al suponer que es quien gana, pensará que la mujer se sigue sosteniendo en ese estado tradicional de represión e incapacidad para el goce, nunca pasará por su mente que puede ser una representación la que hace, donde se siente cómoda, sin que pueda invertir más tiempo o esfuerzo en algo que no le satisface pero que mantiene al hombre ocupado en su placer.

El desafío de la mujer.

Sólo ella sabe las causas por las que se mantiene en ese estado y deja que el hombre piense que es una pasiva, sabiendo que en cualquier instante aflora su forma de dominación y su esteticidad se vuelva lo contrario.

Los hombres que se dan cuenta (la mayoría no) que la mujer no es lo que pensaban (pasivas, sin goce, alienadas) entran en una confusión, lo que les hace ver que la mujer si puede alcanzar sus deseos y la dejan de despreciar, que no es un simple objeto, que eso está terminando, y la mujer ha empezado a dar a conocer su goce y sabrá porque, su feminidad se presentará, se hará visible, será emblema de goce y de sexualidad.

La mujer empezó desafiar al hombre, en todos los aspectos, en el deporte empieza a alcanzarlos con pasos agigantados en cualquier disciplina. En lo laboral no se diga muchas ya son las que mantienen al hombre, el que se ha vuelto dependiente. En lo sexual por asumir el monopolio del mismo y del placer. Se nota la diferencia, mientras que el hombre piensa con el pene la mujer goza en muchos aspectos en un espacio no de deseo, sino de juego y desafío que sigue aumentando cada vez. En donde la mujer busca una respuesta en su mente, para decirse y en ocasiones lo expresa verbalmente: no me harás gozar, soy yo quién domina, la que propone el juego, la que roba el goce, la que da la estrategia sexual, ahí donde la verdad cambia de curso

Y en ese juego se mantiene. Mientras el hombre más bruto busca una respuesta a su conducta sexual, la que espera sea a su favor y más adecuada, pensando que es el más capaz para hacer el sexo, el que lo hace mejor, el que tiene más experiencia, el que está más dotado físicamente para satisfacer a cualquier mujer.

Suponiendo que la mujer se “libera” ¿qué pasaría? La demanda de ellas sería imposible de cumplir, su exigencia de goce se volvería ilimitada, quién le cumpliría ese objetivo. Sabemos que una mujer satisface a más de un hombre, mientras que el hombre en ocasiones no satisface a una sola mujer.

Qué triste realidad, le espera al hombre si llega a ocurrir lo mencionado, entonces cuando le diga a cualquier mujer vamos a hacer el amor tal vez le pueda cumplir, pues buscara la forma de fabricar ese amor y poder satisfacerla, ya que amar es poner en juego algo muy diferente, es un desafío en un intercambio ritual donde tal vez no haya limites.

Mientras que cuando le diga vamos a tener relaciones intimas o relaciones sexuales, la mujer le contestara con satisfacción o sin ellas; yo si puedo cumplir en cualquier momento, ya que lo sexual tiene un fin próximo banal, es el gozar de una forma inmediata, de la satisfacción de un deseo.

Pero en ese yo puedo, existe una represión. De lo que no se reprime el ser humano, es de esas fantasías que nadie puede cambiar o le puede discutir. Nadie le puede cambiar esa “realidad” sexual que se le presenta en un sueño, la que no puede alcanzar, obtener o tocar.

Que toda palabra se libere, que se encuentre con el deseo que se esconde y que goza por ser prohibido, que salga de donde esta, que le devuelva a la palabra su lugar y que sirva de evidencia. Que la fantasía permanezca, al ser alcanzada por la realidad, cuando ésta alcance las inmensidades que requiere para llegar al tamaño de ella.

Hay sexo bueno y otro malo.

¿Hay un sexo bueno y otro malo?

¿Hay sexo en alguna parte, sexo con valor de uso ideal del cuerpo, como potencia de goce que pueda y deba ser liberado?

¿El sexo malo es cuando no existe goce para alguna parte?

¿El sexo se puede comparar con el ejercicio físico, donde se adquiere cierta condición física, habilidad, destreza, fuerza, etc.?

¿Cuál es el sexo malo? Si es que hay: Cuando duele, gozas demasiado, es muy frecuente, es diferente del común, cuando no puedes, no quieres, no sabes. Cuando, lo haces con alguien que no es tu pareja, si no es para reproducción; si no te cuidas, no eres responsable, te gusta, pagas por hacerlo. Cuando, cobras, engañas en el acto (fingiendo), lo haces por complacer, duras muy poco en el acto, no te gusta con quien lo haces, dispones de muy poco tiempo, el espacio no es el indicado.

Cuando, tu desnudez se traduce en vergüenza, gritas demasiado y los demás te oyen, si se interrumpe el acto; cuando te ven y ofende al pudor, si es demasiado realista, si se hace costumbre, cuando el inconsciente se hace presente. Cuando, estamos enseñando a la conciencia, si el cuerpo quiere gozar, la cultura me lo impide, la religión no lo acepta, no está de acuerdo a la moral.

Cuando mi cuerpo quiere gozar y pienso que mi alma no se va a salvar, si ves que lo están haciendo y se te antoja, porque te obligan, porque no puedes, si lo haces en la calle, si no tienes con quien, si estas cansado, si la culpa te envuelve, cuando somos una cultura de la eyaculación precoz.

¿El sexo bueno es?

Cuando, lo haces con la persona adecuada, crees que no es pecado, tienes ganas, porque es necesario, es por “amor”.

Cuando te casas, te ayuda, sabes hacerlo, aprendes, enseñas, conoces, lo entiendes, te lo ganaste, esta caliente, te convences o te dicen. Cuando, estas feliz, estas contento, la pareja quiere, te excita, te incita, te ilusionas, fantaseas, tienes tiempo, tienes libertad, belleza. Cuando puedes, seduces, te proponen, te lo impiden.

El arte y el goce

Aunque el goce sea ese deseo o instinto sexual, puede satisfacerse sublimatoriamente, no debe ser sexual.

El arte comienza donde lo que no puede ser dicho, puede ser mostrado.

El arte se compra, unos más caros que otros. La literatura es mas barata que la pintura por ejemplo. En la literatura uno no es el único que goza. Un libro se vende para muchas personas para que lo conozcan, sepan de él, y esto hace posible que varios sujetos puedan tener ese goce.

En cambio, una pintura pocos la adquieren, luego entonces el goce es para unos cuantos, para los que van a un museo en donde puede ser expuesta, y los menos, los que la compran para su colección.

Una ausencia es el arte, una ausencia que vale en tanto el goce está perdido y la creación es lo que viene siempre a envolver ese vacío. El arte se constituye en torno a ese vacío de goce.


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