Cartas no enviadas

1998

Ricardo Contreras Soto

Para verme a los ojos, solo tienes que pararte un día de reflexión y verte en un espejo de agua quizá un charco, en una lagrima, con los ojos cerrados, quizás no sea yo seas tú, quizás no seas tú, quien piense recordarme, sino yo imaginarme que lo haces, estar esperanzado, creer que lo haces(hasta donde una relación es mas imaginaria que real, hasta donde tiene eco nuestras palabras nuestros suspiros, hasta donde la necesidad del imaginario para darle sentido a nuestra vida establecer un contacto virtual o real, cuanto me gustaría que fuera mágico quizá lo es, quizá es delirio. Lo cierto es que una expresión se objetiva en las palabras, en los actos, en las cartas... y las palabras al viento, los rezos, los murmullos de soledad) a ti confié la mirada, los secretos, mi humilde humanidad, tienes la llave para entrar en mi, donde quiera que estés.

Es una operación más simple, la transferencia de la mirada, va junto al día, yo la vivo, tu cierras los ojos, yo lo veo y tu conmigo, por el momento haz el intento.

Ahora armo un escenario en frases – referentes, en el movimiento de mis dedos de mis labios, en pausas que detengo la escritura para buscar el mejor paisaje compartido, para buscar un rincón íntimo para una confesión de alguien con el alma necesita cambiar respirar o compartir de cualquier forma esta es la puerta que tienes llave, que tienes acceso para todas esas posibilidades al fin de cuentas in- versión de la realidad, una sub-versión que a distancia y a destiempo rapta tu atención para llevarte conmigo disculpa de antemano la forma brusca como pinto como escribo y llegar a ti sin una previa introducción lo que pasa es que sin darte cuenta ya había estado platicando en las noches contigo, quiero decir que la otra parte de la carta te la va llevar algún otro mensajero, quizá Cuando otro día pienses en mi.

Mis ojos son tus ojos, no lo olvides.

Cuando escribimos abrimos la puerta(entrada directa al tiempo, al espacio, nos acercamos, puede ser cada vez que la leas aunque nosotros ya no seamos los mismos(también esa facultad perversa, maligna, es su virtud, de encerrarnos en limbo como niños a escondidas haciendo travesuras que ante otras miradas son pruebas de pecado, las puertas de nuestro cielo, este es el momento que se abre el tiempo aunque con el pasar del tiempo el nuestro, el real, el que no se petrifico como un monumento en un papel, los vestigios de una trayectoria, son huellas de momentos, palabras que pueden acusarnos de traición incluso, de inconsistencia o de promesas incumplidas y teniendo en cuenta todo esto reconozco su fuerza y la vitalidad de hacerlo, entro sabes y estoy aquí para estar contigo, después me puedes quemar, romper que en estas líneas me aprecio para volverme cenizas, fragmentos irrecuperables o nuevas líneas de tu piel y arrugas en mi cara).

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Mis ojos son tus ojos... cada vez que los convocas y que robas a tu un espacio para hacerte mía.

Soy el invitado que interrumpe el tiempo, lo transgrede en pequeños detonadores en líneas que son palabras y estas son sentimientos, miradas de una vida la que tengo, la que deseo.

Grabadas en cartas imágenes, ecos de palabras vivas que cuando las lees, las revives y con ellas la mirada que ve, en el texto de un tiempo, para hipostasiarlo en tu vida, en el acto creador de un tiempo desesperado, en el acto generador qué da constancia verbalizada en letras es decir objetivada en un manuscrito correspondiendo a un hipertexto(que es mi vida, la historia, la tuya, el universo...)la imagen voltea a nosotros es ella quien ahora nos lee a través de un tercero(un investigador, un juez, un metiche, un familiar, alguien indiferente, dios?)Esta es la parte exhibicionista que podría quedar callada con el murmullo, con el silencio, a eso y mucho mas se expone y se corre el riesgo.

Me filtro, me arrastro, trato de seducirte, beso tus labios, busco provocarte, de ahí que la estrategia dependa de mi habilidad, la manera en que yo enlace la forma de visitarte, confieso lo difícil que me es, las palabras son atropelladas por el deseo, me desvisto buscando en realidad desnudarte, para encarnar de manera diferida(yo en este momento y con la esperanza de estar ahí-aquí, tiene esa virtud el texto de visitarte cuantas veces lo leas, lo pienses, lo sientas, lo recuerdes, se dirige a ti como destinataria, victima-afortunada depositaste la llave de tu confianza me trasmuto en serpiente para entrar a tus oídos, para entrar en tu garganta, frente a mi a diferencia de la plática, yo tengo la palabra, esta es la Parte perversa de poder e iniciativa, poder brincar en el tiempo a la intimidad donde tu te abstraes mientras lees, tiempo corto perdurable con riesgo en el recuerdo. De aquí en adelante cadencia, cuidar los pasos, los gestos, los movimientos, frecuencia que busca sincronizar con tus necesidades, gustos, sentimientos sensaciones y deseos, entramar esta historia sin mi presencia, con los registros de tus recuerdos míos y de otros que mas da la educación de los afectos, las experiencias de lo ya vivido como referente, dime qué quieres en este silencio, es una invitación para que tu escojas el procedimiento o el lugar, lo que te gusta, como hacerlo, y si te inhibes dame un voto de confianza para pervertirte.

De mis líneas depende la imagen que tienes de mí

¡Sabes a quien estas llamando cuando escribes, cuando hablas?

¡Quien quieres que se presente; Porque lo invitas, hasta donde quieres que se acerque?

Consciente de ello hoy en el fondo te busco para besar tus sueños.

Nada de extraordinario; siendo un ángel (el que escucha) o un demonio (el que actúa).

Cual peligrosa es la puerta que dejas abierta.

Me desnudo en sinceridad soy tu servidor, tu dueño, tu compañero soy un sueño en un extremo, soy finita realidad en el otro.

Que confianza amerita un acceso-pasaje con todas las posibilidades, gracias por tu confianza, no es nadie mas que yo.

De retorno a la escena donde escribo la auto seducción quiere saber hasta dónde es capaz. Dalí en el gran masturbador muestra el deseo y la soledad.

Te veo dormida quiero ser uno de tus deseos.

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Volvamos al silencio, no dejo de pensar en las posibilidades del juego, con riesgo a romper el encanto pero es la otra cara la morbosa que te cuento para pedir tu perdón por mi abuso, no deja de ser un cuento que en debilidad de lo humano tiene consecuencias que tu gran amor puede canalizar, por ejemplo el miedo: El lobo hambriento se come al mismo, no lo puedes evitar corres peligro huye...

T e sitúa con sus ojos lascivos, el placer a toda costa (no sabe que esta solo) se hace cínico, se alimenta de tu temor esa es su fuerza, se bloquea ya no escucha, el instinto gobierna, la cara se transfigura, muestra sus colmillos, su cuerpo erizado, la pasión extrema su animalidad, en actos peligrosos no mide lo que hace, lo que dice, goza con saña, maldice a su víctima en el momento en que se la traga.

Ella rompe el juego, se pone a la altura, mostrando en la rabia su fragilidad, en el odio el temor, neutraliza su furia con la fuerza del amor.

PREFIERO QUE TERMINE ASÍ BAJO CONTROL DE ALGO SUBLIME EN LA ZOOLOGÍA HUMANA sin más daños.

Como devolverle su cara, después de todo, volverlo a colocar después de su atrevimiento, como estar cerca de su confianza, después de haber despedido a los fantasmas, lo contradictorio de lo “humano”, de las diversas tramas sociales, con la paz de tu misericordia, tu comprensión, nos vemos igual más maduros: como niños, de regreso a la inocencia.