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LA ANTIGUA RETÓRICA GRECOROMANA Y LA EDUCACIÓN: EN LA PERSPECTIVA DE LA TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN Y LA POSMODERNIDAD

Germán López Noreña



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CAPÍTULO II DEL DISCURSO: ESTRUCTURA Y ARGUMENTO

En el centro de toda la discusión sobre la retórica está la convicción de que las palabras significan; tienen la capacidad de referenciar el mundo y de inventarlo; de decir en sentido recto y figurado; de decir la verdad y de mentir; de evadirse y comprometerse; de generar confiabilidad y desconfianza. De lo que no cabe duda es de su eficacia para comunicar, convencer, persuadir, argumentar y de expresar estéticamente. Visto así, la retórica es, como tantas veces se ha dicho, un instrumento comunicativo muy poderoso en las manos de los hombres. Y quien dice del discurso verbal, dice de todo tipo de discurso, ya sea verbal, audiovisual o digital; de función, ya sea informativo, histórico, ficcional, didáctico, publicitario; de medio comunicativo; de género; o de formato.

(Francisco García García; 2005)

2.1 DE LA ESTRUCTURA Y EL ARGUMENTO

Ya abordadas algunas definiciones del discurso, unas más argumentadas que otras, dispongámonos a incursionar en la composición y la estructura del discurso como también en los argumentos. Pues bien aceptado en términos generales, el discurso en el uso cotidiano, como un mensaje socializado en el acto verbal y oral de dirigirse a un público, con clara intencionalidad a la persuasión, es decir, desde una eminente perspectiva de argumentación; él conlleva en su composición, los siguientes elementos:

1) En tanto que estructura lingüística, el discurso está constituido por La Inventio, La Dispositio, y La Elocutio.

2) Como actividad oral, está configurado por La Memoria y La Actio.

La Inventio o Invenio es la fase cuya finalidad central es el establecimiento de los contenidos del discurso:

El término inventio procede del latín invenire que a su vez procede del griego εὒρεσις que significa "hallazgo", pues de lo que se trata es de que el orador seleccione, halle, en un repertorio prefijado de temas aquellos que son los más adecuados a su exposición. Se trata, mentalmente hablando, de invenire ("hallar") en la memoria, llena de topoi o loci ("tópicos" o "lugares" comunes) las ideas propias o heredadas de la sociedad en general, susceptibles de ser utilizadas en el discurso.

La tipología del tópico retórico incluye los siguientes elementos: persona, cosa, lugar, instrumento, causa, modo, tiempo, comparación y argumentación, a los que habrá que añadirse el tópico literario, en el caso de obras literarias.

El Dispositio, es una palabra latina que corresponde a la traducción del concepto de la retórica griega conocido como τἀξις, y cuyo significado es “Disposición”, y la finalidad:

[…] de esta parte de la preparación discursiva es la organización de los elementos de la inventio en un todo estructurado. Son relevantes a este respecto el número de partes del discurso y su orden de aparición.

En cuanto a las partes, los discursos pueden presentar una estructura bipartita (en la que las dos partes mantienen una tensión recíproca dentro del conjunto) o tripartita (en la que se supone un desarrollo lineal con principio, medio y fin).

La estructuración tripartita, la más frecuente, consta de un exordium o parte inicial que tiene por objeto captar la atención (el interés o favor) del oyente (captatio benevolentiae) e indicar a este la estructuración del discurso; una parte media con narratio (exposición del asunto y tesis del orador al respecto) y argumentatio (con las razones que sustentan dicha tesis); y, finalmente, una peroratio o recapitulación de lo dicho con apelaciones al auditorio.

La estructura del Discurso generalmente la conforman los siguientes elementos a saber:

El Exordio, parte direccionada a lograr un auditorio benevolo y receptivo. En general esta parte de la estructura del discurso, persigue generar una buena empatia en lo concerniente a atraer la atención del receptor, disipar posibles animosidades, lograr establecer simpatías para con el orador y la temática a tratar.

La Proposición la que consiste en el enunciamiento claro y breve del tema que se va a tratar.

La División es la diseminación y proceso de enumeración de las partes que se van a tratar en el discurso.

La Narratio, es la parte que comprende a la parte expositiva y por ende es la más extensa del discurso. En ella se debe realizar el tejido narrativo de los hechos de forma coherente, de tal manera que converja a demostrar la conclusión perseguida. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso realizar un Divisio o Partitio. En éste, se debe obviar aquellos puntos que dificulte en el entramado de la narración llegar a la conclusión.

La Argumentación es la parte:

[…] donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras estilísticas del énfasis. También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino convencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso periodístico, la tendencia del lector a abandonar al principio recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1, 3: esto es, en primer lugar los argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes.

La Peroración es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos, recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su compasión (conquestio o conmiseratio) y su indignación (indignatio) para atraer la piedad del público y lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos patéticos; incluye lugares de casos de fortuna: enfermedad, mala suerte, desgracias… Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento-puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión final positiva y favorable.

En lo que hace relación al argumento en el discurso, se plantea la existencia de tres tipos de argumentos a ser empleados: los relacionados al ethos , al pathos , y al logos . Los del primer tipo son esencialmente de orden afectivo y moral y son de directa responsabilidad del emisor del discurso; en suma es un elemento actitudinal en la que se procura lograr e inspirar confianza por parte del orador con el auditorio, es decir hace relación a las actitudes que debe tomar el orador para inspirar confianza a su auditorio. Debe mostrarse: sensato y fiable, esto es, capaz de dar consejos razonables y pertinentes; sincero: no debe disimular lo que piensa o lo que sabe; simpático, debe mostrar que está preparado a ayudar a su auditorio.

Los que corresponden al tipo pathos son de orden puramente afectivo, relacionados fundamentalmente al receptor del discurso. Según Aristóteles, estos argumentos se basan en suscitar ira (ὀργή), calma (πραότης), odio (μίσος), amistad (φιλία), miedo (φόβος), confianza (θάρσος), vergüenza (αἰσχύνη), indignación (τὸ νεμεσάν), agradecimiento (χάρις), compasión (ἐλείνος), envidia (φθόνος) y envidía por a las virtudes de otro (ζήλος) (Aristóteles; Rethorica).

Los argumentos ligados al logos: argumentos ceñidos al tema y mensaje mismo del discurso; se entra aquí en el dominio propiamente de la Dialéctica y se utilizan sobre todo los deductivos y los analógicos.


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