BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EVOLUCIÓN RECIENTE DE LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS TERRITORIALES EN AMÉRICA LATINA: ESTADO DEL ARTE, RECOMENDACIONES DE POLÍTICA Y PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN

Luis Mauricio Cuervo González




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C. Determinantes económicos de la concentración urbana

El estudio de la concentración urbana ha dado lugar a una innumerable cantidad de investigaciones estadísticas que ponen de manifiesto los factores económicos, sociales y geográficos que más influyen sobre su evolución. Además de corroborar el carácter cíclico del proceso de concentración urbana, ponen en evidencia la presencia de algunos factores explicativos no tenidos en cuenta en la investigación acerca de la primacía urbana latinoamericana, presentada en el párrafo precedente.

Un primer grupo de investigaciones ha logrado establecer la existencia de una relación curvilineal entre concentración urbana y desarrollo económico, semejante a la función diacrónica de primacía urbana, arriba presentada. Utilizando información internacional de diferentes características, amplitud, períodos y distintas especificaciones econométricas, se coincide en establecer que las fases iniciales de crecimiento económico se acompañan de niveles crecientes de concentración urbana hasta que se alcanza un punto de saturación, a partir del cual dicha concentración se estanca y desciende. Esta conclusión general ha sido alcanzada por los trabajos de Williamson (1965), Wheaton y Shishido (1981), y más recientemente por Henderson (2000). En términos generales, estos hallazgos empíricos se sustentan en y son consistentes con los postulados de la teoría de las economías y deseconomías de aglomeración. Adicionalmente han sido útiles para poner de presente el juego de otros factores, de diferentes órdenes y calidades, que también contribuyen a entender los procesos de concentración urbana y que serán mencionados a continuación. Se utilizarán principalmente las conclusiones obtenidas por el ya mencionado trabajo de Henderson (2000) y, adicionalmente, el de Gaviria y Stein (2000).

Henderson explora la presencia de varios grupos de determinantes de la concentración urbana: geográficos, político-institucionales e infraestructurales. En relación con las variables geográficas, la concentración urbana aparece inversamente relacionada con el tamaño del país y directamente con el hecho de que la ciudad primada sea igualmente un puerto (Henderson, 2000, p.23).

En cuanto a lo político institucional, se establece que cuando la primera ciudad es también la capital política del respectivo país, se incrementa la primacía. En contraste, el carácter federal del país, aunque contribuye negativamente a la primacía, tiene un impacto bastante reducido. Este efecto parecería ejercerlo más de forma indirecta:

“Aunque los efectos directos del federalismo parecen bastante pequeños, parecería que el federalismo jugara un rol indirecto, a través de la determinación de qué tanto las capitales coinciden con las ciudades primadas y debido a la extensión de la inversión histórica en infraestructura de transporte interregional, y a través de la relación del federalismo con el tamaño físico del país” (Henderson, 2000, p.24).

En el campo de las variables de política económica, Henderson establece que los países que han invertido más en vías navegables y en carreteras tienden a tener menores índices de primacía. Adicionalmente, la apertura económica juega de dos formas distintas, disminuyendo la primacía cuando la ciudad mayor no es un puerto, y aumentándola cuando se presenta la coincidencia de las dos condiciones (puerto y primacía) (Henderson, 2000, p.24).

Gaviria y Stein (2000) centran su atención en la explicación de las tasas de crecimiento de la población de las ciudades mayores, más que en sus niveles o tamaño. Para tener en cuenta la gran inercia de los procesos espaciales, estos autores introducen una distinción metodológica de suma importancia. Resulta poco justificable establecer una relación causal directa entre medidas de política de mediano y corto plazo con los niveles históricos de concentración urbana, formados a través de períodos de tiempo más largos. Por tanto, parece más atinado explorar la relación entre estas políticas y las tasas de cambio en la concentración urbana. Por esta razón se prefiere el uso de técnicas de panel que la tradicional utilización de estudios de corte transversal.

El punto de partida de esta investigación es la existencia de un ciclo natural de crecimiento urbano que determina que, a medida que crece la talla o tamaño de la ciudad, sus tasas de crecimiento tienden a disminuir. Se encuentra, en efecto, que la tasa de crecimiento de la población de las principales ciudades tiende a disminuir a medida que ellas crecen:

“probablemente por su dificultad para lidiar con problemas de congestión” (Gaviria y Stein, 2000, p.17).

Como primera hipótesis, proponen una relación inversa entre apertura económica y concentración urbana:

“en un mundo de economías de escala y costos de transporte, un incremento en las barreras comerciales aumentará la concentración urbana. Si las barreras al comercio son establecidas, los mercados internos serán más importantes y un mayor número de firmas tenderán a localizarse en la ciudad principal” (Gaviria y Stein, 2000, p.7).

No obstante, éste no será el caso cuando las ciudades más grandes se localicen cerca de los puertos. Como resultado del ejercicio estadístico se encuentra que la política comercial tiene muy poco impacto sobre el crecimiento demográfico de las principales ciudades pues aunque el cociente estimado es negativo, es poco significativo. Cuando se establece la distinción del carácter portuario de las grandes ciudades, se obtiene un resultado diferente: la apertura afecta el crecimiento de las ciudades situadas a distancia de los puertos marítimos (Gaviria y Stein, 2000, p.17).

Como segunda hipótesis se examinó el impacto de los regímenes autoritarios sobre los niveles de concentración urbana, esperando un comportamiento más centralista de su parte (Gaviria y Stein, 2000, p.8). No se encontró, sin embargo, ninguna relación estadística significativa entre estas dos variables (Gaviria y Stein, 2000, p.18).

Una tercera hipótesis plantea que la mayor volatilidad económica incrementa el crecimiento de las grandes ciudades por, al menos, dos grandes razones: primero, porque las localizaciones centrales poseen economías más diversificadas, con mejores oportunidades y, segundo, porque en ellas siempre es más fácil comenzar de nuevo.

“De acuerdo con el primer argumento, desplazarse a una localización central es la mejor opción para minimizar el riesgo por parte de los habitantes de provincia” (Gaviria y Stein, 2000, p.9).

La evidencia estadística encontrada fue favorable a esta hipótesis:

“la volatilidad en el PIB parece aumentar la tasa de crecimiento de la población en las grandes ciudades. Los efectos son notables y significativos en todos los casos. Una diferencia de cuatro puntos porcentuales en la volatilidad (más o menos equivalente a las diferencias en las volatilidades medias de los países de la OCDE y los del sur del Sahara) estará asociada con al menos tres puntos porcentuales por década de incremento en el crecimiento demográfico de las principales ciudades. El crecimiento económico promedio aparece también acelerando la tasa de crecimiento demográfico de las principales ciudades, implicando que saltos bruscos y temporales en el crecimiento pueden provocar migraciones masivas hacia localizaciones centrales donde presumiblemente está tomando lugar el grueso de la actividad generadora de crecimiento” (Gaviria y Stein, 2000, p.18).


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