BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EVOLUCIÓN RECIENTE DE LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS TERRITORIALES EN AMÉRICA LATINA: ESTADO DEL ARTE, RECOMENDACIONES DE POLÍTICA Y PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN

Luis Mauricio Cuervo González




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (114 páginas, 405 Kb) pulsando aquí

 


 

C. Comentarios finales

El principal aporte de la “nueva geografía física” consiste en rescatar la importancia de los factores naturales en la explicación de las diferencias en los niveles de desarrollo y en los ritmos de crecimiento económico. Este rescate se hace sin ambages ni disimulos y es útil para poner en evidencia consideraciones que desde la geografía económica más tradicional suelen pasarse por alto, o mas bien, se les otorga menos importancia de la que merecen. Como ella misma lo promulga, se trata de una aproximación complementaria y no sustitutiva de la llamada “Nueva Geografía Económica (NGE)”. Igualmente, tampoco se trata de la reivindicación de un nuevo determinismo físico, sino de, como ya se dijo, la consideración explícita de factores que se suelen pasar por alto. Su principal legado y beneficio radica, como se verá más adelante, en las consideraciones de política económica derivadas de estos estudios e investigaciones que ponen en evidencia la importancia de temas estratégicos como la investigación médica y de tecnología agrícola, pecuaria y forestal.

No obstante, su sustento teórico es menos firme pues cuenta con una más débil tradición dentro de la teoría económica. Por lo pronto constituye una colección de argumentaciones sueltas tomadas de autores prominentes (denominados de vanguardia por Gallup et al., 1998) sin configurar un cuerpo coherente y articulado. Adicionalmente, en su trabajo de fundamentación se da el lujo, como suele hacerlo lamentablemente la economía, de no considerar seriamente los aportes de otras ciencias sociales, como la geografía, que llevan largo tiempo ocupándose de estos temas y que, además de haber desarrollado argumentaciones teóricas más consistentes, han adelantado un volumen nada despreciable de investigación empírica y estadística.

Después de revisar cada uno de los estudios de caso realizados en el marco de los trabajos de la red de centros de investigación, cabe matizar y relativizar algunas de las conclusiones propuestas en el documento oficial de este organismo (BID, 2000), reseñadas en la introducción de esta sección.

a) Cuando se afirma que el peso explicativo de lo geográfico sobre el desarrollo es muy alto, se deben tener en cuenta, al menos, tres consideraciones que relativizan esta afirmación:

(i) que la dimensión geográfica hace en este caso referencia tanto a factores de índole natural como social y que incorporan, por tanto, factores de la geografía física y de la económica; (ii) que en muchos casos, es mayor el peso de lo socioeconómico que de lo propiamente físico-natural, y (iii) que los más altos porcentajes de “poder explicativo” de estos factores son para estudios como el de México en donde no se tomó la precaución de examinar estos factores en conjunto con los sociales y verificar si su pertinencia se preservaba, se modificaba o, eventualmente, desaparecía.

b) Una segunda consideración concierne al contenido mismo de lo geográfico que parece diferir sensiblemente de país a país y con respecto a los patrones establecidos en el modelo de referencia de Gallup et al. (1998). Para empezar, es bastante curioso que después de que Gallup et al. (1998), establece en su estudio que el rezago en los ritmos de crecimiento de América Latina en los últimos decenios no se puede explicar por factores de la geografía natural y física, como sí en el caso del África subsahariana, en este conjunto de estudios se “compruebe” el gran peso de la geografía física en la explicación de los diferenciales de desarrollo. Habría en este caso evidencia empírica contrapuesta que debería ser adecuadamente discutida e interpretada. En segundo lugar, es de destacar la presencia de varias conclusiones aparentemente contradictorias con las predicciones de Gallup et al. (1998): en el caso de México y Colombia, por ejemplo, son regiones del interior, relativamente aisladas de los puertos, las que han tomado el liderazgo económico; en el caso de Colombia, adicionalmente, la cercanía a ríos navegables no está relacionada con mayores densidades de poblamiento; en países como Bolivia, Perú y Colombia la altitud juega de diferente forma a como lo predice Gallup et al. (1998), pues su relación con el desarrollo no es necesariamente directa, sino que en un caso es inversa (Perú) y en otros es cuadrática o curvilineal (Bolivia y Colombia); finalmente, las disparidades geográficas operan en una parte no despreciable de los casos como una envoltura de otros factores de discriminación, principalmente económicos, políticos y sociales, asociados con la desigual distribución en las oportunidades de acceso a las redes de infraestructura y a los servicios de educación.

Algunas evidencias sueltas valen ser rescatadas debido a que intersectan afirmaciones o conclusiones obtenidas por estudios revisados en los capítulos previos. En varios de estos trabajos reaparece el concepto de convergencia condicional como relevante y significativo para dar cuenta de la estructura de disparidades territoriales de algunos países. En otros se coincide en que en América Latina las disparidades territoriales poseen un peso nada despreciable en la explicación de las desigualdades en la distribución de los ingresos personales al contrario de lo que Williamson (1981), encontró para los Estados Unidos.

c) La puesta del caso latinoamericano en perspectiva internacional pone en evidencia algunas de sus peculiaridades: (a) por una parte, y es tal vez la verificación más interesante que hacen Gallup et al.(1998, p.50) en este sentido, el rezago económico latinoamericano reciente, de mediano plazo, en nada pueden atribuirle responsabilidad a los factores de la geografía física. Esta afirmación significa que ni el carácter tropical de algunos de estos países, ni su aislamiento de las costas posee una capacidad explicativa significativa para dar cuenta del indiscutible atraso de la región con respecto al sudeste asiático; (b) por otro lado, en la explicación de las densidades demográficas América Latina revela nuevamente sus peculiaridades pues: “es la única región con una más alta concentración de la población en las costas que cerca de los ríos”, y (c) otra peculiaridad importante sería que en el caso de América Latina tiene que ver con el hecho de que, en contra de lo que Gallup et al. (1998), encontraron a nivel mundial:

“los resultados también sugieren que la distancia a los principales mercados internacionales afecta el crecimiento” (BID, 2000, p.163).

d) Finalmente, cabe destacar dos observaciones críticas relacionadas tanto con la consistencia teórica de esta línea de trabajo, como con el carácter de sus conclusiones estadísticas y econométricas: (i) cuando los distintos autores revisados y reseñados a lo largo de esta sección hacen referencia a la categoría de “geografía” están aludiendo a contenidos y significados poco homogéneos y universales y en algunos casos, incluso, contradictorios, (ii) que las pruebas de causalidad que establecen los modelos lo que en realidad registran son patrones y permanencias de la geografía económica contemporánea y no necesariamente explicaciones. En algunos casos hay un patrón de discriminación norte-sur (México), mientras en otros es sur-norte (Brasil); en unos casos el patrón es bajo-alto (Perú), mientras en otros es bajo-alto-bajo (Bolivia y Colombia); en Colombia, este “patrón” favorece el interior y no la costa, mientras en otros (Perú) opera al contrario. Por esta razón es plausible sugerir que los contrastes de la geografía física en América Latina parecen estar operando como una envoltura de los contrastes y procesos de discriminación económica y social y no de manera autónoma o independiente.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles