BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ECONOMÍA Y TERRITORIO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DESIGUALDADES Y POLÍTICAS

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B. Territorios ganadores

Estos territorios corresponden a zonas geográficas ganadoras que acentúan o extienden su diferencia o brecha respecto de las regiones o territorios de menor desarrollo relativo. Es posible diferenciar al menos tres situaciones que explican su alto dinamismo relativo en cuanto a la evolución del PIb per cápita (véase el cuadro IV.5).

En primer lugar, se incluye a un grupo de regiones ganadoras muy vinculadas a recursos mineros exportables, sobre todo petróleo y cobre, cuyo mayor dinamismo relativo corresponde a este tipo de especialización (Neuquén, Tarija, Antofagasta, Casanare y Pastaza). Son todas regiones con altos niveles de especialización, en las que estos sectores representan entre el 38% (Tarija) y el 80% (Pastaza) del PIb regional. A su vez, desde el punto de vista del método diferencial estructural, todas estas regiones tienen un efecto total positivo que se explica principalmente por un alto porcentaje de ganancias positivas en estos sectores de especialización (véase la última columna del cuadro IV.5).

Se trata de regiones que han aprovechado una ventaja comparativa tan explícita y marcada como la minería, seguramente en un contexto de atracción de inversiones extranjeras y nacionales, y que se han podido proyectar al mundo mediante sus exportaciones, en un clima de apertura propiciado por la política económica nacional. Se podría decir que la globalización es oportuna y favorable para este tipo de regiones que compiten, básicamente, a partir de una ventaja natural. Sin embargo, todavía está por verse si su tejido productivo y de servicios es capaz de densificarse y diversificarse de acuerdo con el impulso de la minería de manera de que sus efectos puedan manifestarse sobre la economía regional en forma más contundente. En otras palabras, si bien hoy son regiones ganadoras, hay que ver si serán capaces de construir ventajas competitivas avanzadas que les permitan asegurar un desarrollo sustentable en el tiempo.

En segundo término, se incluye a un grupo de regiones con un sólido crecimiento a consecuencia del mayor dinamismo de la industria manufacturera, sobre todo la liviana (Amazonas, Santander y Coahuila). Tanto en Amazonas como en Coahuila, el sector representa un alto porcentaje de la actividad económica de la región (más del 40%) y sus repercusiones sobre el efecto total positivo son muy notorias.

En Coahuila, así como en otros estados mexicanos limítrofes con los Estados Unidos y ubicados como ganadores (Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas; véase el cuadro IV.1), el crecimiento basado en el sector industrial corresponde principalmente a las industrias maquiladoras, que han contribuido al desarrollo tecnológico local por emplear técnicas de producción cercanas a las mejores prácticas internacionales, contribuir a la formación de recursos humanos, introducir modernos conceptos de organización y utilizar gran cantidad de mano de obra poco calificada (buitelaar, Padilla y Urrutia, 1999).

El tercer lugar lo ocupan regiones ganadoras que albergan áreas metropolitanas. El caso más emblemático es el de buenos Aires que con el tiempo ha logrado concentrar mucha actividad económica y se ha transformado en un importante centro de servicios financieros y comerciales. Estos sectores de especialización regional representan más del 55% de la actividad económica de la ciudad. En general, buenos Aires es representativa de un tipo de regiones ganadoras que son ciudades capitales o áreas metropolitanas importantes, que han tenido un importante proceso de terciarización de su economía y cuyo entorno urbano es la principal conexión del país con los mercados financieros internacionales.

1. Regiones ganadoras emblemáticas

a) Antofagasta (Chile)

Antofagasta logró ocupar la segunda posición nacional de crecimiento económico en el período 1990-2002, con una tasa media anual de crecimiento del PIb del 7%, que se compara con el 5% del país. En cambio, ocupa la primera posición del país en PIb per cápita, que se incrementó a una tasa media anual del 5,5%. Esto determinó que la región alcanzara en 2002 el PIb per cápita más alto, un 150,7% por encima del promedio nacional.

Se trata de una región minera eminentemente exportadora y productora de cobre, actividad que en promedio representa más del 25% de las exportaciones nacionales. La región participa con más del 50% del producto minero nacional, sobre todo gracias al cobre y, en menor medida, al nitrato de potasio, al oro, al yodo y al litio. Las exportaciones mineras representan el 93,7% de las exportaciones regionales. Conocida como la capital mundial del cobre, Antofagasta cuenta con las mayores empresas cupríferas y con los más importantes proveedores de servicios del sector. A través del tiempo, el sector minero ha contribuido consistentemente con un 57% a un 60% del producto regional bruto de Antofagasta y con un 8% al 9% del PIb nacional. Además, la región contribuye con más de

1.200 millones de dólares anuales en excedentes (ganancias de empresas públicas) e impuestos, mientras recibe menos del 10% de este monto en inversión pública. Aunque Antofagasta tiene el producto regional bruto per cápita más elevado de Chile –casi duplica el de la región metropolitana–, su ingreso per cápita es menor.

El sector minero no tiene un gran encadenamiento directo con otras actividades productivas, lo que ha llevado a considerarlo una industria enclave. De ahí que se buscan mejoras de gestión en la adquisición y el manejo de materiales y en la integración de la cadena de proveedores, a fin de obtener mayor eficiencia en materia de costos, calidad y tiempo, lo que podría tener efectos positivos sobre la economía regional.

La región tiene una de las mayores productividades medias regionales –más del doble del promedio nacional– y ha experimentado el crecimiento más grande en el período 1990-2001, lo que refleja el alto nivel de incorporación tecnológica de sus procesos productivos de especialización. Estos resultados económicos se reflejan en un índice de ingreso autónomo de los hogares un 14% por encima de la media nacional en 1990, que se reduce al 8% sobre dicha media en 200156. Es decir, a pesar de que la productividad media regional es alta y se ha incrementado consistentemente, esta no se ha reflejado de igual modo en los ingresos. Lo que sí ha mejorado sustancialmente es la pobreza, ya que la región experimenta la mayor disminución en el período 19902003, pasando del 34,1% al 11,2% de la población, bastante por debajo de la media nacional para 2003 (18,7%). Asimismo, la región tiene niveles de escolaridad superiores a la media nacional y una mortalidad infantil algo mayor a esta media debido a la escasa cantidad de recursos médicos y al déficit habitacional que, pese a haber disminuido, se sitúa por encima del promedio del país.

En resumen, se trata de una región con un crecimiento económico muy favorable, donde se está generando empleo (la tasa de crecimiento de la ocupación es alta y aumenta a un ritmo mayor que el crecimiento de la fuerza de trabajo) y se observan importantes mejoras sociales que podrían ser mayores si los frutos del crecimiento económico se distribuyeran más equitativamente. Sobre la base de recursos naturales exportables y no renovables, la región está logrando un buen crecimiento pero requiere de esfuerzos de diversificación, integración productiva e innovación para que esto se transforme en genuino desarrollo.

b) Santander (Colombia)

Santander se ubicó en la cuarta posición nacional de crecimiento económico en el período 1990-2003, con una tasa media anual del 4,1%, sobre el promedio nacional (2,65%) para ese período. Ocupa la misma posición en el país en cuanto a crecimiento del PIb per cápita, que se incrementó en un 2,7% y en 2003 llegó a ser un 33% superior al promedio nacional.

En orden de importancia, las principales actividades económicas responsables de este crecimiento han sido la industria manufacturera, el sector agropecuario, la construcción y el transporte, que en conjunto representaron un 45,2% del PIb departamental en 2003. En ese año, Santander representaba un 6,1% de la economía colombiana y esto la ubicaba como la cuarta economía departamental detrás de bogotá, Antioquia y Valle. En el escalafón de competitividad departamental (Ramírez, Osorio y Parra-Peña, 2007), Santander muestra un progreso permanente desde inicios de los años noventa, pasando del noveno al cuarto puesto.

El sector agropecuario se basa principalmente en la producción de cacao, piña, tabaco y café, además de caña de azúcar, yuca, plátano, papaya y fique57. Santander es el primer centro avícola del país, donde también es importante la actividad ganadera que se desarrolla en el valle del Magdalena. Además, cuenta con la explotación de recursos minerales como plomo, uranio, fósforo, yeso, caliza, cuarzo, mármol, carbón, oro, cobre y, principalmente, petróleo, en el primer complejo petrolero de Colombia, ubicado en barrancabermeja, donde se encuentra la refinería más grande del país y se fabrican los derivados de este combustible. La industria también presenta un par de polos de desarrollo importantes localizados en la zona que abarca el eje bucaramanga-Girón-Piedecuesta, donde se encuentran las empresas vinculadas a la alimentación, los productos textiles, el cemento, los accesorios automotores, el calzado, el tabaco y la industria avícola. Por tanto, se trata de un departamento relativamente diversificado, con un buen número de ciudades intermedias y una población total de poco más de dos millones.

c) Brasilia, D.F.

La economía de brasilia tuvo el quinto mayor crecimiento del PIb entre los estados del brasil en el período 1992-2002, expresado en una tasa media anual del 5,7%, superior al promedio nacional (2,9%). En términos per cápita, se tradujo en una tasa media anual de crecimiento del 3,2%, con lo que en 2002 brasilia había alcanzado el mayor PIb por persona del brasil, más del doble del promedio nacional, un 43% por encima de Río de Janeiro y São Paulo. brasilia generaba un 1,6% del PIb nacional en 1990, valor que se incrementó al 2,65% en 2002.

El sector más dinámico del estado, que explica en mayor medida este comportamiento, ha sido por un amplio margen la administración pública, que pasó de representar un 52,2% del PIb en 1990 a un 68% en 2002. Otros sectores que han tenido una evolución muy dinámica han sido el comercio y, en menor medida, la industria manufacturera. La administración pública es la actividad económica más importante y, a fin de preservar la ciudad, se ha procurado impulsar buena parte del desarrollo industrial de brasilia sobre la base de industrias no contaminantes. Por tanto, brasilia es una de las regiones más florecientes del brasil y ello está muy vinculado a la participación de la administración pública, lo que también se expresa en la atracción de fuertes flujos migratorios que se traducen en tasas de crecimiento de la población superiores a la media nacional. En el período 1990-2002, la tasa de crecimiento de la población llegó a un promedio anual del 2,5%, el quinto mayor crecimiento entre los 27 estados del brasil.

d) Ciudad de Buenos Aires

Con una población de 3,03 millones de habitantes (2006), la economía de la Ciudad Autónoma de buenos Aires generaba en 2001 el 25,6% del PIb nacional, porcentaje que se ubicaba solo detrás de la provincia de buenos Aires, que participaba con un 35,1%. Es decir que, sumadas ambas jurisdicciones, en el centro del país se concentra la generación de poco más del 60% del PIb de la Argentina.

La ciudad ocupa un espacio de 200 km2 y si se agregan los 24 partidos que la rodean y que pertenecen a la provincia de buenos Aires, se conforma un área metropolitana (Gran buenos Aires) de 3.680 km2 con unos 12 millones de habitantes59. Por tanto, se estima que el Gran buenos Aires es la segunda ciudad más grande de América del Sur y uno de los mayores centros urbanos del mundo.

En el período 1990-2001, la economía de buenos Aires creció a una tasa media anual del 2,9%, más que el promedio nacional (2,1%), y se ubicó en el quinto lugar de crecimiento entre 24 entidades federales del país. En términos per cápita, la economía se expandió a una tasa media anual del 3,6%, ubicándose en el segundo lugar del país, solo detrás de la provincia de Neuquén. Ello se debió a que, por otra parte, la población de la ciudad se contrajo entre 1990 y 2001 a una tasa media anual del 0,68%. En ese período se registró una mejora del PIb per cápita más por expulsión de población que por un elevado dinamismo económico. En términos de población, esta situación se comienza a revertir en el último tiempo.

Los sectores más dinámicos de la economía de la ciudad en el período 1990-2001 fueron la industria manufacturera, el comercio y los servicios financieros. Estos dos últimos concentran poco más del 55% del PIb. En realidad, los servicios representan más del 70% de la actividad económica de la ciudad que, por otra parte, tiene el PIb per cápita más alto del país (3,3 veces mayor que el promedio nacional). Esto muestra el elevado nivel de crecimiento y de concentración de ingresos que ha alcanzado la ciudad de buenos Aires. A pesar de su evolución positiva, la industria manufacturera perdió peso relativo y pasó de representar un 18,3% del PIb en 1990 a un 16,5% en 2001, situación que estuvo a tono con el proceso de desindustralización que afectó a la Argentina durante la etapa de la convertibilidad. Las industrias que más bajaron fueron: alimentos y bebidas, confección, cuero, calzado, caucho, maquinarias y equipos, papel y muebles.

Desde la salida de la convertibilidad, la economía de la ciudad volvió a lograr un vertiginoso desarrollo con un importante crecimiento del turismo y la construcción. En este crecimiento ha sido clave la reactivación de la industria cultural60. La ciudad de buenos Aires es una metrópoli con una gran sinergia endógena de desarrollo, que concentra una fuente de generación de riqueza conformada por los servicios financieros, comerciales y turísticos.


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