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ECONOMÍA Y TERRITORIO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DESIGUALDADES Y POLÍTICAS

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E. Territorios declinantes

Se trata de territorios que mantienen una situación privilegiada en cuanto al PIb per cápita pero que han tenido un lento crecimiento, perdiendo posiciones relativas y acercándose a los territorios de menor desarrollo. Por lo tanto, son territorios que están retrocediendo en su capacidad competitiva y que pueden demandar importantes esfuerzos de reactivación.

En este caso, se pueden distinguir distintas situaciones, desde regiones que han perdido dinamismo, ya sea por el agotamiento de ciertos recursos naturales o por la pérdida de competitividad o mercados –es decir que hay una pérdida de ventajas comparativas que puede ser permanente o pasajera, según la capacidad de reposicionamiento–, hasta regiones que han sido muy dinámicas y por eso han atraído fuertes procesos migratorios, lo que se ha traducido en un menor crecimiento del producto por habitante.

En primer lugar, se incluyen regiones cuyo lento crecimiento se explica por la pérdida de dinamismo del sector industrial (bogotá, Lima, San Luis y São Paulo). En todas estas regiones, el sector industrial ha disminuido su participación en el PIb regional y en algunos casos esta reducción es muy marcada (bogotá y São Paulo)65.

En segundo término, se encuentran las regiones cuyo retroceso se explica por la brusca caída de la minería, como en el caso de Magallanes, una región que se asocia principalmente a la explotación de petróleo.

Por último, se incluyen territorios cuyo lento crecimiento del PIb per cápita pasa por un aumento poblacional muy superior al promedio nacional y no por la reducida tasa de expansión de las actividades económicas (Pichincha, Quintana Roo y Santa Cruz). Es decir que se trata de regiones de inmigración, donde la población crece más rápido que la actividad económica, que en su momento pudo haber sido dinámica, como lo muestra la fuerte expansión del sector agropecuario e industrial de Santa Cruz, el auge del sector silvoagropecuario de Pichincha con la producción de flores o la expansión económica asociada al turismo en Quintana Roo (Cancún).

1. Regiones declinantes emblemáticas

a) Magallanes (Chile)

Con una estructura económica especializada en pesca, minería y, en los últimos tiempos, industria, la región de Magallanes ha tenido un crecimiento económico muy limitado en el período 1990-2002. En buena medida, esto se debe a la pérdida de dinamismo de la minería, sobre todo en lo que respecta a la explotación de hidrocarburos, que en la región entraron en un notorio proceso de agotamiento.

Sin embargo, las exportaciones, especialmente las de productos alimenticios de origen pesquero y las de productos químicos básicos, que representan alrededor del 2,5% del total nacional, han crecido sistemáticamente y se situaron muy por encima de las exportaciones totales per cápita nacionales. Asimismo, la inversión extranjera ha sido muy superior a los promedios nacionales per cápita en el período 19902000. Algo similar ocurrió con la inversión pública, que en términos per cápita es 2,5 veces mayor que el promedio nacional, lo que no produce sorpresa porque, como región extrema, esta zona del país goza de granjerías especiales.

Los ingresos de los hogares también se han mantenido sobre las medias nacionales, al igual que el gasto social y otros indicadores sociales. En el período 1990–2003, la región experimentó la mayor disminución del nivel de pobreza, que pasó del 30% a solo un 12,3%, convirtiendo a Magallanes en la zona con las menores tasas de pobreza del país. Entonces, resulta paradójico que siendo una región que ha tenido una notable declinación económica, los indicadores sociales se hayan mantenido o hayan logrado una notable mejora, situación que contrasta con la de las regiones de crecimiento sostenido. Sin lugar a dudas, esto ha sido producto de la aplicación de políticas públicas explícitas que alientan a esta región extrema de Chile.

b) San Luis (Argentina)

La provincia de San Luis tuvo en el período 1990-2001 un decrecimiento anual medio del 1,5% del PIb per cápita. Se trata de una provincia de alta especialización en el sector de industrias manufactureras, que en 1990 concentraban poco más del 63% de la actividad económica, en la que las mayores pérdidas de dinamismo se asocian precisamente a esta actividad económica que en 2001 había reducido su participación al 55% del PIb provincial.

El alto dinamismo industrial de San Luis se empieza a manifestar a partir de 198267. Se estima que durante la década de 1980, el PIb cuadruplicó su valor, destacándose el industrial como un sector bastante diverso que en ese período creció 28 veces. Sin embargo, la mayoría de las industrias asentadas en la provincia continuaron centrando en buenos Aires sus actividades de administración, comercialización y toma de decisiones. Por otra parte, la dimensión exagerada de los beneficios obtenidos permitió una rápida amortización de los costos de inversión, lo que, sumado a la falta de relacionamiento entre las empresas y la producción primaria local, creó vínculos muy débiles (“fábricas con rueditas”). Una vez superada la burbuja industrial de la provincia, comienzan a verse signos de decaimiento como el cierre de algunas fábricas y la expulsión de gran cantidad de empleados, sobre todo no calificados (Gutvay, 2002). Si bien entre 1990 y 2001 la productividad media de la provincia registró una notable caída, logró mantenerse un 50% por encima del promedio nacional. Sin embargo, las exportaciones per cápita se incrementaron en el período 1990-2004.

La tasa de pobreza mostró un marcado descenso entre 1991 y 2001 y pasó del 18,7% al 13% de la población, situándose en un nivel inferior al promedio nacional. La tasa de mortalidad infantil bajó considerablemente al igual que el déficit de vivienda, que en 2001 llegó a un escaso 4%. Quizás como sustento de estas mejoras, el gasto social público aumentó considerablemente entre 1994 y 2004 (de 788 a 1.233 pesos argentinos por persona).

Se trata de un caso de contrastes en el que algunos indicadores sociales han registrado una notable mejora pese a la pérdida de dinamismo de la economía provincial que se atribuye, principalmente, a la caída del sector industrial.

c) Santa Cruz (Bolivia)

Santa Cruz es la economía más grande y diversificada de bolivia y en 2004 representaba un 31,2% del PIb nacional. Entre 1990 y 2004 se expandió a una tasa media anual del 4,6%, por encima del promedio nacional, logrando el segundo mayor crecimiento entre los departamentos del país. En cambio, el PIb per cápita departamental creció a una tasa media anual del 0,1%, por debajo del promedio nacional. Esto se debe a que Santa Cruz tuvo en ese período el mayor crecimiento poblacional del país, que llegó al 4,5% promedio anual a causa de grandes corrientes migratorias.

Sin duda, este crecimiento poblacional ha causado problemas sociales debido a que su flujo es mayor que la creación de puestos de trabajo estables y formales, pese a los esfuerzos realizados en ese sentido. Si bien la dotación de servicios básicos de salud y educación no ha sido suficiente, Santa Cruz presenta mejores condiciones de vida que otros departamentos de bolivia, motivo por el cual la corriente migratoria continúa manteniendo elevadas tasas de crecimiento en detrimento de los servicios básicos.

Los sectores más dinámicos del departamento en el período 19902004 fueron el silvoagropecuario, que incrementa su participación en el PIb departamental del 17,7% al 19,2%, la industria manufacturera, el comercio y los servicios de administración pública. buena parte de la dinámica de crecimiento departamental estuvo determinada por el amplio y constante desarrollo de la agroindustria, impulsado por la creciente producción de soja, algodón y caña. La evolución de la economía de Santa Cruz ha estado muy relacionada con el incremento de la inversión, sobre todo de la inversión privada productiva, que permitió aumentar el crecimiento del producto regional e iniciar una mayor diversificación de la actividad productiva. El departamento ha mantenido una captación de inversión extranjera directa en torno al 30%.

Otro aspecto sobresaliente es el liderazgo de la región en términos de exportaciones. En el período 2001-2003, en promedio Santa Cruz efectuó el 50% de las ventas del país al exterior. En 2003, las exportaciones cruceñas alcanzaron los 881 millones de dólares, un 38% más de lo que exportaba en 1990. Asimismo, entre 1990 y 2004 el perfil exportador del departamento se modificó de manera significativa con un notorio incremento de la participación en las exportaciones de productos industriales (del 23% al 51%) y una reducción de la participación en las exportaciones de hidrocarburos y minerales (del 62% al 45%). Pese al significativo aumento de las exportaciones, la diversificación de la oferta exportadora del departamento sigue siendo una asignatura pendiente pues un 41% del total de ventas de Santa Cruz al exterior está constituido por semillas, habas y productos derivados de la soja.

No obstante el enorme crecimiento poblacional del departamento, la pobreza ha disminuido del 60,5% en 1992 al 38% en 2001 y, aunque continúa siendo alta, se sitúa muy por debajo del promedio nacional en lo que constituye la mayor reducción en el contexto boliviano. Asimismo, se estima que el ingreso medio de los cruceños es un 39% superior al promedio nacional.

Como se ha señalado, se trata de un polo económico que no aumenta su PIb per cápita porque está atrayendo mucha población. Se puede decir que es un caso muy parecido al de las grandes ciudades de la época de la industrialización sustitutiva y la urbanización acelerada de América Latina y el Caribe en las décadas de 1950 y 1960.

d) São Paulo (Brasil)

El estado de São Paulo es el mayor centro industrial, comercial y financiero de América Latina, para algunos incluso equiparable con otras metrópolis del mundo. En 2002, su economía representaba un 33% de la economía brasileña y si se considerara separada del brasil sería la tercera más importante de América Latina. Por tanto, si bien resulta desconcertante calificar a São Paulo de declinante, ello se explica por la notoria disminución de su participación en el PIb nacional (en 1990 era del 37%). Esta reducción se debe a una tasa de crecimiento medio anual de solo un 2% para el período 1990-2002, por debajo del promedio nacional. El descenso ha sido consecuencia, principalmente, de la enorme caída de la industria manufacturera, que de representar un 43% del PIb estadual en 1990 pasó a un 33% en 2002 y de un 45% de la industria nacional en 1992 bajó a un 40,5% en 2002.

La composición del parque industrial paulista es compleja y resulta muy significativa la concentración de la industria estadual en el área metropolitana (el 82% de las unidades, el 85% de los ocupados y el 90% del valor agregado en 2000). A pesar de ser el parque industrial más importante y complejo de América Latina, con verdadera capacidad de producción y de difusión de innovaciones, algunos problemas dificultan el logro de un progreso más acelerado. El proceso de desconcentración industrial y económica se comienza a producir en la década de 1970 pero no se hace visible hasta los años ochenta y noventa. Se considera que uno de los factores responsables de la pérdida de competitividad, sobre todo de la región metropolitana de São Paulo, lo constituyeron las deseconomías de aglomeración a causa de la excesiva concentración de la industria y de otras actividades productivas. Estas deseconomías producen un aumento en los costos del transporte, el precio de los terrenos, los salarios y los arriendos, entre otros, además de problemas que afectan indirectamente a la producción, como un sistema de transporte deficitario, la congestión, la contaminación y la pérdida de la calidad de vida relacionada con el aumento de la violencia urbana.

La región metropolitana de São Paulo continúa siendo el principal centro económico del país debido a que concentra los servicios ligados a la administración de las grandes empresas, la propaganda y la mercadotecnia y el sector financiero. De modo que, a pesar de la problemática urbana señalada, la metrópoli cuenta con una importante infraestructura de telecomunicaciones, servicios de hotelería y locales para convenciones, además de innumerables instituciones de enseñanza superior y más laboratorios de investigación que cualquier otra zona del país. A pesar de que el Gran São Paulo atrae pocas plantas industriales nuevas, continúa albergando las sedes y los centros de decisión de prácticamente todas las empresas que transfirieron unidades productivas hacia el interior del país o a otros estados. Se trata de un proceso natural ya experimentado por las grandes metrópolis de los países desarrollados y en parte responsable de su convergencia. Lo particular de este caso es que la difusión del crecimiento se ha restringido al sur y al centro del país, manteniéndose la segregación del norte. Se podría entonces decir que se trata de un caso de difusión segmentada.

En otros indicadores económicos se aprecia que el estado sigue manteniendo una alta participación en las exportaciones nacionales (más del 35%), en 1995 y 2000 concentró invariablemente el 66% de la inversión extranjera y en 2002 el ingreso de los hogares fue muy superior a la media nacional.

Sin embargo, como factores negativos se observa que el índice de Gini de distribución de ingresos aumenta entre 1990 y 1999, que las tasas de desocupación se mantienen altas y, lo que más sorprende, que el nivel de pobreza pasa del 13% en 1990 al 30% en 2004, mostrando un deterioro alarmante. Es decir que, a pesar de mantener el poder económico, la caída de la actividad ha tenido una notable repercusión en el deterioro de los indicadores sociales, lo que sitúa a São Paulo en una posición de retroceso.

e) Bogotá (Colombia)

bogotá, la capital de Colombia, es una expresión paradójica de la clasificación68. Se caracteriza por tener la estructura productiva más diversificada del país y contribuye con aproximadamente el 22% de la actividad económica nacional, porcentaje que registró una leve disminución entre 1990 y 2003. En este período, la economía de bogotá creció a una tasa media anual del 2,4%, por debajo del promedio nacional que alcanzó el 2,7%, y el PIb per cápita decreció a un promedio anual del 0,2%. Sin embargo, el PIb per cápita medio de la región ha estado siempre por encima del promedio nacional, aunque la ventaja cae del 63% en 1998 al 43% en 2003.

En el período 1990-2003 las mayores pérdidas han estado concentradas en los sectores manufacturero y de la construcción, que pasaron de representar un 22% y un 9% de la economía distrital en 1990 a solo un 16,6% y un 5,5%, respectivamente, en 2003. En cambio, el comercio tuvo un crecimiento acelerado al igual que otras actividades terciarias que, en conjunto, han llegado a contribuir con el 70% del total del PIb departamental. En 2003, el PIb industrial de bogotá equivalía al 25% del PIb industrial del país, participación que ha venido disminuyendo paulatinamente.

El bajo dinamismo económico también se ha expresado en el marcado aumento de los indicadores de pobreza entre 1996 y 2000, que pasaron del 37,8% al 49,6%. Este resultado se presenta en forma simultánea a un mayor aumento de la pobreza a escala nacional y a una reducción de la pobreza por NbI en la ciudad.


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