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ESTRATEGIA METODOLÓGICA PARA LA PREPARACIÓN A SECRETARIAS DOCENTES EN LA DIRECCIÓN DE LA FORMACIÓN VOCACIONAL HACIA LA CARRERA DE AGRONOMÍA

Marlenes Bennett García



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1.2 La Formación Vocacional hacia la carrera de Agronomía. Reflexiones teóricas.

En este epígrafe se plantean los fundamentos del proceso de Formación Vocacional para la carrera de Agronomía en el proceso de preparación a las secretarias docentes de secundaria básica partiendo de conceptualizaciones teóricas imprescindibles para comprender sus interrelaciones.

La formación es la acción y el efecto de formar o formarse (Diccionario Enciclopédico Ilustrado Grijalbo. P. 772.) La vocación se define como la inclinación a tendencias que se sienten por una profesión (Según Dulce M. Martínez. 1973) La vocación es además el resultado de todo el trabajo educativo organizado por la sociedad en su conjunto para estructurar de forma adecuada los intereses personales del individuo, como factor individual dado por la naturaleza en beneficio de los intereses de nuestra sociedad como factor social. (Diccionario Enciclopédico Ilustrado Grijalbo. P.1740)

La vocación es la expresión más alta de la voluntad del hombre ante sus actividades sociales fundamentales. Como categoría pedagógica, abarca las actitudes y emociones que organizan, activan y dirigen la conducta del hombre en su actividad social.

Desde el punto de vista de la Psicología y de la Pedagogía Marxista Leninista, la base del trabajo de Formación Vocacional es el interés. Los intereses son formaciones psicológicas particulares que expresan la orientación afectiva del hombre hacia el conocimiento de determinados hechos, objetos o fenómenos. Manifiestan la unidad de lo cognitivo y lo afectivo. (V. González, 1995).

Estos intereses son muy globales en los primeros años escolares y se van especificando paulatinamente en función de la actividad práctica y teórica efectuada por el escolar. Este interés o conjunto de intereses constituye un estimulador importante para el desarrollo de capacidades generales y especificas.

La vocación no es una voz interior que predetermina las inclinaciones del hombre, sino el resultado de la apropiación, la interiorización de los intereses sociales, favorecidos por las características del individuo, de ahí que la significatividad del aprendizaje juegue un papel de gran importancia.

“La formación de los intereses vocacionales, es, pues, una cuestión docente-educativa. Se resuelve en el plano de la labor docente que organiza la escuela y en el plano de la labor educativo-ideológica que desarrollan al mismo tiempo la propia escuela con toda la sociedad”. ( )

Los intereses profesionales es otro aspecto importante en el proceso de Formación Vocacional, se parte del término psicológico intereses. V. González Maura (1995) los define, formaciones psicológicas particulares que expresan la orientación afectiva del hombre hacia el conocimiento de determinados hechos, objetos o fenómenos. En ellos se manifiesta la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, con un predominio de lo afectivo por lo que constituyen formaciones motivacionales.

Se coincide con el criterio planteado por S. L. Rubinstein (1967), que “los intereses se forman y se fijan en el proceso de actividad por medio de la cual el individuo logra penetrar en los distintos sectores y objetos”. ( ).

Son oportunos los criterios de la Dra. V. González Maura(1994) en que el docente debe tener en cuenta la identificación oportuna y sistemática de elementos esenciales así como el conocimiento de las influencias que inciden en los intereses profesionales de los estudiantes y que pueden ser:

1- Condiciones sociales: las profesiones que están “de moda” y la imagen que se tiene de ellas, la opinión e influencia de las amistades, las profesiones más típicas del entorno donde se vive.

2- Educativas: el rendimiento académico, el aprovechamiento de los estudios realizados, los hábitos de estudio, las opiniones de los profesores, las condiciones de acceso a determinados estudios (selectividad, pruebas, notas, índice académico).

3- Familiares: las profesiones de la familia, las que más conocen, las que pueden resultar más atractivas, las expectativas familiares (que sea lo que el padre no pudo ser, continuidad de oficios, etc.)

4- Económicos: la situación económico familiar, si debe efectuar la carrera lejos del hogar, si debe ir a un centro interno, la duración de los estudios, las perspectivas laborales de la profesión, salario, estabilidad.

5- Psicológicos y personales: la edad y capacidades físicas, sexo, el nivel de aspiración y ambición profesional, el grado de aspiración vocacional y de la toma de decisiones.

La motivación es un proceso psíquico que dirige e impulsa la actividad del hombre y se manifiesta en la orientación de la personalidad hacia el contenido de la profesión. (V. González Maura, 1994)

De igual forma se coincide con lo planteado por Pedro Luis Castro Alegret (1991), al expresar: “El proceso de formación de la vocación es parte esencial de al formación de la personalidad del escolar a lo largo de sus años de estudio. Los intereses y motivos hacia la profesión están estrechamente ligados a las convicciones de la persona y se integran en un lugar relevante de su concepción del mundo”. ( )

Santiago Agudelo en 1993 define la Formación Vocacional como la función dirigida a un individuo a elegir un tipo de educación o una formación profesional de acuerdo con sus aptitudes, capacidades, intereses y la oportunidad de empleo con el fin de facilitar su educación y adaptación al régimen de educación o formación profesional de desarrollar sus potencialidades y prepararnos para la vida profesional.

Ysidro Julián, Hedesa Pérez manifiesta que la Formación Vocacional “Es uno de los objetivos más importantes del trabajo educacional y se encuentra dirigida a la preparación estudiantil relacionada con su incorporación al complejo mundo de la producción profesional consciente, fundamentada en sus intereses y posibilidades reales en concordancia con las necesidades del país”.( )

Es importante destacar las relaciones que les da Ysidro Julián, Hedesa Pérez a estos elementos con las necesidades de adaptarlos a las condiciones de cada país.

Maura Gómez en 1993 plantea que: por sus objetivos instructivos y connotación en la formación de los educandos, la Formación Vocacional: “Es la actitud estructurada para la práctica pedagógica con el fin de lograr que el educando llegue a conformar juicios necesarios para la autodeterminación profesional”. ( )

Mercedes Díaz Batista (1989) considera que la Formación Vocacional es la expresión más alta de la voluntad del hombre ante sus actividades sociales fundamentales: como categoría pedagógica abarca las actividades y emociones que organizan, actúan y dirigen la conducta del hombre en su actividad social.

Para la Dra. N. De Armas Ramírez (1980) lo define como: proceso de formación sistemática de intereses, inclinaciones, de desarrollo de habilidades y capacidades mediante las habilidades del proceso docente a través del trabajo y la asimilación de los contenidos, el enfoque politécnico de la enseñanza, la vinculación de la teoría con la práctica. Así como mediante actividades extraescolares dirigidas a que se organicen desde la enseñanza primaria hasta la media, que permitan a los estudiantes poseer cierta preparación que les facilite elegir estudios especializados en los cuales pueda obtener mayores éxitos y satisfacción personal. ( )

La Dra. Z. Matos Columbié (2000) integra los conceptos de Formación Vocacional y Orientación Profesional en uno solo. Formación Vocacional Profesional: proceso multifactorial dirigido a la educación de la vocación, para establecer una relación de ayuda mediante la cual se ofrecen al estudiante vías, métodos y procedimientos para la búsqueda y el encuentro de un lugar adecuado dentro del sistema de profesiones y para que aprenda a elegir una de manera autodeterminada y consciente en consonancia con las necesidades sociales. ( )

Analizando las valoraciones que realizan algunos autores anteriormente mencionados podemos encontrar que sostienen elementos comunes en sus definiciones que sustentan la Formación Vocacional como proceso, los intereses, capacidades, aptitudes y la autodeterminación conforman este proceso.

Partiendo de los puntos de vista de los autores citados anteriormente y considerando que la Formación Vocacional Agrónoma es una forma específica de Formación Vocacional que posee los rasgos generales de esta última pero también algunos que la singularizan se consideró necesario para esta investigación determinar que: la Formación Vocacional Agrónoma es parte del proceso formativo de la personalidad del estudiante que se ejecuta, por parte de los docentes y los agentes socializadores, a través de un sistema de acciones educativas dirigidas a desarrollar intereses y motivaciones por la carrera de Agronomía, que le permita la preparación necesaria para tomar conciencia sobre la importancia social de esta especialidad y en consecuencia optar por esta profesión de una manera satisfactoria y estable.

Con este concepto se logra un nivel de particularidad que responde a la necesidad de preparar a los estudiantes de secundaria básica en este perfil, y aprendan un conjunto de informaciones técnicas asociadas a la preparación de esta especialidad para que ellos no sólo estén en condiciones de reconocer la importancia social de la misma, sino también de elegirla de manera consciente.

A escala global la Formación Vocacional ha tomado una dimensión prioritaria en los sistemas educacionales de diferentes naciones. Diferentes especialistas se han referido a ello, entre estos vale destacar los siguientes: Manuel Álvarez Gonzáles (facultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona) manifiesta que la Formación Vocacional ha experimentado profundas transformaciones en los últimos años. Se ha pasado de considerar la orientación como una intervención que se reducía a aquellos momentos puntuales en que el individuo tenía que afrontar alguna problemática, a ser considerada como un proceso de ayuda continuo, dirigido a todas las personas, en todos sus aspectos, poniendo un énfasis especial en la prevención y el desarrollo personal a lo largo de toda la vida. En el proceso deben implicarse los diferentes agentes educativos y sociales.

Por su parte Rita Campillo Ruíz, (Centro de Orientación e Información al estudiante de la Universidad Politécnica de Valencia, 2001) retoma las palabras de Galileo Galilei “(…) no podemos enseñar nada a nadie, tan solo ayudarles para que descubran por si mismos” que podría muy bien resumir el sentido que debería adoptar cualquier orientación que intentemos dar a otras personas ( ). La otra forma debe partir de una profunda reflexión acerca de la diferencia existente entre educación e instrucción. Porque educar significa extraer lo mejor de otro, así y solo así se consigue consolidar vitalmente a los demás.

Elvira Reptillo-Talavera, (1999), Presidenta de la Asociación Española de Orientación y Psicopedagogía, Catedrática de Orientación Educativa de la Facultad de Educación de la UNED expone que expertos en Formación Vocacional estiman que la clave para la nueva sociedad, estriba en la preparación de los trabajadores en las competencias profesionales a través de la aplicación de programas de orientación y educación para la carrera a lo largo de la vida. Pero hay un período de la vida que es fundamental para contribuir a la supresión de la exclusión social y a la calificación y gestión de las carreras. El período de los 12 a los 18 años, es decir, el de la Educación Secundaria, por ser la etapa preparatoria e inicial de los más jóvenes hacia la vida laboral.

Juan Riart, profesor de Psicología señala que: La Formación Vocacional, profesional y ocupacional para los estudiantes no es informarles de las salidas de las escuelas. Es un proceso mucho más complejo que requiere necesariamente un profesional especialista al lado. ¡Éste profesional existe! Es el pedagogo. Este profesional no puede permitirse el lujo de tener estas masas de alumnos acabando la escuela sin que hayan efectuado un mínimo proceso de tomas de decisiones correcta, debe investigar a que pueden aspirar sus alumnos para poder cumplir con los roles que la sociedad exige a los orientadores, de ser agentes de cambios sociales, formativos y profesionales. ( )

Diferentes autores precisan etapas del proceso de Formación Vocacional y Orientación Profesional, en el contexto educativo cubano: Viviana González Maura (1997), define la Formación Vocacional y Orientación Profesional como un solo proceso que transita por cuatro etapas o momentos fundamentales, las cuales no se corresponden exactamente con determinadas edades o niveles de enseñanza, sino que transcurren en dependencia del nivel de desarrollo de la personalidad logrado por los sujetos y el momento de su inserción en la enseñanza profesional y en la vida laboral, lo que reafirma la Orientación Profesional.

Estas etapas son: primera, Etapa de formación vocacional general; segunda, Etapa de preparación para la selección profesional; tercera, Etapa de formación y desarrollo de intereses y habilidades profesionales y, cuarta, Etapa de consolidación de los intereses, conocimientos y habilidades profesionales.

La primera etapa se caracteriza por el trabajo encaminado a la formación de intereses y conocimientos generales, amplios y variados intereses. Es importante trabajar la formación de cualidades de la personalidad como: la independencia, la perseverancia, la autovaloración, flexibilidad en el pensamiento y creatividad; factores importantes para la autodeterminación de la personalidad.

La segunda etapa se caracteriza por el trabajo dirigido al desarrollo de intereses cognoscitivos, conocimientos y habilidades específicas relacionadas con aquellas asignaturas o esferas de la actividad humana en las cuales el sujeto, muestra marcadas inclinaciones y/o posibilidades en el orden intelectual para su ejecución, así como en el desarrollo de la actitud reflexiva, volitiva e independiente en relación con el proceso de formación de intereses, conocimientos y habilidades.

La tercera etapa coincide con el ingreso del adolescente o el joven al centro de enseñanza profesional y tiene como objetivo esencial la formación y desarrollo de intereses, conocimientos y habilidades profesionales que hagan al sujeto apto para el desarrollo exitoso de una determinada profesión.

La cuarta etapa, se inicia en los años superiores de la formación profesional y su comienzo será más temprano en aquellos estudiantes que logren un mayor nivel de independencia en la aplicación de los conocimientos y habilidades profesionales en la solución de los problemas de la práctica profesional.

Por su parte, Fernando González Rey (1989) define tres etapas fundamentales de la Orientación Profesional:

La primera etapa: comprende el desarrollo de intereses y capacidades básicas, la cual transcurre, fundamentalmente, durante la niñez.

La segunda etapa: comprende el desarrollo de motivos profesionales y procesos de elección profesional, esta se caracteriza por el estrechamiento o polarización del espectro de intereses y el desarrollo de motivos profesionales. El adolescente y el joven se plantean de forma más o menos mediata, la tarea de elección profesional y van concientizando la necesidad de esta. La familia, y fundamentalmente la escuela tiene un rol fundamental en este proceso.

La tercera etapa: reafirmación profesional, la cual se caracteriza por la consolidación de los motivos e intenciones profesionales en el proceso de estudio o preparación para el desempeño de la futura profesión y en la actividad laboral.

Luego de realizar un estudio de las diferentes etapas propuestas por los autores antes mencionados sobre la Formación Vocacional y la Orientación Profesional general, la investigadora es del criterio que la segunda etapa planteada por Viviana González es la correspondiente a secundaria básica y que posee singular importancia para el trabajo con la Formación Vocacional hacia la carrera de Agronomía en los adolescentes de este nivel de educación, pero que sería un error sólo actuar en el proceso de Formación Vocacional sin tener en cuenta la segunda etapa del proceso de Orientación Profesional referido por Fernando González Rey. Ambos procesos se complementan para poder lograr transformaciones en la personalidad de los estudiantes a partir del objetivo propuesto potenciar uno sin tener en cuenta el otro desvirtuaría el resultado final.

Se asumen estas concepciones teóricas y se comparte la idea de la necesidad de establecer el equilibrio armónico, entre las actividades docentes y extradocentes, entre lo informativo y lo formativo, dentro de las propias actividades, también reconoce, la importancia del sistema de influencias educativas que ejercen la escuela, la familia, la sociedad y opina que estos objetivos de trabajo son válidos para las demás educaciones, si se tiene en cuenta que lo anteriormente referido, es lo que se necesita para lograr que la orientación hacia la profesión se realice de forma consciente y efectiva.

A pesar de los criterios en relación con la unidad o separación de los conceptos de Formación Vocacional y Orientación Profesional, existe una línea común; y es que está dirigida a la orientación de los estudiantes para realizar la elección de la profesión. Algunos coinciden en verla como un proceso de orientación o formación de intereses. Son acertados los criterios de V. González y Z. Matos al dirigirlo a una elección autodeterminada, consciente con la presencia de la autovaloración.

El estudio de la motivación hace referencia al por qué o las “causas” del comportamiento. Este campo de estudio debe quedar circunscrito a la indagación de por qué el hombre cumple tal o cual acción bien determinada o se abstiene de actuar.

El hombre se conoce como un organismo en el que las necesidades están integradas a su concepción de sí mismo, como condiciones permanentes de su vida. Las motivaciones elaboradas en forma cognitiva-afectiva continúan existiendo y actuando sobre el comportamiento a dos niveles del planeamiento: anticipatorio y de la acción ejecutiva. Es así como el hombre es motivado para trabajar, es motivado para hacer proyectos, etc. La motivación está en la base del orden sociocultural revistiendo formas muy variadas en las distintas culturas. La motivación es uno de los factores internos que resulta de gran significación si se pretende comprender la conducta de elección de una carrera. La motivación hace más fácil la elección.

Elegir significa “optar”, es decir vincularse con una de las alternativas posibles para lograr un fin. La elección de una profesión u ocupación supone un compromiso muy importante en la vida de una persona, el cual está ligado a un proceso de crecimiento y maduración individual y responsabilidad social en la medida que contribuya a la realización personal y al proceso social, cultural, científico, económico y político. El objetivo se cristalizará mediante la inserción en el campo productivo: primero en forma de estudio (período de formación y capacitación) para luego asumir un lugar en el ámbito laboral (trabajo).

La elección vocacional implica un proceso evolutivo, es un aprendizaje difícil y complejo en el que necesariamente una persona deberá tomar conciencia en forma progresiva de sí mismo, de sus relaciones con los demás y con el mundo esta toma de conciencia constituye lo que se denomina “identidad”.Es a través de la trama de relaciones y vínculos que en etapas muy tempranas de la vida se va construyendo, el niño va tejiendo primero con su madre para luego ir extendiendo esos vínculos con el padre y el contexto familiar, ellos serán los que posibiliten una apertura hacia el afuera socio-cultural.

En la etapa de la adolescencia tiene lugar un nuevo momento reconstitutivo, el alumno reconstruye su propio espacio interior y es además el momento de su definición vocacional-ocupacional, como exigencia del contexto socio-cultural, (aprender a conocer).En la sociedad se le exige en este período la elección de una carrera o una definición laboral. Esta situación genera una crisis vital por cuanto encierra una posibilidad de cambio, de transformación facilitadora del crecimiento y maduración. En esta crisis se duda, se posibilita una nueva visión de sí mismo y del mundo lo que conducirá a la búsqueda de nuevas respuestas.

Cabe destacar que la elección vocacional está determinada por una situación motivacional de búsqueda, (aprender a aprender) respondiendo esta conducta a la satisfacción de necesidades, intereses y expectativas personales y sociales.

Elegir una carrera o profesión no es solamente decidirse por una, sino conferirle a esa elección un sentido compatible con los ideales y con las posibilidades personales. A este aspecto nos referimos cuando hablamos de la direccionalidad de la motivación, que incluye como dimensiones los cuatro pilares del conocimiento. Los dos primeros se vinculan estrechamente con el sentido que se le da a la vida. Esto se configura en una profesión u ocupación, que nos lleva al hacer, y a su vez, con un sentimiento de posesión que refiere al ser. Estas dimensiones de la direccionalidad de la motivación se integran en un proyecto que le da organización a la elección vocacional, exteriorizándose en una unidad de actividad en el momento de elegir una carrera.

Estos componentes (conocer, aprender, hacer y ser) con sus dimensiones, configuran desde nuestra perspectiva la motivación, por lo tanto, son internos al sujeto. Ello no significa desconocer que en las elecciones vocacionales existen factores externos al sujeto (sociales) que pueden ser determinantes en el momento de elegir una carrera, actuando a su vez, como condicionante de la deserción. La permanencia de los estudiantes en la carrera es mayor, cuando en las elecciones vocacionales intervienen en forma predominante la motivación y viceversa, es menor al predominar los factores sociales.

Para el trabajo de Formación Vocacional hacia la carrera de Agronomía se deben tener presentes varios elementos: el proceso de educación e instrucción, la preparación de los estudiantes en los componentes profesionales a través de la aplicación de programas de orientación y educación para la carrera a lo largo de la vida, la existencia de un profesional especialista, la autodeterminación profesional, el vinculo con el trabajo, mediante la incorporación de los estudiantes al complejo mundo de la producción y a los servicios y la elección de la profesión.

El trabajo es elemento esencial en el proceso de Formación Vocacional, es considerado como la actividad esencial que filogenéticamente dio origen al hombre, transformándolo morfológicamente en la medida en que sus manos se hicieron portadoras de instrumentos y se unieron a otros para juntos transformar sus propias condiciones de vida, él constituyó una fuerza esencial en el surgimiento del hombre y es una fuerza poderosa en la formación de cada individuo.

El trabajo agrícola constituye una necesidad para formar en los estudiantes inclinaciones vocacionales por las carreras relacionadas con la producción agrícola, su realización es garantía de la continuidad histórica de las generaciones de trabajadores en especial las unidades básicas de producción agrícola, por lo que en el proceso de Formación Vocacional se debe poner énfasis en los principales cultivos de la localidad y las normas técnicas para su desarrollo.

Los agrónomos estudian la vida de las plantas, los suelos y su compleja interrelación e intentan desarrollar técnicas para incrementar su rendimiento, mejorar su calidad y aumentar la eficiencia y rentabilidad de la producción, preservando a la vez la fertilidad del suelo, la investigación agrónoma ha dado lugar al desarrollo de nuevas variedades de plantas resistentes a enfermedades y a plagas como la producción selectiva y el uso de fertilizantes químicos.

Esta profesión es vital para un país eminentemente agrícola, la Formación Vocacional hacia esta carrera es una necesidad social y una tarea de la educación. Corresponde a la escuela secundaria básica la misión de priorizar la Formación Vocacional.

El Sistema Nacional de Educación en el marco de su encargo social tiene el deber de preparar a los obreros calificados, los técnicos medios y los especialistas de nivel superior en las distintas ramas de la producción y los servicios que el desarrollo planificado de la sociedad demanda. La Tesis sobre Política Educacional del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba considera la necesidad de la correspondencia entre la planificación del desarrollo del sistema nacional de educación con el económico social del país y plantea que “(…) constituye una necesidad y un principio a aplicar que debe incluir entre sus aspectos destacados, en primer plano, la preparación de cuadros calificados en las distintas especialidades de la ciencia y la técnicas con la calidad y en las cantidades que requieran los diferentes sectores de la economía nacional”.( )

La Formación Vocacional prepara a los estudiantes para su incorporación al complejo mundo de la producción y los servicios permitiéndoles la satisfacción de sentirse útil a la sociedad. Ella también contribuye a crear una estructura de matrícula idónea en los estudios medios especializados y superiores.

Si no se organiza un trabajo de Formación Vocacional sistemático y adecuado, no se podrá garantizar que los estudiantes hagan una selección profesional consciente, fundamentada en sus propias capacidades, y conveniente a las necesidades del país.

Una Formación Vocacional ineficiente mantendría en el sistema de educación problemas tales como: centros de estudio técnicos donde se han hecho costosas inversiones, cuyas capacidades no se completan; mientras que otros tienen un exceso de matrícula porque son destinadas a especialidades más conocidas, estudiantes que se quedan sin optar por ningún tipo de estudios porque rechazan las ofertas que les hacen, fundamentalmente por desconocer el perfil, el contenido y la importancia social de esos oficios y profesiones; abandonarían las carreras, realizarían cambios de las mismas porque no les gusta el perfil, contenido y la importancia social y profesiones y otras situaciones no menos importantes.

Es decisiva en la Formación Vocacional de los estudiantes, la influencia ideológica de la organización de pioneros, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Federación Estudiantil Enseñanza Media, las organizaciones políticas y de masas de la comunidad, los organismos estatales, los medios de difusión masiva y la familia, que comparten con la escuela la tarea de la formación de los estudiantes y la juventud en la moral y los intereses de la clase obrera.

En 1975 al celebrarse el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, que en las Tesis sobre Política Educacional, definió la línea a seguir al plantearse que:”La Formación Vocacional y la Orientación Profesional se organizarán en el sistema de educación sobre la base de dos factores esenciales: uno social, que consiste en la implementación de una estructura de matrícula de ingresos para el estudio de las especialidades del nivel medio y superior y otro individual, que se refiere a la formación de intereses en los estudiantes de acuerdo con las características, habilidades y destreza en que más se destaquen.( )

El factor social se asegura con la formación de una adecuada conciencia social en los estudiantes y jóvenes, y a este factor se articulará indisolublemente la formación de intereses y habilidades específicas en los estudiantes.

Atendiendo a las características psicopedagógicas de las distintas edades, se estructura una perspectiva de trabajo a largo plazo, con el objetivo de formar inclinaciones y habilidades para las distintas ramas generales de la actividad productiva, la que se denomina Formación Vocacional. No puede perderse de vista que la estrategia es formar paulatinamente, desde la infancia una vocación estable que prepare al estudiante para responder a las demandas-sociales con una buena preparación y una adecuada satisfacción personal, por haber edificado sus aspiraciones íntimas en correspondencia con las de toda la sociedad.


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