BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROCEDIMIENTO PARA ESTUDIAR LAS NECESIDADES INFORMATIVAS DE LOS DIRECTIVOS EN LA EHTC “HERMANOS GÓMEZ”. APLICACIÓN DE AMIGA

Clara Emilia Rodríguez Sifontes



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1.3. Los estudios de necesidades informativas.

Los estudios de necesidades informativas constituyen “un tipo de estudio de usuarios, dirigido específicamente a la investigación de los requerimientos de formación e información de las organizaciones o comunidades y de los grupos y personas que desarrollan su(s) actividad(es) en el contexto de su cultura, sus metas y aspiraciones” (N. Paula, 2004, p. 29). Su objetivo consiste en averiguar qué información es la más apropiada para que el usuario resuelva los problemas que le surgen en su entorno laboral, social, económico, político, etc. (G. Teruel, 2005).

Estos estudios comenzaron a desarrollarse a partir de la segunda mitad del siglo XX con la aparición del término necesidad de información.

Las necesidades de información.

A pesar de que el tema sobre los estudios de usuarios ha sido uno de los más abordados en el campo de las Ciencias de la Información, y de que las necesidades constituyen el objeto de estudio de múltiples investigaciones dentro de las Ciencias Sociales, el término necesidad de información no ha alcanzado una uniformidad conceptual en su comprensión. No existen definiciones teóricas que tengan un nivel aceptable de consenso sobre el término y persiste una cierta ambigüedad terminológica al definirlo. Desde el punto de vista cuantitativo lo que se ha escrito sobre este tema es pobre en comparación con muchos otros. Al respecto Núñez Paula señala la insuficiencia de métodos y procedimientos para la determinación dinámica de las necesidades; tanto dentro de la literatura especializada como de las propias organizaciones, que en muchos casos no asumen estas investigaciones como una tarea de primer orden con identidad propia, metodología y normas (N. Paula, 2004).

Núñez Paula señala de S. Crawford que las necesidades de información resultan "… un concepto difícil de definir, de apartar, y especialmente de medir” (N. Paula, 2004, p.14). Ello quizás determinado por la multilateralidad de enfoques con que el propio término información se aborda desde sus orígenes. Por todo lo cual nosotros, para nuestro análisis, partiremos de los conceptos información y necesidad, a fin de alcanzar un mayor esclarecimiento dentro de esta dispersión terminológica.

• La información.

El vocablo castellano información proviene de la conjunción latina informare, que significa “dar forma” y la familia del concepto tiene su origen hace unos cinco mil años atrás (Iramain, 2000).

Las primeras investigaciones sobre el concepto información se remiten a la Edad Media; pero la información surge como tal en la comunidad primitiva con el inicio de la comunicación humana. Con la Teoría de la Información en 1948, se define por primera vez el término información desde una perspectiva científica. A partir de entonces la definición del término información constituye el objeto de estudio de múltiples disciplinas, entre las que destaca la Ciencia de la Información. Este término adopta una gran diversidad de significados por la conceptualización universal que se le otorga y la pluralidad de enfoques con que se aborda. En este momento prevalece aún, según Goñi, la carencia de un consenso entre los autores para hallar una definición única, formalmente reconocida o con un enfoque generalizador, debido a las formas diferentes en que la información ha sido entendida y explicada a lo largo de la historia (Goñi, 2000).

Pero cada vez va siendo más necesario para la Ciencia de la Información contar con un concepto consensuado del término, lo cual resulta en extremo difícil ya que la información es entendida de muy diversas formas para propósitos muy diferentes. Un ejemplo lo da Fernández Molina al señalar que la información designa tanto el proceso de la comunicación, como lo que se comunica (F. Molina, 1994). El propio Cornella tampoco se muestra muy optimista cuando afirma que no vamos a entender en toda su profundidad qué es la información hasta dentro de unos cuantos años. Y alega lo difícil que sería para un hombre de la Edad de Bronce explicar lo que es el hierro. Considera similar para nosotros hoy explicar lo que es la información (Cornella, 2000).

Según la perspectiva materialista o idealista de los autores, el fenómeno información ha sido visto a partir de dos planos fundamentales: uno subjetivo y uno objetivo. Esta dualidad de existencia de la información determina la conformación de dos grandes grupos (F. Molina, 1994):

 Los que consideran la información como algo externo, objetivo y tangible.

 Los que la contemplan como algo subjetivo, cognitivo y situacional.

Goñi, en sus reflexiones sobre el concepto información, ve uno como entidad subjetiva que se genera en la mente de las personas y el otro, con una existencia objetiva, en el cual se percibe la información cuando se plasma en algún soporte o se transmite en un proceso de comunicación (Goñi, 2000). La objetivista, centrada en el objeto -la información como unidad física y externa, y los procesos asociados a esta, y la subjetivista, donde se resalta una figura concreta: el sujeto activo y su necesidad de información desde dos posiciones, una individualista y una social (Vega, 2005). El primero hace énfasis en una dimensión física y medible, es el que lleva el peso de las aplicaciones matemáticas. Fernández Molina (F. Molina, 1994) lo ilustra a partir de dos posiciones: la Teoría Matemática de la Comunicación de Shannon, de acuerdo con la cual la información es tratada como una magnitud cuantificable. Según ella, el concepto información supone la existencia de duda o incertidumbre, tomando la información requerida como una medida de la incertidumbre existente sobre un tema determinado. La otra posición fue planteada por Tom Stonier (F. Molina, 1994) y asume la información como “una propiedad básica del universo”, al igual que la materia y la energía; constituyendo “la representación más global de entendimiento de la información, en la que se mezclan lo que para otros son datos, conocimiento, fuerzas e influencias, etc” (F. Molina, 1994, p. 5).

El segundo grupo interviene en la valoración de los aspectos cualitativos, en la “asignación del sentido a los significados” (Sokol y Linares, 2008). Ve la información como modificadora de las estructuras del conocimiento de los individuo, en el marco de un proceso de comunicación social, donde recibe la influencia del medio donde se crea y donde se recupera (M. Milanés y T. Velázquez, 2005).

A partir de estos planos y desde diferentes puntos de vista, se han emitido muchos conceptos del término información.

“La información es el significado que otorgan las personas a las cosas” (Goñi, 2000, p. 2). Al respecto la autora refiere una vertiente según la cual algunos especialistas definen la información a partir de su existencia como fenómeno “en sí”, inseparable de la conciencia, información “para sí”, y agrega que “la información en sí misma, como la palabra, es al mismo tiempo significado y significante” (Goñi, 2000, p. 2). De esta manera establece la relación información-conocimiento-lenguaje al considerar que la información “transita por dos estados o momentos: el primero, cuando la mente humana asimila, procesa e interpreta, es decir, la transforma en conocimiento, y el segundo, cuando se registra en forma documental, que actúa como fuente de información mediante el lenguaje” (Goñi, 2000, p. 2). Subraya el vínculo concibiendo la información como “la forma de liberar el conocimiento que genera el pensamiento humano” (Goñi, 2000, p. 2).

El Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación (López Yepes, 2004, p. 59) define la información como el “proceso generalizado que ofrece uno o varios contenidos, una vez que han sido elaborados”. Agrega que la información consiste en adecuar de un determinado modo un mensaje para su transmisión a través de un determinado medio.

Entre los múltiples puntos de vista con que se aborda la información, Currás, 1993, citada por Angulo. 1996, p. 2, expresa que “la información no existe por sí misma y solo se produce en nuestro cerebro cuando la percibimos, analizamos y enjuiciamos, según la intencionalidad que captamos en ella”. De acuerdo con ello la autora propone considerar:

 “La información como fenómeno que se genera en el entorno, con independencia de nosotros, y susceptible de captarse en forma consciente.

 La información como proceso, elaborada por nosotros mismos, a partir de documentos”.

El enfoque eco¬nómico integral con que se aborda actualmente el sector de la información como sector económico, se fundamenta en el reconocimiento del carácter dual de la información como recurso y producto (Dueñas, 2006).

Como recurso (input): Ve la información como activo y objeto de trabajo, contenido en todas las fuentes utilizables (documentales y personales) y utilizado en la generación tanto de servicios y bienes de información y de activida¬des conexas, como de nueva información.

Como producto (output): Ve la información como mercancía, portadora de los atributos valor, valor de intercambio y valor de uso para sus destinatarios. Constituye el resultado de la realización de un conjunto de procesos que la hacen portadora de valor agregado.

Todos los casos anteriores permiten apreciar la multilateralidad de enfoques con que se aborda actualmente la información: dato, registro, cosa, fenómeno, proceso, mensaje, inteligencia, conocimiento, acción, efecto. También puede verse como un medio, un modo y hasta un fin. Para nuestra investigación hemos seleccionado el concepto de Noel Marcial Angulo, según el cual información es “la significación que adquieren los datos como resultado de un proceso consciente e intencional de adecuación de tres elementos: los datos del entorno, los propósitos y el contexto de aplicación, así como la estructura de conocimiento del sujeto” (Angulo, 1996, p. 5). Esa significación constituye el núcleo central de nuestro estudio, en las condiciones de una actividad, un ambiente y unos caracteres sociopsicológicos específicos para la necesidad que de ellos emane en un individuo determinado.

• La necesidad.

Al abordar el estudio de las necesidades de capacitación, Mendoza hace referencia a algunos autores que definen el término necesidad (Mendoza, 1982). Boydell, 1979, citado por Mendoza, 1982, p. 1 considera que “la palabra necesidad implica que algo falta; que hay una limitación en alguna parte” y Howard C. Warren, 1977, citado por Mendoza, 1982, p. 1, conceptualiza la necesidad como:

- Exigencia muy poderosa.

- Experiencia provocada por la ausencia de ... cualquier factor o condición…

- Actitud psíquica con conciencia más o menos definida de alguna carencia.

Nosotros entendemos por necesidad la escasez, inexistencia o estrechez de alguna condición requerida o deseada: algo que uno desea o debe tener, algo de lo cual se precisa. Inferimos que cuando existe una necesidad, es porque se encuentra presente una carencia, ausencia o limitación que debe ser satisfecha.

Veamos ahora el concepto necesidad de información.

El Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación define las necesidades de información como la “carencia evidente de datos y/o información que puede tener un usuario, potencial o real, para poder llevar a cabo una acción, tarea o función” (López Yepes, 2004, p. 234).

Devadason y Lingham, 1996, citados por Núñez Paula, 2004, p. 14, consideran que las necesidades de información “representan lagunas en el conocimiento actual del usuario”.

González Suárez, 1995, citado por Núñez Paula, 2004, p. 15, refiere que "en el proceso de la actividad del hombre pueden surgir momentos de falta de conocimientos que se reflejan como necesidades de información."

Wilson, 2001, citado por Núñez Paula, 2004, p. 13, señala que “una necesidad de información se constituye a partir de otras necesidades originadas en los diferentes contextos de la experiencia y la acción; a partir del contexto físico biológico y de los contextos de trabajo sociales, políticos, etc.”

Ujim, Scheglova y Ergunov, 1987, citados por Núñez Paula, 2004, p. 18, entienden por necesidad de información

la necesidad de conocimiento condicionada por el carácter de la actividad profesional del especialista y que depende de sus características individuales (personales)... Características de las necesidades que no dependen del usuario: temática del trabajo a realizar, objetivos, problemas y tareas del trabajo, etapas del trabajo... cargo del especialista, deberes funcionales del especialista... Características subjetivas de las necesidades: edad, nivel cultural, antigüedad en el trabajo, conocimiento de una lengua extranjera, productividad informativa, especialidad y particularidades psicológicas del trabajo con la información científico técnica... Otros aspectos que se incluyen en las necesidades de información: temática de la información necesitada, su volumen, forma y fecha de presentación.

Podemos apreciar, si analizamos detenidamente cada uno de estos conceptos, que, indistintamente, todos destacan constantes que contribuyen a la formación de la necesidad, y que las mismas coinciden en la mayoría de los casos. Estas son: la actividad del hombre, el contexto en que se desarrolla y los elementos de índole social o psicológica que identifican al individuo. Desafortunadamente, no todas están consideradas en cada una de dichas definiciones y ello conspira contra su integralidad.

Respecto a esta última, Núñez Paula opina que es una de las definiciones más completas que se han encontrado en la investigación sobre el término (N. Paula, 2004). En ella se reconocen las características personales del individuo como factor del que depende la necesidad informativa, con lo que se subraya su peculiaridad y está presente su carácter dinámico. Además, se hace referencia a algunas de las variables del servicio que están directamente relacionadas con las necesidades. Sin embargo, no se consideran las condiciones en que se desarrolla el trabajo del profesional como factor que también incide en las necesidades.

Núñez Paula, al igual que otros autores, concede a las necesidades de información un carácter dinámico, las ve como un fenómeno en constante movimiento, como producto de las diferentes necesidades que se originan durante el transcurso de las acciones que componen la actividad del individuo (N. Paula, 2004). Ya que la actividad no es estática, las necesidades que de ella emanan se transforman continuamente, y ello hace también dinámico su proceso de satisfacción.

Para la elaboración de su enfoque teórico-metodológico en la determinación dinámica de las necesidades de formación e información, adopta como punto de partida dos vertientes fundamentales (N. Paula, 2002):

- El enfoque sociopsicológico sobre los determinantes de estas necesidades.

- El enfoque sociopsicológico sobre sus niveles de existencia.

De la misma forma que la variable información se concibe en dos planos de existencia que coexisten dialécticamente, Núñez Paula atribuye tres posibles niveles de existencia a las necesidades de información (Núñez Paula, 2002):

• Un nivel en que las necesidades de formación e información existen “objetivamente”, en el plano intersubjetivo o supraindividual, exterior al hombre, de forma relativamente independiente a la conciencia individual.

• Un nivel en que las necesidades de formación e información existen en el plano ideal o psicológico, o sea, como reflejo subjetivo y consciente, como idea.

• Un nivel en que las necesidades de formación de la organización, de sus grupos y personas existe en forma consciente para los encargados de los procesos de gestión del aprendizaje (metodológico).

Núñez Paula destaca el carácter peculiar que adoptan las necesidades de información para cada usuario en particular, haciendo coincidir cada uno de los tres niveles con las formas específicas en que se manifiesta o expresa la necesidad. Necesidad peculiar (1er. Nivel), Interés (2do. Nivel) y Demanda o Solicitud (3er. Nivel) (N. Paula, 2002).

Precisa que las Necesidades Peculiares de Información

son necesidades de carácter objetivo, que para cada usuario o lector, en un momento dado, están determinadas por (N. Paula, 2002, p. 51):

• El Contenido Semántico de la actividad que realiza el usuario o lector, lo cual define la Temática de la información que se necesita para la realización de dicha actividad (aspecto semántico).

• La estructura de la actividad (de estudio, de recreación, creadora, etc.).

• Las condiciones objetivas y subjetivas, materiales y sociales, para la realización de la misma, y

• Las características sociopsicológico-culturales del usuario, lector, categoría (segmento) o comunidad de los mismos.

El Interés de Información o Necesidad Subjetiva “es el reflejo en la conciencia, tanto colectiva (de grupo) como individual, de las necesidades peculiares “objetivas” de información (N. Paula, 2002, p. 53). También lo identifica como el nivel subjetivo de existencia de la necesidad. Se conoce cuando es expresado por el usuario, de cuya visión particular depende. No necesariamente tiene que coincidir con la “necesidad peculiar objetiva” (N. Paula, 2002), ni reflejarla con exactitud, manifestándose en ocasiones como un reflejo impreciso de la misma. Representa una motivación cognoscitiva con carga afectiva y constituye un nivel intermedio entre la necesidad peculiar y la demanda.

Para Rojas y Delgado la demanda o solicitud es “una expresión teórica y prácticamente incompleta e inexacta de los intereses de información del usuario...“ (Rojas y Delgado, 2003, p. 22) Para Núñez Paula es “la expresión verbal a la entidad encargada del servicio, del interés, que unas veces ocurre espontáneamente y otras es provocada por la propia entidad de servicio” (N. Paula, 2002, p. 53) y añade que debe constituir un indicador del nivel de conciencia que tiene el usuario de sus necesidades, considerándola el nivel metodológico en que se trabaja la necesidad (N. Paula, 2002).

Nuestra investigación asume estos tres niveles como expresión del concepto necesidades de información, las cuales definimos como el conjunto de carencias, requerimientos e intereses de información que puede presentar un usuario, en un momento dado, determinadas por:

• Las características de la actividad que realiza (contenido semántico, estructura y condiciones peculiares).

• Las características sociopsicológico-culturales del individuo.


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