BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LAS FINANZAS PÚBLICAS ESTATALES Y MUNICIPALES EN MÉXICO

Hilario Barcelata Chávez




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1.5. Gasto federalizado y población

Como se estableció en el apartado uno, los recursos que los estados reciben de la federación, muestran un patrón de concentración bastante elevado. En seis de ellos se reparte el 40% del total (México, con el 10.6%; Distrito Federal, con un 7.4%; Veracruz, 6.8%; Jalisco, 5.7%; Chiapas, 4.7%; y Puebla con el 4.3%). Sin embargo, esta concentración responde a la forma en que se encuentra distribuida la población del país, ya que estos mismos estados son los más poblados y concentran el 45% de la misma. Es decir, esa concentración de recursos parece estar justificada por el tamaño de la población.

De hecho al hacer un análisis de la relación existente entre GF y Población, incluyendo a todos los estados, se observa una muy alta correlación entre estas variables, con un coeficiente de 0.98. Es decir, a mayor población, mayor GF. Esto se debe a que la población es uno de los criterios más importantes de reparto del GF, de acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal.

Para corroborar esta correspondencia estado por estado, es necesario comparar la participación de cada uno en la población total con su participación porcentual en el total del GF. Esto nos permite conocer la proporcionalidad entre estas variables y saber que tanta correspondencia hay, no en términos de los montos absolutos de gasto y población, sino en términos de la participación porcentual de cada estado, en ambos.

Para ello he elaborado el Índice de Gasto Federalizado-Población (IGFPOB) que permite medir precisamente esta proporcionalidad y arroja resultados a partir de los cuales se pueden identificar estados con pérdida o ganancia. Los perdedores son aquellos cuya participación en la población es mayor que su participación en el GF; su índice es menor que uno. Los ganadores son aquellos cuya participación en la población, es menor que la participación que reciben en el GF; su índice es mayor que uno. Los que observan una proporcionalidad absoluta, tienen un índice de uno y ni ganan ni pierden.

Se observan cinco estados perdedores: Jalisco, Distrito Federal, Guanajuato, Puebla y México, aunque su pérdida no es muy considerable, ya que su IGFPOB es de 0.9 para el primero y 0.8 para los demás.

También se encuentran ocho estados con proporcionalidad absoluta: Baja California, San Luis Potosí, Morelos, Nuevo León, Sinaloa, Veracruz, Michoacán y Chihuahua.

Los restantes 19 estados son ganadores, aunque en diferentes magnitudes. 16 de ellos con un IGFPOB que no es superior al 1.5, es decir, su participación en el GF es superior, cuando más, en un 50% a la que tiene en la población. Y sólo tres estados tienen una participación en el GF mayor al 50%, aunque es menor al 100%.

Como se ve los niveles de pérdida son muy bajos y para pocos estados. En cambio la ganancia se da en más de la mitad de los estados del país, aunque, en la mayoría de ellos, el nivel de ganancia no es muy alto.

Esto estaría corroborando la correspondencia del reparto del GF con la población, lo que significa que efectivamente se materializa el criterio de la población y de hecho, parece prevalecer sobre los demás criterios.

1.6 gasto federalizado y recaudación fiscal

Un medio a través del cual se puede observar la capacidad del actual Sistema de Coordinación Fiscal para resarcir o compensar a los estados, es a través de la comparación del GF total y sus componentes que recibe cada estado, con el volumen de recaudación de los ingresos federales que logra realizar cada entidad federativa.

La relación existente entre el GF y la recaudación no es muy fuerte, pues su Coeficiente de correlación es de 0.418. Es decir no existe una alta correspondencia entre una y otra variable. En todo caso ello se debe a que los componentes del GF se relacionan de manera diferente con la recaudación, pues mientras el volumen de Participaciones por estado sostiene una relación directa y fuerte con la Recaudación, expresado en un Coeficiente de correlación de 0.70, las Aportaciones y la Recaudación, se relacionan de manera inversa y de un modo mucho más débil, con un Coeficiente de –0.06

Estos datos significan que el reparto de las Participaciones Federales si opera como mecanismo para resarcir a los estados de la recaudación que hace en ellos el gobierno federal. En cambio, el reparto de las Aportaciones no tiene esa característica, aunque, tampoco parece operar como mecanismo compensatorio, al menos por lo que respecta al valor de la correlación.

1.6.1. Índice de Participaciones-Recaudación (IPR); el índice de Aportaciones-Recaudación (IAR) y el Índice de Gasto Federalizado-Recaudación IGFR).

Para observar con más precisión como están relacionados la Recaudación y el GF, es necesario comparar la magnitud absoluta de la participación de cada estado en el GF, con la de su Recaudación. Para este fin he elaborado el Índice de Participaciones-Recaudación (IPR); el índice de Aportaciones-Recaudación (IAR) y el Índice de Gasto Federalizado-Recaudación IGFR). Cada uno de estos permite conocer si los estados son compensados o resarcidos de los recursos que en ellos recauda el gobierno federal. En cada caso los estados pueden ser ganadores, si el IPR, IAR o IGFR es mayor que uno, ya que esto significa que su participación en los recursos federales es mayor que su contribución a la recaudación. Si los índices son menores a uno, significa que los estados son perdedores, porque el monto de su contribución a la recaudación es mayor a la de su participación en los recursos federales. Si los índices son iguales a uno quiere decir que el estado le corresponde tanto como contribuye.

Según se observa, resultan 21 estados perdedores, entre los cuales sobresalen algunos casos, con un IPR bastante bajo, (considerando que entre más pequeño es el valor, mayor es la pérdida) como Aguascalientes, Chihuahua, Querétaro y Jalisco, con un Índice de 0.4; Coahuila y Baja California con 0.3; Colima, 0.2; Nuevo León, y Tamaulipas, 0.1 y Distrito Federal, 0.04. La pérdida promedio para todos es de 0.47.

Por otro lado, hay 10 estados que resultan ganadores, de los cuales, más de la mitad tienen un IPR muy alto, como Tabasco 3.6; Chiapas, 3.4; Nayarit, 2 Oaxaca, 1.9 y Durango y Guerrero con 1.6. Aquí la ganancia promedio para los diez ganadores es de 1.9.

Es notorio que los estados que ganan son aquellos que presentan los valores de PIBE más bajos, es decir, a menor PIBE, mayor ganancia, tal como lo sugiere el Coeficiente de Correlación IPR-PIBE cuyo valor es de –0.341. Estos estados ganadores, también presentan el PIBE per cápita más bajo. De hecho parece haber una mayor asociación entre éste y el IPR que con el PIBE total, pues su Coeficiente de correlación es de –0.536. Esto significa que la mayor ganancia está asociada con un menor PIBE per cápita. Es decir, los que más ganan son estados pobres y los que pierden son estados ricos.

De aquí se puede afirmar que las Participaciones Federales tienen una baja capacidad resarcitoria y sólo para un tercio de los estados presentan elementos de carácter compensatorio.

En el análisis con el IAR, es posible observar una ligera mejora en la capacidad compensatoria y resarcitoria a la vez, en cuanto al número de estados que ganan, pues aquí resultan 12 estados ganadores, dos más que con el IPR, y uno más que mejora su situación pasando de perdedor a equiproporcionado. Por lo tanto los perdedores son sólo 19, en lugar de veinte. Sin embargo, la mejora se vuelve más notoria, al observar la ganancia promedio que sube a 2.5. Esto se debe a que para algunos estados, las aportaciones son altamente compensatorias como el caso de Chiapas, Oaxaca y Guerrero con índices de 5.1, 4.2 y 3.8 respectivamente; valores que representan más del doble que el IPR, en el caso de los dos últimos y un poco menos de eso para el primero. De igual modo, la pérdida promedio, baja a 0.47

Es necesario destacar que el perfil de los estados ganadores está asociado a un PIBE y a un PIBE per cápita bajo. Esto significa que a menor PIBE y menor PIBE per cápita, más ganancia, lo cual se corrobora con los coeficientes de correlación entre el IAR y estas dos variables, que son de -0.340 y de –0.582. De donde, además, podemos derivar, que lo que más influye en la ganancia, es el tamaño del PIBE per cápita.

Al considerar de manera total la participación de cada estado en el GF y compararla con su contribución a la recaudación, resulta una situación en que se observa una mayor capacidad resarcitoria, a la vez que compensatoria para casi todos los estados. En este caso, ya son 21 estados los ganadores y tan sólo 11 los perdedores. Y la ganancia promedio ha subido a 3.15, debido a que algunos estados acumulan una ganancia muy alta, tales como Chiapas que alcanza un 8.75; Oaxaca un 6.2, Tabasco un 5.5; Guerrero un 5.47; Nayarit, 5.0 y Durango 4.28. En cambio la pérdida promedio se ha reducido a 0.6.

De igual forma que en los casos anteriores, la mayor ganancia está asociada de modo inverso, con un menor PIBE per cápita con un coeficiente de correlación entre éste y el IGFR de –0.588 y en menor medida con el tamaño del PIBE (con un coeficiente de correlación de –0.356).

Para corroborar el perfil de los estados que ganan, se mide el nivel de correlación que existe entre el IGFR y algunos índices que miden el grado de desarrollo de los estados. Por ejemplo el valor de la correlación entre el IGFR y el Índice de Marginación es de 0.777, lo cual indica una fuerte relación directa entre la existencia de ganancias en el reparto y la mayor marginación existente. De igual modo, la correlación entre el IGFR y el Índice de Desarrollo General es de –0.768, indicando una fuerte relación inversa entre las ganancias y el nivel de desarrollo, es decir, a menor desarrollo mayor ganancia. Por último la correlación entre IGRF y el Índice de Infraestructura, que muestra un valor de –0.550, lo cual indica una asociación inversa también, aunque en menor cuantía.

Una forma más de observar las características del reparto de los recursos federales es mediante la comparación de la forma en que participa cada estado porcentualmente, tanto en el GF como en la recaudación.

Lo que se observa es una alta capacidad de compensación ya que la participación en el GF de los estados excede, de manera muy importante, su contribución en la recaudación. Sobre todo para Chiapas cuya participación porcentual en el GF es 23 veces mayor que su contribución porcentual a la recaudación nacional; Oaxaca en donde es 16.5 veces mayor; Tabasco 14.7; Guerrero 14.6, Nayarit, 13.4 y Durango 11.4.

Los únicos casos en que se consideraría existe pérdida es Nuevo León, Tamaulipas y Distrito Federal, en donde, la participación porcentual en el Gasto equivale al 11% de su contribución porcentual a la recaudación total.

De esta manera resulta evidente que el sistema de reparto busca compensar a los estados más pobres, aunque, en general, beneficia a muchos otros que no lo son en estricto sentido.

Finalmente hay que considerar como es el reparto del GF comparado con el PIBE. De esta comparación resulta que, a medida que los estados tienen un PIBE más pequeño y su PIBE per cápita es menor, el GF representa una proporción mayor del PIBE. De hecho, al medir el coeficiente de correlación entre éste y el PIBE per cápita, se observa una valor de –0.7566, lo cual representa una alta asociación inversa entre ambas variables y evidencia, una vez más el carácter compensatorio del mecanismo de reparto del GF.


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