BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ANÁLISIS DE CONVERGENCIA REGIONAL EN EL DISTRITO DE ZIMATLÁN, 1980-2000

Omar Arango Castillo




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2.2.4 El efecto de la infraestructura pública.

Una cuarta fuente de crecimiento en un modelo de tecnología AK puede residir en los bienes e infraestructuras públicas. Estos bienes aumentan la productividad de los factores privados, dada la posibilidad de ser utilizados por un infinito número de agentes de forma simultánea, por lo que en algunos modelos se presenta la posible influencia positiva de la política del Estado en el crecimiento2. Este tema es abordado por Barro (1990) y Barro y Sala-I-Martín (1995). En este sentido, se expande la función de producción para incluir los servicios estatales que incrementan la productividad del capital privado. Se trata de una interpretación alternativa del modelo AK, ya que se supone un único factor, el capital, pero puede presentar dos formas diferentes: el capital privado y el capital público (G). De este modo, la función de producción agregada en términos per cápita tiene la siguiente expresión, con presencia de rendimientos constantes a escala para k y g, por lo que se genera crecimiento endógeno:

y = f (k,g) = Ak g1- (26)

Sin embargo, los bienes públicos deben ser financiados, por lo que se hace obligada la presencia de impuestos. En este sentido, Barro (1990) supone que la única fuente de ingresos consiste en un impuesto sobre la renta con un tipo de gravamen constante e igual a (por lo que no tiene en cuenta otros tipos de financiación como son por ejemplo los empréstitos). Como de costumbre, los individuos maximizan la función de utilidad, teniendo en cuenta que ahora los individuos toman en consideración la renta futura, después de impuestos. La restricción presupuestaria equivale a la expresión: g=y=Ak g1-. Tras la maximización, es posible obtener la tasa de crecimiento del consumo:

En el equilibrio, se puede comprobar como todas las variables crecen a una tasa constante y positiva que es igual a la tasa de crecimiento del consumo per cápita, de manera que al igual que el modelo AK, el modelo de Barro con la inclusión del factor público tampoco presenta ninguna forma de transición dinámica.

El efecto del Estado tiene dos signos opuestos. Mientras que existe una relación positiva entre crecimiento y gasto público (la política pública incentiva la acumulación de los factores capital físico y humano), el impuesto supone una disminución del rendimiento privado. Este hecho se deriva de la existencia de una relación de U-invertida entre la tasa de crecimiento de la economía y el tamaño del gobierno (G/Y). Por tanto, para valores bajos de , el efecto positivo domina al negativo. Barro (1990) demuestra que el crecimiento de la renta per cápita será máximo cuando * = (1-), es decir, puede maximizar el crecimiento de la economía adoptando un tamaño igual al que resultaría del mercado en equilibrio competitivo con factores de producción privados. Dicho de otra forma, la participación del producto provisto por el Estado debe ser igual a la participación derivada de la tecnología, 1-(obsérvese que 1-es el exponente del factor de producción público en la función de producción). Por otra parte, tal y como sucede ante todo tipo de externalidades, se produce el efecto de que la tasa de rendimiento social supera la privada. Dado que cada productor supone una parte muy pequeña de la economía, ninguno de ellos tomará en consideración el rendimiento social, por lo que la inversión privada será inferior a la deseable socialmente. Este hecho supone que se esté produciendo una “externalidad de la inversión”, que opera a través de la restricción presupuestaria del sector público. En definitiva, aparece una subinversión privada.

2.3. Convergencia y Modelos de Crecimiento Endógeno.

El presente apartado se centra en determinar a partir de los modelos de tipo endógeno cuáles han sido las implicaciones en el sentido de convergencia, por lo tanto, si ha existido un acercamiento entre las economías o si por contra dichos modelos predicen un distanciamiento entre las diferentes economías, lo que supone hablar de divergencia. Para ello, habitualmente los modelos de crecimiento endógeno establecen un vínculo entre crecimiento y comercio donde suponen especializaciones internacionales a partir de la existencia de ventajas comparativas, permitiendo de esta forma estudiar las repercusiones de los intercambios en el crecimiento nacional. En este sentido, los aspectos de tipo endógeno conducen a trayectorias de crecimiento que difieren entre los países tal y como especificaba la teoría de la causación acumulativa según Myrdal- Kaldor (Kaldor, 1981). En un principio, las economías dispondrán de libre acceso a los factores, lo que implica igualdad de condiciones en el acceso a la tecnología, por lo que todas las economías tienen acceso a los mismos conocimientos técnicos. El resultado es un proceso de convergencia o catch up, siempre que se cumpla dicho supuesto en el largo plazo. Este factor ya fue destacado por Abramovitz (1979, 1986). El aprovechamiento de la tecnología permite un acercamiento gratuito de las economías pobres hacia los niveles superiores que poseen las ricas. Es sabido desde Arrow (1962) que el progreso técnico constituye una amenaza para el marco competitivo más comúnmente adoptado. Ante competencia perfecta la tecnología debe ser considerada como un bien público, y por tanto, nadie tendrá incentivos para producirlo. Por el contrario, si no existe competencia perfecta, el innovador puede apropiarse del total o parte de la renta del monopolio. De esta forma se produce un incentivo al cambio técnico. Sin embargo, en general, todos los modelos de crecimiento endógeno presentan dos características diferenciales con respecto al modelo de crecimiento de tipo neoclásico, las cuales no permiten hablar en iguales condiciones de convergencia: la inexistencia de rendimientos decrecientes en la acumulación del capital físico, la inexistencia de un equilibrio y, por consiguiente, la inexistencia de convergencia. Respecto al primero de los modelos comentados, el de tipo AK, tal y como mantiene Sala-I-Martín (1994a), este modelo no permite la presencia de convergencia ya que no existe un estado estacionario (y menos una posible transición a éste), tanto en sentido absoluto como condicional, como permite el modelo de Solow y la evidencia empírica predice, dado que en el modelo no existe relación alguna entre la tasa de crecimiento y la renta inicial per cápita. Consideremos un grupo de economías que presentan una estructura similar en sus parámetros (s, A, n y ) y que difieren en sus niveles iniciales per cápita. El modelo predice que todas las economías crecen con la misma tasa independientemente de cuál fuera su posición inicial, por lo que el modelo no presenta rendimientos decrecientes y de esta forma, la tasa de crecimiento no estará relacionada con la renta (ni negativamente ni de ninguna otra forma).

En el modelo learning by doing puede comprobarse que la economía crecerá a una tasa constante e igual para cada una de las variables. Este hecho comporta, como en el modelo AK, la falta de transición dinámica de ningún tipo (sea cual sea la situación inicial, toda trayectoria se realiza a una tasa constante). A su vez, al no existir relación entre la tasa de crecimiento de la economía y el capital inicial, no se traduce en convergencia en el largo plazo, derivándose de la inexistencia de un estado estacionario.

Respecto al caso particular donde de la Fuente (1995) introduce una curva de aprendizaje, de las expresiones obtenidas podemos concluir que cambios pequeños en una variable como el nivel de ahorro, tendrán consecuencias en el crecimiento a largo plazo del stock de capital/trabajo por unidad de eficiencia, así como en la expresión señalada como senda de crecimiento de equilibrio. Todo ello provoca que el crecimiento sea explosivo por lo que tampoco asegura la presencia de convergencia en el modelo. Sin embargo, a partir de dicho modelo surgen cuestiones acerca de la existencia de un proceso de integración económica ante posibles cambios en el parámetro (externalidades). Barro (1996) estudia el caso de una traslación de la función anterior ante un aumento del nivel de debido, por ejemplo, a la eliminación de barreras a los intercambios comerciales (como en el caso de la UE). Para ello, diferencia entre los supuestos de rendimientos crecientes y decrecientes. Para el caso de rendimientos decrecientes a escala, el desplazamiento de las curvas hacia arriba haría aumentar el nivel del producto per cápita. Dicho aumento llevaría a un mayor nivel de ahorro e inversión, por lo que también se incrementaría el stock de capital por trabajador eficiente, provocando un incremento adicional del producto per cápita. Calculando la elasticidad del producto per cápita del estado estacionario con respecto a se obtiene la siguiente expresión:

La expresión anterior es lo que Baldwin (1989) denomina el multiplicador del producto, que será tanto mayor cuanto mayor sea el tamaño de la externalidad. Por tanto, la introducción de externalidades provenientes de la acumulación de capital se traduce en un mayor efecto de la integración sobre el nivel de producción per cápita. El siguiente modelo endógeno donde analizar las implicaciones en términos de convergencia se corresponde con el que introduce el progreso técnico como inversión, bien a partir del capital humano o bien por la presencia de I+D. En el caso de introducir como fuente de inversión el capital humano, debemos tener en cuenta que en este modelo se observa que lejos de igualarse los niveles de capital per cápita entre las economías, la movilidad aumenta su diferencia. Así, el modelo explica el hecho de que la acumulación de capital sea más dinámica en los países desarrollados y al existir una externalidad en el capital humano, un trabajador que presente una cualificación dada, será más productivo y estará mejor remunerado en el país con mayor dotación de capital humano, lo que explica la existencia de movimientos migratorios del sur hacia el norte. Sin embargo, Tamura (1991, 1992) presenta un modelo de tipo endógeno ante la presencia de un efecto por parte de externalidades en el capital humano que acaba provocando una igualación de los ingresos de los individuos, es decir, convergencia. No obstante, se trata de una convergencia de tipo local, señalando para ello, que el mundo real se caracteriza de forma adecuada mediante la presencia de una multiplicidad de estados estacionarios.

Por otra parte, Rivera-Batiz y Xie (1993), evidencian que la presencia de migración de trabajadores no cualificados no decrementa el mayor crecimiento de las economías líderes en innovación, si bien Ishikawa (1996), muestra que dicho razonamiento se cumplirá siempre que no existan distorsiones en el libre comercio. En este sentido, Baldwin y Venables (1994), señalan que será complicado establecer análisis a corto plazo, ya que si bien en el largo plazo dicho tipo de migración no tiene efectos perversos sobre la innovación o la propia educación, los gobiernos tienden a tomar cartas en el bienestar transicional y se ocuparán de la renta de los emigrantes. Sin embargo, Young (1991), propone un modelo de crecimiento endógeno con efectos de aprendizaje limitados, donde el intercambio internacional lleva al país más desarrollado a especializarse en bienes con mayor potencial de mejora de productividad. Este hecho, supondría un menor crecimiento para el país especializado en sectores intensivos en mano de obra poco cualificada.

Para estudiar el comportamiento en los modelos de crecimiento endógeno donde se introduce la fuente de inversión vía I+D, debe tenerse en cuenta la existencia de spillovers internacionales en la inversión, siempre considerando que se plantea la existencia de economías abiertas. En este sentido, dichas consecuencias han sido analizadas por los trabajos de Grossman y Helpman (1990, 1991a), Romer (1990), Feenstra (1990), Young (1991) y Barro y Sala-I-Martín (1995). En principio, debe plantearse que existe un incremento del tamaño del mercado, lo que conduce a mayores incentivos a la inversión en I+D (Romer, 1990), y a un proceso de mayor especialización internacional. Existirá pues un mayor intercambio de ideas entre investigadores de diferentes países, y así, un mayor nivel de conocimiento general. Rivera-Batiz y Romer (1991) explican que existirá una mayor tasa de crecimiento en el largo plazo ya que los spillovers permiten la explotación de rendimientos crecientes a escala en el sector I+D, por lo que se acaba promoviendo la existencia de libre comercio o de integración, siendo éstos a su vez, un empuje al crecimiento. La presencia de trabas a la comercialización del sector de bienes (por ejemplo, a través de un arancel), supondría una situación donde se favorece la existencia de duplicidad en las actividades de I+D. Aún así, Rivera-Batiz y Xie (1993), muestran la existencia de situaciones de no innovación crónicas en ciertos países, incluso ante escenarios de expansión del mercado y procesos de integración en marcha (lo que facilita la difusión tecnológica). Grossman y Helpman (1994), siguen la idea de Aghion y Howitt (1992), respecto a que la difusión de conocimiento también puede producirse a partir de la mejora en la calidad de los productos. Se trata del aprovechamiento de nuevos diseños más allá de donde se producen, ya que el hecho de copiar diseños permite innovar sobre ellos en otros países.

Este efecto produciría un ciclo endógeno basado en un proceso con alternancia entre los desarrollos de copiado e innovación. En este sentido, Grossman y Helpman (1991b), Coe y Helpman (1995) y Coe et al (1997) muestran que el comercio constituye el vehículo para el intercambio de ideas y la difusión tecnológica. Van der Ploeg y Tang (1992), defienden que ambos flujos, tanto el de bienes como el de ideas, deben ir íntimamente ligados, por lo que el comercio acaba generando un incentivo a la innovación y no a la imitación, así como un impulso al crecimiento debido a la ya comentada explotación de economías a escala. Dichos efectos positivos dominarán cualquier efecto negativo derivado de la especialización industrial, siempre que las economías presenten idénticas dotaciones relativas de inputs básicos. En caso contrario, sucederá la relocalización de los recursos en el gasto de I+D cuando se establecen relaciones comerciales.

Por su parte, Barro y Sala-I-Martín (1995), demuestran que bajo el supuesto de presencia de un modelo de tipo endógeno con difusión de tecnología, existiría convergencia entre países líderes y seguidores siempre que el coste de imitar no exceda al coste de innovar, siendo justificable la actuación pública dado que deben eliminarse las trabas que puedan obstaculizar el acercamiento tecnológico entre ambos tipos de economías. Asimismo, aún a pesar de no suponer rendimientos decrecientes del capital o de la innovación, asumir rendimientos decrecientes en el proceso de imitar posibilita la existencia de convergencia condicional. Paci y Pigliaru (1999), presentan otro modelo teórico donde la acumulación de tecnología por parte de las economías retrasadas o perseguidoras en nivel tecnológico, dependen de su propensión a innovar, pero a su vez de los spillovers interregionales. Por su parte, Blackburn y Ravn (1993), señalan que la convergencia será posible en modelos del tipo endógeno, siempre que exista cooperación, o tal y como proponen Goodfriend y McDermott (1998), siempre que se promueva la familiaridad y el grado de apertura comercial, por lo que será mucho más fácil la adquisición de conocimiento. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el proceso de innovación, visto como la modelización de capacidades innovativas propias basadas en conocimiento acumulado tras imitar, tal como señalan Soete y Verspagen (1994), no conduce a convergencia, pero sí a un proceso de incremento en la especialización comercial y por tanto, a un futuro proceso de divergencia en el crecimiento. Así, se suceden convergencia y divergencia, siendo el efecto global del signo de la mayor de las fuerzas. Se trata de una idea similar a la propuesta por Young (1991), donde las economías ricas se especializan en aquellos bienes de alta tecnología, los cuales conducen a un mayor aprendizaje por la práctica. En este sentido, Chuang (1998), señala que la naturaleza de los bienes que se comercian influencia en el aprendizaje de las economías que presentan un nivel de desarrollo inicial menor. Para concluir, tenemos que tener en cuenta que todos los ejemplos anteriores conducen a situaciones de convergencia o divergencia en las tasas de crecimiento, que no implican que la riqueza de diferentes grupos de naciones se desarrolle de forma diferente, ante libre movilidad de capital, ya que suponen las mismas posibilidades de utilización del ahorro. Sin embargo, debe hacerse mención especial a la consideración de economías con niveles de subsistencia. En dichas economías, los recursos se destinan al consumo y no al ahorro y si además es una economía cerrada o parcialmente abierta, entonces, los fondos para inversión están muy restringidos. Este tema conduce a hablar de la existencia de grupos de países con un comportamiento diferenciado que no se adaptan al cambio económico internacional y que se mantienen en posiciones de subsistencia.


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