BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y GÉNERO

Rocío Rosas Vargas y Martha Ríos Manríquez




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Marco teórico

Las desigualdades de género han sido determinantes para el desarrollo de México, como factores que inciden en la dinámica demográfica (Inmujeres en CONAPO, 2009). Esta desigualdad se hace más evidente en el tipo de trabajo que desempeñan hombres y mujeres, pues da cuenta del hacinamiento de roles y estereotipos que atribuyen a las mujeres la responsabilidad del trabajo doméstico y del hombre el extra-doméstico. Siendo, con el paso del tiempo, que la participación de la mujer ha crecido en el trabajo extra-doméstico sin que la del hombre presente variación en los mismos cambios esto es en el rol doméstico.

A mitad del año 2010, el Consejo Nacional de Población [CONAPO] estima que la población en México sea de 108’396.211 habitantes, de los cuales 53’229,849 serán hombres y 55’166,362 serán mujeres (2010a:1).

Las contribuciones de las mujeres a la producción económica se basan tanto en su trabajo doméstico como en el extra-doméstico; el trabajo femenino extra-doméstico asume diversas modalidades: trabajo asalariado, trabajo realizado por cuenta propia y trabajo familiar no remunerado (De Oliveira, en García, 1999).

Comenta CONAPO en su reporte La situación demográfica de México 2009 (2009:192):

En el campo laboral extra-domestico, la participación de la mujer ha sido lenta, dado que en 1970 la tasa de la participación femenina era del 17.6%, en 1990 sólo 20.9% y en 2008 del 42.0%, siendo más de la tercera parte, la que participa de manera parcial, es decir, menos de 35 horas a la semana. La contribución del ingreso femenino a los hogares se ha incrementado de manera importante. Mientras en 1992 44.3% de los hogares contaba con ingreso femenino, en 2005 la cifra se incremento a 65.1% (en 36.2% resultó un aporte secundario, en 15.2% el principal y el 13.7% el único).

Las transformaciones en el orden económico internacional, las crisis agrícolas y los cambios en la política económica nacional de las últimas décadas que han privilegiado a otros sectores como el industrial y el de servicios sobre el agropecuario, se han expresado en ajustes presupuestales que han afectado al campo: “la importación de productos básicos, la cancelación del reparto agrario, entre otros elementos, han conformado un adelgazamiento de los esquemas de financiamiento, que en conjunto han conformado un panorama de profundas carencias y fuertes conflictos sociales en la población rural” (Bonfil, 1996).

La población rural ha sido identificada por distintos organismos e investigadores nacionales e internacionales como uno de los segmentos de la población que vive en condiciones de mayor pobreza. Echeverría (1998:1) señala que “más del 60 % de los habitantes en condiciones de pobreza en México, América Central y los países Andinos viven en zonas rurales y su pobreza es más extrema que en las zonas urbanas”.

La idea de “progreso y modernización se ha asociado directamente con las ciudades y sus necesidades de consumo” Garza y Rivera (en Trejo, 2009:9-10), en contraposición con la sociedad tradicional o rural que se relaciona con objetivos contrarios al avance y progreso. Esto significa que: “lo rural, lo agrario, lo campesino es concebido como sinónimo de atraso y precariedad” .

La marginación es un fenómeno estructural que se origina en la modalidad, estilo o patrón histórico de desarrollo; ésta se expresa, por un lado, en la dificultad para propagar el progreso técnico en el conjunto de la estructura productiva y en las regiones del país, y por el otro, en la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y del disfrute de sus beneficios.

Según el Gobierno del Estado de Yucatán (2007: 77) en su Plan Estatal de Desarrollo 2007- 2012, comenta:

Yucatán ha tenido tres distintas etapas en su historia económica. La primera, que abarca desde la época de la colonia hasta la independencia, correspondió a una economía basada en la hacienda maicera y ganadera; la segunda tuvo como eje un modelo agro exportador sustentado en la industria del henequén con fases de auge en el Porfiriato y decadencia en la posrevolución por los cambios en los modos de producción y las innovaciones en las fibras; y la tercera, en las últimas décadas del siglo XX, se caracterizó por un proceso gradual de diversificación en la industria y los servicios.

Según la CONAPO (2010b:1), en Yucatán, la población esperada a mitad del 2010 será de 1’945,840 habitantes, de los cuales 966,155 serán hombres y 979,685 serán mujeres.

En cuanto a la información por municipios en el estado de Yucatán, este autor en su reporte Índice de Marginación 2005 (2006) comenta:

En cuanto a los municipios del estado, el mismo reporte comenta:

Setenta y cinco de los ciento seis municipios del estado están clasificados como de alta y muy alta marginación, ocupando el estado el lugar undécimo en marginación y se encuentra entre las nueve entidades federativas con grado de marginación alto, 26 municipios se clasifican con media marginación y solo 5 se clasifican con bajo y muy bajo grado de marginación.

El Gobierno del Estado de Yucatán (2007:37) afirma:

De los 106 municipios del estado, sólo Mérida tiene un grado de urbanización. Si bien otros 12 municipios tienen cierto grado de urbanización, por contar con una localidad de 15 mil o más habitantes. Los 93 municipios restantes son preponderantemente rurales.

El municipio de Opichén ocupa una superficie de 268.25km2, de acuerdo con el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (INEGI, 2001), la población total del municipio es de 5,279 habitantes de los cuales 2,724 son hombres y 2,555 son mujeres. Representando esta población el (0.32%) de la población total del estado.

En el sector agrícola, los cultivos característicos del municipio son el maíz, frijol, jitomate, sandía chile y jícama, en la ganadería, las principales especies de ganado que se crían para fines de consumo son bovino y porcino; en la avicultura, las granjas avícolas con que cuenta el municipio cubren la demanda de carne y huevo de los habitantes y surte otros municipios.

La población económicamente activa es de 1,786 personas de las cuales 1,767 se encuentran ocupadas. La tabla 1 muestra la distribución de esta población por sector económico.

Uno de los aspectos más preocupantes del desarrollo económico reciente de muchos países industrializados y en desarrollo es el aumento del desempleo y la pobreza (Cardero, 1997).

La Presidencia de la República a través de su Plan Nacional de Desarrollo (2007:1-13) comenta que:

La finalidad de toda política social es lograr el desarrollo humano y el bienestar de los mexicanos a través de de la igualdad de oportunidades, buscando que cada mexicano, sin importar la región donde nació, tenga las mismas oportunidades para desarrollar sus aspiraciones a plenitud y mejorar así sus condiciones de vida; buscando dar oportunidades en forma equitativa y que éstas permitan resolver las causas más profundas de la pobreza, para que el cambio en estas condiciones perdure y se logre romper la transmisión intergeneracional de la pobreza a través del apoyo a proyectos productivos que generen empleo y que permitan un mejor nivel de vida; siendo el principal instrumento a utilizar por el Gobierno de la República para reducir las desigualdades, el gasto público. Es imperativo que en esta perspectiva, se gaste mejor y en forma transparente, y que el gasto se oriente efectivamente a las personas, a las familias y a las comunidades que más lo necesitan; dándosele especial atención a los grupos vulnerables o con necesidades especiales. Al mismo tiempo, se promoverán acciones que propicien la equidad entre los mexicanos, entre otras, aquellas que promuevan mayor igualdad entre mujeres y hombres.

Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF] (1997), todo proyecto productivo que pretende incluir la perspectiva de género en su planeación, ejecución y evaluación, deben tomar en cuenta los siguientes aspectos:

1. Buscar la participación equitativa, tanto de las mujeres como de los hombres durante los diferentes momentos del proyecto.

2. Crear las condiciones y los mecanismos necesarios para lograr la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres, en lo que tienen que ver con el acceso y con el control de los servicios, recursos, información y procesos de toma de decisiones.

3. Mejorar las condiciones de vida de las mujeres, y a la vez, transformar la posición de la mujer en relación con la del hombre, su comunidad y la de la sociedad en general.

4. Aportar a la flexibilización y a la revaloración de los roles que las mujeres y los hombres juegan en la sociedad.

5. Analizar, antes de que se produzcan los efectos de las acciones de un proyecto productivo sobre los diferentes grupos sociales.

6. Definir explícitamente, en qué medida las mujeres y hombres podrán llegar a beneficiarse con las acciones diseñadas.

7. Comprender las relaciones de un grupo social en el contexto de un proyecto, plan, programa, política pública o acción civil.

8. Analizar las implicaciones de cualquier situación definida como área de actualización de proyecto, diferenciando entre el papel que cumplen las mujeres y los hombres, y los efectos de esta situación sobre una y otros.

9. Amplía la información sobre la población participante.

10. Permite identificar vacíos en la información que deberán ser resueltos para lograr que la perspectiva de género se integre al proyecto productivo.

11. Hace posible el diseño de proyectos productivos más específicos.

12. Garantiza que los beneficiarios de los proyectos lleguen en forma equitativa a mujeres y hombres.

Tanto la micro y la pequeña empresa tienen una gran importancia en la economía mexicana; no sólo porque representan a la mayoría del comercio creado en el país (95.5%), sino que además, realizan aportaciones económicas importantes a la economía nacional, además cuenta con un papel social relevante, dado que contribuye a crear y capacitar mano de obra que por la estructura educacional, característica de los países en vías de desarrollo, no habría encontrado los elementos para la capacitación (Rodríguez, 2007).

Careaga (1980) indica tres aspectos tres aspectos en los que la pequeña empresa cumple con una función definida dentro del desarrollo general del país:

1. Llenar huecos en la producción: Al responder a las demandas concretas de los consumidores y crear nuevos productos o servicios.

2. Crear y fortalecer una clase empresarial: Al contribuir al crecimiento económico y reforzar la productividad.

3. Proporcionar mayor número de empleos.


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