BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ESTADO Y ECONOMÍA POLÍTICA

Roberto Carlos Oñoro Martínez




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SITUACIÓN SOCIAL DEL MUNDO DEL TRABAJO

El escenario internacional ha venido experimentando una serie de cambios en lo económico político y cultural que responden a la fase actual del capitalismo, en mundo del trabajo no esta exento de esta reconfiguración, que ha traído como consecuencia la perdida de análisis contextuales que nos permitan encontrar líneas de acción, se intentaran presentar una visión general desde diferentes autores las lecturas que se hacen sobre el nuevo mundo del trabajo.

En el Uruguay Daniel Olesker nos presenta su visión de lo sucedido en la dinámica del mundo del trabajo como consecuencia de las reformas estructurales que se empiezan a desarrollar en la década de los 90´s, esos cambios nos los presenta como:

1. En primer lugar han cambiado las ramas de actividad en las cuales se ha expandido el empleo asalariado

2. En segundo lugar han cambiado las formas de organización del trabajo y contratación de la fuerza de trabajo.

3. En tercer lugar y en parte como resultado de lo anterior cambian las concentraciones de trabajadores.

4. En cuarto lugar finalmente ha cambiado la composición social de los trabajadores, con un creciente peso de las mujeres y de jóvenes.

Por otro lado se presentan visiones que ubican los cambios como variables que no nos permiten entender el contexto global de las mutaciones que se presentan en este eje de discusión como lo es el nuevo mundo del trabajo en la fase actual del capitalismo, que por su forma de manifestarse ahonda cada vez mas la fragmentación social otro grupos de estudios identifican estos como:

1. Desempleo estructural: Se registra una situación en la que existiendo un crecimiento de la actividad económica, el empleo decrece. El desarrollo tecnológico y sus nuevos "hallazgos", sustituyen cada vez más mano de obra, la automatización avanza en las diferentes esferas de actividad se instala el desempleo como resultante de estos cambios en la estructura de producción, circulación y consumo.

2. Subempleo: Se registra una tendencia a la precarización del trabajo y una creciente pérdida del ethos del trabajador. Estos aspectos exigen estar atentos a los cambios psico-sociales y socio-culturales que se producen y se expresan en las diversas situaciones laborales y en las distintas trayectorias ocupacionales.

3. Exclusión social: Proceso que no solamente es revelador de las dificultades en la distribución del ingreso afectando también las identidades y pertenencias de los diferentes grupos de trabajadores. La cuestión social hoy sigue estando centrada en la cuestión del trabajo. Como afirma Castel (1997) la nueva cuestión social se cristaliza en la situación de tres procesos claves: "desestabilización de los estables", "instalación en la precariedad" y "desafiliación.

4. Flexibilización sin límites: La flexibilidad unilateral que es vista por las empresas como un problema de costos, fundamentalmente salariales, sin contemplar otras posibilidades y se extiende a todo nivel. La "empresa flexible" requiere de trabajadores "flexibles".

5. Fragilidad sindical: Los procesos de reestructuración productiva tienen impacto directo en los colectivos de trabajadores y se constata una generalizada baja de tasa de sindicalización conjuntamente con una fuerte persecución sindical desde la ofensiva neoliberal y una pérdida de propuestas y perspectivas por parte de los propios colectivos de trabajo.

6. Nuevas formas organizacionales: El conjunto de alteraciones se expresa en la búsqueda por parte de las empresas y de los trabajadores de nuevos diseños en sus respectivas organizaciones. Las innovaciones se orientan a la producción de nuevos tipos de contratos, una búsqueda de un nuevo compromiso e involucramiento del trabajador que algunos autores no dudan en señalar como consentimiento activo del trabajador en pro de los intereses del capital (Burawoy, 1990) o "cultura de la crisis" (Mota, 1995). Nuevas políticas de administración de recursos humanos, sistemas de gerenciamiento y calidad total, servicios sociales empresariales, participación social de la empresa, balance social, son algunas de las tendencias que aparecen en las organizaciones y coexisten con las viejas formas de hacer las cosas en el mundo empresarial.

Es significativo resaltar como también en el plano socioeconómico la relación del trabajo como empleo cambia sus características, en ese sentido citando al profesor Adrián Sotelo Valencia podemos decir que se eliminan empleos productivos y crece el subempleo lo cual se manifiesta de la siguiente manera:

1. La aplicación de los principios de la tercera revolución industrial (1945-2002) sustentada en la robótica y en los ordenadores, con el auxilio de la ciencia informática y los apoyos de la microelectrónica.

2. El despliegue de una estrategia empresarial y del capital global, desde por lo menos la década de los ochenta, para debilitar y desestabilizar la estructura sindical y la lucha de los trabajadores a nivel mundial, tendiente a reponer los niveles de rentabilidad y restituir las mermadas tasas de productividad del trabajo.

3. Esto se consiguió cambiando el paradigma de relaciones industriales y laborales del fordismo/taylorismo (1910-20-1980) al vigente - (que ya presenta dificultades) , denominado toyotismo y emanado del conjunto de tecnologías, métodos de organización de la producción y del trabajo de naturaleza japonesa que pretenden extenderse por todo el mundo.

4. El esfuerzo final, desde la perspectiva del mundo del capital, apunta a flexibilizar el trabajo con vista a convertirlo en precario y polivalente.

Este mismo autor presenta el argumento de que el fenómeno se manifiesta de manera diferencial al citar un informe de la CEPAL “El sostenido aumento de la población activa ejerció gran presión sobre la necesidad de crear nuevos empleos. En ese sentido, la demanda de trabajo no logró responder adecuadamente al importante crecimiento registrado por la fuerza laboral. A consecuencia de ello, en el decenio de 1990 hubo un considerable aumento del número de desempleados, a razón de un 10.1% anual concentrado sobre todo en el período 1997-1999. Durante la década, más de 10 millones de personas engrosaron las filas de la desocupación, la que en 1999 alcanzó al 8.6% de la fuerza de trabajo a nivel nacional (poco más de 18 millones de personas), en contraste con el 4.6% de 1990. Este fenómeno afectó particularmente a la población urbana, al punto que entre 1990 y 1999 la tasa de desempleo en esas zonas se elevó de 5.5% a 10.8% en el conjunto de la región…El aumento del desempleo a lo largo de la década pasada no fue generalizado en la región, y afectó mayormente a los países de América del Sur. En Argentina, Brasil y Colombia, los tres países sudamericanos de mayor tamaño, el desempleo creció persistentemente. Este fenómeno también mostró una tendencia al alza en Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. En México y en la mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe predominó, por el contrario, una tendencia a la reducción de la desocupación. En los países centroamericanos el desempleo tendió a reducirse (El Salvador, Honduras y Nicaragua) o se mantuvo en niveles relativamente moderados (Costa Rica). Esta tendencia también predominó en el grupo de países insulares del Caribe (Barbados, Cuba, República Dominicana y Trinidad y Tobago), aunque los niveles de desempleo en estos países, con excepción de Cuba, se mantuvieron en tasas más elevadas que en el grupo anterior, cercanas o superiores a 10%” .


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