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RETOS DE LA NUEVA CONFIGURACIÓN DEL SISTEMA FINANCIERO INTERNACIONAL EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS ECONÓMICA

Carlos Cesar Torres Paez



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1.1.3 La Organización Mundial del Comercio y el reparto del mercado mundial.

El neoliberalismo trabaja para que el modelo continúe desarrollándose de modo que siga creciendo la concentración de riquezas de las transnacionales y Estados del Norte. Y el procedimiento es generalizar la globalización de los mercados a cualquier precio.

En este proyecto es comprensible las discusiones y acuerdos de la Ronda Uruguay, que abrieron más los mercados del Sur a los intereses de las transnacionales del Norte, en la medida en que el Norte cerró más sus fronteras a los países del Sur, haciendo más selectiva la entrada de los productos del Sur, acorde a sus intereses.

La Ronda de Uruguay transformó al Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, en inglés) en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 1995. Esta se ha dedicado a desrregularizar los flujos comerciales y las transacciones de capital, a desrregularizar el comercio en los servicios, propiedad intelectual, bienes e inversión. Con la finalización de la Ronda, tres nuevos sectores a las normas y principios multilaterales de comercio, que ya regían desde 1947 para los productos industriales: agricultura, textiles y servicios. El acceso a los mercados, para estos grupos de productos, se considera que ha mejorado en sentido general.

La OMC eliminó las trabas que el viejo GATT conservaba y que habían creado fricción durante las últimas dos décadas con el FMI y el Banco Mundial. De este modo se puso a tono con las políticas neoliberales y con el dominio creciente del Norte, del Centro, de las transnacionales, sobre el Sur.

El nacimiento de las OMC vino acompañado de una gran campaña propagandística encaminada a hacernos creer que la nueva organización y todos los tratados firmados serían de un beneficio neto para toda la humanidad porque derivarían en un incremento del comercio mundial que daría origen a una nueva etapa de crecimiento económico que llegaría hasta los países más pobres, creando más empleos y disminuyendo ostensiblemente la pobreza, tanto en los países del Sur como en los del Norte.

A 12 años de esos buenos augurios, la realidad es totalmente adversa y diametralmente opuesta a la que se vaticinó. El comercio mundial, de crecer, disminuyó y su caída es hoy día la más acentuada desde 1982:

Índice de variación en las exportaciones mundiales de mercancías en % respecto al año anterior.

“Antes de ser adoptados los nuevos acuerdos promovidos por la Ronda Uruguay el valor de las exportaciones mundiales venían creciendo más rápidamente que sus volúmenes físicos pero, luego de estos tratados y por diversas razones, se invierte la situación y se requieren globalmente cada vez más exportaciones físicas para mantener o incrementar el valor de lo exportado. La gran discrepancia entre el empeño productivo y el exportador real, representados por los índices de crecimiento en el volumen de las exportaciones, y lo obtenido verdaderamente del 'libre comercio', expresado en el valor recibido por las ventas, constituye una primera y clara muestra del muy deficiente o insuficiente funcionamiento de las nuevas reglas adoptadas en el comercio internacional luego de finalizada la Ronda Uruguay”

Las causas que lo motivaron provienen de factores diversos, pero todos los especialistas coinciden en que la primera causa de la tendencia decreciente en los precios de las mercancías en el mercado internacional, es la disminución de los precios de los productos básicos, que lo hicieron a un ritmo mucho más rápido. Para que no queden dudas al respecto, baste un dato: la participación de los productos primarios en el valor total del comercio mundial cayó por debajo del 20% por primera vez en los últimos 50 años.

En términos de afectaciones regionales y por países en cuanto a la evolución de las exportaciones mundiales, es obvio que han sido más afectadas aquellas naciones del Sur principalmente productoras de productos básicos. Tal evolución en los precios no sólo ha sido privativa de los productos básicos o primarios exportados por los países del Sur. “Muchas manufacturas exportadas por los países en desarrollo comienzan ahora a comportarse más como si fueran productos primarios, a medida que un número creciente de naciones intenta, simultáneamente, elevar sus exportaciones en los relativamente estancados y protegidos mercados de los países industrializados. Por ejemplo, los precios de las manufacturas exportadas por la Unión Europea, en un 2,2% por año entre3 1979 y 1994”

1.1.3.1 Deterioro en los términos de intercambio.

Resulta adverso para las naciones del Sur la asimetría que existe entre las dinámicas de las exportaciones e importaciones, en cuanto a valores y términos físicos, en las diferentes regiones del mundo. Toda esta situación a traído de nuevo a la agenda internacional el tema de la caída en los términos de intercambio, es decir, las relaciones de precios que determinan los volúmenes de las exportaciones necesarias para financiar un volumen de importaciones; cuestión que fuera importante punto de discusión durante las década del setenta y ochenta.

Los países del Sur (incluyendo los exportadores de petróleo y China) experimentaron una fuerte declinación en sus términos de intercambio entre 1982 y 1988, que registró una disminución de más de un 5% anual. De 1989 a 1996 los términos del intercambio se estabilizaron y, en mayor o menor medida, el poder de las importaciones creció en paralelo al volumen de lo exportado. Pero la crisis asiática de 1997 rompió este equilibrio y los precios de los productos primarios (incluyendo los del petróleo) descendieron en un 16,4% en el caso de los países petroleros, y en un 33,8% en el de los no petroleros, desde finales de 1996 hasta febrero de 1999.

Esto dio como resultado una pérdida acumulativa en los términos de intercambio de más de un 4,5% del ingreso de los países del Sur durante los años 1997-1998. La profunda recesión japonesa, la disminución del ritmo de crecimiento de las economías de la Unión Europea, y la recesión económica estadounidense iniciada en marzo de 2001, han aumentado esta tendencia negativa para el Sur. Situación que se agrava aún más por el hecho de que los cambios tecnológicos y las innovaciones continuas llevadas a cabo en los países desarrollados reducen, cada vez más, la demanda de productos naturales en los países desarrollados, a favor de materiales sintéticos. Circunstancia que se aprecia particularmente en las industrias mineras y de procesamiento de metales, alimentaria, ligera, entre otras.

1.1.3.2 Políticas arancelarias, las rondas negociadoras y sus efectos en el Sur.

El tema relativo a la reducción de las medidas arancelarias y de las llamadas barreras no arancelarias –que constituye una cuestión central en materia de comercio internacional-, nos permite conocer más a fondo el modo en que operan las transnacionales y las organizaciones financieras a su servicio.

En los pasados cuarenta años han tenido lugar tres grandes rondas de negociaciones a escala mundial en los marcos del GATT: la Ronda Kennedy (lanzada en los años sesenta por iniciativa de EE.UU. para, entre otros propósitos, enfrentar el “proteccionismo” que suponía la constitución del Mercado Común Europeo, y que produjo una considerable reducción en los altos aranceles, que fueron poderosos instrumentos de política económica en los tiempos de reconstrucción de posguerra), la Ronda de Tokio (promovida durante los años setenta, y que concentró su atención en las cuestiones referentes a los contratos de los gobiernos, los subsidios y las barreras no arancelarias) y la Ronda Uruguay, promovida también por EE.UU. –con la oposición de Europa por un largo período- y que se oriento hacia viejos problemas y también hacia nuevos temas, como los derechos de propiedad intelectual, y las reglas comerciales en los servicios, de gran interés para las transnacionales estadounidenses.

Cada una de las rondas de negociaciones multilaterales, como tendencia, han promovido una reducción de los aranceles a escala mundial, a favor de las transnacionales, pero no ha sido ni tanto como se esperaba, ni se han orientado a satisfacer las necesidades e intereses de la mayoría de las naciones del Sur, las cuales han debido hacer concesiones, sin obtener resultados –o muy pocos- a cambio. Los aranceles disminuyen en la medida en que esta depreciación beneficia el comercio de las mercancías que las transnacionales desean situar.

A esto se añaden las “liberaciones unilaterales” que han tenido lugar en los países del Sur, especialmente en América Latina y en el este de Asia, de las cuales se registran más de cien casos en los últimos veinte años, como consecuencia de los Programas de Ajuste Estructural aplicados por el FMI y el Banco Mundial, en “reciprocidad” por los préstamos financieros otorgados.

Según el informe citado de la Confederación de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD): “Aún después que todas las concesiones de la Ronda Uruguay estén completamente implementadas por las naciones industrializadas, se mantendrán significativas barreras comerciales en la forma de altos picos de tarifas (que van desde el 12% al 300%) que continuarán afectando muchas exportaciones de los países en desarrollo. […] En la agricultura, las exportaciones de los países en desarrollo se mantiene severamente restringidas por los apoyos masivos internos y los programas de subsidios en los países desarrollados, por tarifas 'pico' y por las dificultades en la implementación del sistema de cuotas.”

Epígrafe 1.2: El Programa de Ajuste Estructural en sus fundamentos teóricos y el impacto de su aplicación en los países del Tercer Mundo. El caso específico de América Latina.

Hasta este momento hemos desplegado un estudio más bien referativo a la evolución y desarrollo del Sistema Financiero Internacional y los organismos que como el Banco Mundial y el FMI han sido parte fundamental en su funcionamiento y su relevancia en los últimos años del capitalismo.

Hemos expuesto las causas más generales que condicionaron la creación del BM y el FMI así como sus características esenciales, y hemos, a la par, presentado el nuevo papel asumido por estas instituciones en su trato con las naciones subdesarrolladas. Importante lugar dentro de esta cuestión lo juega como ya vimos los Programas de Ajuste Estructural. Ya presentamos los elementos que lo constituyen como política económica, ahora en este capítulo nos proponemos valorar el impacto que ha tenido su implementación en los países donde fueron aplicados. Para tal fin hemos dividido el capítulo en dos epígrafes fundamentales. En el primero de ellos valoraremos los basamentos teóricos de estos programas, destacando cómo son incapaces en principio de lograr lo que tanto prometen: el crecimiento y desarrollo económico – social, y luego,. En un segundo epígrafe, tras haber vencido el problema teórico de descubrir la realidad de los programas, vamos a presentar datos irrefutables de lo que han significado los PAE para las economías subdesarrolladas en general y de América Latina en particular.


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