BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL: CIUDADANÍA, POLÍTICA Y DERECHO

María Teresa Ayllon Trujillo y otros




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Contexto de la diversidad, discapacidad y la discriminación.

Raúl García Martínez

Resumen

La diversidad social que se vive en México y el mundo es cada vez más compleja; la abigarrada amplitud de razas que conviven son parte ineludible de la cultura, la tecnología, la historia de cada país; así como de la educación impartida en cada uno de sus niveles. En nuestro país La educación normal ha desempeñado un papel fundamental en la cultura y en la formación básica de la niñez de México. En el caso la Escuela Normal de Especialización donde se imparten cuatro áreas de discapacidad: intelectual, auditiva, motriz y visual. Se analizan las más diversas problemáticas que van desde las fisiológicas, psicológicas hasta las sociales. Desde aristas que nos brinden campos de estudio cada vez más innovadores para ir generando otras temáticas y correlaciones a fin de descubrir factores que anteriormente permanecían ocultos. Dentro de estos tópicos no dejan de resaltar la discriminación, la tolerancia, las potencialidades que cada ser humano tiene para desarrollarse en las diferentes facetas de la sociedad.

Palabras clave: Discapacidad, diversidad, tolerancia, educación y discriminación

Introducción

El concepto de la discapacidad es amplio y complejo que se concatena ineludiblemente con la diversidad y la discriminación en las sociedades contemporáneas; actualmente ningún país está exento de esta problemática que se manifiesta de diferentes formas. A pesar de que la tendencia general es convivir civilizadamente en un mundo abigarrado de culturas, costumbres e idiosincrasias.

No obstante algunos avances en la esfera jurídica y en los aspectos educativos, en este mundo globalizado sobreviven o brotan signos de intolerancia y racismo por color de piel, género o deformaciones físicas o sensoriales.

La escuela normal de especialización en el contexto de la educación especial y de la discapacidad desempeña un papel relevante tanto a nivel nacional como entre los países Latinoamericanos. De las escuelas formadoras de docentes, nuestra institución forma los recursos humanos en las áreas: discapacidad Intelectual, Auditiva, Visual y Motriz en dos turnos, desde la reforma curricular del año 2004.

Considero que el presente trabajo que presento es fruto del complejo proceso de interacción cotidiana entre la actividad docente con los alumnos, así como también por el constante diálogo con los colegas de la ENE y de otras instituciones del subsistema de educación Normal.

El aprendizaje con los alumnos, los debates en los Colegios, las participaciones en las diferentes actividades de los Cuerpos Académicos y la asistencia a conferencias, foros u otro tipo de eventos académicos obliga a sistematizar la información para generar hipótesis o teorías que nos orienten para desbrozar el camino de la generación del conocimiento y coadyuve en la difícil tarea que enfrentan en la sociedad las personas con una o más discapacidades.

Desarrollo

De acuerdo al diccionario de la Lengua Española, el vocablo discriminación proviene del latín discriminativo, que tiene dos acepciones; una negativa y otra positiva, esta última significa “la protección de carácter extraordinario que se da a un grupo históricamente discriminado, especialmente por razón de sexo, raza, lengua o religión, para lograr su plena integración social”. Mientras la palabra discriminar la define como “seleccionar, excluyendo, dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.”

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) define a la discriminación “como todas aquellas conductas que atentan contra la dignidad del ser humano y restringen o niegan sus libertades y derechos a causa de su condición social y económica, edad, preferencia sexual, ideas políticas, credo religioso, pertenencia a una etnia o, por tener una o varias discapacidades” como la sociedad es un mosaico muy diverso y complejo, deben de respetarse las cualidades y diferencias de cada grupo o sector social.

Mientras que “diverso” proviene del latín diversus, que significa “de distinta naturaleza, especie, número, forma; desemejante, varios, muchos” como se nota en estas connotaciones semánticas, la constante es la variedad, la heterogeneidad o multiculturalidad; donde no impera la monocromía, el pensamiento único, la uniformidad, homologación, o unicidad.

La riqueza cultural de los seres humanos estriba en sus infinitas discordancias físicas, políticas, culturales, sociales e ideológicas; por lo que se deben de reconocer esas diferencias y no ver a nuestros semejantes con menosprecio o desdén. La tolerancia (procede del latín tolerare, que significa soportar) debe prevalecer en todas las relaciones humanas; definida como la capacidad de aceptar lo que no va conforme a nuestros valores, lo que es contrario a las reglas que seguimos, o con lo que no estamos de acuerdo. (Ahora es un concepto que está dejando de tener vigencia).

El tema de la diversidad y la discriminación es de enorme importancia por los tiempos que estamos viviendo, donde debe de prevalecer el respeto, la tolerancia a las diversas formas de ser, vestir y pensar en este mundo de la pluralidad, con proclividad hacia formas democráticas.

A pesar de los avances jurídicos y culturales no se han plasmado en la realidad cotidiana, dinámica y compleja; configurando así un perfil abigarradamente cultural y que históricamente hemos vivido los mexicanos.

Como lo señala literalmente el exrector de la máxima Casa de Estudios: “Un estado de derecho para garantizar nuestros derechos; el derecho a ser diferentes y pensar diferentes. Un estado democrático que fortalezca la cultura de la tolerancia, de la inclusión y de la participación social en la diversidad, nuestra diversidad: la diversidad ideológica, étnica, cultural, sexual, religiosa y regional.” (De la Fuente, 2009).

Ya lo describía muy puntualmente Gilberto Rincón Gallardo, de la siguiente manera: “La discriminación implica conductas y prácticas sociales de desprecio hacia personas o grupos sociales que poseen algún rasgo que socialmente ha sido estigmatizado, lo que deriva en la negación de los derechos fundamentales y oportunidades de desarrollo en condiciones de equidad”.

Múltiples son las reuniones internacionales donde periódicamente son tratados estos temas de combate a la desigualdad y la discriminación que afecta a millones de personas en el mundo. Por ejemplo esta la Conferencia Mundial en Jomtien, Tailandia, de 1990 sobre “Educación para todos” y una de sus conclusiones medulares fue “Satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje de todos los niños, jóvenes y adultos del planeta”. En las circunstancias actuales, de crisis económica creo que es una utopía arribar a una meta de esa magnitud.

Posteriormente se realizó otra reunión muy importante en Salamanca, España, en 1994, titulada Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas especiales concluyendo principalmente en: “el derecho fundamental que todas las personas tienen a la educación, independientemente de las características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje que le son propios”.

A nivel nacional son relevantes el Acuerdo Nacional para la modernización Básica, del año 1992, y la Ley General de Educación, del año de 1993. Como antecedentes jurídicos, administrativos y políticos de los avances en cuanto a la educación especial y el luego proceso cultural que libra la humanidad en pro de la diversidad y contra la discriminación y la segregación.

Es de trascendencia la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, (2008). Que establece la no discriminación, la participación plena e inclusión en la sociedad de las personas con discapacidad, como fundamento legal de orden universal y un argumento jurídico de apoyo a estos sectores sociales.

Por ello la discriminación es un tema ineludible de nuestro tiempo, que en lugar de irse desvaneciendo se está acentuando en todos los países del mundo; en el contexto de la discapacidad es todavía más aguda, como establece Barton: “ser discapacitado significa ser objeto de una discriminación. Implica aislamiento y restricción sociales. En las economías modernas, es una causa importante de diferenciación social. El grado de estima y el nivel social de las personas discapacitadas se derivan de su posición respecto a las condiciones y las relaciones sociales más generales de una sociedad determinada.”(Barton, 2004).

Las economías de los últimos sexenios en nuestro país han realizado muy poco por mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, y si mucho por empeorarla. Con toda la retórica de la que han hecho gala, de “proteger a los más vulnerables” a los más necesitados, los últimos gobiernos de derecha, o neoliberales priístas han apostado por los empresarios y otros sectores sociales oligárquicos, descuidando las grandes necesidades de los que menos tienen.

Mientras que otro dato de discriminación lo alardea el cantante Emir Pavón cuando señala: “quieren acostumbrarnos a este inmundo estilo de vivir (…) digamos no a las marchas” (Alcaráz, 5/07/07). Sin olvidar también cuando el político panista Fernández de Ceballos los llamaba “turbamultas y descalzonudos”. Aquí se manifiesta evidentemente un lenguaje ofensivo y discriminatorio.

Asimismo flagelos como: hostigamiento, la misoginia, agresión, vejación y ofensas hacia las mujeres no deben soslayarse; pues en relación a esto, recientemente el Jefe de gobierno de la ciudad de México dio el banderazo de salida a dos “Fridabuses” (metrobuses) exclusivos para mujeres; con el objetivo de erradicar agresiones y hostigamientos en contra de ellas, muy a pesar de que cada 25 de noviembre se celebra con bombo y platillo el día Internacional de la “no violencia hacia las mujeres,” así como para fomentar una cultura de respeto hacia ellas, mediante mensajes como: “Quiero caminar libre en las calles de mi ciudad sin tener miedo a ser mujer”.

De acuerdo al periódico La Jornada en una nota del corresponsal Carlos García, en Guanajuato fueron asesinadas 96 mujeres desde el 2008; (en 2008: 41, en 2009:43; en 2010 van 12) 70 % de ellas fueron víctimas de sus propias parejas, la mayoría había solicitado apoyo a las autoridades; pero solamente dos homicidas fueron sentenciadas a prisión. Aquí se revela un alto índice de impunidad. Es el único estado que no cuenta con una ley de acceso a las Mujeres a una vía libre de violencia, tampoco les otorga protección cuando sufren agresiones.

Aunque la discriminación, por desconocimiento o ignorancia de la sociedad mexicana se agudiza todavía más cuando la persona es mujer con discapacidad motriz y transexual, como aconteció con Irina Echeverría, quien afirma “no nos toman en cuenta ni voltean a vernos, y si lo hacen es para criticar: ¿ya viste sus brazos y sus piernas? Ha de ser mongolito; ay ¿por qué tiene la cara así? Escucha cómo habla.” (Echeverría, 2008).

Otro caso más reciente ocurrió en Huixquilucan, Estado de México donde la niña Paulette de 4 años, quien tenía problemas de sordera y de movimiento, fue asesinada el 22 de marzo del 2010. Las autoridades no encuentran algún culpable; también muy grave el abuso sexual de 200 niños sordos en Wisconsin durante 20 años; por parte de Lawrence Murphy, un jerarca católico.

Al mismo tiempo la Red de Transporte de pasajeros (RTP) en la ciudad de México estableció como meta que de las 88 rutas con las que cuenta, en 15 ya inicio gradualmente, con unidades que brinden servicio exclusivo para mujeres; de esta forma la directora del organismo puso en marcha el programa “atenea” para proporcionar el servicio exclusivamente a las mujeres, a fin de evitar el acoso sexual de que cotidianamente son víctimas, en nuestra ciudad de México.

Si a ello agregamos que si es mujer indígena y con discapacidad, la situación se torna más crítica todavía. Para ejemplificar la victimización de las mujeres, en las 4 prisiones femeniles de la capital del país “en 1996 había 3 mil 792 mujeres privadas de su libertad, para el 2008 ascendió a 11 mil 005 internas. Del total, 170 son extranjeras, 286 indígenas, mil 229 discapacitadas, 196 adultas mayores y 328 enfermas mentales” (Trejo: 19/07/09).

Otro caso de discriminación más dramático aconteció con Don Agustín Girón Méndez, artesano maya chiapaneco, quien trabaja en La ciudadela, salió desde niño de su pueblo tzeltal, en Tenejapa, Chiapas; el gobierno del Estado invitó a sus padres a exponer sus bordados, telares y pintura en barro al Distrito Federal. En 1971 llegó con sus padres y se quedaron. Afirma “nos cambió todo. Las montañas por edificios, la tierra pura por calles con pavimento” lamenta, Agustín. “Hemos sufrido discriminación y agresiones por nuestro atuendo y lenguaje”. (Alcántara: 29/V/2007).

Otro caso más reciente de discriminación hacia las personas con discapacidad sucedió en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó a los Secretarios de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez; y al de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna; que “indemnice a una persona que al llegar de un vuelo procedente de la ciudad de Zacatecas, fue privada de su libertad ilegalmente, durante tres horas por elementos de la Policía Federal preventiva, con el argumento de había embestido con su silla de ruedas a un elemento de seguridad privada”. (Alcántara: 18/1X/2008).

Posteriormente esta misma persona volvió a presentar otra queja ante la CNDH en virtud de que no se le brindó el servicio de silla de ruedas para poder descender del avión; por lo que tuvo que esperar hasta dos horas; en ambas situaciones este organismo público acreditó violaciones a la legalidad, la libertad y la seguridad del quejoso; situaciones similares tienen que experimentar frecuentemente estas personas por desconocimiento de la normatividad por parte de las autoridades correspondientes.

Mientras haya desigualdades económicas y culturales en el mundo y a nivel de nuestro país, se continuará con la discriminación hacia los grupos minoritarios, estigmatizándolos y se seguirá hablando de estereotipos, regionalismos, nacionalismos, malinchismos, fundamentalismos y de un etnocentrismo superlativo o exacerbado; es paradójico que ya en la era digital, de la telemática, mecatrónica, las células madre, la clonación, biotecnología, del genoma humano; como lo escribe Guillermo Fadanelli de que nos sirve la barbarie tecnológica, si los valores humanos están colapsados.

En la postmodernidad neoliberal se sigan alardeando códigos distintos y superiores a los demás, o se comente todavía de una raza cósmica. Como lo señala la investigadora Rosaura Ruiz en su columna Educación y Ciencia en el periódico El Universal: “las bases de la competitividad internacional en una economía planetaria son la educación, la ciencia y la tecnología, las cuales son también factores determinantes de la jerarquía en las relaciones de fuerza mundiales”.

Aunque la tendencia general a nivel mundial es el reconocimiento y el respeto a los derechos humanos, la diversidad de culturas, razas, lenguas y discapacidades; no dejan de notarse reapariciones de grupos racistas, en el llamado “primer mundo” como los “cabezas rapadas” “Kukusclanes”, “Minutemam”, el apartheid (en Sudáfrica se abolió en 1992); la xenofobia del llamado mundo desarrollado contra inmigrantes de los países pobres, o del hemisferio sur. Muy a pesar de que cada 21 de marzo se celebra el Día internacional contra el racismo y la xenofobia.

En relación a los indígenas, como señala Roger Díaz de Cossío que “en México no sabemos qué hacer con los indígenas, migrantes y mendigos. No los vemos, son segregados. Es la expresión más clara de nuestro racismo profundo”, (Beltrán: 9/V111/09). O contra gente de color que no es igual a los prototipos de razas, que otros consideran superiores.

Otro ejemplo que demuestra la discriminación actual, es el caso de las 70 empresas aseguradoras que operan en el país, cuando niegan la contratación de seguros de vida y gastos médicos a las personas con alguna discapacidad, bajo el supuesto de que son dependientes económicos; igual ocurre con las personas mayores de 60 años que ya no son sujetos de crédito en este sistema capitalista, por las instituciones financieras, usureros o agiotistas.

Demógrafos del CONAPO aseguran que en el primer trimestre del 2007. México tiene 8 millones 641 mil 331 adultos mayores; y a partir de los setenta años, de acuerdo con los especialistas, los adultos mayores padecerán más severamente discapacidades motrices, visuales, auditivas, de lenguaje y las mentales o intelectuales.

Son visibles los conflictos en los países del norte contra los del sur; en los propios países del sur, los grupos más conservadores, aristocráticos y oligarcas que explotan y discriminan a sus connacionales, por ser pobres y más vulnerables. En este sentido, en todos los aspectos se ejercen actos violentos contra las personas o simples conductas de indiferencia, desprecio, o desdén; con frecuencia se llega a actos extremos de prostitución, asesinato o genocidio, así como a diferentes formas de explotación.

Es innegable que en nuestro país, en el “México real” se da la discriminación. Específicamente, en nuestra ciudad de México no ha desaparecido ésta hacia los grupos vulnerables, como son los indígenas, tercera edad, (adultos mayores), seropositivos, madres solteras, meretrices, niños de la calle y las personas con alguna discapacidad. Como lo señala Monsivais: “durante varias décadas las campañas contra los diferentes no hacen falta: están inscritas en el código genético de la sociedad o sociedades mexicanas. La ciudad de México es, comparativamente hablando, el especio de mayores libertades y por eso los gays y las lesbianas que pueden abandonan la provincia”.

Todavía no se han superado en el imaginario colectivo y en la convivencia nacional y citadina las prácticas de exclusión o segregación y se señala como una enfermedad crónica que socava la estructura del tejido social; si las condiciones de vida de las clases sociales desamparadas no cambian, difícilmente vamos a incursionar en una transición hacia la democracia, la libertad y a un respeto irrestricto de los derechos humanos de todos los ciudadanos, sin distinción de ninguna índole.


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