BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL: CIUDADANÍA, POLÍTICA Y DERECHO

María Teresa Ayllon Trujillo y otros




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Ciudadanías multiculturales y políticas sobre el derecho a la accesibilidad total

Dra. Maria Teresa Ayllón Trujillo

Arq. T. Didier García Torrecillas

La ciudadanía resulta ser un concepto que se construye y reconstruye en forma dinámica y en interacción con el medio social, por tanto presenta versiones y demandas diferentes según el momento y el lugar. El nacimiento del término en Europa occidental llegó en pleno ascenso del liberalismo y auge republicano, por lo que nació marcado por las propuestas de libertad y libre, igualdad, fraternidad. Libertad que era entonces un reclamo de no sujeción feudal o no servilismo o no dependencia nacional y de castas. Así el concepto de libre albedrío casi podría satisfacer esa reivindicación: libre circulación, sin trabas, sin portazgos, alcabalas o aranceles de las ciudades sobre las mercancías de la emergente clase burguesa. Véase como a finales del XVIII, decir ciudadano (“hombre de ciudad”) representaba independencia con respecto a los términos súbdito, pechero, villano / campesino o gente baja u otros gentilicios cargados de sentido subordinador y territorial con que se denominaba al tercer estado o pueblo llano. Sin embargo ciudadano era término que dignificaba a las gentes de ciudad pero no de igual manera a los campesinos, puede decirse que señalaba una nueva situación, la emergencia de un nuevo poder con nuevas potencialidades excluyentes.

El efímero triunfo de la Revolución Francesa fue suficiente para mostrar que los liberales encumbrados no eran tan igualitarios como el común de la población movilizada por el lema tripartito (libertad-igualdad-fraternidad) ya que al proclamar los Derechos del Ciudadano dejaron claro que lo eran aquellos hombres con capacidad de hacer patria, con propiedades. Las mujeres y sólo ellas se atrevieron a presentar la primera oposición proclamando en respuesta Los Derechos de la Mujer y la Ciudadana en un poderoso mitin de Olimpia de Gouges que asombró a todo París por la valentía en oponerse a la exclusión tan frontalmente, pero el nuevo gobierno liberal optó por mostrar que tampoco en la política cabría igualdad ni fraternidad y aún menos libertad para disentir: así Olimpia de Gouges quien al parecer tenía la cabeza muy bien puesta, la perdió bajo la guillotina. También el movimiento de mujeres liberales perdió a la vez su cabeza y la fe en que la República liberal pudiera traerles la igualdad en ningún sentido.

Exclusión y oportunidad en la demanda de ciudadanía

Ninguna reivindicación surge sin que antes exista una dificultad de acceso; así, las nuevas reivindicaciones de ciudadanía nacen de la dificultad de conseguir los derechos enunciados en las constituciones . Pero también aparecen las reivindicaciones cuando los procesos sociales presentan la oportunidad de que algo florezca. Cabe pensar que actualmente se han reunido ciertos factores para que la demanda de ciudadanía plena vaya ganado voluntades y componiendo una sola voz, potente y persistente y podemos señalar algunos de esos factores decisivos: a) En los últimos treinta años ha aumentado la formación de las personas y disminuido el analfabetismo grandemente; b) Los medios de comunicación de masas han pasado a ser mayoritariamente hablados y no escritos; c) la información fluye a gran velocidad y a largas distancias, brindando argumentos especialmente del centro a las periferias; d) Los países dominantes se presentan como democracias, estrategia que adoptaron para competir con el bloque socialista y que ha generado miles de documentos avalando la democracia así como diversas instituciones internacionales; e) Los movimientos sociales autónomos o nuevos movimientos, independizados de las contradicciones de clase (obrero-sindical) han generado nuevas propuestas interclasistas, más basadas en el desarrollo y aplicación efectiva de los derechos humanos o derechos de ciudadanía plena; f) una corriente significativa, denominada derecho a tener derechos, ha sacado a flote diferentes grupos marginalizados hasta el punto de no se siquiera “vistos” por el resto de la sociedad en su generalidad, misma corriente que acuño el concepto “invisibilizar” para la negación total que se hace de su existencia.

Ejemplo de invisibilidad pueden ser las personas sin hogar que están en cualquier calle de los centros de las ciudades y sin embargo pasan desapercibidas para el resto, como si el frío o el implacable sol no las afectara, como si fueran parte del mobiliario urbano. Las personas de sexualidad diferente de la heteronormativa, que se invisibiliza o se niega cotidianamente cuando se hacen bromas hirientes sobre su condición como si todo el que escuchara participara de la burla, como si entre las y los presentes no hubiera lesbianas, homosexuales, bisexuales o transexuales. En particular resultan invisibles las personas con alguna discapacidad cuya ausencia de la calle debería inquietarnos pero por el contrario parece que no existieran en conformidad de su inexistencia en la via pública y los edificios públicos, repletos de barreras arquitectónicas edificatorias y del transporte.

Verdaderamente la ciudad no está pensada para todas las personas. Al menos no está pensada para las personas con dificultades motrices, ni para las personas mayores, claramente no están pensadas para los niños y niñas, muchos lugares de la ciudad no están pensados para mujeres embarazadas o para quienes tienen enfermedades físicamente limitantes o sufren temporalmente por algún accidente. No, verdaderamente las ciudades parecen hechas sólo para personas jóvenes, sanas y atléticas.

Barreras arquitectónicas

Se llama barreras arquitectónicas a aquellas formas de construir o de comportarse que ocasiona grandes dificultades a otras personas, impidiendo su movilidad, el ejercicio de sus necesidades e incluso aislándolas dentro de su casa o reduciendo su universo a un número muy pequeño de lugares. Las barreras arquitectónicas o de la ciudad (en sentido rural o urbano) disminuyen la calidad de vida de las personas con características no óptimas (juventud, salud, condición atlética) e incluso impiden el ejercicio de sus derechos de ciudadanía al limitar o hacer penoso su movimiento y/o su participación social. En una sociedad sin sensibilidad o sin conciencia del problema de las capacidades diferentes, las personas con dificultades en el habla, el oído, la vista, la movilidad y otras, resultan aisladas en una cárcel sin barrotes y además privadas de sus derechos humanos, laborales, sociales en resumen. El aislamiento y la privación de derechos que conlleva producen una complicación en la situación de la persona, resultando a veces en una polipatología de origen social, o por decirlo de otra manera en personas de mal carácter o deprimidas.

En cuanto a la salud, la Fundación Ciudadanía Plena señala que la mejor prevención es la participación “La mejor prevención es anticipar conductas”. Y define participación como la forma en que un colectivo se da a conocer y permite que se conozcan sus expresiones, sus necesidades y limitaciones. Sin embargo, sin combatir las barreras arquitectónicas, el colectivo señalado no puede participar, por tanto el resto de la ciudadanía seguimos “sin verlos” y sin entender la naturaleza de sus necesidades. Llegando al sinsentido de generar diseños para la accesibilidad plena qjue sin impracticables para sus usuarios: rampas demasiado inclinadas, baños para silla de ruegas precedidos de un ángulo por el que no pasa la silla o con el camino obstaculizado por escalones, puertas con el tirador bajo pero demasiado pesadas para personas ancianas o con la fuerza manual disminuida, escuelas con accesibilidad de paso a las aulas para personas con dificultades en las piernas pero que no permiten que alumnos invidentes usen su grabadora en clase o que niegan la asistencia a las prácticas a sus alumnos mayores o con dificultades motoras “por si los retrasa”; Son muchas las posibles barreras y es mucha la población afectada ya que por cada persona impedida así de su autonomía se requiere al menos otra persona que la atienda la cual se vuelve también dependiente de las barreras de la sociedad mal diseñada, de la sociedad de la exclusión físca y cultural.


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