BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DEBATE DEL MULTICULTURALISMO Y FILOSOFÍA

Gerardo Nicolás Contreras Ruiz y Ricardo Contreras Soto




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Ideología y cultura política, identidad cultural y ciudadanía global como instrumentos del ejercicio del poder

Josè G. Vargas-Hernàndez, M.B.A;Ph.D.
Profesor Investigador miembro del Sistema Nacional de Investigadores Departamento de Mercadotecnia y Negocios Internacionales Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas U de G. Periférico Norte
josevargas@cucea.udg.mx,jgvh0811@yahoo.com,jvargas2006@gmail.com

Resumen

En este trabajo se revisan las implicaciones que tienen la cultura política y la identidad cultural a partir de las premisas que consideran a la cultura como un instrumento para el ejercicio del poder y de una creciente cultura global como consecuencia de los procesos de globalización económica, los cuales tienen amplios impactos transculturales en la cultura del estado nacional moderno. En el nuevo orden globalizado, la sociedad pluricultural requiere de una forma de identidad de nacionalismo cosmopolita que sustente las bases de una democracia social. Las limitaciones sociales y políticas puestas a los procesos de globalización económica previenen de que alcance final.

Si bien los nacionalismos son fuerzas que contrarrestan los efectos de la globalización, también sufren transformaciones como consecuencia. Actualmente, la mayor parte del mundo ha sido atrapada entre las garras de una ideología cultural hegemónica que con base en el libre mercado es pregonada por la globalización, con graves consecuencias para la democracia y el desarrollo económico. El surgimiento de nuevas culturas políticas bajo el concepto de "Nueva Política", implica que los actores sociales y políticos adquieren nuevos símbolos y medios para dar lugar a nuevas formas de identidad ciudadana y de participación política.

La posmodernidad de la cultura política se caracteriza por una fragmentación de valores compartidos por las colectividades y el distanciamiento de los ciudadanos a las instituciones, marcado por una creciente desconfianza que provoca crisis de las democracias institucionalizadas. La globalización dinamiza y complica los arreglos de identidades culturales, reconfigura la geografía de los territorios y reinventa la gobernabilidad. La conformidad cultural es una condición y un medio para la obtención de la ciudadanía de quienes participan en las prácticas sociales y sus correspondientes valores, adaptándose a los patrones culturales dominantes que movilizan su conexión con una comunidad imaginada, cuyo ideal es la comunidad cultural, lingüística, étnica, religiosa. Finalmente se concluye con la necesidad de una gobernabilidad basada en una cultura de paz.

Palabras clave: Ciudadanía, cultura global, cultura política, ideología identidad cultural.

Cultura como instrumento del ejercicio del poder

La cultura occidental tiene como característica principal el humanismo que tiende a ser un espejismo cuando se comunica con los valores humanistas de otras culturas. Una pugna cultural ha descollado entre las tradiciones filosóficas europeas y las actitudes científicas y tecnológicas que se gestan en la potencia económica estadounidense. El racionalismo ateo de la Ilustración no tocó las sectas de Nueva Inglaterra por lo que su cultura se mantuvo cerca de las brujas de Salem. Asi, la fe se ha ajustado para cumplir con los requisitos de los valores de la modernidad, el laicismo y la democracia. La esencia de la Ilustración es el ejercicio racional de la crítica y se perfecciona enfrentando sus propios defectos de raciocinio. El desarrollo fue una cuestión de instalar la correcta orientación de valores y normas en las culturas del mundo no occidental así como permitir su gente entrar en la riqueza moderna creando las instituciones económicas y políticas del mundo occidental avanzado.

La imposición de los valores y la cosmovisión de la cultura occidental a los pueblos colonizados, ha dado como resultado grandes disfuncionalidades. Los procesos de globalización tal como se están dando hasta ahora, contribuyen a la devaluación de la autoestima de los pueblos ya de por sí subdesarrollados y a crear un sentido de dependencia. La debilitada cultura de la dependencia del pobre es sustituida por el impresionante proyecto hegemónico de expansión del capitalismo alentada por los grandes intereses económicos de los grupos corporativos. La escuela de la dependencia falla predecir dos importantes tendencias que contradijeron sus expectativas originales: primero, el errático desempeño de los modelos de desarrollo basados en la sustitución de importaciones que intentaron contraatacar la penetración capitalista externa con la intervención vigorosa del Estado y la promoción de industrialización autónoma y segundo, la experiencia exitosa de algunos de los más dependientes (Portes, 1997).

La teoría de sistemas mundiales se centra en el estudio del sistema social y sus interrelaciones con el avance del capitalismo mundial como fuerzas determinantes entre los diferentes países, incluyendo a los pequeños. En la teoría del sistema mundo capitalista se analiza "la formación y la evolución del modo capitalista de producción como un sistema de relaciones económico sociales, políticas y culturales, que nace a fines de la edad media europea y que evoluciona hasta convertirse en un sistema planetario" de acuerdo a Dos Santos (1998:130), y en cuyo enfoque "se distingue la existencia de un centro, una periferia y una semiperiferia, además de distinguir entre economías centrales, una economía hegemónica que articula al conjunto del sistema". De las perspectivas sociológicas existentes la escuela del sistema-mundo llegó a predecir más cerca la tendencia general de eventos durante el último cuarto de siglo pasado. El fundador de la escuela Immanuel Wallerstein y sus seguidores nunca trataron de argumentar que solo la unidad de análisis real era la economía mundial capitalista que se originó dentro del sistema del Estado europeo del siglo XVI y vino a trascender en el globo entero. El sistema mundial propone la separación de las superestructuras políticas y culturales conectadas por una división internacional del trabajo.

La teoría de la globalización enfatiza las transacciones económicas y sus vínculos políticos y financieros realizados con la complicidad del desarrollo de la tecnología de la información y la comunicación, desde una perspectiva de los elementos culturales.

El Estado no es principalmente el aparato estatal y su coerción, sino también relación social, consenso y hegemonía cultural que la clase dominante ejerce con la aceptación de los dominados en una relación de ínter influencia con la dinámica propia de los procesos de la sociedad, mediante el uso de mecanismos de dominación. Las fuentes del poder del sistema capitalista hegemónico son los considerados como poderes duros, el económico y el militar que mediante la sanción económica o el uso de la fuerza obligan a cambiar de la posición de otros, y el poder blando o cultural que mediante formas indirectas y sutiles de ejercicio del poder, inducen la aceptación del modelo de desarrollo neoliberal. La hegemonía de esta estructura transnacional de clase no confía más en lograr el consenso que en la dominación.


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