BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DEBATE DEL MULTICULTURALISMO Y FILOSOFÍA

Gerardo Nicolás Contreras Ruiz y Ricardo Contreras Soto




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Cultura política

Las sociedades modernas tienen como características la diferenciación social, la secularización de la cultura política y un sistema político. La cultura política toma forma especifica en cada nación como un producto a largo plazo de la historia. La cultura así llamada conforma un conjunto de modos de vida de las naciones. El acercamiento culturalista captura el pensamiento y la acción determinados por los valores y las actitudes aprendidos a través de mecanismos e instituciones sociales.

Existen varias definiciones de cultura y por ende de cultura política, y por lo tanto, la teoría cultural es una herramienta predictiva. La cultura política, sostiene Orozco (2001) "hace referencia a aquel sistema de creencias, actitudes y prácticas que posee una población sobre el mundo que le rodea. Una cultura política democrática cree en ciertos valores que propician la equidad, la participación, la tolerancia, el sentido de igualdad política, la confianza social y la solidaridad". Como variable de la política, la cultura política es entendida por algunos analistas como esencial, mientras que para otros es residual en el análisis de los patrones culturales de la conducta política. Una conceptualización de lo que es cultura política, de los elementos y sus interrelaciones es necesario para el análisis institucional en cualquier sistema político, de tal forma que existe congruencia entre estas variables en muchas naciones que están en proceso de democratización.

El estudio de la cultura política se fundamenta en encuestas de opinión pública. Inglehart (1990) encontró evidencia entre de congruencia entre actitudes políticas y estabilidad democrática. La tesis de la congruencia cultural apoya la evidencia de la relación que existe entre las creencias de los ciudadanos y la emergencia de la democracia. Las instituciones y los patrones de acción de un sistema político deben ser congruentes con la cultura política nacional (Almond y Verba, 1963, 1980). Esta congruencia entre la cultura política y el sistema político adquiere importancia en la nueva ola democratizadora, la cual es una oportunidad para analizar y evaluar aspectos como la formación de la identidad, la formación de culturas políticas y su conexión con las normas y conductas políticas. La profundidad y amplitud de las normas culturales compatibles con la democracia explican los procesos de transición que se dan en muchos países.

Existen varias culturas democráticas que pueden ser delimitadas a partir de los elementos de la cultura política. La implantación de un sistema democrático liberal requiere de cultura política e instituciones. Los requisitos culturales de la democracia son analizados desde tres perspectivas culturalistas: la teoría de la cultura cívica, la teoría de la cultura de la autoridad y una tipología de culturas basadas en estilos de vida (Dalton, 2002). La teoría de la cultura cívica sostiene que la cultura política de una nación tiene una influencia independiente en el comportamiento social y político que los miembros de la sociedad reconocen y siguen incluso cuando no las comparten (Almond and verba, 1963, 1980). La teoría de la autoridad -cultura de Eckstein (1996) enfatiza el papel dinámico de la cultura política en los procesos de cambio político.

Puede argumentarse que los cambios institucionales en los sistemas políticos democráticos están congelados mientras que las condiciones contextuales son relativamente estables. En el último caso, la historia y la cultura política, entendida como los supuestos básicos del mundo de la política, las cuales restringen el rango de alternativas disponibles, tienen que ser sistemáticamente integradas como factores, los cuales entre otros, dan forma a la manera en que los actores políticos perciben las situaciones de elección (Kaiser, 1997).

Si bien la gobernabilidad de la globalización económica avanza, la gobernabilidad política se rezaga en muchos Estados porque se encuentra con limitaciones institucionales, sociales y de cultura política que inciden en verdaderas crisis de capacidades, las deficiencias tecnológicas que debilitan la legitimidad de los procesos de globalización y la irresponsabilidad para asumir los costos relacionados. Investigaciones sobre la cultura política concluyen que la crisis política tiene poca relación con la crisis de confianza en las instituciones democráticas cuyo nivel de aceptación sigue siendo elevado. Así, un elevado desarrollo económico puede coexistir con un debilitamiento de las relaciones de confianza y cooperación cívica (Grootaert, 1998).

La gobernabilidad democrática en América Latina requiere la construcción de una cultura política-cívica sobre la base de un proyecto de ciudadanía participativa y de integración de la comunidad nacional que promueva el desarrollo humano. Para implementar este proyecto se requiere del cambio institucional con una nueva cultura política en la que se involucren los principales actores. Los actores tienen como instrumentos de la cultura política diferentes conminaciones de las normas formales e informales y los diferentes mecanismos para cumplirlas y hacerlas cumplir

El surgimiento de nuevas culturas políticas bajo el concepto de "Nueva Política", implica que los actores sociales y políticos adquieren nuevos símbolos y medios para dar lugar a nuevas formas de identidad ciudadana y de participación política. La economía política de la política social es entendida como la intersección de los factores, económicos, políticos, sociales y culturales que afectan las elecciones de la política social. El análisis de las políticas públicas comprenden a la vida política (polity), la actividad política (politics) y la acción pública (policies). El capital social define las normas y costumbres colectivas de una sociedad. La cultura de una sociedad determina las dimensiones y componentes del capital social, tales como la confianza, el comportamiento cívico y los niveles de asociatividad de los individuos. Así, en esta perspectiva, el capital social pertenece al individuo y de alguna manera explica como personas con igual capital cultural y económico obtienen diferentes logros.

Las normas formales son las "polity", las reglas jurídicas, normas económicas, etc., y las reglas informales son extensiones elaboraciones y calificaciones de reglas que solucionan problemas de intercambio no previstas en las reglas formales y que se expresan en rutinas, costumbres, tradiciones, cultura y palabras que se usan, etc. Las instituciones son un marco de referencia que facilitan los intercambios económicos dentro y fuera de los mecanismos del mercado

Así la participación política es un factor que facilita el desarrollo democrático de las sociedades. El desarrollo democrático de las sociedades impulsa la sociedad civil. La tendencia hacia una democracia sin ciudadanos como la determinante de las democracias institucionalizadas en una estructura en la cual se afirman en la confianza del sistema o se niegan en la pasividad de la participación política. Los elementos de la participación política que garantizan su existencia son, de acuerdo a Orozco (2001), la inclusión social y política, la cultura política, la educación y opinión informada del ciudadano, el contacto con ideas y disfrute de libertad, la calidad de vida, el buen gobierno y una sociedad activa y organizada.

Cultura y postmodernidad

La lógica cultural del capitalismo tardío es el posmodernismo donde el espacio se interpreta como un símbolo y una realidad privilegiada. La globalización puede ser vista como una continuidad del voluntarismo para establecer el ideal de una sociedad justa y afluente mediante la creación del Estado de Bienestar y de las tesis desarrollistas, pero con adaptaciones a la cultura de la postmodernidad La "tendencia postmoderna de pensamiento" apareció recientemente como expresión o aprehensión de una realidad social específica que hace referencia al pensamiento emergente de la modernidad tardía o de era postindustrial manifiesto en las condiciones de vida especificas de los grandes centros urbanos de los países desarrollados, o bien como una cultura conformada por un conjunto de modos de vida en las regiones hiperindustrialzadas.

La posmodernidad de la cultura política se caracteriza por una fragmentación de valores compartidos por las colectividades y el distanciamiento de los ciudadanos a las instituciones, marcado por una creciente desconfianza que provoca crisis de las democracias institucionalizadas. Si la característica fundamental de la modernidad es la densidad de los cambios, la característica principal de la postmodernidad es la aceleración de estos cambios caracterizados por su complejidad e incertidumbre, por una fenomenología caótica (teoría del caos) que modifica constantemente los procesos económicos, políticos, sociales, culturales, etc.

La postmodernidad alienta la revisión de las culturas y a replantear sus relaciones con la visión de los valores occidentales. El capitalismo globalizador o neocapitalismo genera tensiones que se reflejan en las crisis económicas, políticas, sociales, culturales, educativas, en el medio ambiente, etc. La postmodernidad cuestiona la legitimidad de los medios y fines del desarrollo alcanzado por la modernidad y la universalidad de sus valores y procesos, el reduccionismo economicista, el etnocentrismo y la unidimensionalidad de su interpretación. La postmodernidad cuestiona las variables sociales, culturales, del medio ambiente, políticas y éticas de la ecuación del desarrollo y su proyecto modernizador. Esta tendencia y otras son las causantes de lo que Wagner (1997) denomina el final de la modernidad organizada.

Las críticas al desarrollo de la posmodernidad se interesan por los paradigmas alternativos que enfatizan el establecimiento de metas desde una tradición y cultura, participación en la toma de decisiones y en la acción de contenidos de desarrollo (Goulet, 1999). Giddens (1993) opone a la idea de postmodernidad la de modernidad radicalizada y hace la critica del movimiento postestructuiralista de donde se deriva y que debe superarse porque considera que hay insuficiencias en los análisis de la modernidad de los siglos XIX y XX.En la relación entre lugar y cultura, los lugares son creaciones históricas que se deben explicar, no asumir, y en esas explicaciones se describen las formas en que la circulación global de capital, conocimiento y medios de comunicación configuran la experiencia de la localidad.

Las fuentes de un posmodernismo que se mueve hacia la izquierda política y culturalmente son: el descontento con la izquierda ortodoxa, su desorientación que toma a la ciencia como un blanco fácil. La izquierda ha asimilado y repetido hasta la saciedad la retórica de la doctrina del libre mercado y a denunciar el desmantelamiento de las funciones del libre mercado. Argumentan que una crítica a la dimensión económica es fatal también para otros aspectos, ya que sin la noción de una economía globalizada muchas de las otras consecuencias que se aducen en los campos de la cultura y la política cesan de sostenerse o dejan de ser menos amenazantes. Se reprocha que el postmodernismo puso el ultimo clavo en el ataúd de la Ilustración y la izquierda enterró los ideales de justicia y progreso.

Un inmovilismo discursivo está invadiendo a la sociedad posmoderna.. A mayor globalización, más avance tiene el individualismo, lo que afirma la tendencia hacia el autoritarismo del sistema capitalista. Se vive en un mundo en el que la adquisición y el consumo son considerados como las marcas de éxito personal y no lograrlo es una marca de fracaso. La cultura está siendo globalizada igualmente que el comercio, cuya tendencia es a la destrucción de las culturas locales, a la homogeneización y estandarización que destruye la diversidad y vitalidad cultural y social. El mayor daño que el postmodernismo causa a los países en desarrollo es una guerra de culturas para convertirse en consumidores acríticos de culturas foráneas si se considera como el reflejo múltiple de la cultura de la posmodernidad donde el trabajo de la Ilustración no ha concluido y en donde se identifican el irracionalismo postmoderno con las mentalidades irracionales que no acaba de realizar la civilización.


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