BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CUADERNO DE TRABAJO USAT

Jesús Castillo More




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (150 páginas, 384 kb) pulsando aquí

 


PRIMERA PARTE

1. La Macroeconomía de Pleno Empleo

La lógica básica de la macroeconomía de pleno empleo, la podemos apreciar nítidamente, mediante un modelo macroeconómico elemental, que aquí llamaremos el modelo básico.

Hemos visto que a partir de la función consumo, obtenemos la función ahorro. Si asumimos que el gasto en inversión es autónomo o constante, la demanda agregada será la suma de la función ahorro y la inversión constante.

La intersección de la demanda agregada con la línea de 45º, muestra que en ese punto el ingreso es igual a la suma de consumo más inversión, es decir hay equilibrio macroeconómico, donde se cumple que ahorro es igual a inversión (Gráfico 1-1).

Dado el multiplicador Keynesiano (k = ), un incremento en la inversión (∆I) se multiplicará k veces, para obtener un incremento en el ingreso (∆Y), que es un múltiplo del incremento en la inversión, lo que está determinado por la propensión marginal a consumir b.

Los economistas clásicos pensaban que el pleno empleo estaba garantizado, gracias a que aplicaban la flexibilidad de precios al mercado de trabajo, considerándolo similar a cualquier mercado.

El mercado de trabajo está determinado por la demanda y oferta de trabajo. Los empresarios demandan trabajo y los trabajadores lo ofrecen.

La producción se obtiene a partir del uso de factores de producción capital y trabajo, cuyas distintas combinaciones para obtener un mismo volumen de producción dan lugar a una isocuanta. (Gráfico 1-2).

Un mayor volumen de producción se obtiene con una isocuanta más alta, con lo que podemos ver que existe un mapa de isocuantas (Gráfico 1-3).

Mientras en el largo plazo, es posible la variación tanto del trabajo como del capital; en el corto plazo, el capital está fijo, por lo que en estas circunstancias, una mayor producción se obtiene con un capital dado, combinado con diferentes montos de trabajo, lo que da lugar a una Función de Producción de Corto Plazo, donde la producción (Q) está en función o depende de la combinación de un monto dado de capital (K) con cantidades variables de trabajo (L). Q = f (K, L).

La función de producción de corto plazo, relaciona la producción física, con la cantidad de trabajo utilizada. A partir de aquí podemos obtener rápidamente el Producto Medio del Trabajo (PMeL) simplemente dividiendo la producción total entre el número de trabajadores utilizado: ( PMeL = ). (Gráfico 1-5).

Adicionalmente obtenemos la Productividad Física Marginal del Trabajo (PFMgL), es decir el incremento en la producción como consecuencia de una unidad adicional de trabajo: (PFMgL = ).

Como sabe cualquier escolar, para elevar la nota promedio, la nota marginal o adicional debe ser mayor y si la nota marginal es menor que el promedio, éste baja.

La curva de Productividad Física Marginal del Trabajo muestra el aporte en unidades de producción que hace cada unidad de trabajo extra utilizada. Este aporte físico a la producción, se puede transformar en dinero, simplemente multiplicándolo por el precio de mercado del producto obtenido, con lo que el Valor del Producto Físico Marginal del Trabajo (VPFMgL), es igual al producto físico marginal, multiplicado por el precio del producto:

Con esta información, un empresario puede determinar la cantidad de trabajo que le conviene contratar para la empresa, comparando el aporte en dinero del trabajador con el salario que tendrá que pagarle, el mismo que se determina en el mercado de trabajo.

Los primeros trabajadores aportan más que el salario que reciben y en consecuencia permiten una plusvalía para el empresario. Ningún empresario contratará alguien que le aporta menos que el salario de mercado.

De esta manera, la suma horizontal de demandas individuales de las empresas, determina la demanda total de trabajo de la economía, que en conjunción con la oferta de trabajo, determinada por la población económicamente activa (PEA), y por las preferencias de los trabajadores entre ingreso y ocio, determinan a su vez el salario de equilibrio del mercado.

Con esta lógica, las fuerzas del mercado siempre despejarán el mercado de trabajo y en consecuencia el pleno empleo está garantizado; cualquier desequilibrio será solo transitorio y se solucionará a largo plazo.

La evidencia mostrada en la crisis de los años 30 motivó a Keynes a cuestionar esta teoría del pleno empleo automático.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles