BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL LENGUAJE Y ENTENDIMIENTO

Antolin Celote Preciado y otros




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Relación intercultural de dos culturas fronterizas (Otomí -mazahua), el caso de Santa María del Llano, Ixtlahuaca, Edo. De México

Imelda Ambrocio Esteban

Universidad Intercultural del Estado de México

División de Comunicación Intercultural

Resumen

Este escrito está enfocado a las relaciones interculturales de la comunidad de Santa María del Llano municipio de Ixtlahuaca Estado de México. En esta comunidad se mezclan dos culturas originarias, otomí y mazahua, donde se relacionan algunos elementos para poder comunicarse y realizar acciones cotidianas. Santa María es una comunidad fronteriza con las dos culturas. La gente que vive en este pueblo es de origen mazahua, pero utiliza palabras y elementos de la cultura otomí. Aquí escribo una síntesis de algunos elementos y palabras que relacionan o que tiene en común las dos culturas.

Palabras claves

Relación intercultural, frontera cultural, prácticas culturales.

Relación intercultural de dos culturas fronterizas (Otomí -mazahua), el caso de Santa María del Llano, Ixtlahuaca, Edo. de México

En el estado de México se encuentran cinco lenguas originarias, las cuales se han ido perdiendo, por falta de interés de ciertas costumbres que manejan estas culturas originarias las cuales son: otomí, mazahua, tlahuica, náhuatl y matlazinca que pertenecen a la familia otopame. Estas lenguas se extienden por todo el estado de México en sus diferentes municipios y comunidades.

En los municipios colindantes de Jiquipilco e Ixtlahuaca existe la comunidad de Santa María del Llano que forma parte de una de las comunidades que es la frontera de estos dos municipios, aquí surge una interrelación de dos culturas diferentes entre sí que conviven culturalmente, entre personas que son originarias de la lenguas maternas mazahua y otomí.

Las personas que viven en esta comunidad relacionan las dos culturas, pero esto no ha llevado a la formación de una cultura nueva o al rechazo de su misma cultura, por el contrario, han adoptado la cultura otomí, sin perder su cultura originaria y así van apropiándose de otros elementos nuevos que mezclan en su cultura.

Los pueblos otomíes vivían en tierras bajas donde en tiempos de lluvia sus tierras se inundaban y se quedaban sin su cosecha, esto provocó que los pueblos otomíes buscaran lugares para refugiarse y encontrar un lugar donde vivir, lo cual los acercó a los territorios de los pueblos mazahuas, y la gente del los pueblos de Jiquipilco se acercó a los pueblos colindantes con el municipio de Ixtlahuaca, como la localidad de Santa María del Llano que está situada en el municipio de Ixtlahuaca en el estado de México a una distancia de 7 kms de la cabecera municipal. Tiene 3,816 habitantes y se ubica a 2,540 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Para darle un nombre a la comunidad de Santa María del Llano,se le asignó un nombre con motivos religiosos y divide a Santa María en dos: Santa María proviene de María Magdalena y Llano que es porción de tierra. La gente que vive en este entorno social y bajo costumbres y tradiciones, conviven e intercambian un lenguaje para comunicarse mezclando dos lenguas originarias la otomí y mazahua. La comunidad de Santa María del Llano vive en un lugar donde está la frontera de dos culturas diferentes, tienen una relación de convivencia cotidiana por una línea de frontera que los limita pero que están en constante comunicación.

En esta ocasión abordamos dos de estas culturas cuyo asentamiento se encuentra muy cerca de la ciudad capital del estado, Ixtlahuaca: la mazahua y la otomí, en las que observamos una parte de su territorio, Santa María del Llano, donde estas culturas tienen una estrecha relación en común y forman parte de una línea fronteriza en que las relaciones de las dos culturas no tienen en cuenta la división política municipal.

Existe una gran diversidad de pueblos originarios que ofrecen gran variedad de lenguas que utilizan sus habitantes para comunicarse entre sí. Los indígenas, es decir los habitantes primigenios de un territorio son una minoría significativa que se han visto relegados por causa de la invasión y posterior colonización de la tierra de sus antepasados. En ello, se enmarcan numerosas etnias entre ellas los mazahuas y otomíes.

Entre las características más comunes de los pueblos originarios cabe destacar cierta tendencia al aislacionismo debido a una memoria histórica marcada por los genocidios y la esclavitud, esta actitud condiciona su capacidad para poder relacionarse e integrarse a la sociedad. La identificación de estos pueblos con los modos de vida de sus antepasados sigue manteniendo intactas sus tradiciones y formas de subsistencia ancestrales, hace que su modo de vida esté en contraste con la sociedad moderna.

Al consolidarse las nuevas tecnologías con la implantación de los sistemas de transporte y las migraciones masivas de los pueblos hacia las ciudades o de los países pobres a los países ricos, se ha producido una creciente complejidad del tejido social, que dio paso a una nueva etapa de mestizaje sociocultural.

A decir de Barth, (1956), cuando interactúan personas pertenecientes a culturas diferentes, es de esperar que sus diferencias se reduzcan, ya que la interacción requiere y genera una congruencia de códigos y valores; en otras palabras, una similitud o comunidad de cultura.

En la comunidad de Santa Maria del Llano la gente que todavía habla la lengua mazahua utiliza diferentes códigos para comunicarse entre ellos. Existe aquí una interacción entre las dos lenguas estudiadas, debido a que algunas personas que viven en esta comunidad tienen el origen de lengua mazahua y en ocasiones al estar comunicándose entre si utilizan vocablos de la lengua otomí, es decir mezclan la lengua y las personas que son receptoras entienden el mensaje, esto se debe por que están en constante relación y comunicación. Cabe resaltar que la lengua otomí y mazahua pertenecen a la familia Otomí Pame, esto hace referencia a que algunas palabras del vocablo de la lengua mazahua son similares al otomí, hago mención de algunos ejemplos: mesa es mexa, misa es mixa, gato es mixi, esto en ambas lenguas y es entendida por las personas que viven en esta comunidad.

La persistencia de los grupos étnicos en contacto implica no sólo criterios y señales de identificación, sino también estructura de interacción que permita la persistencia de las diferencias culturales.

Las relaciones interétnicas estables presuponen una estructura de interacción semejante: por un lado, existe un conjunto de preceptos que regulan las situaciones de contacto y que permiten una articulación en algunos dominios de la actividad y, por otro, un conjunto de sanciones que prohíben la interacción interétnica en otros sectores, aislando así ciertos segmentos de la cultura de posibles confrontaciones o modificaciones.

De acuerdo con Gonzalo Aguirre Beltrán (1956) en la región fronteriza, dos grupos de cultura distinta se hallan frente a frente, separados por una línea divisora que los mantiene en sus respectivos territorios, cada uno con formas de vida socialmente heredadas que celan con especial ahínco. La convivencia estrecha ha obligado a un inevitable intercambio de elementos culturales al favor de una motivación ambivalente, respecto a lo extraño a la propia cultura. La sensación de peligro que confronta al coexistir en contacto continuado y de primera mano con una cultura extraña, obliga al hombre fronterizo a desarrollar un mecanismo de defensa que le permite mantener su propia individualidad y, con ello la identidad de su cultura.(Aguirre, 1956:34-35)

En esta comunidad se intercambian los elementos culturales de las dos culturas, se puede observar en la vestimenta de personas que aun conservan sus costumbres, las faldas que utilizan las mujeres son de origen otomí, esto es porque en la vestimenta otomí las mujeres utilizan una falda que le llaman chincuete, éste es de colores obscuros, con rayas en forma horizontal, es un ancha y las mujeres la enredan en su cintura, esta falda es utilizada por estas personas, por el contrario las personas utilizan una blusa de origen mazahua con colores llamativos y chillantes, con holanes en el cuello, a la que adornan con collares.

En la vestimenta la única prenda que comparte o que en cierta manera son parecidos es una capa a la que le asignan el nombre de quesquemel, elaborado con lana de diferentes colores y tejido en forma de capa, donde le colocan diferentes dibujos de animales o flores en punto de cruz.

La persistencia de los grupos étnicos en contacto implica no sólo criterios y señales de identificación, sino también estructura de interacción que permita la persistencia de las diferencias culturales.

Las relaciones interétnicas estables presuponen una estructura de interacción semejante: por un lado, existe un conjunto de preceptos que regulan las situaciones de contacto y que permiten una articulación en algunos dominios de la actividad y, por otro, un conjunto de sanciones que prohíben la interacción interétnica en otros sectores, aislando así ciertos segmentos de la cultura de posibles confrontaciones o modificaciones. (Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales: 7- 8)

La gentemazahua que vive en la comunidad de Santa María del Llano, en ocasiones escuchan música otomí, con canciones que contienen vocabulario en otomí, y se identifican con estas canciones, además de que son canciones con un buen ritmo.

Cerca de esta comunidad hay pueblos que son parte del municipio de Jiquipilco y tienen costumbres y tradiciones de origen otomí, algunas mujeres que son parte de estos pueblos han contraído matrimonio con hombres que son de Santa María del Llano, esto ha provocado que las personas estén conviviendo y al mismo tiempo relacionen sus costumbres de las dos culturas diferentes, para mezclar sus tradiciones y convivir cotidianamente.

Estos son las características que la gente que vive en Santa María del Llano relaciona las culturas mazahua y otomí y llevan una estrecha relación, donde las personas que viven en la comunidad se consideran hablantes de la lengua mazahua y originarios de dicha cultura.

Bibliografía

Olmos Aguilera, Miguel, 2007. Antropología de las fronteras, alteridad, historia e identidad más allá de la línea.

Aguirre Beltrán, Gonzalo, 1957. Problemas científicos y filosóficos; el proceso de aculturación. Dirección general de publicaciones.

Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales: 7- 8


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