BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y COLABORACIÓN SOCIO TECNOLÓGICA

Salvador Estrada Rodríguez y otros




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Marco de referencia

Porter vs. la responsabilidad social empresarial

El supuesto que guía nuestra disertación actual se circunscribe al abandono de los economistas y los investigadores al tema de la responsabilidad social empresarial asociada al crecimiento de las Pymes, esto tiene una “justificación” introducida por Porter (1987) y otros autores, al plantear la perspectiva de producto-mercado enfatizando radicalmente en los determinantes ambientales o exógenos de la empresa para alcanzar la competitividad, desarrollando desde este enfoque las estrategias y las técnicas para el análisis de los sectores industriales y de los competidores, ésta perspectiva no es la única pero sí es la más representativa y polémica de una gran producción teórica de la explicación de la ventaja competitiva y el éxito de las empresas que se orientan al mercado sin responsabilidad social. Para este autor existen solamente dos tipos de ventajas competitivas; costos bajos y diferenciación (Porter, 1987). desde una perspectiva del desarrollo económico regional y de responsabilidad social de las empresas y desde una forma más profunda de su aplicación ideológica, la teoría de la competitividad de Michael Porter tiene fuertes críticas, como las hace Aktouf ( 1998) al postular que “Michel Porter es un buen ejemplo de los nuevos “Gurúes” del management, pero es "el brazo armado del orden económico mundial; “La teoría de M. Porter llegó a América Latina como una “tabla de salvación”, al menos eso creían los dirigentes y tecnócratas de nuestros países " (Egüez, 2004 p. 91).

En la reflexión crítica de Aktouf, pone al descubierto el capitalismo financiero y utilitario de M. Porter, al concebir a la empresa sin responsabilidad social y la falta de compromiso con el desarrollo económico de la región. En otra cita de Egüez (2004) se afirma lo siguiente:

“M. Porter, salido de las escuelas de administración americana, con un traslado burdo y mecánico de las teorías de la administración a todas las esferas, incluyendo las ciudades, regiones y países, él plantea la necesidad de establecer una posición provechosa y sostenible contra las fuerzas que determinan la competencia en la arena mundial"( Egüez, 2004 pp. 91, 92).

Para lograrlo puede recurrir a dos caminos o estrategias genéricas: posicionamiento por costos y posicionamiento por diferenciación, casi todos los países de América Latina escogieron el primero, sustentándolo en una baja sostenida de los salarios y una política de reducción de impuestos hacia las empresas y sus transacciones, la teoría porteriana no hace sino reafirmar la política neoliberal, de extracción de cada vez mayor ganancia vía el trabajo (Egüez, 2004 p. 92).

Porter pone acento en la beligerancia; el uso de palabras como amenaza, trampas, ofensivas, ataque, etc., se encuentra a lo largo de su obra; antes que en la complementariedad, cooperación, ayuda, lo que , trasladando a la lógica de los países, es la “guerra de todos contra todos” (Egüez, 2004, p. 94)

En la anterior descripción general de la postura Porteriana no pretendemos hacer un análisis profundo ni detallado de la crítica de la obra citada, sino mas bien para el interés de la presente investigación, se pretende enfatizar el enfoque del crecimiento de la empresa no por el lado económico-utilitario, sino tomar en cuenta el importante papel que realizan todos los seres humanos involucrados en el trabajo de hacer una empresa competitiva, las competencias esenciales que la distinguen de las demás por su crecimiento sustentable empatado con su responsabilidad social. Considerando las posiciones de trabajo en la empresa más sencillas hasta la posición más importante en la firma, aunado a su entorno, existen aproximaciones teóricas de vanguardia que le dan viabilidad y pertinencia social a empresas competitivas a largo plazo, por considerar otras variables exógenas ligadas a las endógenas en la empresa socialmente responsable. Al igual que Penrose ( 1959), creemos necesario distinguir las economías de tamaño, de las economías de crecimiento que ahora llamamos de crecimiento sustentable: las economías de tamaño, son el resultado del proceso de crecimiento; la economía de crecimiento sustentable son las que surgen de la utilización eficiente de los recursos, de esta manera, las de tamaño están presentes cuando una gran firma está apoyada únicamente en su dimensión y es capaz de producir y vender bienes y servicios de manera más eficiente que las pequeñas, así como de introducir nuevos productos.

Las economías de tamaño se dividen en tecnológicas, que son las derivadas de producir grandes volúmenes en grandes plantas y las gerenciales y financieras, que surgen de una mejor organización y de ahorro por compras de insumos en grandes cantidades.

Las economías de crecimiento sustentable pueden existir a cualquier tamaño o escala. Las economías de tamaño no existen en una empresa grande, si una pequeña es capaz de fabricar más barato un producto, y cuando una empresa determinada es capaz de fabricar un producto más barato que cualquier otra, sea grande o pequeña, esto implica que están presentes economías de crecimiento y no economías de tamaño. Pero una de las características más importantes de las economías de crecimiento es que dependen de un conjunto específico de recursos productivos que la firma posee y de la posibilidad de aprovechar las oportunidades proporcionados por esos recursos, que tal vez no tenga relación directa con el tamaño de las empresas, sino con el talento de sus directivos.

Penrose en 1959 postula para entender mejor el concepto de crecimiento:

“En la medida en que la expansión de una empresa provenga del uso eficiente de los recursos y no del poder de monopolio que se usa para explotar proveedores y consumidores, el crecimiento obtenido es un proceso eficiente, tanto desde el punto de vista de la sociedad vista como un todo, así como desde el punto de vista de la empresa” (Penrose, 1959, p.99 ).

La teoría de los recursos y capacidades de la empresa (Resource-based view) y la sustentabilidad

La teoría basada en los recursos y capacidades de la empresa (Resource-based view) criticó el determinismo de la perspectiva de producto-mercado y señaló en cambio la habilidad de la empresa para influir en el mercado, mediante el desarrollo de nuevos productos e innovaciones (Barney, J., 1986). La teoría cambió la atención que tenía en estudiar las acciones e intenciones del competidor, para dar énfasis en la formación y difusión del conocimiento organizacional, como preocupación teórica central. Se propuso localizar las determinantes de la competitividad y crecimiento en las características internas de la organización, porque el comportamiento competitivo no es el resultado del posicionamiento de la organización dentro de un medio ambiente más amplio, sino de ciertas características intrínsecas, únicas, diferentes en cada una de ellas (Wernerfelt, 1984; Barney, 1986 y 1991; Miles y Snow, 1984; Prahalad, 1990; Leonard-Barton, 1992; Hamel, 1995; George, 2005).

En contraste con la propuesta de Porter, el enfoque basado en recursos pone atención a las características internas de la empresa y asume que las empresas son heterogéneas, con relación a los recursos que poseen, basando en esto sus estrategias, por lo que transferir estos recursos de una empresa a otra es muy difícil (Miles y Snow, , 1984; Wernerfelt, 1984; Prahalad, 1990; Leonard-Barton, 1992; Hamel, 1995; Barney, 1996; Conner, 1996; Peteraf, 1993; Álvarez, 2003), pero sí se pueden conjuntar para una alianza estratégica de colaboración y cooperación inter empresarial de un sector determinado como pymes, donde se unan sus recursos particulares para entrar en mercados mundialmente competitivos.

El concepto de recursos sustentables de la empresa

Wernerfelt (1984), es el primero en publicar un artículo que pondera los recursos basados en la empresa, desde una perspectiva teórica para recomendar la utilidad de analizar el recurso de las empresas en lugar del lado del producto. El uso de estas herramientas resaltan las nuevas opciones estratégicas que entonces naturalmente surgen de la perspectiva de los recursos de la empresa.

“Los recursos pueden ser pensados como una fuerza o debilidad de una empresa dada, para la empresa, recursos y productos son dos lados de la misma moneda” (Wernerfelt, 1984, p. 179,180).

Barney (1991) agrega que:

“los recursos son un paquete de ventajas, capacidades, procesos organizacionales, atributos de la empresa, información y conocimiento, controlados por una empresa que la capacitan para concebir e implementar estrategias que perfeccionen su eficiencia y eficacia” (Barney, 1991, p. 106).

Así mismo, Barney examina las implicaciones de los recursos de la empresa y la ventaja competitiva sostenida para las diferentes disciplinas del negocio, construyendo el supuesto de que los recursos estratégicos son heterogéneamente distribuidos por la empresa y que estas diferencias son estables (Barney, 1991; Barney, 1996).

En base a lo anterior se puntualiza en estudios empíricos donde se demuestra la importancia del conocimiento como un recurso y el modo organizativo para aplicarlo (Conner, 1996).

Barney, (1991), postula cuatro indicadores o cualidades empíricas del potencial de recursos de la empresa para generar ventaja competitiva sustentable, los cuales son:

Valiosos, porque ayudan a aprovechar oportunidades y a neutralizar amenazas en el ambiente, así mismo permite a la empresa concebir que mejoren su eficiencia y efectividad.

Raros, o poco comunes entre los competidores, el número de empresas que poseen un recurso particular valioso es menor al número de empresas necesarias para generar la dinámica de la competencia perfecta en una industria, por lo que ese recurso puede generar una ventaja competitiva.

Inimitable, ya sea porque la habilidad de la empresa para poder obtener los recursos, depende de una situación histórica única, porque la relación entre recursos y ventaja competitiva es tan ambigua que nadie sabe cómo duplicarla o porque puede ser un fenómeno social muy complejo más allá de la habilidad de las empresas para dirigirlo o confluirlo sistemáticamente.

Insustituible, es decir, que no hay equivalentes.

Ante esas cualidades de los recursos, que le dan un carácter distintivo y de heterogeneidad a la empresa, entonces se define el camino que siguen las empresas para lograr su crecimiento sustentable.

La ignorancia relativa a la vieja teoría económica afirma que las empresas son aisladas sobre su mercado en una competencia feroz. Pero la teoría de la economía industrial más moderna, muestra que el desarrollo de las empresas y sus niveles de tecnología y de innovación no fueron independientes de sus redes que tuvieron con otras empresas y actores, el desarrollo de la empresa es un proceso colectivo. Julien ( 2006) establece que los empresarios y su personal tienen tendencia a utilizar ante toda su fuente o las redes a base de la unión interpersonal y de caminos informales, complementados por las redes más formales

Para Julien (2003) existen tres tipos de redes: la red personal, las de negocios y las redes informales.

La red personal sirve, de alguna manera, como una especie de "espejo" para probar ciertas ideas de innovación o de cambio, o simplemente para incrementarla. Normalmente comprende un ingeniero, el director de la producción o un vendedor, un miembro del consejo de administración o de la asociación de negocios, los familiares asociados a la pyme o un amigo.

La red de negocios comprende, a los proveedores, el equipamiento, las empresas de consejería, los financieros, los transportadores, los distribuidores, los publicistas, etc. Inclusive, si esas organizaciones están un poco menos próximas al empresario que la red personal, ellas pueden suministrar diversas informaciones sobre la evolución de materias primas, sobre el desarrollo de nuevas máquinas, e incluso sobre las nuevas necesidades del mercado, además, de responder a las diversas transacciones de negocios, necesarias para el desarrollo de la empresa.

A los tipos de redes personales y de negocios se les denominará redes con señales fuertes, pues, debido a una cierta costumbre en la comunicación, y a un buen conocimiento de las necesidades y de las capacidades de cada uno de los interlocutores, estos no demandan esfuerzos intensivos para comunicar y hacer comprender el alcance de las informaciones suministradas (Granoveter, 1982; Krackhardt, 1992) citados por Julien (2006). Estas redes de señales fuertes, están, pues, en base en la confianza mutua, destinada a suministrar información privilegiada, más o menos privada y, a menudo, tácita, lo que permite incitar el proceso de innovación o sostenerlo.

Las redes informales, pertenecen al control de la información por parte del propietario-dirigente (PD) que denominamos a señal débil y están circunscritas fuera del ámbito del negocio como son los lazos con los centros de investigación y de valorización, y las universidades. En general los empresarios no las conocen mucho y están poco acostumbrados a intercambiar con ellas, por el hecho de tener sus propios objetivos, un lenguaje, y una manera de funcionar, casi siempre diferente (OCDE, 1993).

Teniendo en cuenta los magros recursos de las Pyme, por lo que requieren a menudo ayuda, ya sea directa o indirecta, del Estado, especialmente cuando inician o comienzan a competir (OCDE, 1998), en las fases de cambio estructural necesitan asesoramiento y variados estudios especializados para favorecer el recurso a las nuevas tecnologías de administración y de producción o para exportar. Por lo que requieren de soporte financiero para capitalizar el control de la información que tienen los PD.


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