BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL IDENTIDADES Y TERRITORIO

Héctor Ruíz Rueda y otros




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Vivir (en) Tijuana. Mixtecos de Guerrero apropiando la ciudad

Olga Lorenia Urbalejo Castorena

Doctorante, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

Resumen

Los grupos indígenas que llegaron a vivir a Tijuana redefinen lo que es la ciudad a través de sus tradiciones y valores, un ejemplo son los mixtecos de Guerrero quienes migraron a Tijuana en la década de 1980, varios tenían la idea de trabajar un tiempo y regresar a sus pueblos, así algunos ya tienen diecinueve años. Vivir la ciudad no se constituye individualmente, es un hecho intersubjetivo que está mediado por la vida social y la experiencia compartida de ser indígenas migrantes. Actualmente cuando se habla de migración, en el marco de la globalización, se cree que los territorios van desapareciendo y hay una desterritorialización, debido a que las movilizaciones de población implican dejar el lugar de origen e ir más allá de las fronteras e identidades territoriales. Hoy observamos que no es así, los mixtecos de Guerrero que viven en Tijuana han reterritorizalizado la ciudad a través de la organización y prácticas sociales que reivindican el lugar de origen al tiempo que agregan los aspectos necesarios del nuevo contexto fronterizo y urbano. La apropian y significan desde su cotidiano, pero con la presencia de su lugar de origen.

Palabras claves: Mixtecos de Guerrero, Tijuana, espacio urbano, territorrialización, prácticas.

Introducción

El trabajo que a continuación presento parte de los resultados de mi tesis de maestría titulada: La ciudad como espacio vivido: mixtecos de Guerrero en Tijuana, en donde encontré que la forma en que los mixtecos viven y representan su espacio tiene vínculos en su territorio de origen y que si bien agregan nuevos elementos las prácticas están fuertemente encaminadas a dar continuidad a lo aprehendido en Guerrero. Se inserta de la misma forma en la discusión sobre el territorio, abierta en torno a la migración y la globalización, donde las fronteras se difuminan y la movilización de población aumenta.

Vivir las ciudades implica involucrarse día a día, recorrerla, reconocerlaPágina 3 de 16

a y significarla, no debería ser cuestionable quién la vive, sin embargo no podemos olvidar que en ciudades con fuerte atracción migratoria en ocasiones se discute quién tiene derecho a ella, los que nacieron ahí, los que llegan, quienes la consideran su hogar. Pensar que los migrantes no generan un apego sobre los espacios de recepción migratoria es una idea que se ha generalizado entre las personas, no obstante actualmente nos encontramos con grupos indígenas, por ejemplo, que viven sus ciudades con la noción de que a pesar de no haber nacido ahí también les pertenecen. Tomando de base este planteamiento el objetivo del presente texto es mostrar y analizar cómo es que un grupo indígena vive y apropiada la ciudad en la que llegaron como migrantes, así como exponer cómo el territorio es flexible y mediante las prácticas se hace posible extenderlo, concretamente abordaré el caso de los mixtecos que Guerrero que viven en la colonia Valle Verde de Tijuana.

Desarrollo

Actualmente nos encontramos migraciones que se distinguen por ser permanentes, personas provenientes de comunidades indígenas que hacen del lugar receptor de migración su hogar definitivo (Veloz, 2008, Urbalejo, 2009, Lara, 2009). Tijuana no es la única ciudad que presenta estas características lo vemos con indígenas en la ciudad de México, en Estados Unidos y Sonora, lo que nos habla de cambios en las concepciones de que tiene sobre lugares dónde llegan a vivir los migrantes y a diferencia de lo registrado en las movilidades poblacionales de la década del 1970.

Una vez en las ciudades sobre los indígenas se han creado imágenes, cómo deben de ser o actuar, en Tijuana se refieren mucho a sus lugares de trabajo, su historia en la ciudad los condena a ciertos espacios y a formas de vivir, ser quienes muestran altares de muertos y nutren de diversidad el lugar, pero siempre desde fuera, separados, no mezclados, se les ve como los ajenos. A pesar de eso poco a poco los mixtecos se van posicionando y dándose un lugar en la ciudad, al tiempo que reconfiguran su ser étnico y sus prácticas socioculturales en la frontera.

Para analizar la apropiación y uso que hacen los mixtecos de Guerrero de Tijuana, primero expondré su llegada a la ciudad, para situar su historia, posteriormente apuntaré algunos conceptos que permiten abordar la flexibilidad del territorio y entender cómo es posible que Tijuana se viva desde la Montaña de Guerrero. Debido a que la colonia donde viven es uno de los espacios que mayor significado tiene para el grupo, me referiré a ésta para establecer cómo la han hecho parte de su territorio y también observar algunas prácticas más importantes. Para conocer la dinámica en Valle Verde abordaré la escuela primaria como parte de lo apropiado y el festejo de San Francisco de Asís, por denotar el control del espacio y ser representativa del grupo en la ciudad.

Me referiré brevemente a algunos espacios fuera de la colonia, uno laboral y otro que los mixtecos utilizan para exponerse y crear vínculos, ambos forman parte importante de la vida del grupo en la ciudad. Finalmente hablaré de las conclusiones, ahí apuntaré qué significado tiene Tijuana para el grupo.

Llegar a Tijuana

Miles son los que han llegado a Tijuana para concretar proyectos de vida, poco a poco se han sumado a la vida fronteriza y van conformado el panorama de diversidad cultural que cobija la ciudad. Así, encontramos diversos grupos étnicos, como el mixteco que se distingue por ser uno de los más números con 3,674, seguido del purépecha con un total de 1, 309 personas (INEGI, 2000).

Fue a partir de 1970 que arribaron los primeros mixtecos a Tijuana, éstos provenían principalmente de los distritos de Huajuapan de León, Silacayoapan y Juxtlahuaca, ubicados en el centro de la Mixteca Baja de Oaxaca (Velasco, 2002: 59) -la Mixteca se distribuye por tres estados, Oaxaca, Guerrero y Puebla-. Los de Guerrero llegaron después, alrededor de 1984, bastó que se animaran los primeros para que se desatara este movimiento migratorio, como lo señala Valentín: “llegaron los primeros compañeros y después los demás, de dos, tres y después todos los que están”. Las redes sociales entre paisanos se afianzaron desde la llegada de los primeros guerrerenses a la frontera, el fortalecimiento de estos lazos aumenta la posibilidad de migración y facilita la inserción en los lugares receptores, por tal motivo la decisión de ir a otras ciudades es más sencilla de tomar si cuenta con apoyos, la solidaridad que fluye por estas redes es una de las ventajas que tiene formar parte de una comunidad indígena.

A su llegada a Tijuana se asentaron en la colonia Vista Hermosa, al noreste de la ciudad, y se integraron a ciertos mercados laborales marcados por los mixtecos de Oaxaca, como la venta ambulante, en los campos de cultivo californianos de Estados Unidos, unos más se emplearon en la industria, albañilería o el empleo doméstico. Las torrenciales lluvias que cayeron en 1992 sobre el estado de Baja California, causaron tantos daños que se reubicaron a varias familias que vivían en zonas de alto riesgo, los colonos de Vista Hermosa estuvieron entre ellos.

Reubicados al este de la Tijuana, hacia donde ya se encaminaba el crecimiento urbano, los mixtecos fueron dotados de terrenos (por los que pagaron 4mil pesos) y distribuidos en cuatro manzanas cercanas. El gobierno municipal les otorgó créditos para comprar material y construir sus viviendas y valiéndose del tequio se levantaron las casas. Así, es en la colonia Valle Verde donde viven los mixtecos de Guerrero que llegaron a Tijuana entre 1984 y 1993, los paisanos que migraron después se localizan en otras colonias hacia la misma área. Los mixtecos se negaban a ser reubicados, querían volver a Vista Hermosa, pero las autoridades no se los permitieron, ahora saben que su colonia desapareció después de las lluvias, no quedó nada.

El agrupamiento de indígenas de la misma comunidad o pueblo en un espacio, fundando colonias específicas, es característico de los migrantes indígenas. Estos enclaves étnicos en las ciudades se distinguen por la presencia de hablantes de lenguas indígenas o personas que son del mismo pueblo y se congregan en una cuadra o colonia y en su caso en vecindades o lotes, compartiendo determinadas actividades laborales (Sánchez, 2007: 357) entre los de Guerrero podemos observar estas características.

He referido la llegada del grupo a la ciudad para dar paso a cómo es vivirla, dónde habitan y qué significado tiene para ellos el crear espacios propios y formar parte de la cotidianidad de la frontera, además de observar cómo han logrado poner en convivencia su ser indígena con ser residente de Tijuana y cómo el territorio de la Montaña se ha transportado hacia su nuevo espacio. Antes de iniciar el caso concreto presentaré los conceptos que me permiten hablar de una expansión del territorio y flexibilidad del espacio, para entender con mayor claridad cómo se logra el apropiar la ciudad.


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