BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL IDENTIDADES Y TERRITORIO

Héctor Ruíz Rueda y otros




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Territorialidad y estrategias de uso de recursos en el Estuário Amazônico

Eliana Teles

Rosa Elizabeth Acevedo Marin

Resumen

El presente estudio investiga las estrategias y formas de reproducción de un grupo autodenominado cimarrón en el río Gurupá, isla Marajó, Estuario del Amazonas, norte de Brasil. En el proceso de territorialización de este grupo humano se encuentran elementos empíricos que constituyen el substrato para analizar estrategias conscientes de su reproducción biológica y simbólica. El grupo desarrolla estrategias políticas e incorpora el reconocimiento y titulación con base a instrumentos de derecho y a partir de una interpretación consciente de que ese territorio es fundamental para su reproducción biológica y social. La territorialidad del grupo cimarrón se reafirma en situaciones de conflictos socioambientales, de luchas por los derechos frente al Estado y en confrontación con el terrateniente por la permanencia en este territorio. A lo largo de este proceso de territorialización son continuamente reconstruidas estrategias para satisfacer necesidades materiales y sociales.

Palabras clave: Estrategia, territorialidad, patrimonio

Introducción

El presente estudio investiga las estrategias y formas de reproducción de un grupo autodenominado cimarrón (“quilombola” en lengua portuguesa) en el río Gurupá. En el proceso de territorialización de este grupo humano se encuentran elementos empíricos que constituyen el substrato para analizar estrategias conscientes o inconscientes de su reproducción biológica y simbólica (Bourdieu, 2000).

El territorio reconocido y reivindicado se localiza entre los ríos Arari y Gurupá en el municipio de Cachoeira do Arari, isla de Marajó . A lo largo y ancho de estos cursos de agua viven 154 familias cuyos parientes más cercanos ocuparon por varias generaciones el margen izquierdo del río Arari; en los años 1970 el grupo, en el aquel momento formado por 73 familias, se desplazó forzadamente para el río Gurupá, en la villa de Santana, situada en el margen derecho del río Arari, en el municipio de Ponta de Pedras. Este proceso sucedió en diversos momentos, presionados por la violencia o promesa de ocupación de lotes.

Estas acciones conducidas por terratenientes hicieron que las familias expulsadas para el río Gurupa fuesen obligadas a concentrarse en el curso medio y alto del río. Este segmento del río, para donde fueron desplazados, caracterizase por ser un área formada mayoritariamente por suelos con sedimentos pedregosos, infestados por hormigas cortadoras de hojas (“saúvas”) y generalmente inapropiadas para el cultivo agrícola. Por ello, la área reivindicada por el grupo cimarrón, que se encuentra fuera de su dominio y en manos de los terratenientes, corresponde a la franja del territorio situado entre el “igarapés” Murutucu, en el margen izquierdo del río Arari, y se extiende a lo largo del río Gurupá, bifurcándose por la hoz de este río hasta el igarapé Caju, en la bahía de Marajó.

Este trabajo pretende ser una interlocución entre la antropología, historia y geografía, y, por lo tanto, se estructura a partir de enfoques teóricos complementares y fuentes informativas diversas. El análisis resalta la trayectoria y la experiencia del grupo cimarrón y el papel del Estado en relación a los procesos de ocupación y exploración en las áreas de várzea del río Arari, que desencadenan conflictos socioambientales y presión por el uso de recursos.

Desarrollo

Uso de recursos de la várzea y tierra firme

El proceso de construcción de la identidad política cimarrona en los márgenes de los ríos Arari e Gurupá se materializa en los años 1990 con la creación de ARQUIG – Asociación de Remanecientes de Quilombos del río Gurupá . La territorialidad específica se destaca en la historia de ocupación y en las formas y reglas de exploración de los recursos naturales para producir la cantidad de bienes materiales necesarios para supervivencia y reproducción simbólica . Estrategia vital, que al mismo tiempo, consolida un modo de vida marcado por la intensa relación con la naturaleza.

En su lucha por el derecho de continuar el modo de vida de sus antepasados construyese tanto una territorialidad marcada por conflictos, como una diversidad de estrategias en relación al uso de recursos que elaboran durante el proceso social de territorialización. La perspectiva ecológica se manifiesta a través de las relaciones sociales entre las unidades domésticas y la organización social teniendo en cuenta ir más allá de los postulados del sentido común que generalmente dan prioridad a la idea de “adaptación al medio”, cuando se analiza la relación ser humano y naturaleza. A propósito de esta visión de adaptación al medio, Barth (2000) elabora un cuestionamiento pertinente:

Las formas culturales aparentes pueden estar presentes en una serie de trazos que exhiben los efectos de la ecología. No me refiero al hecho de que estas reflejan una historia de adaptación al ambiente; en un sentido más inmediato, también reflejan las circunstancias en las que los actores se tienen que acomodar. ¿Será que estas mismas personas con los mismos valores e ideas, no adoptarían diferentes padrones de vida e institucionalizarían diferentes formas de comportamientos puestas en oportunidades diferentes ofrecidas por ambientes distintos? (BARTH, 2000, p. 30).

Con este argumento el autor subraya la importancia de un dato histórico y cultural que, en la argumentación de este trabajo, es el punto de partida. En la década de 1980 se intensificó el proceso de ocupación del río Gurupá, afluente del margen izquierdo del río Arari, que representa para los cimarrones un espacio social e histórico. De este modo, el espacio geográfico producido por sus relaciones retrata la diversidad de procesos económicos vividos por estos agentes sociales entre sí, y de estos con la naturaleza. La organización del trabajo se define entre los sujetos de las unidades domésticas – entendida como grupo presente en una determinada residencia – y el territorio en el que realizan sus actividades, determinando la organización del espacio y tiempo del grupo en la comunidad.

Cuando se habla de estrategias económicas, utilizase el concepto en el sentido que es atribuido por Bourdieu: la lógica del intercambio de dones produce bienes duraderos. En relación a prácticas y estrategias, Bourdieu (2000) elabora la hipótesis de que la actividad de producción es producto de estrategias (conscientes o inconscientes) por las que el grupo anhela satisfacer intereses materiales e simbólicos, asociados a la posesión de un patrimonio material e simbólico, lo que asegura al mismo tiempo la estructura social. En este mismo sentido no se puede hablar de estrategias económicas de los cimarrones de Gurupá sin tener en consideración la totalidad de la estructura que constituye el grupo y el contexto donde están inseridos.

En Marcel Mauss encontramos una mejor comprensión del análisis económico de las unidades familiares de los cimarrones de Gurupá, debido a que en su medio de vida prevalece el trabajo de intercambio no monetario entre las unidades familiares. A través del ensayo sobre el don, Mauss (1974) muestra que la teoría de la “dádiva” es algo más que un simple intercambio de regalos. Es anti-utilitarista, ya que constituye un acto de compromiso, implica la vida económica y está presente en todo y en todos.

Analizando las unidades domésticas en el territorio cimarrón de Gurupá es posible afirmar que en el ambiente familiar la regla social manifiesta el espíritu del don a través del dar, recibir y devolver de la teoría maussiana. Este don característico de poblaciones arcaicas, según Mauss es un hecho social total, “un sistema de prestaciones totales” (1974, p. 45) que implica todas las dimensiones de la vida, ya sea en el aspecto político, económico, religioso y jurídico. Es a la vez libre y obligatorio, con y sin intereses.

El principio de reciprocidad se manifiesta en las diversas dimensiones de la vida del grupo, sin embargo, son las relaciones de producción de las unidades familiares que adquiere una dimensión relevante. Se trate no únicamente de una producción direccional para el valor del consumo, ya que existen intercambios en el seno de las unidades familiares que van desde bienes básicos hasta alimentos (harina de yuca, pescado, mariscos, “açaí”). El “açaí” tiene mayor valor en el mercado externo al grupo cimarrón y garantiza gran parte del sustento económico familiar.

Estos intercambios generan obligaciones y contra-obligaciones, ya que no todos tienen acceso a estos recursos. Así, quien vive cerca de la desembocadura del río tiene acceso a mariscos y pescado, pero no tiene área para plantar yuca ni “açaí”. Por otro lado, quien vive en la parte alta del río Gurupá y del igarapé Aracaju cultiva mandioca, pero no tiene marisco. De este modo, entre las unidades domesticas se construye una red de prestaciones que genera obligaciones y contra-obligaciones.

Tratase de una economía doméstica que, aunque dependiente de condicionantes del mercado externo, desarrolla una “economía particular” parí pasu con este mercado. Aspectos de economía doméstica de los cimarrones de Gurupá se parece a los de Baruya, conforme observa Godelier (1981). Estas unidades produciendo “açaí”, se articulan con estructuras capitalistas, al mismo tiempo que realizan donaciones e intercambios no monetarios con este producto. Esta práctica busca mantener cierto equilibrio en los intercambios, ya que no todas las familias en el río Gurupá tienen áreas productivas o “punta de açaizal”; que representa un don, una herencia, en el plano social y cultural. Sus relaciones de intercambio indican estrategias, en el sentido de la continuidad de la organización y permanencia del grupo.

Comprender las estrategias de uso de los recursos elaborados por el grupo cimarrón en el cuadro físico del territorio es la finalidad de este apartado. Estas adquieren otro significado cuando se describe y refleja el calendario agroextractivo, ya que, éste, de acuerdo con Bourdieu (2000, p. 16), “reproduce, de forma transfigurada de un sistema simbólico coherente, los ritmos do año agrícola y, en particular, la oposición entre el período de trabajo (....) y el período de simple producción”.

El calendario agroextractivo de los cimarrones de Gurupá sigue la doble estacionalidad de la isla de Marajó: invierno (época de lluvias, de diciembre hasta finales de mayo) y verano (de inicios de junio a noviembre). Durante el invierno predomina la recolección de frutos de “bacaba”, “bacuri” y “andiroba” para el mercado y el intercambio local. También hay extracción de lianas para elaboración de artesanías. En este periodo, se hacen labores de mantenimiento y manejo de los “açaizais” como limpieza del sotobosque y corte selectivo de pies de palmera.

El verano es la estación de abundancia e intenso trabajo. Es el periodo en que la várzea seca y se puede plantar, cazar, pescar y, sobre todo, colectar “açaí”, la base económica de los cimarrones. En los quintales de las residencias, se destaca, entre plantaciones y crías de animales, el cultivo del “açaizal” y la cría porcina. El “açaizal” tiene una finalidad económica clara, la mayor parte de la producción se destina al mercado y sirve para la adquisición de bienes como la bicicleta, ropas e utensilios domésticos. Por contra, la cría de puercos y, también de aves, es un medio usado como reserva de valor para el periodo de invierno, cuando la obtención de alimentos es más difícil.


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