BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL IDENTIDADES Y TERRITORIO

Héctor Ruíz Rueda y otros




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Formación de asociaciones indígenas

La conformación de asociaciones indígenas ha sido una herramienta que han utilizado los grupos como medio para insertarse al espacio; además facilita una mayor visibilidad y sobre todo oportunidad de “bajar recursos” de los programas de gobierno como los de la CDI o de la Secretaria de Desarrollo Social.

En el 2004 se integra la primera asociación indígena formada por mazahuas del estado de México llamada “Asociación Mazahua del Norte de México, A. C”. De ahí le siguieron otras asociaciones como “Procuración de Justicia Étnica” integrada por jóvenes universitarios nahuas y mixtecos, encaminada a atender los asuntos jurídicos de la población indígena en la ciudad.

La comunidad mixteca formó dos asociaciones, la primera “Unida Mixteca A.C” legalizada en el 2007. La segunda asociación , “Por nuestra identidad Mixteca, A. C” que queda consolidada jurídicamente en el 2008. Como principal objetivo las asaciones buscan apoyos a través de programas y representatividad ante el gobierno y las instituciones. .

La asociación “Zihuame Mocilla fue formada por iniciativa de una antropóloga para trabajar con la población de nahuas en proyectos como la regularización de actas de nacimiento, apoyo para las familias en crisis, becas escolares, capacitación para el desarrollo de habilidades de liderazgo para jóvenes, entre otros.

Por último en el 2009, otro grupo de mazahuas se consolida y forma la asociación “Mazahuas de Arboledas de San Bernabé, A.C”, el nombre de la asociación hace referencia a la colonia que habitan. El grupo de otomíes forma “Hñahñu Dintuge Metige. Otomíes Defendiendo lo nuestro, A.C”. Éstas son las asociaciones más recientes.

La consolidación de grupos informales a grupos formales, responde a una misma constante que se presenta en los grupos. Primero, mayor visibilidad ante las instituciones gubernamentales y ante la sociedad; segundo, la formalidad legal del grupo permite gestionar y entrar a concursos para obtener recursos a través de proyectos productivos; tercero, la representatividad ante la sociedad mayoritaria.

Asociaciones y grupo pro indígenas

Por otro lado la sociedad civil y estudiantes han tomado partido en los problemas sociales que enfrentan los indígenas y a través de grupos y asociaciones formadas en su mayoría por jóvenes, se han creado grupos encaminados a apoyar a la población indígena que sobresalía de la homogeneidad mestiza de la sociedad regiomontana.

Alumnos y exalumnos de las universidades, como la Universidad de Monterrey (UdeM) y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey), se interesaron en apoyar a la población indígena. El grupo de la UdeM inició conferencias de temas relacionados con los derechos y educación indígena; por su parte, alumnos del Tec de Monterrey, de distintas carreras formaron la “Asociación Estudiantil por los pueblos indígenas” (AEPI)

En el 2008 se integró el grupo “Nuevo León Árbol de Todas Raíces” formado por jóvenes que habían trabajado en los centros interculturales, su principal objetivo, visibilizar a las comunidades indígenas radicas en el estado, enfatizando la inclusión social para la creación de una sociedad plural y con igualdad de derechos.

Academia y medios de comunicación

La presencia indígena llamó la atención de los estudiosos, un grupo de académicos y estudiantes, del INAH en Nuevo León, inició en el 2000 un estudio sobre la comunidad mixteca y otomí. Por su parte, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), abrió una línea de investigación sobre migración indígena en el noreste del país.

Seguidos por estudiantes interesados, se realizaron tesis de licenciatura y de maestría relacionados con los grupos indígenas en el estado. La Universidad Autónoma de Nuevo León, también ingresó en este campo, con artículos sobre migración indígena.

Así mismo, academia e instituciones gubernamentales intervinieron en trabajos conjuntos para hacer diagnósticos sobre la población indígena. También han participado en la organización de eventos, conferencias y talleres sobre diferentes temas de la situación de indígenas en el AMM.

A través de los medios de comunicación, la población indígena se hizo presente con notas sobre diferentes acontecimientos, que iban desde problemas jurídicos hasta temas de exaltación de las tradiciones culturales. Al respecto, Moreno (2008), realizó un análisis del discurso de las notas periodísticas de uno de los principales diarios de circulación de la ciudad, entre otros temas, la autora aborda la representación de diferentes grupos indígenas. Por ejemplo, se estereotipa a los huicholes como “seres mágicos”, a los nahuas como un grupo portador de cultura, al grupo otomí como pobres e invasores y a los mixtecos como migrantes e indigentes (Moreno Zúñiga 2008:234-242).

Inserción socioespacial. El caso de los mazahuas y los mixtecos en el AMM

Dentro del área metropolitana de Monterrey se encuentran residiendo varios grupos indígenas, empero los que han sobresalido son las comunidades de mazahuas y de mixtecos, pues a través de su proceso de inserción socioespacial, enfrentaron distintos problemas que van desde la discriminación hasta la irregularidad de terreno y que en busca de una respuesta y solución a sus problemas se organizaron legalmente formando asociaciones lo que provocó la atención de la sociedad. Los mazahuas y mixtecos fueron responsables de que la mirada institucional girara hacia la población indígena, además se le puede atribuir cierta responsabilidad en la llegada de la CDI al Estado.

Estos grupos llegaron en la década de los ochenta y vivieron en un primer momento en el perímetro de la central de autobuses, con le tiempo y a través de las redes sociales que tejieron, cambiaron de residencia a distintos puntos del área metropolitana.

Los dos grupos comparten similar actividad económica, la venta ambulante. Por un lado los mazahuas salen a vender ramos de flores, otros se dedican a vender artículos para automóviles y estantería, otros tantos, venden de dulces en las salidas del metro y en las avenidas más transitadas.

El grupo de mixtecos, que también práctica la venta ambulante, lo hace ofreciendo su artesanía de bolsas y figuras tejidas en palma o de rafia; algunas familias han optado por incorporar la venta de dulces y semillas que venden en las calles, avenidas principales o centros turísticos.

Sin embargo los dos grupos, fueron y siguen siendo hostigados por las autoridades debido a que la venta ambulante está prohibida o bien no cuentan con un permiso para hacerlo, por lo que éste fue uno de los principales motivos por los que la comunidad mazahua se consolido jurídicamente y pidió apoyo a la CDI en las oficinas del Distrito Federal.

Por su parte la comunidad mixteca enfrentaba problemas con la irregularidad jurídica de sus terrenos, lo que provocó que se convirtieran en flancos de extorsiones por parte de presuntos dueños de los terrenos. Las familias mixtecas, fueron defraudadas económicamente y en busca de una solución acudieron a instituciones de gobierno sin embargo no obtuvieron respuesta. Al igual que los mazahuas, los mixtecos también se dirigieron a las oficinas centrales de la CDI para buscar ayuda para solucionar su problema de irregularidad de terrenos.

En la actualidad, el grupo de mazahuas va por su tercera entrega de pies de casa otorgadas por la CDI en vinculación con el Instituto de la Vivienda en Nuevo León; por su parte, la comunidad mixteca ha logrado la obtención legal de sus terrenos debido a la aportación económica del pintor y artista Francisco Toledo en el 2007, cuando habiéndose enterado de su presencia en el estado y del problema que les aquejaba, donó más de medio millón de pesos pagar los terrenos de las familias mixtecas.

Las comunidades mazahuas y mixtecas, han aprendido a manejar un discursó identitario como grupo indígena que busca la permanencia de su identidad, de su cultura y de sus tradiciones en un nuevo espacio y por ende exige espacios y atención especializada o diferenciada a la demás población. A través de las asociaciones demanda espacios para que se les valorice su actividad económica, pero también buscan una inclusión social. Sin duda alguna las comunidades indígenas, están experimentado un proceso se pasar a de indígenas rurales a indígenas urbanos.


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