BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL IDENTIDADES Y TERRITORIO

Héctor Ruíz Rueda y otros




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Festejar a un santo de su devoción

Los eventos durante la celebración se circunscribe espacialmente en Valle Verde y trasciende el carácter privado que pudiera tener como evento de un grupo étnico específico para abrirse al público, donde participan mixtecos de Oaxaca, purépechas y mestizos. Cabe mencionar que este es un festejo no sólo de los que son originarios de Xochapa, porque congrega a los originarios de otros pueblos mixtecos que también residen en frontera.

En festejo tiene una organización masculina y es respaldada por el rescate del tradicional sistema de cargos religioso, que para los mixtecos de Guerrero incluye un mayordomo y entre diez y doce diputados, éstos pueden estar viviendo en Tijuana o en una ciudad de Estados Unidos y son elegidos por el Consejo de Ancianos. El mayordomo es el encargo de administrar el dinero que dan los diputados, con eso se cubren todos los gastos que se generan.

Esta práctica comprende varias actividades que se realizan en distintos espacios de la colonia, durante los tres días que dura el festejo (del 3 al 5 de octubre). El primer día se inicia con la preparación de los alimentos, los elaboran las esposas de los diputados, el guisado principal está hecho de carne de res y la casa destinada para esta preparación es la del mayordomo, es decir la mayordomía. En este día por la mañana se utilizan las instalaciones de la primaria para realizar eventos deportivos, es importante señalar que en este evento encontramos la presencia de los funcionarios del gobierno tijuanense, con quienes los mixtecos llevan una relación cercana.

Por la tarde se realiza una procesión encabezada por la imagen de San Francisco, inicia en el Oratorio de San José Obrero y se recorren las calles circundantes a la primaria, por las cuales viven los miembros del grupo, se hacen acompañar de la banda de niños mixtecos Itá Itá. Se finaliza en el Oratorio y el sacerdote invita a misa del 4 de Octubre la cual es muy concurrida. El sermón de la misa a San Francisco, durante el segundo día del festejo, es sólo en español, a pesar de haber quienes no lo entienden al cien por cierto o incluso no lo hablan, en otros años el padre se acompañaba de un traductor mixteco , al finalizar la misa se reúnen es en los patios de la iglesia donde se prenden cuetes y se quema el castillo, es el momento de más algarabía.

Después de la quema del castillo se dirigen a la primaría para el baile, en años anteriores se hacía en las calles de Valle Verde. El costo para entrar fue de setenta pesos por persona, pero hay quienes no pueden asistir por no tener el dinero para cubrir la entrada. Dada la importancia del festejo el baile es amenizado por bandas traídas de Guerrero sólo para la fiesta, es una de las inversiones que se hace con el dinero aportado por los diputados. Finalmente el 5 de octubre termina el festejo, el último evento es de nuevo en la escuela, se trata de la entrega de trofeos para premiar a los ganadores de las competencias deportivas. Posteriormente se habrán de elegir un nuevo mayordomo y a los diputados para planear el festejo del siguiente año.

El festejo funciona como enlace entre espacios, que se organizan y usan según las actividades, ayuda a definir la vida social y a lograr un territorio propio, que ha permitido referenciar a Xochapa en Valle Verde. Por otro lado esta práctica religiosa es un elemento de la cultura mixteca que cohesiona al grupo y reivindica sus tradiciones, celebrarla en Tijuana significa no perder los lazos con sus raíces. Entre los indígenas migrantes es frecuente regresar a la fiesta religiosas de sus pueblos de origen y ser participes de su organización, la cercanía de Tijuana con Estados Unidos permite que los guerrerenses que trabajan allá participen en la fiesta, pero sin la necesidad de transportarse a Guerrero.

Este uso y organización del espacio se logra a través de las prácticas que se territorializan, y permiten hacerlo móvil, extensible y cambiante. Las prácticas pueden ser cotidianas o bien menos frecuentes, como el caso del festejo, y aun así conservan “algo” del pueblo de origen, por esta razón la migración no desvincula territorialmente, sino que reconfigura la relación territorial, Las prácticas intervienen en dos sentidos en la vida de los guerrerenses, primero como generadoras de espacios y posteriormente para la apropiación y mantenimiento cultural del grupo. Es Valle Verde una colonia es reterritorizalizada por los mixtecos, la organización y prácticas sociales reivindican el lugar de origen, y se agregan los aspectos necesarios del nuevo contexto fronterizo y urbano.

Fuera de Valle Verde se usan pocos lugares que responden a su dinámica cotidiana individual, familiar o de pequeños grupos, no se registraron lugares de recreación o donde se reúnan para socializar, recordemos esos están dentro de su colonia. Para efectos de este texto me referiré a dos espacios importantes para ellos, uno es la Línea y otro más los institucionales, ambos son apropiados y significados por los de Guerrero.

La vida fuera de la colonia

En Tijuana el área denominada la Línea, en las cercanías de la garita de San Ysidro, muy cercana al centro de la ciudad, tiene mucha importancia económica por ser la entrada a ambos países y al mismo tiempo porque dado el número de autos y personas que por ahí circulan, se ha convertido en un lugar propicio para ofrecer mercancías de todo tipo como: artesanías, cobijas con estampados referentes a México y comida que venden tanto los comerciantes que cuenta con sindicatos propios. Las indígenas de Guerrero no tiene permisos y sin embargo han hecho de este espacio uno gran relevancia.

Viviendo la Línea

Desde su llegada a Tijuana las mixtecas de Guerrero se insertaron en la venta ambulante, sin embargo no han conseguido establecerse de manera legal, al contrario de las mixtecas de Oaxaca quienes cuentan permisos y puestos permanentes, logros que deben a su organización y gestión. Las mujeres trabajan los fines de semana y debido a la lejanía de sus viviendas han logrado rentar un local en la plaza Vive Tijuana, ahí duermen, ellas o sus hijos, y se resguardan de la policía municipal que las persiguen por no contar con los permisos. Su mercancía se reduce chicles o algún otro dulce que no requiera de mucha inversión y los ofrecen entre los turistas que se movilizan desde la garita hasta el centro y viceversa.

La apropiación de este espacio en Tijuana la han logrado mediante el uso, estrategias para conservarlo y la generación de relaciones sociales sólidas que les permiten una cohesión para enfrentar los retos del trabajo ilegal. La Línea es un espacio laboral feminizado, riesgoso y prohibido, que también es significativo para los mixtecos que no trabajan ahí, permea el significado de la ciudad para el grupo por ser uno de los primeros espacios que ocuparon laboralmente a su llegada en la década de 1980. Significa solidaridad, lucha y resistencia por parte de las mujeres y los demás integrantes del grupo lo saben y reconocen, “las paisanas” resisten y permanecen realizando su actividad económica en este lugar tan competido.

Una forma de visibilizarse ante la comunidad de residencia ha sido el uso de espacios para expresarse culturalmente, es por esto que es recurrente la aparición de indígenas en instituciones culturales, como el Centro Cultural Tijuana, el Instituto Municipal de Arte y Cultural por citar dos ejemplos, y las gubernamentales como el palacio municipal. Las actividades más recurrentes que realizan los mixtecos en las instituciones culturales incluyen el montante de altares de muertos, durante octubre y noviembre los indígenas o la presentación de la banda de música Itá Itá, para algún evento específico.

Vincularse en los espacios institucionales

El acceso a los espacios institucionales deviene de que los grupos étnicos son visto como muestra de la diversidad cultural de Tijuana y por eso se les incluyen, pero también por la una relación cercana que han establecido con el gobierno municipal. Estas relaciones buscan el apoyo de las autoridades a los proyectos del grupo, que pueden ir desde la pavimentación de una calle hasta los permisos pertinentes para realización de sus festejos en la vía pública. Por medio de sus líderes se proyectan en la esfera pública para obtener beneficios para su colonia y para el fomento de sus prácticas culturales, además reciben contactos, que posibilita el ser incluidos en planes de gobiernos y en nuevos foros donde llevar sus propuestas.

Así, los mixtecos ven en el uso de dichos espacios como instrumentales, debido que al tiempo que juegan un rol de inclusión y acercamiento son utilizados como lugares de negociación y de difusión sus prácticas culturales. Saben aprovechar las facilidades de su uso y los consideran propios, parte de su territorio tijuanense cuando lo creen necesario.


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