BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y MIGRACIÓN

Coordinadores: Ricardo Contreras Soto y Carmen Cebada Contreras




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Migración y capital social: el Programa ‘tres por uno’ en comunidades rurales del norte de Guanajuato

María del Carmen Cebada Contreras e Ileana Schmidt Díaz de León

DES-UGTO Campus León

(cebada@quijote.ugto.mx; ischmidt@quijote.ugto.mx)

Resumen

El objetivo de esta ponencia es reflexionar sobre el papel que juega en la construcción de capital social civil, la confianza que la población emigrante y no migrante deposita en ciertas instituciones sociales o gubernamentales. Mediante el análisis de la operación del programa para migrantes denominado ‘tres por uno’ se trata de mostrar cómo se organizan y conforman los comités en comunidades rurales de emigrantes internacionales para ver cómo se da la participación, organización y establecimiento de redes sociales entre la comunidad de origen y los emigrantes, como aspectos culturales. El análisis se hace para el caso de dos comunidades rurales del norte del estado de Guanajuato, en la que se ha aplicado el programa ´tres por uno’.

Desarrollo

La migración como proceso social y el capital social

El fenómeno migratorio acompaña a la historia de la humanidad, son varias los motivos por los que se ha dado el desplazamiento de personas de un lugar a otro, con el fin de residir de manera temporal o permanentemente que lleva a los migrantes a interactuar cotidianamente en un grupo social diferente al de su comunidad de origen. Los flujos migratorios que se generan, van teniendo ciertas características que los distinguen unos de otros. Al analizar la complejidad de estos flujos se les ha abordado con una perspectiva de diásporas, o cuando se trata de analizar las relaciones que se siguen teniendo entre las familias entre el lugar de origen y el de destino se habla de espacios trasnacionales o en el momento que se trata de ver sus formas de integración social aparece la cuestión sobre la identidad y los sentidos de pertenencia entre los migrantes, o las cuestiones sobre el análisis socio-espacial que este tipo de movilidad genera, así como lo vinculado a la influencia o cambios que genera en las sociedades de origen y las receptoras. En estos enfoques, y otros más, que se dan en torno al estudio de la migración, dos aspectos surgen y están estrechamente vinculados, por lo menos desde nuestra perspectiva, lo referido a la cultura y a las redes sociales que se establecen, construyen o reconstituyen entre todos aquellos que participan tanto directa como indirectamente en el proceso migratorio. De ahí que consideramos a la migración como un proceso social que cambia a lo largo del tiempo y que es sensible a las características demográficas, económica y políticas de los países involucrados por lo que es un proceso estructurado y estructurante de una gama de redes de relaciones sociales, que a su vez se vuelven en el recurso fundamental de la migración.

Ningún país se libra de las corrientes migratorias internacionales, son países de origen, de tránsito o de destino de migrantes. México es uno de ellos, aunque lo caracteriza en mayor medida la emigración hacia Ustados Unidos, también es un país de tránsito y de inmigración, principalmente para los migrantes centroamericanos. La migración laboral sigue siendo la más importante, los migrantes pueden ser temporales o permanentes, con o sin estabilidad jurídica.

La migración mexicana hacia Estados Unidos es una de las que ha sido y sigue siendo de las más estudiadas en esta gama de intereses académicos. Nuestro interés se circunscribe en tratar de reflexionar en torno al papel que juega la confianza, entendida aquí como una construcción socio-cultural, que la población (emigrante y no migrante) deposita en ciertas instituciones sociales o gubernamentales, tanto en su comunidad de origen como en las de destino, en la construcción de capital social. [solo se queda en capital social individual civil, pero aún no trasciende al colectivo ni a construcción de ciudadanía en términos de ser un sujeto con actuar político].

Retomando el concepto de Russo (2007) se considera que el capital social es un fenómeno interdisciplinario y multidimensional reconstruido en tres formas: 1) por la confianza de las personas; 2) por las relaciones sociales y 3) por las estructuras institucionales formales. En donde la confianza y las redes asociativas tienden a autoreforzarse y a tener efecto acumulativo, en cuanto esto se da se tiene como resultado equilibrios sociales con altos niveles de cooperación, confianza, reciprocidad, compromiso cívico y bienestar colectivo. En este mismo sentido Bourdieu (1980) señala que el volumen de capital social poseído por un agente dado depende de la dimensión de la red de relaciones que el agente puede efectivamente movilizar y por el volumen de capital (económico, cultural, o simbólico) poseído por cualquier otro agente con los cuales se ha relacionado. [Se aprecia la confianza en ciertas instituciones con las que se han vinculado pero no en cuanto a ejercer su civilidad en el país de destino y aún en la de origen, aquí esta mas vinculado con la cooperación individual familiar, las redes familiares surgen como el elemento principal de la cohesión del grupo no el bienestar colectivo ni compromiso cívico].

Por otra parte, si se considera a la confianza y a la reciprocidad como resultado de construcciones sociales y culturales ¿cómo estos aspectos juegan a favor o en contra en la construcción de capital social?, en cuanto que media una separación territorial, física y cotidiana. Se puede argumentar que se generan comportamientos de carácter estratégico en cuanto que continúa la vinculación constante con sus lugares de origen por un lado y la lucha por integrarse, en cuanto que son minoría, a la nueva sociedad mediante diversas formas de agrupamiento, por el otro. Encuentran significación porque se articulan concreta y prácticamente con los elementos de la cultura de origen que les da identidad, sentimiento de pertenecer y el encontrar su lugar en la comunidad de referencia. (esto es lo que puede explicar que participen en este tipo de programas pero con ciertos aspectos encontrados en la investigación)

La confianza y el programa gubernamental ‘tres por uno’

Con el fin de comprender cómo se dan los nexos, acciones e impactos de las relaciones entre inmigrantes y sus comunidades de origen en este nuevo orden de organización en su carácter binacional, se seleccionó para el análisis la forma de operación del programa tres por uno en cuanto que desde su creación ha tenido como propósito promover la participación directa de los migrantes y canalización de las remesas hacia proyectos dirigidos para la mejora de la comunidad (la respectiva comunidad de origen de los migrantes).

Se realizaron entrevistas entre los encargados del programa en los municipios de Ocampo y San Luis de la Paz ambos del norte del estado de Guanajuato y se retoman las respuestas de una encuesta de opinión levantada en las comunidades rurales de la Haciendita, municipio de Ocampo y La Escondidita, municipio de San Luis de la Paz con la que se buscaba captar el grado de confianza que la gente tiene con ciertas instituciones sociales y gubernamentales y de qué manera el tipo de confianza y tipo de instituciones en las que se ejerce dicha confianza, contribuyen a la construcción del capital social civil, y hasta qué punto este capital social trasciende o no hacia el ámbito de una construcción de ciudadanía.

Este programa gubernamental se denomina ‘tres por uno’ por la forma en que se da la erogación del costo del proyecto: por cada peso que ponen los migrantes, el gobierno federal, el gobierno estatal y el gobierno municipal aportan un peso cada uno a los proyectos considerados y aprobados para el desarrollo comunitario. La forma de operar del programa se basa en la formación de dos comités, uno en la comunidad de origen y otro entre los emigrantes que se encuentran en Estados Unidos de Norteamérica. Este último tiene que dirigirse al Consulado mexicano para registrarse formalmente dentro del programa, siendo la Secretaría de Relaciones Exteriores la coordinadora general del programa.

Los lugares de estudio y la migración

El estado de Guanajuato es una entidad tradicionalmente migratoria. Junto con los estados de Jalisco, Michoacán y Zacatecas, conforma la región de origen tradicional de la migración mexicana hacia el vecino país del norte. En la primera encuesta para migrantes aplicada en 19951996 por el gobierno del estado de Guanajuato se reportan 41 destinos de los emigrantes guanajuatenses en Estados Unidos, sobresalen California con el 35.98%, Texas con 21.6% e Illinois con el 8.5% como los lugares donde se concentra la población guanajuatense migrante, que a su vez, las comunidades de origen imprimen sus propias características al proceso migratorio y las redes que se establecen son diferenciadas.

Las comunidades seleccionadas para su estudio se ubican en la región norte del estado de Guanajuato, región que contrasta con el centro y el sur de la entidad y considerada como de las más atrasadas, desde el punto de vista económico. El rango de ingreso de las familias, predominante, oscila entre uno y tres salarios mínimos. El norte se caracteriza por un clima semiárido, cuya principal actividad es la agricultura de temporal, en que predominan los cultivos de subsistencia, escasa presencia de la industria y la migración internacional es comparativamente nueva con respecto a la del sur, que cuenta con una fuerte tradición migratoria reforzada en la década de 1940 con la instalación de oficinas de registro del Programa Bracero. No obstante, son municipios que presentan fuerte movilidad hacia Estados Unidos. Para Ocampo la encuesta de migración registra emigración hacia Arizona, California, Canadá, Colorado, Illinois, Nueva Cork, Oklahoma y Texas, siendo Illinois y Texas los lugares de destino más importantes para los ocampenses. Para San Luis de la Paz se mencionan California, Connecticut, Florida, Georgia, Illinois, Kentucky, Massachussets, Michigan, Missisippi, Missouri, North Carolina, Oklahoma, Tennessee, Texas y Washington, siendo Texas y California los destinos más trascendentes. Las actividades más reportadas por los migrantes son la de agricultor, albañil, empleado (en empacadoras, en comercio, en restaurantes) y empleadas domésticas; otros oficios reportados son el de carpintero, herrero, plomero, zapatero, chofer, electricista, caballerango, pescador). El nivel de escolaridad de los emigrantes es básicamente el de primaria y secundaria en ambos municipios. La distribución por sexo es de 78% hombres y 22% mujeres para Ocampo y de 88% hombres y 12% mujeres para San Luis de la Paz.

La Haciendita se localiza aproximadamente a tres kilómetros de la cabecera municipal de Ocampo y La Escondidita a unos dos kilómetros de la cabecera municipal de San Luis de la Paz. Ambas son comunidades eminentemente rurales, con un grado de marginación alta, en lo concerniente a la calidad de la vivienda se le cataloga como buena y regular al predominar entre los materiales de construcción el tabique o tabicón, techo de teja y piso de concreto, aunado a ello está la situación de que un gran porcentaje de las viviendas cuenten (o tengan acceso) con los servicios de energía eléctrica, agua potable y estar conectados al servicio de drenaje público. Además, cuentan equipamiento mínimo en escuelas (kinder, primaria, secundaria o telesecundaria, en Ocampo tienen videobachillerato).

En el Censo de 2000 Ocampo registra una población total de 20 948 hasbitantes, de los cuales el 48% eran hombres y el 52% mujeres. San Luis de la Paz registra una población de 96 729, el 52% mujeres y el 48 % hombres. La población ocupada en Ocampo es del 19% de la cual el 77% son hombres y el 23% mujeres. En San Luis de la Paz la población ocupada es del 24% siendo el 69% hombres y el 31% mujeres. La población migratoria representa el 2.9% para Ocampo, participando la migración hacia otra entidad con el 40.1%, la migración hacia otro país con el 32.%, la migración municipal con 12.2% y el resto no está especificada; para San Luis de la Paz la población migratoria es del 2.8%, representando la migración hacia otro estado el 57.5%, la migración municipal el 22.8%, la migración hacia otro país el 9.7% y el resto no especificada.


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