BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CÓDIGO DE ÉTICA DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

David Francisco Camargo Hernandez




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1.1 Promiscuidad , alcohol y drogas en el ambiente universitario.

La promiscuidad se presenta con cierta frecuencia en las universidades y puede ser estimulada o inducida por:

a. Un profesor que extorsiona con sutileza a los estudiantes por una nota a cambio de relaciones íntimas o viceversa.

b. Estudiantes que buscan el placer o diversión en la práctica sexual.

Algunos estudiantes han perdido el rumbo que se han trazado, se han extraviado en algún momento del camino, de los valores adquiridos en el núcleo familiar.

La prostitución disfrazada es el paso siguiente a la promiscuidad y se trata de un fenómeno que se presenta en las universidades, siendo tan sutil que es difícil identificar a los responsables por la forma como se practica. Desafortunadamente en el ambiente académico se encuentran estudiantes que inducen a sus compañeros a tales comportamientos cuando, por ejemplo, hacen invitaciones a lugares donde se induce a prácticas sexuales de todo tipo.

Algunos estudiantes se dejan conducir no como resultado de una decisión voluntaria y consciente, si no que lo hacen porque son víctimas de la manipulación de sus ”amigos”.

Manipulación no significa un efecto del poder, sino una forma de ejercer la influencia y el poder. Los estímulos de la manipulación son percibidos de forma inconsciente, por medio de un arreglo hecho hábilmente. Permanecen ocultos a la conciencia, crean así una falsa conciencia a partir de la cual el estudiante víctima de las prácticas de manipulación cree falsamente que ha tomado una decisión racional.

El principal factor que determina la vulnerabilidad, es la falta de autoestima y seguridad por parte del estudiante que lo lleva a buscar a como de lugar la aprobación de los demás. A pesar de que la tendencia a equivocarnos forma parte de la naturaleza humana, cuando se cometen errores hay un sentimiento de culpa que se trata de evitar, bien sea restándole importancia, negando la responsabilidad o simplemente negando el error, así mismo sucede con aquellos estudiantes que son fácilmente manejables por la debilidad de su carácter.

“El manipulador utiliza los sentimientos de la víctima para obligarla a actuar contra su voluntad."

La mayoría de las veces los estudiantes comienzan a utilizar las drogas no como resultado de una decisión propia, sino que son inducidos a consumirlas por la manipulación de sus "amigos" adictos.

Algunos son propensos a ceder ante las presiones de compañeros y por consiguiente, son víctimas de las estrategias que los adictos utilizan para inducirlos a seguir su ejemplo.

El alcohol es otro tipo de adicción más común de lo que se quiere aceptar y constituye un vicio en algunos estudiantes; es parte fundamental de la "diversión" y no se puede concebir una reunión sin bebidas alcohólicas. Más aún, si alguien rechaza una invitación en esas circunstancias, se le considera persona no grata.

Se deben liderar y emprender campañas de culturización y prevención de enfermedades por parte de las instituciones educativas y desterrar sistemáticamente del ambiente académico el consumo de alcohol en los estudiantes que lo consideran imprescindible en sus reuniones y de las drogas que ponen en peligro a la comunidad universitaria .

La educación universitaria supone una elevación ética, un sentido moral de existencia, pero ha venido perdiendo el rigor de esa formación y las Universidades en algunos casos se han dedicado a producir profesionales que al salir a desempeñarse llevan un cúmulo de conceptos equivocados en cuanto a valores se refiere.

Es importante contar con educadores honestos con formación cimentada en valores, con disposición de servicio para que los estudiantes asuman sus propias responsabilidades en un ambiente de participación y compromiso mediante una adecuada comunicación que permita el rescate y fortalecimiento de los valores.

“ La comunidad académica, encontrará en el Código de ÉTICA del estudiante universitario una guía para mejorar su comportamiento y el éxito que se tenga dependerá del compromiso moral que asuma”.

Los estudiantes están llamados a ser una fuerza transformadora, consciente de su posibilidad y capacidad para enfrentar las dificultades que se presenten, contribuyendo con su trabajo al engrandecimiento de la sociedad; su preparación debe estar fundamentada en la práctica de los valores.

Desde la Universidad se debe aportar a la reflexión ética, cuyos contenidos y alcances deben dirigirse a combatir los comportamientos no éticos arraigados en algunos estudiantes.

Cuando nos referimos a la ética, es preciso afirmar que el estudiante durante el transcurso de su vida académica se forma como persona de manera progresiva y por lo tanto no le queda otra alternativa que asumir con claridad su existencia y transformarla.

La educación debe proponer y fomentar en el estudiante el reconocimiento de la importancia y la necesidad del comportamiento moral respecto a otras formas de la conducta humana, tal comportamiento deberá entenderse referido a la persona como individuo y miembro de la sociedad. La moralidad deberá aparecer, entonces, como elemento que contribuye al desarrollo de la personalidad del estudiante en el uso responsable de su libertad, sobre la base del Código de ÉTICA.

La elaboración del Código brinda la ocasión para fortalecer en el estudiante el sentido de comprensión y tolerancia, sin que constituya en modo alguno obstáculo en la formación universitaria.

El examen y observación de la realidad, por medio de foros de formación moral, no puede desentender a los estudiantes de actitudes y responsabilidades. No se trata de que sean simples espectadores, sino de actores de su propio cambio.


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