BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CÓDIGO DE ÉTICA DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

David Francisco Camargo Hernandez




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2. DE LAS TOPOLOGÍAS

Desde el punto de vista de JAENSON, la tipología es una psicología experimental donde se puede integrar al individuo con el yo interior y el mundo que lo rodea. Según esta idea, la personalidad del estudiante se halla constituida por una serie de estructuras dispuestas en orden jerárquico y en estrecha relación, presentando comportamientos únicos, creando plena independencia interior y que se verá reflejada en ciertos comportamientos buenos o malos.

“Cuanto más nos empeñamos en evitar algo, más difícil resulta lograrlo".

Tipificar al estudiante universitario, requiere esfuerzos tendientes a agrupar ciertas actitudes que se presentan en ellos con más regularidad dentro del claustro académico.

Es preciso aclarar que los ejemplos de tipología que aquí se presentan obedecen en parte a criterios del autor de denominar y categorizar las actitudes de los estudiantes en su "hábitat", de acuerdo con la experiencia adquirida en la práctica docente y las experiencias recogidas de sus mismos protagonistas.

Veamos algunas de las tipologías:

El Solitario. Se trata de aquel estudiante que no comparte tiempo ni conocimientos con los demás, rechaza trabajar en grupo argumentando que es más eficiente su labor si la efectúa independientemente, es un buen estudiante un tanto tímido y poco participativo por temor de hacer el ridículo, inclinado a preocuparse y responder por sus obligaciones, con tendencia a auto cuestionarse; sus diversiones son de tipo interior (lecturas, juegos mentales); es distante, reservado, idealista y subjetivo, un tanto egoísta. Requiere una dosis de relaciones humanas que le permitan comprender que se debe vivir en comunidad y mostrar toda sus potencialidades.

El iluminado. No se destaca propiamente por sus capacidades ya que se presenta a las evaluaciones sin la suficiente preparación con la esperanza de que un golpe de suerte le permita salir bien. Es de los que espera que "se le aparezca la virgen". Requiere ser presionado para que se esfuerce en aprender, asignándole responsabilidades y exigiéndole cumplimiento en las tareas.

El camaleón. Asume ciertos comportamientos de simpatía e incondicionalidad con los profesores y compañeros buscando el beneficio personal, una vez alcanzados sus intereses se transforma y opta por ignorarlos. Académicamente se preocupa por cumplir con sus deberes. Requiere charlas donde se le haga ver lo que representa el sentido de la amistad.

El calienta puestos. Le es indiferente la suerte que tenga en las evaluaciones, si le va mal repite sin que le preocupe hacerlo, espera pasivamente que transcurra el tiempo de clases para salir a vacaciones, no lo motiva ni le interesa nada que tenga que ver con compromisos o responsabilidades. Académicamente no presenta buenos resultados, su promedio es bajo. Requiere ser " sacudido " para que despierte del letargo en que se halla y le encuentre valor a lo que esta haciendo.

El gárrulo Se preocupa solamente por entablar "relaciones públicas " con sus compañeros, por lo general es un distraído que no se interesa por aprender y está importunando constantemente e impidiendo el normal desarrollo de las clases. Académicamente presenta aceptables resultados pero requiere que se le asignen responsabilidades para que se mantenga ocupado.

El Criticón. Se la pasa cuestionando todo lo que se desarrolla en clase y no aporta nuevas ideas. Desconfía de las capacidades y conocimientos de los demás. Es un incrédulo que requiere ser motivado para que se autocuestione y comprenda lo importante y constructivo que significa respetar las opiniones ajenas y expresar las propias. Académicamente sus resultados son deficientes; producto de su afán desmedido por estar pendiente de lo que hacen los demás, descuidando sus propias responsabilidades.

El fisgón. Merodea en horas de clase por salas de profesores, Decanaturas, en procura de información que le represente algún beneficio personal como intercambios universitarios, becas, pasantías etc. Sueña con que la Universidad le va a dar algún tipo de oportunidad sin ser el más destacado académicamente, descuidando su labor de estudiante y por lo tanto sus resultados no son los mejores.

Se le debe hacer seguimiento a su labor manteniendo un control estricto sobre su asistencia a clases, haciéndolo colocar los pies en la tierra para que comprenda que los objetivos se alcanzan con sacrificio y dedicación.

El bufón. Es el "juglar" del salón que procura llamar la atención de maestros y compañeros haciéndose el simpático para obtener ciertas ventajas académicas. A todo le saca chiste y procura agradar para ganarse la buena voluntad de los profesores y ser tratado con consideración a la hora de las evaluaciones. Académicamente sus resultados son aceptables pero no puede decirse que se trata de un estudiante destacado. Se le debe tratar con imparcialidad y asignarle responsabilidades.

El genio. Cree "saberlo todo", se destaca en las evaluaciones con las mayores notas, pero al mismo tiempo desdeña a sus compañeros y los considera inferiores en capacidades, procura lucirse con sus maestros e inclusive poner sus conocimientos en entredicho. Requiere de un curso de relaciones humanas que procure bajar su ego para que se vea en el cristal de la humildad y así pueda aprovechar mejor sus potencialidades porque las tiene pero no las ha sabido explotar.

El Soñador. Ve en la profesión que está cursando su tabla de salvación para escalar en el mercado laboral y gerenciar alguna Compañía, por ello busca afanosamente terminarla lo más pronto posible, piensa que de esa manera mejorará económicamente. No se trata propiamente de un estudiante modelo y sus notas son un tanto deficientes, busca el camino fácil para llegar a la cúspide haciendo el menor esfuerzo posible, anda tan elevado que no se interesa por aprender sino por culminar pronto su carrera, es un "despalomado" que no presta atención a las clases y su imaginación vuela por otros rumbos. A este personaje se le debe hacer ver que la vida es responsabilidad y que si no se capacita apropiadamente es posible que todo se quede en ilusiones. Estudiante dado a las explicaciones, con tendencia a ser idealista.

Se le deben fijar responsabilidades y metas a cumplir en el corto plazo y hacerlo bajar de " la nube en que anda " para que pise sobre terrenos más firmes.

El rústico. Comúnmente se le conoce como el " brocha ", es decir el ordinario, que no tiene cultura y se la pasa haciendo bromas y contando chistes de grueso calibre, con cierta frecuencia lleva a la Universidad folletos o revistas pornográficas para mostrarlas a sus compañeros, ridiculizando y menospreciando el sexo. De piropos salidos de tono y comportamiento abusivo con los demás. Académicamente es poco productivo, genera a su alrededor un ambiente de rechazo entre los integrantes del grupo que por evitarse dificultades prefieren ignorarlo y no denunciarlo.

A este tipo de estudiante se le debe evidenciar ante las directivas de la Universidad para que asuma una actitud más responsable y respetable o de lo contrario debe ser objeto de sanción o expulsión. Académicamente se le deben asignar responsabilidades y tener un control estricto sobre sus actuaciones.

El intrigante. En vez de dedicarse a sus labores académicas se la pasa generando conflictos en el grupo haciendo que sus compañeros entren en confrontaciones por chismes que lleva y trae deteriorando las buenas relaciones y la convivencia pacífica, al final se descubre que es él quien busca complicar o involucrar a los demás en dificultades bien sea que se trate de cuestiones académicas o sentimentales. No se trata propiamente de un buen estudiante y sus resultados no son los mejores.

Se le debe tratar de aislar un poco, impidiendo que se inmiscuya en los asuntos de otros y se le deben colocar tareas para mantenerlo ocupado.

El perfeccionista. Procura hacer las cosas lo mejor posible, le disgusta sobremanera que algo le quede mal porque sufre y se desvela si presenta trabajos o evaluaciones un tanto deficientes. Se trata de un estudiante que aunque un tanto exagerado en su labor académica se destaca por su capacidad y buenas calificaciones. Si se lo propone puede lograr destacarse, no se trata de una persona egoísta pero si exigente consigo mismo y con los demás, dado a procesos lógicos. Es sistemático, amigo de las explicaciones con profundo contenido, poco flexible o tolerante, es un tanto dominante.

La veleta sin rumbo. Llegó a la Universidad a estudiar una carrera no importa cual, no sabe lo que quiere, sólo estudia para obtener un título. Es un individuo indeciso, apático, no se interesa por aprender y mucho menos por trabajar y responder a las exigencias de la clase, es un simple espectador o "convidado de piedra", no es responsable con sus deberes académicos y al igual que el calienta puestos espera terminar su carrera para que en la familia haya un " profesional " ; le falta iniciativa, descuida los trabajos que tiene obligación de hacer y con gran facilidad incumple con su realización.

Se le debe orientar para que mejore su nivel académico, bien sea que su perfil le permita seguir en la carrera que realiza u otra en donde despliegue sus capacidades.

El equitador. Avanza en su carrera a " trancas", es decir que no hay semestre en donde no se quede en alguna materia y a como de lugar busca recuperarla, anda detrás de los profesores tratando de convencerlos para que le den una segunda oportunidad, se trata de aquel estudiante que le pasan los años en la Universidad, cuando por fin termina ha pasado un tiempo bastante considerable. Es de los más conocidos por compañeros y profesores por su popularidad de repetir semestres. Lo meritorio de este estudiante es su persistencia por terminar la carrera, aunque se sabe que académicamente no rinde mucho.

Se le debe orientar para que aprenda una metodología de estudio que haga más eficiente sus esfuerzos por mejorar académicamente.

El estratega. Es definitivamente un buen estudiante, responsable, que utiliza una adecuada metodología para que en las evaluaciones le vaya bien, no se esfuerza demasiado y aunque se ausenta a clase con cierta frecuencia, se entera de todo, se adelanta y obtiene buenos resultados. Es una persona segura de sí misma, de sus capacidades para analizar y comprender lo que se ha visto en clase, con un dote de improvisación y poca memorización.

Lo negativo de su actitud es el ausentismo, bien sea por sus ocupaciones o la falta de motivación. Se debe convencer para que asista con más frecuencia a clases, argumentándole que su capacitación va a ser más integral si participa más activamente.

El simulador. Como su palabra lo indica, se trata del estudiante que aparenta ser excelente y oculta sus deficiencias, interviene en clase en los momentos menos adecuados, inquiriendo y cuestionando posiciones del docente cuando realmente no está bien documentado e improvisando diálogos que a simple vista son superficiales y que no conducen a nada.

En el momento de las evaluaciones desnuda su verdadera potencialidad que por cierto no es lo que aparenta ser. Se trata de un estudiante con pobres conocimientos, que no se preocupa por aprender sino por mostrar una imagen que no es la suya. Se le deben asignar responsabilidades y control sobre las actividades que se desarrollan en clase, poniéndolo en evidencia para que se prepare y haga presentaciones decorosas.

El sacrificado. No es otro estudiante que aquel que se prepara concienzudamente para afrontar las evaluaciones y que dedica gran parte de su tiempo a cumplir con oportunidad y calidad las labores que se dejan en clase, es puntual; sin embargo, por su exagerado nerviosismo producto de la inseguridad, se "nubla" cuando es puesto a prueba o como vulgarmente se dice ¨ se le borra el cassette ¨ presentando regulares resultados.

Se trata de un buen estudiante a quien hay que darle confianza y motivarlo para que tenga más seguridad en sí mismo y en sus actuaciones, lo que a la postre redundará en excelentes resultados.

El talentoso. Es un tanto emotivo, está dotado de una gran ambición realizadora, es decidido y resuelto, tiene gran capacidad de trabajo; ágil mentalmente, da soluciones de una forma fácil, es autónomo y fácilmente llega a ser líder.

Académicamente productivo y no requiere ser motivado para responder con sus deberes, es de los más destacados y obtiene buenos resultados en sus evaluaciones , estudiante guiado por hechos concretos y experimentales, amigo de la observación y el análisis, dado a la investigación y a realizar actividades practicas, le agrada el cambio, no es amigo de explicaciones complejas, flexible, tolerante y creativo, tiene un fino sentido de humor que facilita las relaciones en grupo , es organizado.

El fantasma. Desaparece de la clase en el momento en que presiente que se va a hacer alguna evaluación, es el estudiante que le huye a ser calificado y por eso procura postergar la evaluación hasta donde le sea posible, congrega a los compañeros para pedir aplazamientos o sugerir la modificación de la fecha de presentación, teme trabajar solo e insiste en ser evaluado en grupo por temor a su incapacidad de presentar un buen resultado. Cuando ya ha sido evaluado y ha pasado el momento del estrés que produce tal hecho, vuelve y desaparece. Siempre tiene una excusa para justificar su ausencia.

Se le debe evaluar individualmente, y controlar permanentemente su asistencia, lo mismo que asignarle tareas que signifiquen análisis y dedicación.

El Lagotero. Es halagador, adulador, que agracia a todos las personas que se encuentran a su alrededor. Al igual que el fantasma le tiene pavor a las evaluaciones y procura apoyarse en los demás para salir adelante, con su despliegue de afecto y aprecio, que no siempre es muy sincero hacia sus maestros; procura ganarse su simpatía para que a la hora de la evaluación no sean drásticos. Es el estudiante que no falta a clase para tratar de llamar la atención de sus profesores y ser tenido en cuenta por su puntualidad y asistencia.

Se debe asumir una posición imparcial con él en el momento de ser evaluado y ayudarle para que tenga confianza en sí mismo y en sus capacidades, evitando mostrar comportamientos un tanto artificiales. Se trata de un estudiante académicamente regular pero que sabe atender sugerencias.

El mercader. Más que recibir conocimientos va a ofrecer productos para la venta, es posible que lo haga para costear sus estudios, pero esto distrae su atención y no le permite ser lo suficientemente productivo y participativo en clase, se trata de un estudiante regular académicamente.

Se le debe insistir en que es más importante su formación que dedicarse a otro tipo de actividades.

El ojo de águila. Usa estratagemas para pasar las evaluaciones, y aunque su conducta no es propiamente ética, en oportunidades le da aceptables resultados, porque tiene técnicas para copiar sin ser visto, trae " ayudas " que camufla en objetos que lleva puestos, escribe en pupitres o algunas partes de su cuerpo. Tiene un "ojo " para observar lo que escriben los demás, en oportunidades obtiene mejores resultados que el compañero de quien copió. Por lo general se hace detrás de otros para cubrirse y hacer de las suyas. No se trata propiamente de un buen estudiante, es un tanto inseguro de sus capacidades y procura obtener buenos resultados sin el mayor esfuerzo.

Con la experiencia del docente se puede evidenciar fácilmente su actitud y se le debe tratar con cierto rigor para que cambie su comportamiento. Una buena medida puede ser la de ubicarlo en los puestos de adelante y separado de los demás en las evaluaciones para que no pueda recurrir a ninguna clase de trucos. Se le deben asignar responsabilidades teniendo un control permanente de sus actividades académicas, presionándolo para que se interese por aprender poniéndolo a prueba frecuentemente con preguntas.

El conformista. Se resigna con obtener en sus evaluaciones una baja calificación y no hace el menor esfuerzo por mejorarlas, así transcurre toda su carrera sin hacerse notar porque sencillamente no le interesa otra cosa que obtener el título y abandonar el lugar. Estudia por necesidad no por agrado, limitándose a cumplir con sus deberes sin ir más allá de lo que se le solicita, es de los que cree que es en la vida laboral donde se deben mostrar todas las potencialidades y para eso están las influencias y la buena suerte.

Desafortunadamente a este estudiante le falta perspectiva al considerar que su comportamiento va a ser diferente cuando enfrente un mercado laboral competitivo y exigente.

Se le debe orientar para que se fije objetivos y metas a cumplir, motivándolo para que sea mas productivo, hacerle entender que sus apreciaciones son equivocadas y que no se trata de estudiar por estudiar, sino que realmente es importante para la vida futura.

El don Juan. Va a la Universidad a "conseguir pareja", su consigna es conquistar, cuida su presentación personal y es de buenos modales.

Lastimosamente es un estudiante que no procura forjarse un porvenir y se la pasa coqueteando con cuanta compañera se le presente, se vale de sus dotes de galán (si los tiene) para impresionar; su perfil es el de un estudiante que no tiene claro lo que quiere ser y del esfuerzo que hay que hacer para ser un buen profesional. Académicamente presenta pobres resultados, pero no se preocupa por mejorarlos, es el típico "rumbero" que trata de motivar a sus compañeros para ir de diversión y ausentarse de clase.

En lo posible se le debe despertar el sentido de responsabilidad, haciéndole ver lo que implica esto para su vida futura. Se le deben asignar tareas y mantenerlo ocupado para no darle lugar al esparcimiento.

El enfermo de diplomanitis. Estudia por obtener un título así no aprenda nada, es poco amigo de la lectura, lo que le preocupa es graduarse y que le digan "doctor " ; ser objeto de admiración por los pergaminos adquiridos. Su labor académica no es la mejor aunque cumple con sus obligaciones.

Debe hacérsele ver que más que un diploma, lo importante es adquirir conocimientos y proyectarse al futuro dejando a un lado la vanidad y la ostentación para tomar por el camino de la humildad.

El arrodillado. Con tal de obtener una buena calificación hace hasta lo imposible para ganarse la voluntad del profesor que considera "cuchilla" ; es decir drástico, y le hace la conversación buscando su amistad. En oportunidades hasta le ayuda a cargar "el maletín ", le hace invitaciones; todo con el objetivo de ser tenido en cuenta en el momento de las evaluaciones. Es un estudiante que no es bueno académicamente, es inseguro y siempre espera ayudas para sortear las dificultades que se le presenten en la carrera; al final presenta un bajo promedio de calificaciones.

Requiere ser exigido académicamente y llevar un control en sus actividades, sin brindarle mayor confianza para que sus calificaciones no dependan de los demás.

Flecha veloz. Llega tarde interrumpiendo la clase, agitado por la carrera que tuvo que pegar para llegar a la Universidad, lo que se vuelve costumbre. Siempre anda acelerado y contesta las evaluaciones con rapidez así no sea de la mejor manera, lo que le interesa es salir pronto del "problema ". No tiene tiempo de entablar amistad con sus compañeros, una vez terminada la última clase sale presuroso. Se trata de una persona un tanto compulsiva y nerviosa que a todo momento anda con afanes, no se está quieto en ningún momento. Académicamente tiene un comportamiento irregular.

Se le deben fijar labores que debe cumplir en forma oportuna evitando la superficialidad, motivándolo a participar más activamente para que se involucre con el curso haciéndole ver que en la vida hay que hacer pausas y que todo no puede ser agitación.

El gedeón. Se caracteriza porque es el estudiante de más pobre rendimiento académico, que siempre sale con intervenciones desenfocadas o salidas de tono, aunque lee no lo hace apropiadamente, tergiversa las cosas con sus intervenciones cantinflescas y por su terquedad, es aislado por los demás, procura destacarse en clase siendo objeto de chanzas y burlas. Es un estudiante que se preocupa por cumplir con sus responsabilidades y en el momento de conformar grupos para hacer trabajos o talleres sus compañeros le huyen como si fuera un enfermo de lepra. Es el más conocido por los profesores.

A este estudiante hay que apoyarlo por el gran esfuerzo que realiza para superarse, integrarlo al grupo y respetarlo, procurando orientarlo para que sea más objetivo y concreto en sus intervenciones.

El demócrata. Trata de conducir al grupo, y ayudar a los compañeros en un ambiente de integración, inclinado a enfrentar retos, no es dado a inquietarse o preocuparse con facilidad. Posee capacidad de análisis y autocrítica. Estudiante extrovertido, tiende a actuar apoyándose en hechos, es sociable, cordial, prefiere trabajar en equipo, flexible y adaptable, reflexivo y sencillo, expresa sus sentimientos, mesurado y seguro, es perseverante.

Se preocupa porque el grupo responda a las exigencias del semestre y se destaque, es una especie de líder que busca el consenso, procura ser representante del grupo y defender los intereses frente a la Institución, preocupándose porque se les brinde una educación apropiada con personal idóneo.

Académicamente es responsable, participativo, abierto a los demás e inclusive llega a ser confidente de quienes solicitan su ayuda. Es colaborador con los maestros y responde eficientemente a sus compromisos.

El maromero. Cuando se trata de realizar y presentar trabajos en grupo, procura evadir responsabilidades de carácter investigativo, limitando su acción a la simple compilación de ideas aportadas por los demás integrantes y cuando se trata de exponerlas se dedica a leerlas textualmente, aunque preferiría que fuese otro quien llevara a cabo tal labor.

Su principal preocupación es la de que figure su nombre en la portada del documento a entregar, ojalá con letra resaltada, aspirando conformar la lista de los más juiciosos y dedicados.

Se la pasa sacando el promedio de las notas y comparándolas con las de los demás sin que lo noten, se desvela cuando sus calificaciones son más bajas que las de los otros.

Es necesario exigirle que sustente las ideas que expone, y que las soporte con sus propias apreciaciones para saber la verdadera dimensión de lo que hace.

La estrella fugaz. Inicia una carrera por el solo hecho de complacer a alguien y no porque realmente le interese superarse. Cuenta con una familia de buena posición, con los recursos suficientes que le costea sus estudios sin ningún tipo de afugia económica, que en oportunidades utiliza sus influencias para permitirle el ingreso a la universidad. Se trata de una persona simpática y alegre pero irresponsable, que le encanta hacer amigos y no le preocupa su futuro. Su paso por la universidad es efímero ya que no pasa de los primeros semestres por su absoluto desinterés. Deja buenos recuerdos en sus compañeros. A este tipo de estudiante se le debe hacer comprender que hay que fijarse metas en la vida y cumplirlas con esfuerzo y dedicación . Es posible que su entorno familiar no sea el más apropiado y requiera de orientación sicológica.

El ente educativo debe ser imparcial teniendo en cuenta las capacidades y aptitudes del estudiante, y no el factor económico en el proceso de admisión, proporcionando una educación acorde con las necesidades del medio.


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