BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LOS MEDIOS Y LA AUDIENCIA EN LA SOCIEDAD GLOBALIZADA

Amaro La Rosa Pinedo




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Los medios masivos y la sociedad

Las características de la sociedad condicionan influencias sobre las modalidades de funcionamiento de los medios de comunicación. Un aspecto de ello lo constituye la propiedad de los medios de comunicación que pueden ser del Estado, de organizaciones sociales, de gobiernos locales o de propiedad privada, de acuerdo a la manera como se estructura y funciona de manera específica la sociedad en la que se insertan. A modo de ejemplo observemos lo que sucede en América Latina (cuadro 4),

Los medios pues, no constituyen en modo alguno entidades sin relación alguna con los otros componentes sociales; sino que antes bien están íntimamente engarzados en la realidad de un sistema social dado, respondiendo a las características que éste posee. Cáceres (1989) afirma que en el caso de nuestro país se han reducido en los últimos años las distancias comunicacionales. No obstante es factible distinguir dos modalidades de comunicación que se difunden a través de canales diferentes:

Canales centrales: Involucran la transmisión de configuraciones organizadas. Aparte de los trasmitidos por medios tipográficos (industria editorial, escuela, instituciones académicas), los principales canales que implican el uso de recursos electromagnéticos son: Las noticias, la publicidad y la ficción.

Canales periféricos: No están instaurados de manera centralizada y difunden configuraciones que surgen para suplantar las carencias de los canales centrales, ya sea porque éstos no tienen la suficiente cobertura o no responden a intereses específicos. Distingue aquí a la comunicación periférica popular, de los sectores medios y de los grupos de poder.

Ubiquémonos ahora en diversas realidades e intentemos reconocer la vinculación entre los medios y la sociedad en términos prácticos.

Nos encontramos en Berlín pocas semanas antes de terminar la Segunda Guerra Mundial. En todos los frentes las tropas alemanas son derrotadas por los aliados que avanzan de manera incontenible; en tal medida que para cualquier estratega ya la suerte está echada. Sin embargo los diarios de la capital alemana siguen repitiendo que la Wermacht y la Luftwaffe solamente se están retirando “estratégicamente” y que “en cualquier momento” se pondría en ejecución una enorme ofensiva encabezada por el propio Fuhrer, de tal manera que “está garantizado el futuro para el Reich de tres mil años”. Los jerarcas nazis ya saben que están derrotados, están concientes que aunque acumulen fuerzas solamente podrán obtener alguna victoria pírrica, pero tratan que su pueblo no se entere de la verdad de las cosas, por lo que ejercen una férrea censura sobre los medios de información (aunque es imposible que controlen todos los receptores que a través de la onda corta escuchan la verdadera historia trasmitida por la BBC).

Estamos en Liberia a comienzos de mayo de 1996, cuando se agudizan las luchas por el poder entre clanes rivales. Es muy seguro que bajo estas condiciones de un país en caos, no podrán funcionar medios de comunicación independientes que den su versión objetiva de lo que allí está sucediendo e informen a su pueblo sobre la mejor manera de avanzar hacia la democracia.

En 1996 al conmemorarse diez años del desastre de Chernobyl, un diario local comentaba que a pesar de ocurrir el hecho en plena época de la Perestroika y la Glasnost (transparencia informativa), en términos reales solamente se comunicó el hecho a las autoridades del Partido Comunista quienes se pusieron a buen recaudo. No se informó con la urgencia del caso que la población debía abandonar inmediatamente la zona cercana para evitar los daños derivados de la intensa radiación (Se estima que quedaron contaminados por el desastre cerca de 99 mil kilómetros cuadrados). Recién luego de varios días se procedió a la evacuación, cuando ya miles de personas habían quedado gravemente afectadas, falleciendo en los meses subsiguientes o sufriendo posteriormente diversas clases de cáncer.

La llegada del hombre a la Luna fue seguida de cerca a través de la televisión por millones de personas en todo el mundo; así en el caso de nuestro país constituyó la primera transmisión que recibimos vía satélite, ya que días antes había sido inaugurada la Estación Terrena de Lurín que hacía posible el enlace. Las primeras planas de los diarios grandes y pequeños del mundo hablaban igualmente, en cientos de idiomas sobre el acontecimiento, que era indudablemente de interés universal. Los jerarcas chinos conocían naturalmente la información, sin embargo los medios de comunicación de la República Popular China no dieron a conocer el hecho, bajo un razonamiento aparentemente simple pero que demuestra claramente el dogmatismo que los caracterizaba en esa época: No debía mencionarse porque era el logro de un “país imperialista”, y por tanto “no le interesaba al pueblo chino” (sic).

Es materialmente imposible que en Cuba circule a nivel nacional un diario de oposición, dadas las características del régimen que se mantiene en el gobierno. Y no es que ello involucre una plena coincidencia entre todos los sectores de opinión sino que en términos prácticos no es factible publicar ni distribuir por ahora un medio que critique abiertamente a Fidel Castro. Circula en forma clandestina la prensa de los exiliados en España, Francia y Puerto Rico y a pesar de las interferencias se escucha la radio cubana de Miami. Una agencia de prensa independiente que envía información al exterior sobrevive con tecnología muy atrasada, que no le permite brindar un servicio eficiente y oportuno, enfrentando constantes acciones de amedrentamiento en su contra. Están autorizadas solamente dos revistas con contenido crítico Palabra Nueva y Vivarium; ambas publicadas con mucho esfuerzo por la Iglesia Católica.

Mientras permaneció en el poder en Afganistán, el gobierno encabezado por los fundamentalistas talibanes puso fuera del aire las trasmisiones de televisión destruyendo emisoras, receptores de TV y videos, bajo la presunción de que “ofendían al Islam” al mostrar representaciones de seres humanos. Esto se produjo en el contexto de una serie de disposiciones entre las cuales por ejemplo se prohíbía que las mujeres estudien, trabajen o salgan a la calle sin cubrirse el rostro, “tal como lo manda el Corán”.

En el marco de una sociedad marcadamente autoritaria, contactada limitadamente con el exterior, tanto los periódicos como las emisoras de radio y TV de Corea del Norte solamente informan aquello que resulta funcional a los intereses del régimen dirigido ahora por Kim Song Il, heredero del poder vitalicio de su padre Kim Il Sung, quien en la práctica no puede recibir crítica alguna. Por el contrario, los medios se dedican cotidianamente a una labor de propaganda y adoctrinamiento político masivo para intentar convencer a su pueblo de que cuentan con “el mejor gobierno del mundo” y que su gobernante es “el que Corea esperaba” luego de la muerte del antiguo jerarca... Y pensar que la doctrina Zuché, el dogma oficial de dicho país se refiere eufemísticamente a la “liberación del pueblo”.

En la historia del periodismo peruano cabe mencionar el proceso que el gobierno militar denominó socialización de la prensa y al cual sus detractores calificaron más bien como confiscación. El 26 de julio de 1974, mediante el Decreto Ley 20681, los diarios fueron expropiados para entregarse a lo que se denominó “sectores organizados de la población” (campesinos, comunidades laborales, profesionales, etc.).

Inicialmente los periódicos mostraron algunas diferencias en cuanto a su línea periodística y su contenido, que tenía en todo caso un tinte oficialista. La experiencia devino posteriormente en un parametraje en función del cual todos los diarios de circulación nacional formulaban una monocorde opinión a favor del gobierno, como podemos comprobarlo si revisamos los archivos de la época donde encontraremos que muchas veces la única diferencia entre un diario y otro radicaba en que el mismo artículo era presentado con otro titular o con diferentes tipos de imprenta, pero su origen y redacción (que desde luego no aparecían), eran los mismos: La Oficina Central de Información (OCI).

Por otro lado, en esa misma época, las emisoras de radio independientes debían someterse a cierto grado de autocensura, para evitar temas o enfoques que pudieran herir la susceptibilidad de algunos funcionarios oficiales u oficiosos, quienes solían telefonear para amenazar abierta o veladamente con la suspensión o la propia clausura del medio. Aún cuando no haremos una descripción detallada del tema ni de sus repercusiones creemos importante al menos anotar algunas de las discrepancias en torno a lo que significó la medida, que se dio desde luego en una coyuntura político-social distinta a la actual. (Cuadro 5)

Si a partir de los casos mencionados quisiéramos explicar la vinculación entre el poder político y los medios de comunicación señalaremos que cuando el régimen en que funcionan los medios es democrático los medios son independientes, pero cuando existe un gobierno autoritario los medios de comunicación son habitualmente dependientes del poder político o en cualquier caso reciben fuertes presiones del mismo.

Los casos anteriormente citados, constituyen un acercamiento a la evidencia siguiente: Existen relaciones muy estrechas entre las características de la sociedad y las que poseen los medios de comunicación. Podríamos formalizar esto de la siguiente manera:

Características de los medios = F


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